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Barco - (2009) PDF
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1
SIRVENT, M. T., “Cultura Popular y participación social” – Una investigación en el barrio de
Mataderos, Miño y Dávila, Buenos Aires, Argentina, 1999.p 129
profesionales; campo de la formación específica. Desde las primeras reuniones, luego
de adoptar la definición de Alicia de Alba2 acerca de currículo y distinguir documento
curricular3-en este caso plan de estudio- dentro de la categoría mayor de currículo, se
acordó en seguir a Stenhouse4 en su idea de documento curricular como hipótesis, como
referencia necesaria que se modifica en las prácticas curriculares, en tanto estas
enfrentan los problemas concretos de enseñanza y de aprendizaje., advirtiendo como las
prácticas producen una “reescritura” del documento. Concordamos también con el
carácter de proceso que este autor adjudica al currículo y el lugar primordial que otorga
los docentes en su elaboración. También rescatamos afirmaciones de Díaz Barriga5 para
quien las reformas no participativas propias de los proyectos neoliberales , colocan al
docente en el lugar de ejecutor: Equipos técnicos elaboran los nuevos planes y el
maestro debe ejecutarlos convirtiéndose en un “empleado” según sus dichos. El grupo
reivindicó fuertemente al docente como “hacedor” del currículo en todas sus instancias.
Aunque no se trate en esta presentación de hacer una relatoría pormenorizada de
todo el proceso hasta el momento, sí conviene señalar algunas cuestiones.
a) Como es corriente cuando se reúnen IFD de toda una provincia, los
mismos acuden a los encuentros con historias previas de amistades-
enemistades entre ellos ; con etiquetamientos adjudicados entre sí; con
historias diversas de las instituciones que representan. Fue necesario
entonces dar tiempo a la identificación y formulación de la tarea, a
garantizar la posibilidad de establecer relaciones de trabajo
colaborativo y conjunto. A ello contribuyó el hecho que, desde
noviembre en adelante, los encuentros fueran de dos días, en
diferentes localidades de la provincia en las que no hay IFD y que
liberan a los participantes de las obligaciones cotidianas de toda
índole. Las jornadas fueron intensivas y de apoco apareció el
“nosotros” como índice de una constitución grupal en ciernes.
b) Algunos de los acuerdos a los que se llegaron fueron: procurar la
construcción de lo que se denominó “núcleo fundamental de la
formación docente” válido para todos los Institutos, incluidos los de
Bellas Artes, Música y Educación Especial; avanzar en paralelo con
los aspectos referidos a nuevos modos de gobierno de la institución
escolar Instituto; a las disposiciones a generar en un amplio espectro:
transición entre planes; lugar de las escuelas asociadas y normativa
para las mismas; regímenes de concursos entre otras; rescate de
experiencias de distintos Institutos en áreas y ámbitos diversos;
2
de ALBA, A; Currículum: Crisis, Mito y Perspectivas, Buenos Aires, Miño y Dávila, México, 1995
3
En coincidencia con GOODSON, I, Currículo: teoría e historia, 2da edic, Petrópolis,
Brasil, Vozes, 1998, consideramos que el documento curricular no es EL currículo, pero
que tiene un valor que excede lo documental, en tanto que su análisis permite visualizar
4
STENHOUSE, L, Investigación y desarrollo del currículum, Madrid, Morata, 1984
5
DIAZ BARRIGA,A.e INCLAN ESPINOSA,C. El docente en las reformas educativas: Sujeto o ejecutor
de proyectos ajenos,EN: Revista Interamericana de Educación.OEI.N25.2001
trazado de líneas de formación permanente; inclusión de tiempos y
espacios para investigación y extensión en los IFD que aún no las han
incorporado. También existe cierta ansiedad por conocer qué plan de
apoyo a los docentes puede generarse, ya que consideran que la
implementación del nuevo plan demandará de un seguimiento para
efectuar reajustes, acordar criterios en cuanto a los modos de su puesta
en acto; nuevos enfoques, nuevos contenidos disciplinares etc.
c) En mi carácter de Coordinadora de la mesa efectúo aportes, pero ha
quedado bien claro que no me hago cargo de la redacción del
documento, a excepción hecha de la Presentación, un corto escrito de
5 páginas cuyo contenido fue discutido y acordado con la Mesa. En el
mismo se indica que el documento curricular será objeto de estudio
por parte de los estudiantes, en tanto que en sus estudios se incluye la
temática curricular. Esta negativa a asumir la escritura se debe tanto a
que el texto es producido por los participantes, y corresponde que
ellos asuman la tarea, como por la necesaria reflexión que genera todo
proceso escriturario. Esta presentación fue leída y comentada con los
estudiantes el primer día de clases. No obstante, el estudiantado no se
ha interesado en participar, lo hacen cuando la iniciativa de comentar
el proceso parte de los docentes.
d) A lo largo del proceso, fueron circulando textos, producciones de
distintos institutos, direcciones de la Webb en una dinámica de
socialización de textos. Al comienzo las sugerencias partieron de la
coordinación para paulatinamente incorporar aportes y sugerencias de
distintos participantes.
e) En una oportunidad reciente, al realizarse en el INFD una reunión con
Directores de Enseñanza Superior y Técnicos participantes en la
elaboración curricular, Neuquén concurrió no sólo con su Directora,
sino con tres representantes de la Mesa Curricular, quienes tuvieron a
su cargo la exposición de lo actuado en Neuquén, siendo esta la única
delegación constituída de esta forma, con protagonismo de los
docentes.
f) Concientes que la formación docente no se inicia en el momento del
ingreso a los IFD, que en ella pesa la biografía escolar de cada sujeto,
sus experiencias y sentires, nos pareció inconveniente hablar de la
formación inicial en referencia al tramo que se cursa en los IFD. Se
resolvió entonces, y al menos provisoriamente, denominar a este
período como formación docente institucionalizada.
Hasta aquí las noticias sucintas del proceso de y en construcción del documento
curricular.
Pero desde el comienzo de la exposición se plantearon dos desarrollos paralelos:
el de la elaboración curricular y el de formación permanente de los docentes implicados
en él. Recordemos que los propios participantes convinieron en la necesidad de “hacerse
cargo” de la promesa incumplida por tantos años, de promover y concurrir a la
formación permanente de los docentes como un derecho de ellos y una obligación del
Estado. Y esto no ha sido una afirmación retórica: al igual que en otros lugares del país,
se han desarrollado en la zona investigaciones acerca de los egresados noveles. Una de
ellas, de reciente publicación6fue acompañada por talleres que las autoras realizaron con
6
FALLICK,V.;MATEO,R Y MUNETA,M. Maestros y maestras.El primer trabajo en la Escuela Pública.
EDUCO,2008,Neuquén,. Argentina
egresados recientes; dos constituyen tesis de maestría a punto de ser concluídas, e
indagan acerca de distintos aspectos de las prácticas de egresados recientes en la ciudad
de Neuquén. También, en la vecina provincia de Río Negro, la tesis de maestría de
Teresa Iuri “La Socialización Profesional de los Docentes Principiantes de Educación
Básica” (UBA,2000) Estas producciones muestran que los docentes de los IFD (todos
las autoras citadas son docentes en distintos Institutos) consideran que la entrega de un
certificado final de estudios no clausura la tarea de los IFD y que la formación continua
y permanente de los docentes es también parte de su responsabilidad y tarea .Es
interesante señalar que esta preocupación que los asiste, no los abarca, como si
consideraran que solo los egresados recientes necesitan de un espacio contenedor, de un
medio que les proporcione instancias en las cuales formarse. Y que después de un lapso
de no más de cinco años, la responsabilidad de la formación permanente fuera de cada
docente .La formación implica siempre responsabilidad de parte de quien se forma, pero
demanda de mediaciones y no es una acción individual, se realiza con otros sobre
prácticas sociales como lo son las educativas.
Siguiendo la línea francesa7,se puede convenir en que la formación es en
realidad autoformación mediada. Al decir de Marta Souto, “La formación se integra a la
trayectoria de vida y de trabajo y es ésta la que le da sentido como desarrollo de la persona
en el contexto social en el que se desenvuelve.8 Se trataría entonces de integrar el trabajo
docente en su realización con dispositivos que permitan la necesaria reflexión sobre las
prácticas, un fino trabajo de dilucidación a la que Castoriadis9 define como “el trabajo
por el cual los hombres intentan pensar lo que hacen y saber lo que piensan”.
Pero este trabajo, como sabe quien intenta instalar la reflexión sobre la propia
práctica, no es fácil de realizar y lleva tiempo. Es que el “desmontaje” de las prácticas
encuentra en su camino habitus establecidos así como resistencias colectivas e
individuales y no se trata de un análisis hecho una vez, un producto acabado. Las
objetivaciones y subjetivaciones en él implicadas son un proceso permanente, un modo
de “ver”y llevar adelante el trabajo docente. Y estos modos no pueden aparecer a
posteriori del cursado en los IFD. Así, desde el pensar el diseño curricular se lo hace
bajo el entendido que se van instalando nuevas prácticas, nuevos modos de llevar
adelante el trabajo docente, que van más allá de aspectos instrumentales y contenidos
actualizados.
Y mientras realizamos el diseño, todos los/as que en él participamos, llevamos
adelante un proceso de formación continua y permanente. Tal vez sirva esta práctica
para pensar que la formación permanente largamente reclamada, implica algo distinto a
la acumulación de asistencia a cursos - útiles, a no dudarlo en función de
actualizaciones- pero que suelen desembocar en prácticas credencialísticas de dudoso
valor desde esta perspectiva de formación permanente.
7
FERRY, G., “El trayecto de la formación” – Los enseñantes entre la teoría y la práctica, Paidós, Buenos
Aires, Argentina, 1987
FILLOUX, J. C.; “Intersubjetividad y Formación” - (El retorno sobre sí mismo); Formación de
Formadores Carrera de Especialización de Posgrado; Serie los documentos 3, Novedades Educativas y
Fac. de Filosofía y Letras; Buenos Aires, Argentina, 1996.
SOUTO, M.; et alli; “Grupos y dispositivos de formación”, Formación de Formadores, Serie Los
Documentos 10, Novedades Educativas y UBA, Fac. de Filosofía y Letras, Buenos Aires, Argentina,
1999.
8
Souto, M. Barbier y otros.(1999) Grupos y Dispositivos de Formación. Serie Los Documentos. UBA.
Novedades Educativas
9
CASTORIADIS,C.La constitución imaginaria de la sociedad. Tusquets,Bs As,1993
Al comienzo de la exposición dije que los presentes en cada reunión oscilaban
entre 30 y cuarenta más uno, a quien me referiría en el cierre. Como una silente
presencia nos acompaña. Carlos Fuentealba, egresado de uno de los IFD de
Confluencia. Su memoria nos impulsa a tratar de elaborar planes que permitan la
formación de docentes con su calidad humana y docente y que no tengan su trágica
desaparición, aunque no desaparece quien nos acompaña.
Estas son pues, las noticias de un proceso en curso, de una vía participativa real
de elaboración curricular colectiva, de un modo en curso de formación docente.