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Horarios: como en el resto de Europa, en París se suele comer y cenar un poco más
temprano. A mediodía se come entre las 12:00 y las 14:00 horas, y se cena entre las
19:30 y las 22:00 horas. No obstante, encontraréis locales con la cocina abierta
ininterrumpidamente, especialmente en zonas turísticas.
El barrio latino: como barrio de estudiantes (la Sorbona se encuentra aquí), tiene una
oferta gastronómica amplísima. A nosotros nos resulta excesivamente turístico, pero
si te sales de las calles principales (sobre todo de la Rue de la Huchette) puedes
encontrar restaurantes pequeños, económicos y de calidad razonable. Hay una gran
variedad de restaurantes de comida griega, turca y asiática, pero también francesa.
Montmartre: le pasa lo mismo; es bastante turístico pero aún conserva muchos cafés
y restaurantes familiares con encanto, sobre todo en torno a la Place du Tertre. Y la
verdad es que tomarse un café en una terraza de algún rincón de Montmartre es una
delicia. Si te gustó Amélie, puedes hacer una visita al viejo Cafe des Deux Moulins, en
el nº 15 de la rue Lepic.
Montparnasse: los alrededores de la torre Montparnasse concentran un elevado
número de creperías, entre otros muchos restaurantes y cafeterías. Es una buena
zona para comer barato y bien en París.
Los mercados callejeros: París se suma a la moda de la streetfood y ofrece comida
callejera en muchos de sus mercados, como el Marché Bastille, el Marché Monge o el
Marché Saxe-Breteuil.
Batobus
Este autobús turístico “acuático” recorre los monumentos más famosos de París
atravesando el Sena.
Además, puedes subir y bajar tantas veces quieras, con un mismo billete, por lo
que es una opción interesante para quienes quieran ver mucho en poco tiempo.
Museo del Louvre
El Musée du Louvre es el museo más grande, más famoso y probablemente el
mejor de París. Además de contar con una impresionante pinacoteca, entre cuyas
obras destaca la inolvidable Mona Lisa de Leonardo Da Vinci, el Museo del Louvre
posee una de las colecciones de arte antiguo más completas del mundo.
Es prácticamente imposible abarcarlo entero en una sola visita, por lo que lo mejor es
ir a verlo en varias visitas y disfrutar la sobredosis de arte e historia que ofrecen sus
galerías.
Museo de Orsay
El Museo de Orsay.
Otra de las joyas de París en lo que a museos se refiere es el Musée d’Orsay, que
custodia bajo el esqueleto de una antigua estación de ferrocarril las mejores obras
del Impresionismo.
Su exposición abarca el arte occidental del período comprendido entre 1848 y 1914, e
incluye, además de pintura, escultura, artes decorativas y escultura.
Perderse por las diferentes plantas para toparse con algunas de las grandes obras de
Manet, Degas o Cézanne es un verdadero placer para cualquier amante del arte, que
reconocerá rápidamente algunos de sus cuadros más significativos. Por cierto:
su terraza con vistas es uno de los rincones más románticos de París.
Museo Rodin
Dedicado al famoso escultor, el Musèe Rodin está ubicado en una elegante casa
ocupada antaño por el Hôtel Biron. Desde que fuera convertida en museo sufrió
numerosas reformas hasta transformarla en lo que es hoy: una amplia exposición
dedicada a Rodin pero también con obras de otros escultores modernos y
contemporáneos. El precioso jardín de esculturas pone la guinda a una de las visitas
más interesantes de París.
Museo de la Orangerie
En pleno Jardín de las Tullerías encontraremos este museo con aspecto de templo
griego, inaugurado a mediados del XIX. Su colección cuenta con importantes obras
del Impresionismo y Postimpresionismo, entre ellas la más amplia colección
de Nenúfares de Monet.
Centro Pompidou
El Centro Pompidou acoge la mejor colección de arte contemporáneo de Francia y es
uno de los museos más visitados de París; su edificio de arquitectura
vanguardista cuenta con unas vistas de París magníficas desde su restaurante en
la última planta, una de las mejores bibliotecas de Europa especializada en arte, la
biblioteca Kandinsky, varias salas de exposición e incluso un espacio dedicado a
conciertos.
Museo de Cluny (Museo Nacional de la Edad
Media)
El Musée National du Moyen Âge está emplazado en el barrio latino de París,en el
espacio que albergó antiguamente unas termas romanas y después un hospicio.
En la actualidad es uno de los museos más importantes de Europa dedicados a
la Edad Media,pues su colección contiene piezas procedentes de todos los lugares
del mundo, entre las que se incluyen algunas esculturas de la Catedral de Notre
Dame, piezas del tesoro visigodo de Guarrazar o el hermoso tapiz de la Dama y el
Unicornio. Pasear por los jardines que recorrieron los antiguos abades de Cluny es
un viaje de lo más relajante, que nos permitirá escapar del bullicio del barrio latino por
unos momentos.
Museo del Ejército
Dentro del complejo de Los Inválidos se encuentra el Museo del Ejército de París,
que repasa la historia de la armada francesa (y por extensión, de Francia) a lo largo
de varios siglos, desde la Prehistoria hasta el siglo XX, las dos guerras mundiales. A
lo largo de su exposición encontraremos piezas de armamento, uniformes militares y
armaduras, repartidos entre las tres partes que conforman el museo. Imprescindible
para los amantes de la historia militar.
Museo Picasso
Picasso pasó parte de su vida en París, y la ciudad le dedicó este museo que ha
vuelto a abrir sus puertas recientemente, tras un largo período de reformas. En él se
exponen algunos de los mejores trabajos de Picasso, con miles de obras entre
pintura y escultura y miles de bocetos y grabados que abarcan todas las corrientes
estilísticas que desarrolló el malagueño: el cubismo, la época azul y la rosa… también
cuenta con varias obras de otros artistas, pertenecientes a la colección privada del
propio Picasso.
Museo Carnavalet
Para conocer la historia de París hay que acercarse al Museo Carnavalet, que recorre
laevolución de la ciudad desde su nacimiento -gracias a los testimonios
arqueológicos- hasta la actualidad. El museo se encuentra en el barrio de Le
Marais, uno de nuestros barrios de París favoritos, y sin duda merece la pena visitarlo
para comprender cómo París se convirtió en la ciudad que hoy vemos, gracias a su
completísima colección de arte, maquetas, mobiliario y todo tipo de objetos ligados a
la historia de la capital francesa.
Museo de Montmartre
Uno de los secretos mejor guardados del barrio bohemio de París es este pequeño
museo que guarda algunas de las mejores obras de arte de los artistas más famosos
que habitaron el barrio de Montmartre. Ubicado entre dos edificios históricos, está
rodeado por los Jardines Renoir,uno de los rincones más románticos de París.
En los últimos años se ha visto invadido por los típicos puestos de souvenirs y
prendas de imitación, pero si sigues caminando un poco más allá de donde comienza
y te animas a adentrarte por las callejuelas que lo rodean descubrirás un universo de
muebles antiguos, carteles, láminas y cuadros y objetos de lo más variopinto: desde
ropa hasta libros o juguetes clásicos. Para nosotros continúa siendo uno de los
mejores mercados de París: merece la pena reservar una mañana para recorrerlo sin
prisas y buscar alguna joyita.
Si vas al Mercado de las Pulgas no olvides echar un vistazo al ruidoso bar Chez
Louisette, donde antaño se reunía lo mejor de la Belle Époque.
Dirección: Porte de Clignancourt, Saint-Ouen.
Horario: lunes de 11:00-17:00 horas, sábados de 09:00-18:00 horas y domingos de
10:00-18:00 horas.
Cómo llegar: metro (línea 4, Porte de Clignancourt o línea 13, Garibaldi).
El Mercado de las Flores de París existe desde 1830, y desde luego al pasear entre
sus puestos uno podría pensar que el tiempo se ha congelado en este pequeño
mercado que constituye unos de los rincones más bonitos de París.
Los domingos, por cierto, al Mercado de Flores se suma un mercado de pájaros de
lo más curioso.
Dirección: Place Louis Lépine.
Horario: todos los días de 08:00-19:30 horas.
Cómo llegar: metro (línea 4, Cité) y RER (línea C, Saint-Michel – Notre-Dame).
Si quieres, puedes entrar a la Madeleine. Si no, te aconsejamos que sigas por la parte
trasera de la iglesia hacia la Rue de Sèze. Llegarás en pocos mi minutos a una
intersección de varias calles: gira a la derecha para bajar por la Rue Cambon.¿Que
hay muchas limusinas? Claro, estás frente a la mítica tienda de Chanel ;)
Si tienes hambre, puedes comer algo en alguno de los cafés que hay por aquí. No te
asustes: aunque sea una zona de tiendas de lujo, hay muchas opciones para comer
para todos los bolsillos.
Tarde
Desde la Rue Cambon gira a la izquierda para seguir por la Rue Saint Honoré. Es
una de las calles más de moda en París, donde se encuentra una de las tiendas
favoritas de los apasionados de la moda y el diseño, Colette, y también cercana a la
Plaza Vendôme.
Colette es una de las tiendas de referencia en París.
Visitar el Museo del Louvre:avanza por la Rue Saint Honoré hasta desembocar en
el Museo del Louvre (10 minutos), a cuya visita puedes dedicar el resto de la tarde.
Recuerda que si la haces coincidir con un miércoles o viernes, el museo está abierto
hasta las 21:45 horas y podrás aprovecharla mejor.
Seguir callejeando: atraviesa la Place Vendôme y sube por la Rue de la Paix hasta
alcanzar la Ópera Garnier. Para obtener la mejor perspectiva, entra en las
cercanas Galerías Lafayette y, tras maravillarte con su cúpula de colores, sube hasta
el último piso y asómate a la terraza. ¡La Torre Eiffel vuelve a saludarte al fondo! Si
aún te quedas ganas de caminar (venga, solo un poco más), baja por la animada
Avenue de l’Opéra hasta salir a la explanada del Museo del Louvre. Aprovecha para
hacerte unas cuantas fotos junto a su polémica pirámide y pasa bajo el Arc de
Triomphe du Carrousel, que por las tardes goza de una luz especial, para adentrarte
en los Jardines de las Tullerías y poner punto y final a este primer día en París.
Segundo día en París
Mañana
Sí, ya ha llegado el momento, ¡hoy toca subir a la Torre Eiffel! Coge el metro hasta la
estación de Trocadero y sigue a la multitud: ahí la tienes, en todo su esplendor, frente
a ti. ¿A que es más grande de lo que parecía? Si has sacado las entradas con
antelación como te recomendábamos en nuestro artículo sobre la Torre Eiffel, dirígete
a la entrada sin colas y prepárate a vivir una de las mejores experiencias en París.
Cuando llegues al mirador superior lo entenderás.
Torre Eiffel.
Ahora que ya podemos ponerle el tick al icono por excelencia de París, vamos a
encaminarnos hacia uno de los barrios con más ambiente de la ciudad: el barrio
Latino. Desde el Campo de Marte, bajo la Torre Eiffel, daremos un paseo de una
media hora hasta los Jardines de Luxemburgo. Si vas bien de tiempo puedes
aprovechar para visitar Los Inválidos o el maravilloso Museo Rodin, ya que pasarás
muy cerca.
Desde el Museo Rodin, continúa caminando por la Rue de Varenne hasta llegar
al Boulevard Raspail (y si ya te ruge el estómago, busca alguna brasserie donde
hacer una pausa y sentarte a comer).
Si prefieres realizar el itinerario acompañado de un guía local en
español experto en cada barrio de París, echa un vistazo a
nuestra visita guiada por el Barrio Latino y a nuestra visita guiada
por Saint-Germain-des-Prés.
Tarde
Desde el Boulevard Raspail toma la Rue de Sévres, gira en la segunda calle a la
derecha y en apenas 5 minutos llegarás hasta la Iglesia de Saint Sulpice, una de las
más bonitas de París.
Si caminas 5 minutos más, desembocarás en los Jardines de Luxemburgo, nuestro
parque favorito en París. Aprovecha para hacer un descanso antes de continuar hacia
el Panteón Nacional; por el camino te encontrarás con la Universidad de la
Sorbona. Te recomendamos entrar al Panteón y visitar las criptas, donde están
enterrados los grandes protagonistas de la historia y cultura de Francia.
Al salir, no dejes de asomarte a la pequeña pero muy bonita Iglesia de Saint-
Étienne-du-Mont.
Iglesia de Saint-Étienne-du-Mont.
Continúa el paseo yendo hacia La Conciergerie, que puedes visitar por dentro. Si no
te apetece entrar, cruza el puente frente a ella para salir de Isla de la Cité.
Tarde
Después de comer, te proponemos dos planes diferentes en función de cómo quieras
pasar tus últimas horas en París:
Compras y merienda en Le Marais: desde el puente, dirígete hacia la zona del Hotel
de Ville y el Centro Pompidou. Puedes visitar este último o continuar callejeando por
el barrio de Marais, lleno de bonitos cafés, boutiques de diseño y elegantes
parques.Llega hasta la Plaza de los Vosgos, donde puedes sentarte a tomar un café
con unos crepes, relajarte paseando entre sus hileras de árboles o visitar la Casa de
Victor Hugo. Para terminar el día, dirígete hacia Bastille. En los alrededores de
la Plaza de la Bastilla puedes cenar a buen precio y la oferta de restaurantes es muy
amplia.
La Place du Tertre.
Paseo por Montmartre: coge el metro hasta Pigalle y, tras hacerte un par de fotos
junto al emblemático Moulin Rougeque verás al salir, adéntrate
en Montmartre. Puedes subir a pie por las escaleras que rodean la Basílica
del Sacre Coeur o en el funicular de Montmartre. Si vas justo de tiempo o no tienes
muchas ganas de caminar, utiliza el Montmartrobus, con parada en todos los lugares
de interés de este pintoresco barrio donde se rodó Amélie. En Montmartre, además
de la bulliciosa Place du Tertre, encontrarás otros atractivos como el museo dedicado
a Dalí (Dalí Espace Montmartre) o el Musée de la Vie Romantique.
También ofrecemos visitas guiadas con guías locales en estos dos
barrios; si estás interesado en conocerlos a fondo viendo algo más
allá de los típicos lugares turísticos, reserva nuestra visita guiada en
Le Marais o nuestro tour por Montmartre.
Recuerda que, si tienes tiempo alguno de estos tres días, también puedes subir a
la Torre Montparnasse para disfrutar de las mejores vistas de la Torre Eiffel; visitar
el Cementerio Pere-Lachaise, donde se encuentran enterrados personajes como
Édith Piaf o Jim Morrison, o perderte por el Mercado de las Pulgas en busca de
alguna ganga.