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CUENTO

EL ALMA Y LOS MUCHACHOS MÚSICOS

Aprovechando una noche de luna salieron al campo


varios muchachos de escuela, llevando sus instrumentos
musicales. Iban por los caminos tocando diversos aires,
hasta que acertaron a pasar por delante de una capilla,
en cuya puerta divisaron a un alma que rezaba. Se les
ocurrió entonces fastidiar a esa alma con sus
instrumentos de música. Y, sin más ni más, se situaron
detrás de la capilla y desde allí comenzaron a tocar sus
instrumentos, con todas sus fuerzas, formando un
estrépito de los mil diablos.

El alma no toleró tamaña burla, y, revolviéndose furiosa,


arremetió contra los bullangueros. Pero en lugar de
mandarlos con la música a otra parte, los obligó a
permaneces donde estaban y a tocar sus instrumentos
toda la noche, sin descansar, so pena de ser muertos si
otras cosas hacían.

Los muchachos se vieron obligados a obedecer y se


quedaron tocando toda la noche, de miedo al alma. De
esta manera se pasaron las horas, toca y toca, hasta el
amanecer. Cuando rayó el alba, el alma se fue,
dejándolos en libertad.
FABULA

LA JARACHUPA Y EL UTUSHCURO

Caminaba distraída una jarachupa, cuando reparó en un


utushcuro que, triste y abatido, presa de hambre, iba
jadeante, arrastrándose penosamente por entre las
malezas de un matorral.
-Oruguita, ¿adónde vas? -preguntóle la muca.
-A roer la raíz de las hierbas –respondió con
voz apagada y trémula.
Pasó el invierno con sus hielos y sequías, sus
inclemencias y rigores. Vino la primavera con sus lluvias
y rocíos, sus flores y sus frutos.
Volviéronse a encontrar nuevamente los camaradas. Y,
con la cabeza erguida e inflado de orgullo, el irascible
gusano, deslizábase infatuado por entre las cañas y
mazorcas de un tupido maizal, sin dignarse mirar a la
jarachupa, que, sorprendida por ese cambio y extrañada
de tanta arrogancia, le interroga:
-Señor gusano, ¿a dónde está usted yendo?
Irguiéndose aún más la enfurecida oruga contestó
altanera y con mucho énfasis:
- ¡A comer corazón de choclos negros!Y tanto y tanto se
irguió el “valiente” utushcuro, que alcanzó a divisarlo un
chihuaco y se lo devoró.
LEYENDA

EL ANTIGUO PAIS DE JAUJA


Antiguamente se decía que la ciudad de Jauja, aquella que fue fundada por los españoles en 1534 y que estuvo a punto de ser la
capital del virreinato peruano, era cuna de gente muy envidiosa y perversa que ofendía a su creador de infinitas formas. Oyendo Dios
estos malos comentarios que llegaban hasta el cielo decidió el mismo ir a comprobar estos rumores, bajando a la ciudad en forma de
un viejo pordiosero lleno de granos, con ropa sucia y rotosa, esperando que alguien se apiadara de él y le ofreciera algo que comer.

Cuando Dios llego a la ciudad vestido de mendigo se puso a tocar de puerta en puerta un alma caritativa que lo ayudara a saciar su
hambre y le diera un lugar donde pasar la noche hasta el día siguiente; pero la gente que vivía en esa ciudad tenía el corazón de
piedra así que Dios no encontraba nada que comer, ni donde pasar la noche para descansar sus trajinados pies.Entristecido toco la
puerta de una humilde casa en el que le abrió una piadosa mujer llamada María, ella lo invito a pasar a su casa, le dio de comer lo
poco que tenía que ofrecerle y un pequeño lugar en su casa donde poder pasar la noche. Dios le agradeció a la buena mujer y le dijo
que saliera de su casa en ese momento y que se fuera a caminar por el cerro más alto de la ciudad durante toda la noche, sin voltear
la mirada atrás ni por un solo instante porque si no algo muy malo podría ocurrirle.

Ella siguió el consejo del viejo pordiosero, salió


de su casa y se fue a caminar muy lejos de allí,
cuando terminaba de bajar el cerro no pudo
refrenar su curiosidad de observar hacia el
lugar de donde venían los gritos espantosos de
todos los habitantes de la ciudad, se volteo
para mirar y termino convirtiéndose en piedra
con su hijito en brazos.
. La ciudad pecadora de Jauja termino inundada
por el castigo de Dios, con una tinya (tambor) de
oro que hizo caer del cielo en medio de la plaza
de la ciudad y que fue pateada por un gallo viejo
de donde comenzó a salir a borbotones y en
cantidades industriales toda el agua de la
Laguna de Paca; sumergiendo a toda la ciudad
en las profundidades del lago encantado.

haber presenciado el hundimiento de la ciudad


fue lo que convirtió a la mujer en piedra junto
con su hijito. Se dice que en la actualidad esta
arcaica ciudad se encuentra en las honduras del
lago, convertida en una ciudad de oro con miles
de tesoros inimaginables dentro, pero que nadie
hasta el día de hoy ha podido llegar donde él.
MITO

EL DEMONIO DE LOS ANDES


Según cuentan los antiguos, el ejército enemigo estuvo acuartelado durante casi dos meses. Cada mañana cuando los pobladores
pasaban frente a la casa de la abuela Amalia, podían ver indignados la bandera chilena flameando en el interior, mientras los
centinelas oteaban la calle desde las improvisadas torres de vigilancia.
Cuentan también que Andrés Avelino Cáceres; el gran Mariscal Peruano de la Campaña de la Breña, frecuentaba la zona vestido de
mendigo. Quizá para hacer algunas averiguaciones. “Déjenlo pasar, jugaremos un rato con él” –decía el Teniente Gaspar. Sin saber
que al ingresar, el brujo de los Andes podía ver la situación en la que se encontraba el enemigo.

De esta forma, el Mariscal podía informar a sus tropas que estaban acampando en las alturas de Taya caja. Los niños de Sapallanga
estaban ansiosos por conocer al Tayta Cáceres, por sus aventuras, los niños lo llamaban el Brujo Andrés. Pero solo algunos de ellos
pudieron verlo vestido de mendigo. Cada vez que algún niño se le acercaba, éste sacaba un poco de cancha y queso de su bolso y
se los entregaba guiñándoles el ojo.

Según el relato “Los Niños de la Guerra” de


Roger Piñas; los niños que llegaron a
conocerlo fueron entre otros Matías; nieto de
la abuela Amalia, Reinaldo y Virginia, hija de
un comerciante Andahuaylino. Eran los
encargados de llevar a lomo de mula, las
provisiones para la tropa de Cáceres hasta el
poblado de Huayunka, a tres leguas de
Sapallanga.
En la primera semana del mes de julio, los
ánimos estaban alterados entre los chilenos,
actitud que era percibida por los pobladores
y en especial por los niños que eran los más
entusiastas en desalojarlos.
. Tras los rumores de llegada inminente del
ejercito de Cáceres, todos los niños salieron
en tropa con sus tambores de guerra y
pasaron frente al cuartel enemigo haciendo
un sonido que retumbo en toda la calle
principal.

Al día siguiente se había desencadenado la


feroz Batalla de Marcavalle, en donde el
ejército de Cáceres hizo retroceder al
enemigo hasta Pucará, luego hasta
Sapallanga, luego hasta Huancayo, luego
hasta el fin del mundo. Roger Piñas describe
muy bien la hazaña de los pobladores de
Sapallanga y en especial la labor de los niños
diciendo, además:

“Por eso, aquel 08 de Julio de 1882; la


Segunda Compañía del Batallón Santiago del
Ejercito Chileno, no podrá olvidar a los niños
de Sapallanga”.
EPOPEYA: LA ILIADA

En contra de lo que muchos piensan, y como vamos a ver en este resumen de La Ilíada, la obra no narra toda la guerra entre Troya y Grecia, provocada por la
fuga de Helena con Paris, príncipe troyano, lo que despierta la furia de Menelao, que pide ayuda a su hermano Agamenón para marchar frente a la ciudad del rey
Príamo para recuperar a su esposa.
En realidad, la obra comienza narrando la cólera de Aquiles, uno de los héroes griegos que se niega a luchar porque Agamenón ha decidido quedarse con
Briseida, la esclava favorita del guerrero más célebre de las polis, que únicamente busca reconocimiento y ser leyenda.
Al no luchar Aquiles, las tropas troyanas están venciendo la guerra y expulsando a los griegos hacia la playa, a quienes cada vez les dejan menos terreno. En
esas circunstancias, Patroclo, íntimo amigo del héroe griego, decide usar la armadura y armas de Aquiles para lanzarse a la batalla, ya que sufre al ver cómo su
pueblo pierde la guerra y su preciado compañero no hace nada para solventar la situación.
Por desgracia, Patroclo, ducho en la guerra, se enfrenta a Héctor, uno de los hijos del rey Príamo, y el mejor de ellos en la batalla, quien a la postre, acaba por
darle muerte pensando que se enfrentaba a Aquiles. El guerrero griego, al saber de la desgracia de Patroclo, entra en cólera y decide volver a la lucha. Además,
el hecho de que los troyanos no le concedan el cuerpo de su amigo para enterrarlo en paz le hace enfadar más todavía.
En esta tesitura, Aquiles acaba por localizar a Héctor, con quien tiene una dura batalla, pero termina por dar muerte al héroe troyano. Así pues, en venganza, ata
el cuerpo fenecido de su rival a su carro y lo arrastra por la playa de Ilión en señal de humillación.
Mientras tanto, Príamo, desolado por la muerte de su querido hijo, decide una noche acercarse a hurtadillas hasta la tienda de Aquiles en el campamento griego
para pedirle que le dé el cuerpo de su hijo de forma que pueda enterrarlo dignamente.
Aquiles, ante las palabras de amor y desolación del rey Príamo, le concede tal honor para que pueda enterrar el cuerpo de su hijo dignamente y con los honores
que merece como héroe real troyano.

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