Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Mineral Estratégico
Mineral Estratégico
Principales reservas
Algunos economistas señalan que en el continente africano se encuentra el 30 %
de las reservas de minerales y metales aún sin explotar a nivel mundial. En el caso
del cromo, Estados Unidos depende de las importaciones procedentes de
Sudáfrica y Zimbabwe, países que concentran el 98% de las reservas mundiales.
En el caso del manganeso, este EE.UU. recibe el 39 % de sus importaciones tan
sólo de Sudáfrica, nación que posee el 75 % de las reservas mundiales. A su vez,
Europa Occidental depende de los minerales estratégicos para sus industrias por
encima del 90%. También Japón depende de estos minerales al basarse su
economía en la compra de materia prima a bajo coste y la manufactura de
productos tecnológicos. China y la India, como consecuencia de su emergente
economía está provocando que las expectativas de las reservas minerales
mundiales se reduzcan en dos décadas, contribuyendo con ello a un aumento en
el grado de dependencia de los suministradores.
A partir del uranio se obtienen los elementos transuránidos, entre los más pesados
se obtienen: el plutonio, americio, curio, berkelio y californio.
Efectos Ambientales
La mayoría de los yacimientos de los minerales estratégicos suponen la
destrucción total o parcial del ecosistema en el que se encuentran al situarse éstos
en países en desarrollo, donde la gestión de los residuos en su generación es
carente o ineficaz. La mina de Chuquicamata, dedicada a la extracción de cobre,
es la mina a cielo abierto más grande del mundo, con 90 años de funcionamiento a
sus espaldas. De Chile parten más del 40% de las exportaciones mundiales de
cobre, principalmente hacia dos economías emergentes: China y la India. Con un
volumen de 15 kilómetros cúbicos (equivalente a 6 millones de piscinas olímpicas),
se utilizan grandes cantidades de ácido sulfúrico en el proceso de lixiviación, parte
del cual se desecha junto con el ripio (25% del total extraído), destruyendo hasta
su desembocadura en el mar los ecosistemas que se encuentra a su paso. Los
efectos ambientales de la explotación del uranio y sus procesos posteriores
incluyen: contaminación de aguas superficiales y subterráneas con ácidos, metales
pesados y material radiactivo. Se calcula que por tonelada de uranio se generan
3.700 litros de residuos líquidos y cien veces el peso del material obtenido en
residuos de sólidos (muchos radiactivos), que poseen una vida media de hasta
miles de años.