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3. ¿Cómo funciona el régimen de titularidad en las sociedades anónimas?

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La sociedad anónima es la forma societaria más usada en nuestro país, en sus tres
modalidades, que son la sociedad anónima, la sociedad anónima cerrada y la sociedad
anónima abierta. Por ello, comenzaremos por ver las reglas aplicables a la
titularidad de este tipo de personas jurídicas.
Las acciones son valores que representan derechos sobre una sociedad anónima. Son
el resultado de la división de la cifra del capital social en una determinada
cantidad de alícuotas, que se distribuyen entre los socios en función a los aportes
que hayan realizado a la sociedad.
Para estos efectos, todas las acciones de una sociedad deben tener el mismo valor
nominal y deben dar origen a los mismos derechos, en función a la clase a la que
pertenezcan, pues es posible que una sociedad emita distintas clases de acciones
con distintos derechos para cada clase.
Como regla general, las acciones son transferibles libremente, pero pueden
establecerse restricciones en el estatuto de la sociedad o por acuerdo de los
socios. Es necesario señalar también que, en el caso de las sociedades anónimas
cerradas, existe un derecho de adquisición preferente, regulado por el artículo 237
de la Ley General de Sociedades.

3.1. ¿Cómo se establece la titularidad de las acciones?


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De conformidad con el artículo 91 de la Ley General de Sociedades, la sociedad
considera como propietario de las acciones a quien figure como tal en el libro de
matrícula de acciones.
Así, la sociedad reputará como propietario de las acciones a quien aparezca en el
libro de matrícula de acciones como tal. Esto difiere de la creencia o confusión
común por la cual muchas personas creen que la titularidad de las acciones de una
sociedad anónima depende de la información inscrita en los Registros Públicos.
Ahora bien, esto no implica que una transferencia de acciones no sea válida por el
hecho de no estar registrada en el libro de matrícula de acciones.
La falta de anotación de la transferencia en el libro de matrícula únicamente
significa que el adquirente de las acciones no podrá oponer su derecho frente a la
sociedad. Como veremos más adelante, la transferencia surte efectos entre el
transferente y el adquirente desde el momento de la celebración del contrato de
transferencia.

3.2. Sobre la transferencia de acciones


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La transferencia de acciones se realiza mediante la celebración del contrato de
transferencia entre el accionista transferente y el adquirente. El contrato no
requiere constar por escrito, pero es recomendable que así sea. No es obligatorio
que se legalicen las firmas de las partes o que se eleve a escritura pública el
contrato.
El contrato de transferencia debe contener los siguientes elementos esenciales:
• identificación de las partes;
• descripción de las acciones a ser transferidas, indicando su cantidad, la
sociedad cuyo capital representan, valor nominal, cargas o gravámenes que pudieran
existir sobre ellas y la demás información pertinente;
• valor de transferencia de las acciones; y
• forma de pago del valor de transferencia.
Dependiendo de la negociación del contrato, situación de las acciones, intereses de
las partes, y otros aspectos, el contrato podrá contener los pactos que consideren
necesarios las partes.
Una vez celebrado el contrato, el transferente, el adquirente o ambos, deben
informarle a la sociedad, a través de una comunicación simple, que se ha producido
la transferencia de las acciones a fin que la sociedad anote dicha transferencia en
el Libro de Matrícula de Acciones. El responsable por la veracidad de las
anotaciones es el gerente general.
Como hemos señalado anteriormente, el contrato de transferencia surte efectos desde
el momento de su celebración, por lo que, entre las partes, la transferencia es
válida y oponible.
Sin embargo, la Ley General de Sociedades exige que, para que la transferencia sea
oponible a la sociedad, se le deba comunicar la operación y se haga la anotación
correspondiente en el Libro de Matrícula de Acciones.
Así, si la transferencia no es comunicada a la sociedad y no se anota en el Libro
de Matrícula de Acciones, el adquirente no podrá ejercer sus derechos como
accionista, tales como cobrar dividendos, participar y votar en las juntas de
accionistas, solicitar información sobre la marcha de la empresa, etc.
Entonces, con la celebración del contrato de transferencia y la comunicación a la
sociedad para su correspondiente anotación en el Libro de Matrícula, culmina el
procedimiento para la transferencia de las acciones.

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