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AÑO DE LA PROMOCIÓN DE LA INDUSTRIA RESPONSABLE Y COMPROMISO CLIMÁTICO”

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO


FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

Asignatura

DERECHO CONSTITUCIONAL DEL PERÚ

Trabajo encargado:

Función Pública

Docente:

Discente:

Semestre

III

Grupo

“A”

Puno 27 de octubre de 2014


Función publica

Antiguamente se intentaba distinguir los conceptos de “funcionario publico” y “empleador


publico” y para establecer la diferencia se desechaban criterios tales como el de la
remuneración o su jerarquía administrativa, para limitarse principalmente al siguiente: el
funcionario decide, representa la voluntad del estado, mientras que el empleado ejecuta,
realiza comportamientos materiales para cumplir las decisiones de los funcionarios.

Excepciones dentro del régimen de la función publica.

En suma, salvo estos u otros casos de excepción, quienes se desempeñan en la administración


publica, centralizada o descentralizada, tiene calidad de funcionarios o empleados públicos y
se rigen en consecuencia por el derecho publico. Ello significa, que el régimen jurídico
aplicables sea exactamente el mismo en todos los casos; por el contrario, existen muchas
diferencias entre los distintos agentes de la administración, derivadas de que no todos ellos
están comprendidos en el régimen básico general.

Organización administrativa

La actuación eficiente, eficaz y célere de la administración publica demanda una estructura


técnico jurídica racional que regule y permita su funcionamiento. El poder de organización en
manos de las administraciones publicas se concretan en la atribución que tienen de estructurar
o conformar órganos, atribuirles y distribuirles competencias.

Por su parte la ley 27444 señala en su artículo I, del titulo preliminar de la Ley del
Procedimiento Administrativo General, que se comprenden como entidades publicas:

- Poder ejecutivo
- Poder legislativo
- Poder judicial
- Gobiernos regionales
- Gobiernos locales
- Los Organismos a los que la Constitución Política del Perú y las leyes confieren
autonomía.
- Las demás entidades y organismos, proyectos y programas del Estado, cuyas
actividades se realizan en virtud de potestades administrativas y, por tanto se
consideran sujetas a las normas comunes de derecho público, salvo mandato expreso
de ley que las refiera a otro régimen.
- Las personas jurídicas bajo el régimen privado que prestan servicios públicos o ejercen
función administrativa, en virtud de concesión, delegación o autorización del Estado,
conforme a la normativa de la materia.

El Ente Publico Mayor

Para nuestros efectos, el ente público mayor es sinónimo de Estado o de Administración


Pública Central. Se trata de un ente territorial a fin general o universal, puesto que, debe
atender todos los intereses públicos y satisfacer los fines públicos de la comunidad en todo el
territorio nacional.
Entes Públicos Menores

Para nuestros propósitos didácticos, el conjunto de los entes públicos menores es sinónimo de
Administración Pública Descentralizada.

Se les denomina menores, puesto que, han sido creados en virtudde un acto de imperio del
Estado (v. gr. por la propia Constitución o poruna ley) que es iniciativa de sus órganos (Poder
Constituyente o AsambleaLegislativa), para atender una serie de fines especiales que
originariamentele correspondían a éste. Adicionalmente, como veremos infra, el Estado oente
público mayor ejerce sobre los mismos una tutela administrativa, en elmarco de una relación
de confianza, al orientar, de forma general, su actuaciónpara lograr una mayor coherencia y
unidad en la satisfacción de losintereses públicos y de evitar la duplicidad de funciones. Lo
anterior, lo logra el ente público mayor mediante el ejercicio de un haz de potestades que
conforman la tutela administrativa tales como la planificación o programación, planes
nacionales de desarrollo, sectoriales, institucionales, regionales y locales, etc., la dirección,
directrices, la coordinación y el control, sustitución comisarial o sustitución y remoción del
titular.

Dentro de los entes públicos menores podemos encontrar unos de carácter territorial
(municipalidades), institucional (instituciones autónomas y semiautónomas) y corporativo
(colegios profesionales y las corporaciones productivas).

SISTEMAS DE ESTRUCTURACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA

Históricamente, todo ordenamiento jurídico se debate, internamente, entre un modelo


administrativo centralizado o descentralizado, representado el primero por una concentración
del poder, básicamente, en manos del Poder Ejecutivo y el segundo por el poder local o
municipal.

La adopción de uno u otro sistema depende, en último término, de una serie de variables
propias de cada ordenamiento jurídico y de carácter histórico, ideológico, político, económico,
geográfico, etnológico, sociológico, etc.

Centralización Administrativa

En la centralización administrativa, se transfiere la titularidad yejercicio de las competencias de


la Administración Pública descentralizadaa la central, por lo que las competencias públicas se
concentran, totalmente,en un centro de acción común o en un poder central. Tambiénpuede
manifestarse por un aumento de la tutela administrativa del entepúblico mayor sobre los
entes públicos menores, con la reducción correlativade la autonomía de éstos. En realidad, el
concepto expuesto es la"recentralización" administrativa que es un fenómeno inverso al de
ladescentralización y consiste en la absorción o atracción de las competencias,por parte del
ente público mayor, otrora titularidad de los entes públicosmenores, en virtud de un proceso
constitucional o legal previo dedescentralización.

Descentralización Administrativa
Este modelo surge para evitar la congestión y el colapso de la Administración Central o del
Estado para, de esa forma, agilizar el aparato o maquinaria administrativa. Es evidente que el
Estado no tiene capacidad de gestión (infraestructura financiera, humana, material y técnica)
para atender la heterogeneidad de intereses públicos y para satisfacer la diversidad de
necesidades de la colectividad, razón por la cual se ve obligado a transferir la titularidad y el
ejercicio de algunas competencias específicas y exclusivas en otros entes públicos menores.

La descentralización, administrativa precisa de dos requisitos uno objetivo, que es la


transferencia de la titularidad y el ejercicio de las competencias y una correlativa disminución
de las facultades de control o vigilancia del ente público mayor sobre los entes públicos
menores y otro subjetivo que consiste en la transferencia intersubjetiva de competencias, esto
es, entre entes públicos personificados (del ente público mayor a los entes menores o de la
Administración Pública central a la descentralizada.

La descentralización administrativa supone la creación de entes públicos menores dotados de


las siguientes característica.

 Personalidad jurídica especial


 un patrimonio propio autonomía financiera
 la atribución, en tesis de principio, de una competenciaexclusiva o privativa y
no concurrente, alternativa o paralela, porlo que el ente público mayorEstado
no puede invadir su esfera de competencias.

Definiremos la descentralización administrativa como la transferencia intersubjetiva y


definitiva de la titularidad y el ejercicio de competencias específicas y exclusivas. La explicación
a esta definición es la siguiente.

1) Transferencia intersubjetiva: Se produce del ente público mayor o Estado hacia los
entes públicos menores. Debe verificarse, entonces, a favor de un ente personificado o
una persona jurídico-pública distinta al Estado centros de imputación independientes
del Estado, quedando excluida la transferencia a entes de derecho privado -personas
físicas o jurídicas tales como concesionarios de obras y-servicios públicos, asociaciones
y sociedades.
2) Transferencia definitiva: Permanece durante toda la vigencia del acto de imperio
Constitución o ley del ente público mayor se efectuó la transferencia, esto es, hasta
tanto no haya una recentralización.
3) Transferencia de una competencia o función exclusiva y específica:La descentralización
supone el poder de decisión propio, independiente,irrevocable y necesario que no
puede ser sustituido o mediatizadopor el ente público mayor. Con ello se excluye que
los entes menoresestén sometidos a una relación de jerarquía, circunstancia que no
descartala tutela administrativa o dirección intersubjetiva, en aras de la
legalidad,orden y coherencia de toda la función administrativa.
La tutela administrativa o dirección intersubjetiva es un elemento inherente a la
descentralización administrativa, puesto que, si no se produce no estamos ante ese
sistema de estructuración administrativa sino ante una partición de la soberanía. Es así
como la extensión y alcance de los poderes de tutela administrativa o dirección
intersubjetiva que tiene al Estado frente a los entes públicos menores determinará una
mayor o menor descentralización administrativa.

Consecuencias o efectos de la descentralización administrativa:

- Autonomía: Tales personas jurídicas menores no son soberanas,puesto que, el único


que tiene soberanía en el concierto internacionallo es el Estado. Si los entes públicos
menores ostentaran la soberanía, seríanindependientes del ente público.
- Tutela administrativa: Los entes públicos menores, ciertamente, ejercitan potestades
de imperio y persiguen fines públicos, no obstante el ente público mayor o la
Administración Pública Central los controla o tutela mediante el ejercicio de las
potestades de dirección, programación o planificación y control. Se produce, así, una
relación de tutela administrativa entre el ente público mayor y el menor.

Distinción entre tutela administrativa y jerarquía administrativa

Esta diferenciación es consecuencia de la distinción clásica del Derecho Administrativo


entre ente y Órgano. La tutela administrativa o dirección intersubjetiva, es una forma de
control ejercido por el ente público mayor sobre los entes públicos menores, motivo por el que
es menester distinguirla de la relación de jerarquía interorgánica con la que no se puede
confundir. La relación de tutela administrativa es intersubjetiva y horizontal, esto es, se entre
dos entes públicos, normalmente el mayor Estado y los menores los últimos dotados de
personalidad jurídica y con autonomía. La relación de jerarquía administrativa es interorgánica
y vertical, es decir, se produce entre dos órganos sin personalidad jurídica, uno superior
(supraordinado) y el otro inferior (subordinado), adscritos a un mismo ente público por lo que
se produce en el seno o dentro de un ente público. El control tutelar es, en principio, limitado
o tasado, a diferencia del control jerárquico que es, por lo general, ilimitado.
Sentencia

SENTENCIA C-631/96

Norma demandada: Ley 190 de 1995, artículo 5 (parcial).

FUNCIÓN PÚBLICA - Naturaleza

La función pública, implica el conjunto de tareas y de


actividades que deben cumplir los diferentes órganos del
Estado, con el fin de desarrollar sus funciones y cumplir
sus diferentes cometidos y, de este modo, asegurar la
realización de sus fines. Se dirige a la atención y
satisfacción de los intereses generales de la comunidad,
en sus diferentes órdenes y, por consiguiente, se exige de
ella que se desarrolle con arreglo a unos principios
mínimos que garanticen la igualdad, la moralidad, la
eficacia, la economía, la celeridad, la imparcialidad y la
publicidad, que permitan asegurar su correcto y eficiente
funcionamiento y generar la legitimidad y buena imagen
de sus actuaciones ante la comunidad.

SERVIDOR PÚBLICO - Inhabilidades

Quienes como servidores públicos acceden a la función


pública deben reunir ciertas cualidades y condiciones, que
se encuentren acordes con los supremos intereses que en
beneficio de la comunidad se gestionan a través de dicha
función. Y, es por ello que tanto la Constitución como la
ley regulan las inhabilidades que comportan la carencia
de dichas cualidades e impiden a ciertas personas
acceder a la función pública.

INHABILIDADES - Documentación falsa / FUNCIÓN


PUBLICA - Inhabilitación / INHABILIDADES - Pena
accesoria

La sanción consistente en la inhabilitación constituye una


pena accesoria, que es consecuencia de la
responsabilidad deducida dentro del correspondiente
proceso penal o disciplinario, y que comporta
naturalmente la imposición de una pena principal. Y
juzgada la conducta penal o disciplinaria y, establecida
por consiguiente la correspondiente responsabilidad, se
ha asegurado dentro de la respectiva actuación procesal
el derecho al debido proceso, que cobija tanto a la
imposición de la pena principal como la de la accesoria.
La inhabilidad contemplada en la norma, constituye una
sanción accesoria impuesta a través del proceso penal o
disciplinario.

Santafé de Bogotá, D.C., veintiuno (21) de noviembre de


mil novecientos noventa y seis (1996)

I. ANTECEDENTES.

Cumplidos los trámites constitucionales y legales propios de la


acción pública de inconstitucionalidad, procede la Corte a proferir la
decisión correspondiente, en relación con la demanda presentada
por el ciudadano José Eurípides Parra Parra, contra el inciso 2 del
artículo 5 de la Ley 190 de 1995, afirmando su competencia con
fundamento en lo dispuesto en el artículo 241-4 de la Constitución
Política.

II. TEXTO DE LA NORMA ACUSADA.

Se transcribe a continuación el texto de la norma en referencia,


destacando en negrilla el aparte normativo que se acusa, así:

LEY 190 DE 1995

Por la cual se dictan normas tendientes a preservar la moralidad en


la Administración Pública y se fijan disposiciones con el fin de
erradicar la corrupción administrativa.

El Congreso de Colombia,

Decreta:

Artículo 5. En caso de haberse producido un nombramiento o


posesión en un cargo o empleo público o celebrado un contrato de
prestación de servicios con la administración sin el cumplimiento de
los requisitos para el ejercicio del cargo o la celebración del contrato,
se procederá a solicitar su revocación o terminación, según el caso,
inmediatamente se advierta la infracción.

Cuando se advierta que se ocultó la información o se aportó


documentación falsa para sustentar la información
suministrada en la hoja de vida, sin perjuicio de la
responsabilidad penal o disciplinaria a que haya lugar, el
responsable quedará inhabilitado para ejercer funciones
públicas por tres (3) años.
III. LA DEMANDA.

Según el demandante, el segmento normativo que se acusa viola las


disposiciones constitucionales contenidas en los arts. 29, 113, 121,
250, 277-6 y 278. El concepto de la violación lo hace consistir
básicamente en lo siguiente:

En el caso concreto del párrafo acusado, debe garantizarse un


debido proceso que permita a la persona a quien se le imputa la
ocultación de información o la aportación de documentación falsa
para sustentar los datos reseñados en la hoja de vida, ejercer su
derecho de defensa, porque "de facto se está condenando a la
inhabilidad sin un debido proceso, a mas que se está dejando que la
autoridad administrativa desempeñe papel de juez penal ya que ella
misma juzgará la falsedad del documento en los distintos tipos
penales que existan, desvirtuando el principio de juez natural y de
paso violando la división de poderes públicos con la consiguiente
demostración de una autoridad arbitraria colocándose más allá de
los senderos de la función administrativa y violando de manera trivial
el régimen penal colombiano.....", de modo que la administración
sustituye a la Fiscalía General de la Nación y a los jueces penales
en una función que es privativa de éstos.

IV. INTERVENCIÓN DEL DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO DE


LA FUNCIÓN PUBLICA .

La ciudadana Ana Victoria Críales Martínez, en su calidad de Jefe de


la Oficina Jurídica del Departamento Administrativo de la Función
Pública, y con arreglo a la delegación conferida mediante la
resolución 6152 del 1o. de diciembre de 1993, que la habilita para
actuar en toda clase de procesos judiciales que interesen a dicho
Departamento, solicitó a esta Corporación declarar exequible la
norma acusada, con los siguientes argumentos:

El debido proceso no se vulnera con la norma impugnada, dado que


no se ordena la imposición de una sanción en sí misma e
independientemente, sin el proceso preliminar respectivo, por el
contrario, se tiene en cuenta la ocurrencia del hecho constitutivo
como delito en el proceso penal, o como falta en el proceso
disciplinario y, por lo tanto, la posible imposición de la pena
accesoria consistente en la inhabilidad para el ejercicio de funciones
públicas, que esta prevista en el art. 42 del Código Penal.

De otro lado, respecto de las sanciones en el proceso disciplinario, la


ley 200 de 1995 prescribe en su art. 30, que igualmente constituyen
sanciones accesorias "las inhabilidades para ejercer funciones
públicas en la forma y términos consagrados en la ley 190 de 1995".

Tanto en materia penal como disciplinaria la sanción de inhabilidad


para ejercer funciones públicas no se constituye de manera alguna
como una pena adicional, sino como una sanción accesoria a la
principal y lo que hace la ley 190 de 1995 es establecer el término
por el cual tendrá vigencia esa inhabilidad como pena o sanción
accesoria dentro de cada uno de los respectivos procesos.

V. CONCEPTO DE LA PROCURADURÍA GENERAL DE LA


NACIÓN.

En la oportunidad legal, el señor Procurador General de la Nación


(e) se pronunció sobre la demanda presentada por el actor y solicitó
a esta Corporación declarar exequible el aparte normativo acusado,
con el argumento de que éste no establece una sanción autónoma o
principal para cuya imposición se requiera el adelantamiento de un
proceso especial, ni que de ella se pueda concluir que el legislador
haya descartado el proceso disciplinario o penal para imponerla. Al
respecto señala:

"En efecto, la inhabilidad para ejercer funciones públicas es, según


lo determina el Código Disciplinario Unico, en su artículo 30, una de
las sanciones accesorias a que están sometidos los servidores
públicos por la comisión de faltas disciplinarias, su imposición como
correctivo se produce con el acto mediante el cual finaliza el proceso
respectivo adelantado según la Ley Disciplinaria. Esto significa que
no puede pensarse en la aplicación de tal sanción sino en la medida
en que se haya adelantado un proceso administrativo disciplinario y
determinado, mediante el cumplimiento de todas las formalidades
inherentes a ese proceso, que existió la comisión de una falta grave
y se configuró la responsabilidad en cabeza del servidor público.
Igual recorrido se puede predicar bajo la óptica del proceso penal".

"Ahora bien, al examinar el texto legal cuestionado se observa que la


inhabilidad allí prevista se aplicará como correctivo 'sin perjuicio de
la responsabilidad penal o disciplinaria a que haya lugar', lo cual
conduce necesariamente al intérprete del mismo a concluir que tanto
el proceso penal como el proceso disciplinario han de ser
observados por los funcionarios facultados para imponer la sanción
accesoria que es objeto de análisis. Haciendo la salvedad de lo
dispuesto en el Código Disciplinario Unico en el parágrafo de su
artículo 30, en el sentido de que en aquellos casos la conducta haya
originado sanción penal, la inhabilidad procederá siempre y cuando
no hubiere sido impuesta en el respectivo proceso jurisdiccional".

"Es de anotar aquí que así como en la ley disciplinaria la inhabilidad


está consagrada como una sanción accesoria, en la Ley Penal
Colombiana ella aparece como una pena accesoria bajo la
denominación de interdicción de derechos y funciones públicas
(numeral 3o. del artículo 42 del Código Penal Colombiano), cuando
no se establezca como principal".

V. CONSIDERACIONES DE LA CORTE CONSTITUCIONAL.


1. Planteamiento del problema.

Según aparece de los términos de la demanda el actor censura el


acápite normativo acusado, porque a su juicio es inconstitucional
que el legislador establezca una sanción como la inhabilidad para
ejercer funciones públicas por tres años, que opera en forma
automática y se hace efectiva por la autoridad administrativa, sin que
se observe el debido proceso.

2. Análisis de los cargos de la demanda.

2.1. La función pública, implica el conjunto de tareas y de actividades


que deben cumplir los diferentes órganos del Estado, con el fin de
desarrollar sus funciones y cumplir sus diferentes cometidos y, de
este modo, asegurar la realización de sus fines.

La función pública, por lo tanto, se dirige a la atención y satisfacción


de los intereses generales de la comunidad, en sus diferentes
órdenes y, por consiguiente, se exige de ella que se desarrolle con
arreglo a unos principios mínimos que garanticen la igualdad, la
moralidad, la eficacia, la economía, la celeridad, la imparcialidad y la
publicidad (art. 209 C.P.), que permitan asegurar su correcto y
eficiente funcionamiento y generar la legitimidad y buena imagen de
sus actuaciones ante la comunidad.

En este orden de ideas, quienes como servidores públicos acceden


a dicha función deben reunir ciertas cualidades y condiciones, que
se encuentren acordes con los supremos intereses que en beneficio
de la comunidad se gestionan a través de dicha función. Y, es por
ello que tanto la Constitución como la ley regulan las inhabilidades
que comportan la carencia de dichas cualidades e impiden a ciertas
personas acceder a la función pública.

Algunas de dichas inhabilidades surgen de la circunstancia de haber


sido condenado por sentencia judicial a la suspensión del ejercicio
de la ciudadanía, o a la privación temporal o a la pérdida absoluta de
los derechos políticos, o a pena privativa de la libertad, (arts. 98, 99,
175-2, 179 y 183), o bien pueden estar determinadas por la
imposición de una sanción de tipo disciplinario.

2.2. El Código Penal, teniendo en cuenta la importancia o entidad de


las penas, las clasifica en principales (prisión, arresto y multa, art.
41), según que se impongan de manera autónoma, a consecuencia
de una infracción penal, y accesorias (restricción domiciliaria,
pérdida de empleo público u oficial, interdicción de derechos y
funciones públicas, prohibición del ejercicio de un arte, profesión u
oficio, etc., art. 42), cuando suponen una pena principal a la cual se
unen o acceden.[1]
También la ley 200 de 1995, "Código Disciplinario Unico", con el
mismo criterio, establece para los infractores de las normas
disciplinarias sanciones principales (amonestación escrita, multa,
suspensión de funciones, terminación del contrato de trabajo de
prestación de servicios, remoción, desvinculación del cargo según el
artículo 278 de la Constitución, pérdida de la investidura para
miembros de las Corporaciones públicas, etc., art. 29), y sanciones
accesorias, que están previstas en el artículo 30.

Concretamente, en relación con la inhabilidad para el ejercicio de


funciones públicas dicha norma dispone, en lo pertinente:

"Son sanciones accesorias las siguientes:

1. Las inhabilidades para ejercer funciones públicas en la forma y


términos consagradas en la Ley 190 de 1995."

"PARAGRAFO-. En aquéllos casos en que la conducta haya


originado sanción penal la inhabilidad procede siempre y cuando no
hubiere sido impuesta en el respectivo proceso, igualmente como
consecuencia de faltas graves o gravísimas."

"En los casos en que la sanción principal comporte inhabilidad, en el


mismo fallo se deberá determinar el tiempo durante el cual el
servidor público sancionado queda inhabilitado para ejercer cargos
públicos. En firme la decisión, tendrá efectos inmediatos."

"Cuando el servidor público sancionado preste servicios en otra


entidad oficial, deberá comunicarse al representante legal de ésta
para que procede a hacer efectiva la inhabilidad ."

(....)

2.3. Observa la Corte, que ciertas inhabilidades, como se vio antes,


sólo pueden surgir como consecuencia de condenas impuestas a
través de sentencias judiciales, o bien de decisiones adoptadas en
procesos disciplinarios, en virtud de las cuales se deduce la
responsabilidad por un hecho ilícito o por la comisión de una falta
disciplinaria.

2.4. La norma que de la ley 190 de 1995 se acusa, regula la


hipótesis de las personas que para acceder a la función pública
ocultan información o aportan documentación falsa, como sustento
de los datos que figuran en sus hojas de vida, en el sentido de que
sin perjuicio, esto es, dejando a salvo o independiente de la
responsabilidad penal o disciplinaria que se les puede exigir, quedan
inhabilitadas para ejercer funciones públicas por el término de 3
años.
2.5. El examen de constitucionalidad de la norma acusada sólo es
posible adelantarlo analizando en forma conjunta y sistemática los
dos estatutos normativos mencionados, esto es, del Código
Disciplinario Unico y de la Ley 190 de 1995, en punto a la sanción
accesoria de inhabilidad para el ejercicio de funciones públicas.

Para declarar o determinar la responsabilidad penal o disciplinaria,


es necesario que se observe el debido proceso dentro de la
correspondiente actuación procesal de carácter penal o disciplinaria.

La sanción consistente en la inhabilitación mencionada, constituye


una pena accesoria, que es consecuencia de la responsabilidad
deducida dentro del correspondiente proceso penal o disciplinario, y
que comporta naturalmente la imposición de una pena principal.

Y juzgada la conducta penal o disciplinaria y, establecida por


consiguiente la correspondiente responsabilidad, se ha asegurado
dentro de la respectiva actuación procesal el derecho al debido
proceso, que cobija tanto a la imposición de la pena principal como
la de la accesoria.

2.6. Podría pensarse, como lo hace el demandante, que el


entendimiento de la norma conduce a considerar que una cosa es la
responsabilidad penal o disciplinaria que se le puede deducir a la
persona a quien se le imputa la aludida conducta y otra muy
diferente es la inhabilitación para el ejercicio de funciones públicas
que operaría en forma autónoma e independiente y que podría ser
aplicada por la administración; es decir, que dicha inhabilitación
tendría operancia, con independencia de que en el proceso penal o
disciplinario el imputado resulte incurso en la correspondiente
responsabilidad. De este modo, quedaría a la discrecionalidad y
arbitrio de la administración, mediante el ejercicio de una especie de
autotutela y sin observar el debido proceso, determinar la existencia
de la aludida inhabilidad.

Entendida así la norma sería inconstitucional, porque sin haberse


establecido previamente la responsabilidad penal o disciplinaria e
impuesto una pena principal, se le estaría aplicando una especie de
sanción o una prohibición para acceder al servicio público que no
tiene como causa la existencia probada de una conducta ilícita o
irregular, a través del respectivo proceso, más aún si se considera
que como el derecho al acceso a la función pública (art. 40-7. C.P.)
tiene el carácter de fundamental, su restricción, con mayor razón,
sólo es posible por la vía de una sanción de tipo penal o disciplinario,
impuesta con la observancia del debido proceso.

No obstante, si se entiende la norma mediante la interpretación


sistemática y de conjunto de los referidos estatutos que se ha
realizado, teniendo en cuenta la mutación legislativa contenida en el
citado artículo 30, en el sentido de considerar que dicha inhabilidad
es una sanción accesoria, naturalmente la norma resulta ajustada a
la Constitución.

En las circunstancias anotadas, la Corte declarará exequible la


disposición acusada bajo el entendido de que la inhabilidad
contemplada en el inciso 2o de la norma demandada, constituye una
sanción accesoria impuesta a través del proceso penal o
disciplinario.

VI. DECISIÓN.

Con fundamento en las consideraciones precedentes, la Corte


Constitucional administrando justicia en nombre del pueblo y por
mandato de la Constitución,

RESUELVE:

Declarar EXEQUIBLE el inciso 2o del artículo 5° de la Ley 190 de


1995, bajo el entendido de que la inhabilidad allí prevista constituye
una sanción accesoria que debe ser impuesta a través del
correspondiente proceso penal o disciplinario.

Notifíquese, comuníquese, cúmplase, insértese en la Gaceta de la


Corte Constitucional y archívese el expediente.

Referencia: Expediente D-1326.


Actor: José Euripides Parra Parra.
Magistrado Ponente: Dr. ANTONIO BARRERA CARBONELL.

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