Está en la página 1de 9

FE PUBLICA

La fe pública es la garantía que el Estado da en el sentido de que los


hechos que interesan al derecho son verdaderos y auténticos. Lo anterior,
por cuanto en la realidad social existen una serie de hechos y actos con
relevancia jurídica que si bien no todos los ciudadanos pueden presenciar,
deben ser creídos y aceptados como verdad oficial.

Afirmaciones que todos los individuos de la colectividad deben tener por


verdaderas obligadamente, al existir normas de tipo legal que así lo
establecen y encontrarse estas afirmaciones investidas de fe pública,
mediante las formas que a tal fin han sido prescritas por la ley y a través de
algún agente autorizado por el Estado.

Para que un agente pueda dar fe pública, el hecho acto debe ser evidente
para el fedatario, es decir presenciado o percibido por él. Asimismo, el
hecho histórico debe constar documentalmente para su conservación en el
tiempo, transformándose así en un hecho narrado.

La fe pública impuesta por el legislador a los actos notariales, coadyuvan a


la seguridad jurídica y a la certeza, tanto en los instrumentos cuanto a las
relaciones de derecho que nacen, se desarrollan o expiran por medio de
ellos. Los efectos de dicha fe, se sustentan además en la objetiva
imparcialidad del escribano. A travez de su actuar, la ley otorgar
perdurabilidad a los actos jurídicas, documentados a través de las escrituras
públicas.

De ahí que el Código Civil, prescriba que los hechos que el oficial público
hubiere anunciado como cumplidos por él mismo, o que han pasado en su
presencia, gozarán de plena fe pública.

Dichos instrumentos serán admitidos como verdaderos sin posibilidad de


desconocerlos, salvo resolución judicial de nulidad de acto jurídico.

1-Concepto jurídico.
Definimos la fe pública como aquella manifestación del estado publico
delegada en ciertos funcionarios, los que una vez en posesión de sus
cargos, tienen la facultad de dotar de autenticidad y fuerza legal a los
instrumentos que autorizan.

Las definiciones son concurrentes en el punto de considerar a la fe pública


como una verdad impuesta coactiva o imperativamente por el Estado, que
obliga a los habitantes dar por ciertos o veraces determinados instrumentos
o hechos. Los mismos deberán estar intervenidos o firmados por
funcionarios, en cumplimiento de un marco de formalidades legales que
garanticen su autenticidad.

Al decir de Cabanellas, la doctrina uniforme que se da en un buen número


de tratados, llama fe pública a la calidad de documentos determinados,
suscripto por funcionarios, cuyas aseveraciones, cumplidas determinadas
formalidades tienen la virtud de garantir la autenticidad de los hechos
narrados y por consiguiente su validez y eficacia jurídica.

Va de suyo que esta definición refiere a la valoración jurídica de una


representación ontológica y se aparta del juicio lógico de la fe como
creencia o convicción. En una palabra la fe pública trasciende del aludido
documento y se hace pública por antonomasia.

Couture expresa que el concepto de fe pública se asocia a la función notarial


de manera más directa que a cualquier otra función. ¿Y qué es la fe pública
¿ Podríamos conceptuarla como aquella cualidad ínsita en los documentos
emitidos por el Estado o por quienes este autoriza para resguardar su
veracidad y seguridad. Este concepto general puede ser aplicado a los
instrumentos públicos de la norma civil.

2- Clases
2.2. Legislativa
Es la atribuida en especial a los secretarios de las Cámaras Legislativas,
Asamblea General, comisiones etc., y que tiene por objeto los actos o
hechos cumplidos en la actividad propia de dichos órganos. Adriana Abella.
Derecho Notarial. Derecho documental- responsabilidad notarial. Pág. 93
2.2. Administrativa
La que se otorga a los poderes estatales y a sus representantes o
funcionarios, en tanto y en cuanto firman o promulgan decretos,
resoluciones, constancias o anotaciones registrales y declaraciones o
interpretaciones especificas. El oficial público, en el caso del instrumento
administrativo, es un testigo autenticante.

Los actos que dichos agentes estatales certifican, gozan de plena fe pública
administrativa, en virtud de la autoridad de la cual se encuentran
investidos, por ser además funcionarios de la Administración Pública. v.g.,
expedición de documento de identidad, copias de ley o resoluciones, etc.

2.3. Judicial
Es aquella que corresponde a los actuarios de tribunales, ya que comprende
las manifestaciones o descripciones que se encuentran en los autos y
expedientes judiciales o en los distintos pronunciamientos del juzgador.
Implica que determinados actos sucedidos durante el proceso judicial son
auténticos, bien por emanar de un oficial público, bien por estos lo han
certificado.

2.4. Notarial
Es la que corresponde a los escribanos, en virtud de la potestad legal del
Estado, que le ha sido delegada, bajo cuyo amparo determinados hechos
son considerados auténticos, siempre que actúen en la órbita de su
competencia y haya recibido la investidura. Abarca:
a) Actos protocolares: los que pasan en los folios de protocolo del escribano
(escrituras de compra venta)
b) Actos extraprotocolares: comprenden las certificaciones, sean de firmas,
de fotocopias y certificados en general.

Segregada la función notarial de los estrados judiciales, heredada la misión


que durante siglos estuvo a cargo del juez, el notario, por virtud de la ley,
es el nuevo órgano que en el orden jurídico constituye el elemento activo de
la verdad a la que confiere certeza objetiva y la consiguiente eficacia sin
que haya cambiado el fundamento ni la estructura lógica jurídica de su
formación, producto de la ciencia y conciencia notarial: evidencia;
coetaneidad de visu e auditu; sensibus de la fe pública originaria.

La fe pública notarial, depurada de móviles circunstanciales o eventuales es


paradigma de la institución.

2.5. Originaria
Fe pública originaria: Se da cuando el hecho es captado directamente por el
fedatario a través de sus sentidos e inmediatamente narrado
documentalmente.

2.6. Derivada
Fe pública derivada: Aquélla donde la narración está referida a documentos
preexistentes que el fedatario ha tenido a la vista, como en la certificación
notarial.

3- Elementos. Los dos caracteres básicos de la fe pública son: 1)


exactitud, e 2) Integridad.

3.1. Exactitud.
La fe pública supone exactitud, que lo narrado por el fedatario resulte fiel al
hecho por él presenciado.

Carrica ha sostenido que la exactitud señala la relación verdadera existente


entre el instrumento y la realidad, debido a que el primero recoge hechos y
sucesos reales y veraces. Hace referencia a la igualdad entre lo dicho y lo
actuado e instrumentado, así como asevera su cualidad de exacta fidelidad
y adecuación de lo descripto, a lo acaecido. En este aspecto, la fe pública es
la garantía de veracidad entre lo sucedido y lo narrado, o entre el hecho y lo
relatado (que luego es recogido en un instrumento).

La exactitud, a pesar de su integridad puede dividirse esquemáticamente


en:
a) Exactitud natural: Esta referida a la descripción total de uno o más
hechos o actos enmarcados en determinados límites de tiempo y unidad de
actos.
Hace propiamente a su naturaleza ínsita.
b) Exactitud funcional: Se circunscribe a lo que le interesa a la legislación
sobre un tema o asunto específico.

3.2. Integridad
La fe pública supone integridad, es decir que lo narrado bajo fe pública se
ubique en un tiempo y lugar determinado y se preserve en el tiempo sin
alteración en su contenido.

Es la cualidad que garantiza la permanencia de lo documentado en un


estado de completitud. Es la exactitud proyectada hacia el futuro. La
integridad hace a la completitividad e inmutabilidad. Como carácter de la fe
pública, garantiza su permanencia indemne e irresoluta. Por tanto, los
hechos auténticos propios del oficial público o pasados en su presencia, son
inmutables y subsisten completos. Tampoco s extinguen ni se alteran por el
paso del tiempo.

Realmente si a cada instante pudiese discutirse la autenticidad de los


instrumentos públicos, de las leyes, de los decretos reglamentarios, de los
documentos notariales o de las sentencias, los mismos carecerían de
eficacia y perderían su fuerza legal.

4- Efectos de la fe pública
4.1. Probatorios
Se refieren a la eficacia y fuerza probatoria del instrumento público así
como la facultad y cualidad que tiene el documento, de acreditar la
autenticidad de todo lo narrado en él, hasta el triunfo de la argución de
falsedad (si correspondiere).

La eficacia de la fe pública es erga omnes, pues no existe fe pública entre


partes, y por ese motivo es oponible a terceros no relacionados con el
documento en que se hubiere vertido dicha fe, ya que las manifestaciones
que obraren bajo la cobran fuerza probatoria por sí mismas.
4.2. Obligacionales
Los mentados efectos hacen referencia a las prestaciones y a la relación
obligacional, que las declaraciones de las partes constituyan, transmitan,
declaren, modifiquen o extingan.

5- La fe notarial
Su fundamento radica en el deber del Estado, como resguardador de la paz
social, de proteger los derechos subjetivos, evitando que surjan contiendas
que requieran la intervención de los tribunales. Para llevar a cabo tal
protección, el Estado necesita conocer con certeza los derechos sobre los
que debe ejercerse esa tutela impidiendo que se niegue su existencia y
garantizando su efectividad, necesidad que viene a llenar la fe pública
notarial. "Salas Marrero, Oscar, Derecho Notarial de Centroamérica y
Panamá, Editorial Costa Rica, 1971. pág. 91, 92.

6- La fe pública en el documento notarial


El notario legitima y autentica los actos en los que interviene, revistiéndolos
de fe pública, misma que le ha sido depositada por El Estado y que se
manifiesta cuando el fedatario deja constancia de un hecho, suceso,
situación, acto o contrato jurídico.

En virtud de esa fe pública, se presumen ciertas las manifestaciones del


notario que consten en los instrumentos y demás documentos autorizados
por él.

La fe pública en el documento, hace a uno de los medios más idóneos de


garantía y seguridad jurídica. La sociedad necesita que los documentos en
los cuales se imprimen ciertos derechos de las personas miembros de una
sociedad, sean tenidos como verdaderos, ciertos y válidos frente a todos,
por el imperio de la fe pública

Como dice Emerito González, la comunidad jurídica siente asegurado su


principio de estabilidad, así como el de sus instituciones. La fe pública en el
instrumento cumple un objetivo primordial cual es la de dar por ciertos y
veraces, los negocios y actos jurídicos en él relatados.
7- Fases de la fe pública
El acto notarial está dotado de la fe pública –notarial- personal e
indelegable- y requiere de cuatro fases:
a) fase de evidencia, requiere que el autor del documento perciba los
hechos a través de sus sentidos o narre los hechos propios,
b) fase de solemnidad, exige que el acto de evidencia se produzca en un
acto solemne, regulado en cuanto sus formalidades, que dan garantía de la
percepción, expresión y conservación de hechos históricos,
c) fase de objetivación, requiere que el hecho percibido sea plasmado en un
objeto, pasarlo de la dimensión acto a la dimensión documento,
d) fase de coetaneidad entre el hecho de la evidencia, que implica el acto y
la actividad documentadora. Adriana Abella. Derecho Notarial. Derecho
documental- responsabilidad notarial. Pág. 97

8- Principios de la fe pública notarial

8.1. Evidencia
Este principio implica que el notario debe describir en el documento, lo que
percibe a través de sus sentidos, para imprimirlos con la fuerza pública. Es
decir debe plasmar lo que es evidente e inmediato, lo que se le impone a
través de la objetivación de la realidad.

El principio de evidencia es vértice fundamental entre los elementos de la fe


pública notarial, ya que se asegura el soporte autentico que exhibe el
instrumento público. Susana Violeta Sierz. Derecho Notarial Concordado.
Pág. 304

8.2. Inmediatez
Este es un principio que se expresa en las distintas etapas de la función
notarial.

La inmediación obliga a que el notario tenga un contacto directo con los


requirentes del servicio notarial, así como con la matriz, a fin de asegurar
un buen cumplimiento de su función pública. Implica que el escribano ha
recibido por si mismo las manifestaciones de las partes para luego poder
interpretar cual es su voluntad e instrumentarla jurídicamente. Solo podrá
dar verdadera fe si ha estado presente en el acto, con lo que la inmediación
es de cumplimiento obligatorio. Susana Violeta Sierz. Derecho Notarial
Concordado. Pág. 305

8.4. Coetaneidad
Este elemento de la fe pública notarial implica que los hechos percibidos y
su instrumentación pública deben ser hechos en un intervalo
contemporáneo. Más precisamente, los sucesos receptados deben ser
coetáneos con el acto de la documentación. Esto garantiza transparencia y
fidelidad tanto documental cuanto temporalmente. Susana Violeta Sierz.
Derecho Notarial Concordado. Pág. 304

8.5. Objetividad
La objetividad como elemento de la fe notarial comprende, además, la
posición de que debe de tener el escribano respecto a las partes y el acto.
El notario debe ser plenamente ajeno para que su obrar no pueda estar
teñido de subjetivismos, no debiendo tener comprometido ningún interés
personal en la actuación. Susana Violeta Sierz. Derecho Notarial
Concordado. Pág. 305

8.6. Formalización
La fe pública notarial no se encuentra fuera de los documentos notariales.
Sin el elemento de la formalización a través de la debida instrumentación,
careced de todo valor o significación. Este principio permite volcar la
voluntad de las partes, o los hechos o actos jurídicos, en un instrumento
público.

La formalización logra imprimir en un documento el negocio jurídico, que de


este modo queda plasmado en el presente y para todo el tiempo futuro en
el que sea necesario probar su existencia.

Este elemento de la fe pública notarial implica que el escribano tiene el


derecho y el deber de formalizar los instrumentos públicos dotándolos de
autenticidad fedante. Susana Violeta Sierz. Derecho Notarial Concordado.
Pág. 307
Como podemos apreciar, el hecho de formalizar el instrumento notarial es
labor del escribano que lo va a autorizar aunque la tarea material de su
confección pueda estar en manos de sus empleados.

Lo importante, es que la formalización lo efectúa el notario, y a él se lo


considera autor intelectual del documento. Susana Violeta Sierz. Derecho
Notarial Concordado. Pág. 307

8.7. Solemnidad
Este principio tipifica la fe pública notarial en cuanto implica el cumplimiento
de la forma legal solemne impuesta por el Código de fondo, a determinados
actos, con el fin de que los mismos gocen de fe pública, sean oponibles erga
omnes y tenidos por todos como ciertos y verdaderos, hasta la argución de
falsedad triunfante.

Presupone entonces la obligación del notario de ajustarse fielmente a los


presupuestos solemnes prescriptos por la ley, en todos los actos y contratos
que las partes deseen efectuar ante él.

La fe pública notarial gracias a este principio, siente asegurado sus


presupuestos y su naturaleza, ya que los escribanos deberán, en
cumplimiento de sus deberes, ajustar la voluntad de las partes al derecho, y
a sus formas legales y solemnes. Susana Violeta Sierz. Derecho Notarial
Concordado. Pág. 307, 308

También podría gustarte