El casco hay que abrocharlo siempre correctamente. Tienes que cerrar y
ajustar a la medida la hebilla de sujeción inferior, por debajo de la barbilla,
para evitar que el casco salga despedido, en caso de accidente. Es importa
que el casco no se mueva, que no caiga sobre los ojos del conductor y que
no presione en la frente.
Asegura una buena ventilación
Comprueba que hay suficiente ventilación con la visera bajada, y evita que se acumule el vaho para ganar visibilidad y seguridad en la conducción.
Mantén la visera limpia e intacta
Limpia la visera e impide que disminuya tu percepción de la carretera cuando te desplazas en moto. En caso de ralladuras, compra una nueva. ¡No te la juegues!
Conserva tu casco en buen estado
La vida útil de un casco va desde los dos o tres años de un casco de gama básica, hasta los cinco, en los modelos de gama alta. Asegúrate de que funciona correctamente y que su estado garantiza todas las capacidades. Para una mejor conservación, los expertos aconsejan no dejarlo durante largos periodos de tiempo bajo temperaturas extremas, tanto de frío como calor; no golpearlo contra materiales duros y tampoco pintarlo o incorporar adhesivos.
El mantenimiento del casco es sin duda también importante, la limpieza y el
cuidado de su interior y exterior son fundamentales para garantizar un estado óptimo. En este sentido, no es recomendable dejarlo atado a la moto o limpiarlo con productos agresivos. Estas prácticas acortan la vida útil del producto.
Para un mantenimiento correcto, es primordial atender las recomendaciones
que los fabricantes de cascos nos proporcionan sobre sus productos. Tras un accidente, compra un casco nuevo