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Economia Politica y Soc Guia Nro 01
Economia Politica y Soc Guia Nro 01
Economía Política: Se define como una parte de la ciencia económica que se encarga de
estudiar las leyes económicas, sin embargo, no solo le es de interés el conocimiento de las leyes,
sino que también actúa sobre ellas para hacer modificaciones en beneficio de la sociedad por
medio de políticas económicas que regulan los hechos y fenómenos económicos, es decir la
forma en cómo interviene el Estado en la vida económica con el objeto de conseguir determinados
objetivos.
Otra definición de economía política: Una definición más concisa de Economía Política es la
que dice "ciencia del desarrollo de las relaciones sociales de producción. Estudia las leyes que
gobiernan la producción y la distribución de los bienes materiales en la sociedad humana a lo largo
de las diversas fases de su desarrollo".
Cabe destacar que la economía política influye en el diseño, la puesta en marcha y los resultados
de las medidas de protección social y de otros.
Economía Política Social: Se preocupa por las relaciones voluntarias de los seres humanos y
tiene como finalidad mejorar su forma de vida.
Métodos de la Economía Política: Cabe destacar que la Economía como ciencia aplica métodos
para llegar al conocimiento verdadero de los Fenómenos Económicos. Entre ellos destacan:
Método Inductivo: El Método Inductivo analiza los casos o hechos particulares y después formula
un principio o Ley general. En método inductivo existen tres etapas:
El Análisis y comparación de los hechos.
La Formulación de la hipótesis.
La Comprobación de la hipótesis formulada.
Hace ya mucho tiempo que surgió el problema de móvil que hace progresar a la sociedad humana.
A este respecto se han expuesto distintos criterios. Por ejemplo, los representantes de la religión
vienen afirmando que el desarrollo se produce obedeciendo a la voluntad divina. Sin embargo, la
ciencia y la práctica han demostrado que no existen fuerzas sobrenaturales. También se ha
difundido la opinión, compartida hoy todavía por muchos hombres de ciencia burguesa, de que el
desarrollo de la sociedad depende en grado decisivo del medio geográfico es decir, de
determinadas condiciones naturales (clima, suelo, minerales, etc.). Claro que el medio geográfico
es una de las condiciones indispensables para el desarrollo de la sociedad, pero no la
determinante. A lo largo de tres mil años, por ejemplo, se han sucedido en Europa tres regímenes
sociales distintos, y en Europa Central y Oriental, incluso cuatro. Mientras tanto, durante el mismo
período, las condiciones geográficas de Europa no experimentaron cambio alguno, y si se produjo
fue tan insignificante que la geografía apenas lo registra. Hay quien considera que la marcha de la
historia depende de la voluntad de personalidades eminentes: hombres de Estado, jefes militares,
etc. En realidad, las personalidades eminentes aceleran o retardan el advenimiento de uno u otro
acontecimiento, pero no pueden cambiar el curso de la Historia.
Para vivir, los hombres necesitan alimentos, vestido, calzado, vivienda y otros bienes materiales. Y
para poseer estos bienes, tienen que producirlos, tienen que trabajar. Cualquier sociedad está
condenada a desaparecer si deja de producir bienes materiales. Por eso, la producción de los
bienes materiales es, como enseña Marx, la base de la vida y del desarrollo de cualquier sociedad.
En el proceso de producción de los bienes materiales concurren el trabajo del hombre, los medios
de trabajo y el objeto que ha de ser elaborado.
El proceso de la producción es inconcebible sin los medios de trabajo. Medios de trabajo son todas
las cosas de que se sirve el hombre para actuar sobre los objetos que han de ser elaborados.
Figuran entre ellos las máquinas, el utillaje, instrumentos, instalaciones, edificios destinados a la
producción, todos los tipos de transporte, los canales, las líneas de conducción de energía
eléctrica, etc. La tierra es también un medio universal de trabajo. De todos estos medios de trabajo,
corresponde el papel decisivo a los instrumentos de producción. De los instrumentos de trabajo de
que se vale el hombre depende precisamente su poder sobre la naturaleza. Marx señala que las
épocas económicas se distinguen unas de otras no por lo que se produce, sino por los
instrumentos que se emplean en la producción de bienes materiales.
Los hombres se valen de los instrumentos de producción para actuar sobre los objetos del
trabajo, es decir, aquello sobre lo que recae el trabajo del hombre. Y como el trabajo del hombre
recae sobre la naturaleza circundante, la propia naturaleza (la tierra y el subsuelo, las aguas) es
objeto universal del trabajo. Todos los objetos primarios del trabajo se encuentran en la
naturaleza. El hombre debe adaptarlos para satisfacer sus necesidades.
Los medios y los objetos del trabajo forman, en conjunto, los medios de producción. De por sí, los
medios de producción, como es lógico, no pueden crear bienes materiales. La maquinaria más
perfecta es ineficaz si no interviene el hombre. De ahí que el factor decisivo de toda producción
sea el hombre, su fuerza de trabajo.
En cualquier fase de desarrollo que se hallara, la producción siempre ha tenido dos aspectos: las
fuerzas productivas y las relaciones de producción.
Las fuerzas productivas son los medios de producción y, ante todo, los instrumentos de trabajo
creador por la sociedad, así como los hombres que producen bienes materiales. Precisamente los
hombres, gracias a su experiencia y hábitos de trabajo, son los que accionan los instrumentos de
producción, los perfeccionan, inventan máquinas y amplían sus propios conocimientos científicos.
Con ello se asegura el desarrollo continuo de las fuerzas productivas y se despliega la producción
de bienes materiales en medida creciente.
Sin embargo, los hombres no producen los bienes materiales trabajando aisladamente, sino en
común, en grupos o en sociedades. Tomemos, a título de ejemplo, una fábrica de calzado de
nuestros días. ¿Cuántos hombres trabajan en ella para producir una clase de mercancía: el
calzado? Centenares e incluso millares, todavía trabajan más personas para esta empresa en la
fabricación de máquinas, el curtido de pieles, la producción de hilos, agujas, etc. Por consiguiente,
Marx dio el nombre de relaciones de producción o económicas a las que surgen entre los hombres
en el proceso de la producción, el cambio y la distribución de los bienes materiales. Las relaciones
de producción pueden ser relaciones de cooperación y ayuda mutua de hombres libres de la
explotación o bien relaciones de explotación del hombre por el hombre. Esto depende de quién es
el propietario de los medios de producción: la tierra y el subsuelo, los bosques, las fábricas, los
instrumentos de trabajo, etc. Cuando los medios de producción son propiedad privada y no
pertenecen a toda la sociedad, sino a determinadas personas, grupos o clases sociales, se
establecen relaciones de explotación del hombre por el hombre, relaciones de dominación y
subordinación. Bajo el capitalismo, los obreros carecen de medios de producción y por eso,
precisamente, se ven forzados a trabajar para los capitalistas. En el socialismo, los medios de
producción pertenecen a toda la sociedad. De ahí que en él no haya explotación del hombre por el
hombre y las relaciones entre las personas sean de cooperación amistosa y ayuda mutua
socialista.
Las relaciones entre los hombres y los medios de producción determinan la situación y el lugar que
ocupan los hombres en la producción y los medios de distribución de los productos del trabajo. Por
ejemplo, en el capitalismo, la burguesía, que es la propietaria de los medios de producción,
dispone de todos los productos del trabajo de los obreros, mientras la mayoría de estos últimos
vive sumida en la miseria. En el socialismo, en el que los medios de producción pertenecen al
pueblo (son propiedad social), la distribución de los artículos de consumo se efectúa según el
trabajo y se asegura la elevación constante del nivel de vida material y cultural de todos los
trabajadores. Este es el contenido de las relaciones de producción (económicas) entre los
hombres.
La historia del desarrollo de la sociedad humana conoce cinco tipos fundamentales de relaciones
de producción: el de la comunidad primitiva, el esclavista, el feudal, el capitalista y el socialista,
correspondiente a la primera fase del comunismo. Cada uno de ellos tiene por base una forma
determinada de propiedad de los instrumentos y medios de producción. Así, la base de las
relaciones de producción de los regímenes esclavista, feudal y capitalista es la propiedad privada
de los medios de producción que siempre ha originado y origina inevitablemente la división de la
sociedad en clases hostiles, en explotadores y explotados. Por eso, el rasgo fundamental de la
esclavitud, el feudalismo y el capitalismo es la encarnizada lucha de clases. Únicamente no hay
lucha de clases en el socialismo, en el que la base de las relaciones de producción es la propiedad
social, socialista, sobre los medios de producción; la sociedad consta de clases amigas: obreros,
campesinos y la capa social formada por los intelectuales.
Las fuerzas productivas sumadas a las relaciones de producción forman conjuntamente el modo de
producción.
Las fuerzas productivas constituyen el elemento más dinámico del modo de producción, se
modifica continuamente debido a que los hombres perfeccionan sin cesarlos instrumentos de
trabajo y acumulan experiencia productiva. Por lo que respecta a las relaciones de producción,
cambian según va cambiando el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y ejercen, a su vez,
su influjo sobre el desarrollo de éstas.
Cada nivel determinado de desarrollo de las fuerzas productivas requiere las correspondientes
relaciones de producción. En ello consiste la ley económica de la correspondencia de las
relaciones de producción con las fuerzas productivas, descubierta por Marx. Dicha ley pone al
desnudo la base económica de las revoluciones sociales. Cuando las relaciones de producción se
retrasan respecto al desarrollo de las fuerzas productivas y frenan su progreso, forzosamente
tienen que ceder su lugar a otras nuevas. En la sociedad dividida en clases hostiles el cambio de
las relaciones de producción se opera siempre mediante la revolución social.
Sólo en la sociedad socialista, donde no existen clases hostiles, el desarrollo delas relaciones de
producción no se realiza a base de revoluciones sociales, sino mediante su modificación armónica
según van progresando las fuerzas productivas.
Del modo de producción en conjunto debe distinguirse la base de la sociedad. Se entiende por
base el conjunto de las relaciones de producción dominantes en la sociedad de que se trate,
vinculadas a un determinado nivel de las fuerzas productivas. La base dela sociedad puede ser
antagónica y no antagónica. Las bases de las sociedades esclavista, feudal y capitalista son
antagónicas, ya que sus cimientos son la propiedad privada sobre los medios de producción y las
relaciones de dominación y subordinación, de explotación del hombre por el hombre. La base de la
sociedad socialista no es antagónica, ya que su cimiento es la propiedad social sobre los medios
de producción y queda excluida toda clase de explotación.
Tanto la base como la superestructura sólo existen durante un período determinado. Al cambiar la
base cambia también la superestructura. Así, el cambio de la base feudal y su sustitución por la
capitalista tuvo como consecuencia la sustitución de la de la superestructura feudal por la
capitalista; la aparición de la base socialista hizo aparecer la superestructura socialista y destruyó
la capitalista. Si bien la superestructura es, en conjunto, engendrada por la base, algunos
elementos de la nueva superestructura pueden surgir en las entrañas de la vieja sociedad, ya que
en ella aparecen ideas y conceptos inherentes a la clase de vanguardia. Por ejemplo, en la
sociedad capitalista surge la ideología proletaria, correspondiente a la nueva clase revolucionaria,
el proletariado.
El modo de producción de los bienes materiales, como unidad de las fuerzas productivas y las
relaciones de producción, conjuntamente con la superestructura correspondiente, constituyen la
formación económico-social.
El desarrollo de la sociedad tiene por base las leyes económicas que expresan toda la diversidad
de las relaciones sociales de producción, distribución, cambio y consumo. Para la Economía
política, como ciencia, tiene mucha importancia el descubrimiento de las leyes económicas que
rigen el desarrollo de la sociedad.
Las leyes de la naturaleza y la sociedad poseen un rasgo común: su carácter objetivo, es decir,
surgen y actúan independientemente de que las conozcamos o no, de que sea deseable o no una
u otra ley. Ello quiere decir que los hombres no pueden crear nuevas leyes. Lo único que pueden
hacer es descubrirlas. Ahora bien, el que las leyes sean objetivas no quiere decir que los hombres
se vean impotentes ante ellas. Pueden conocerlas y aprovecharlas en beneficio de la sociedad.
Así, al conocer la ley de la correspondencia de las relaciones de producción con las fuerzas
productivas, el proletariado de los países socialistas, dirigidos por los partidos comunistas y
obreros y en alianza con el campesinado, derrocó en su tiempo el Poder de los explotadores y
procedió a la construcción de la nueva sociedad.
A diferencia de las leyes de la naturaleza, las leyes económicas poseen varias peculiaridades. La
primera peculiaridad consiste en que no son muy duraderas y actúan en el curso de un
determinado período histórico. Los móviles fundamentales de la vigencia de las leyes económicas
son las condiciones económicas concretas, es decir, las relaciones de producción, la base de la
sociedad. Al pasar de una formación a otra, las viejas relaciones de producción se liquidan y son
reemplazadas por otras. Esto determina, precisamente, la desaparición de unas leyes económicas
de la palestra histórica y el surgimiento de otras.
En cada formación económico-social actúan muchas leyes económicas. Las que no rigen más que
en una formación sola se denominan leyes económicas específicas. Entre ellas destaca la ley
económica fundamental, que determina el objetivo de la sociedad y los medios a emplear para
lograrlo.
Además de las específicas existen leyes inherentes a todas las formación es económico-sociales.
Figura entre ellas, por ejemplo, la ley de la correspondencia de las relaciones de producción con
las fuerzas productivas. Dicha ley expresa los vínculos indispensables y la interdependencia de los
dos aspectos de la producción social, o sea, las fuerzas productivas y las relaciones de producción.
Estas son las peculiaridades de las leyes económicas que las distinguen de las leyes de la
naturaleza.
En todos los modos de producción las leyes económicas pueden actuar y manifestarse de modo
Espontáneo o como “una necesidad hecha conciencia”, es decir, aplicarse de modo consciente.
En el socialismo, la propiedad social sobre los medios de producción crea las premisas para que
sean conocidas las leyes económicas y aplicadas conscientemente en beneficio de la sociedad.
La Economía política estudia, por consiguiente, las relaciones de producción (económicas) entre
los hombres. Entre ellas figuran: las formas de propiedad de los medios de producción; la posición
que ocupan los distintos grupos sociales en la producción y las relaciones mutuas entre ellos; las
formas de distribución de los bienes materiales.
Así, la Economía política es la ciencia del desarrollo de las relaciones sociales de producción, es
decir, de las relaciones económicas entre los hombres. Estudia las leyes que gobiernan la
producción y la distribución de los bienes materiales en la sociedad humana a lo largo de las
diversas fases de su desarrollo.
De dicha definición se infiere que la Economía política es una ciencia histórica. Muestra la
trayectoria de desarrollo que va desde las fases inferiores de la sociedad hasta sus fases
superiores, pone de manifiesto cómo todo el curso del desarrollo histórico prepara la necesidad
objetiva de la victoria del modo comunista de producción.
La Economía política es una ciencia clasista, con espíritu de partido, trata de las relaciones entre
los hombres entre las clases, y se ocupa de sus intereses vitales.
¿Es inevitable el hundimiento del capitalismo y el triunfo del comunismo? Como es lógico, la
Economía política burguesa da una respuesta negativa a esta pregunta, ya que expresa los
intereses de la clase capitalista.
Pero hace ya mucho que han pasado esos tiempos. Desde que la clase obrera comenzó a actuar
como fuerza independiente, opuesta a la burguesía, y el progreso de la lucha de clases llegó a ser
ya un prenuncio del hundimiento del capitalismo, la Economía política burguesa perdió su carácter
científico. Pasó a ocuparse únicamente de la defensa por todos los medios del capitalismo caduco
y a luchar contra la ideología de la clases obrera.
En la obra principal de Marx – El Capital- está concentrado todo lo que ha dado el marxismo antes
de Lenin en la esfera de la Economía política. En dicho trabajo, a base de un análisis del régimen
capitalista se demuestra científicamente que son inevitables el hundimiento del capitalismo y la
victoria del comunismo.
Lenin continuó, en las nuevas condiciones históricas la causa de Marx y Engels, elevando a un
peldaño superior la Economía política. El gran mérito de Lenin consiste en haber hecho un análisis
científico de la fase superior y última del capitalismo, el imperialismo. El análisis del imperialismo y,
ante todo, la ley descubierta por Lenin acerca de la desigualdad del desarrollo económico y político
del capitalismo en el período del imperialismo sirvieron de base a la nueva teoría de la revolución
proletaria.
Lenin demostró que la revolución había de triunfar en primer lugar en un país o en unos cuantos.
Sobre la base de este genial descubrimiento se estructuró toda la estrategia y la táctica del Partido
Comunista en el período de preparación y realización de la Gran Revolución Socialista de Octubre,
así como en el período posterior de la lucha por la victoria del socialismo en la URSS. Al nombre
de Lenin va unida la creación de la Economía política del socialismo.
La teoría económica marxista-leninista se desarrolla con espíritu creador en las resoluciones del
Partido Comunista de la Unión Soviética, de los partidos comunistas y obreros de otros países y en
las obras de los discípulos de Lenin. Vemos un ejemplo de desarrollo creador de todo el marxismo
leninismo, y particularmente de la Economía política marxista-leninista, en la elaboración que ha
aportado el XXII Congreso del PCUS de problemas tan cardinales como el de las dos fases del
desenvolvimiento de la sociedad comunista y las leyes del desarrollo y transformación del
socialismo en comunismo; la creación de la base técnica y material del comunismo; la creación de
la base técnica y material del comunismo, las vías de fomento y aproximación de las dos formas de
propiedad socialista, la supresión de las diferencias clasistas y la consolidación de la igualdad
social; la formación de las relaciones sociales comunistas; las condiciones de aplicación del
principio fundamental del comunismo: “de cada cual, según su capacidad; a cada cual, según sus
necesidades”, la culminación de la revolución cultural y la educación del hombre nuevo. Se
enfocan todos los aspectos del problema de la organización política de la sociedad durante su
tránsito al comunismo.