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pasa rápido y la vida continua. Sin embargo la ansiedad es continua y para algunas
personas no pasa, se convierte en un problema que termina controlando sus vidas.
En el núcleo de estas sensaciones tan desagradables, está la ansiedad y un mecanismo
que todos tenemos para sobrevivir al peligro inminente que es luchar o huir, se conoce
como respuesta lucha-huida. Pero en los trastornos de ansiedad las rutas de dicha
ansiedad son demasiado sensibles, estas rutas afectan tres partes principales del
cerebro:
El estímulo que históricamente era un animal salvaje y que hoy en día es más parecido a
un automóvil o cualquier otro que cumpla sus mismos requisitos; llega al cerebro a través
de los ojos y la respuesta se coordina en una parte del cerebro conocida como amígdala,
esto activa la parte pensante del cerebro, la corteza prefrontal y a la vez la región más
primitiva del cerebro, como lo es el tallo encefálico que regula funciones vitales básicas
como: la respiración , metabolismo y las reacciones y movimientos automáticos que en
este caso se acciona y provoca la ansiedad.
Aumenta la frecuencia cardiaca, la respiración se hace más rápida y se entrecorta y los
músculos se contraen, todo ello con el objetivo de sobrevivir al peligro objetivo, pero lo
que hace es provocar un ataque de pánico por una mala interpretación provocada por los
trastornos de ansiedad.
Se sufre un ataque de ansiedad y al experimentar miedo, se tiene un pensamiento
distorsionado como: “Algo terrible va ocurrir”, “vas a perder el control”, “vas a sufrir un
infarto”, “vas a morir”. Los trastornos de ansiedad pueden provocar ataques de pánico o
no, sin embargo cuando la persona se ve en la situación que teme sufrirá uno.
https://www.youtube.com/watch?v=0mS9ks8OnUs
https://www.youtube.com/watch?v=DuqrGXFQtwU