Está en la página 1de 2

El Cazador de Espantos

CAPITULO 1

-Duraznos. Hoy el día empezó como si me hubiera levantado con dos pies izquierdos, algo
normal para mí, Salí a trotar temprano como de costumbre y claro no podían faltar los idiotas de
siempre que buscan pelear contra mí, siguen molestos por una riña callejera de la cual salieron
perdiendo, bastó con romperle la nariz y unos cuantos dedos al más grande para que salieran
corriendo. Hasta ahora el día corría como de costumbre, me dirigí a comprar un poco de maíz para
hacer las arepas pues ya se acercaba la hora de desayunar y mi madre ya debía haberse
despertado. Realmente detesto tenerme que adentrar tanto a la ciudad ¿Acaso no hay callejones
sin olor a orine en este endemoniado barrio? Mientras más me adentro más fétido se trona el
olor. Compre lo que tenía que comprar y salí de allí cuanto antes, no soportaba un minuto más en
ese concentrado de olor corporal y hedor a pescado.

-Finalmente cuando llegué a casa con mamá, ella ya estaba preparando el café, esperaba a
que yo llegara para comenzar a preparar el desayuno, me dio los buenos días, me dio un beso en
la mejilla y me agradeció por traer el maíz. Luego de comer me dirigí a visitar a un viejo amigo
donde voy a leer y estudiar, pero no sin antes tomar mi “Cuaderno Verde” realmente es un diario
pero no me agrada la idea de llamarlo “Diario”.
-El señor Bradock un agradable sujeto, muy inteligente, su mente es tan brillante como su
calva cabeza, pasa todo el día sumergido en libros y en té, ha leído tantos libros en su vida que
parece no haber tema que no conozca de pies a cabeza, puede pasar horas y horas hablando sobre
la arquitectura gótica y como revolucionó Europa o sobre la anatomía de cualquier ser vivo
existente en este planeta. Al llegar tome mi asiento y tome uno de los libros que bradock tenía
para mí, siempre elige unos cuantos libros que cree que pueden interesarme o ayudarme en mis
investigaciones; estaba leyendo un libro de esoterismo y demonología cuando de pronto escuche
un gran alboroto en el sótano, corrí a ver que pasaba y me encontré a Bradock con un hombre
ensangrentado y muy mal herido entre sus brazos, en ese momento no tenía idea de lo que
pasaba ni de donde había salido el sujeto pero no era momento de pensar, tan rápido como pude
me acerque a ayudar y pude escuchar una frase, más escupida que dicha por aquel hombre que ya
tenía un pie en la tumba <<Fue uno de los cinco grandes Bradock, alguien debe proteger mi sector,
si perdemos territorio… koff, koff. Ten cuidado con él.>> luego de pronunciar esta frase el hombre
que para mi era un extraño, murió.
-me impacto mucho la reacción de Bradock, fue más de preocupación que de tristeza y la
sonrisa que generalmente transmitía su alegría se había convertido en un ceño fruncido. Me pidió
ayuda para recostar al cadáver en un mueble que se encontraba al lado de la puerta y procedió a
darme una explicación sobre lo que acababa de acontecer, luego de suplicarle.
Hay cosa -dijo- que van mucho, mucho más allá de lo que conoces, existen seres
sobrenaturales que de otro mundo, otro plano existencial para ser preciso, estos seres se
alimentan de la esencia de las personas y otros seres vivos y la forma para deshacerse de ellos es
asesinarlos con un “Arma Bendecida” pues con un arma normal simplemente pareciera que des
desvanece pero su esencia se reagrupa en otro lugar para continuar alimentándose de nosotros.
No comprendía la gravedad de la situación, por qué esto significa algo tan catastrófico,
tenía más preguntas para Bradock en ese momento como: ¿Quiénes son los cinco grandes? ¿De
dónde salió el sujeto? ¿Qué tomaría su lugar? A lo que respondió: Los “Cinco Grandes” son más
que espectros o simples trasgos, son mucho más aterradores y peligrosos de tratar, se les llama
“Espantos” no es muy común toparse con ellos y quienes lo hacen, no regresan. Este hombre que
acabas de ver morir es un cazador de “Cazador de Espantos” , ellos se encargan de proteger a las
personas de estos seres sobrenaturales para que puedan llevar una vida más normal. Hacía ya
tiempo que no teníamos un incidente con uno de los cinco grandes, la última vez perdieron
muchos hombres y territorio, fue algo muy perjudicial y si esta vez es igual ten por seguro que
nadie estará a salvo de los espectros, ahora hay que buscar a alguien que cubra su posición, solo
que dudo que alguien acepte tomar su puesto sabiendo que fue atacado por un espanto.
-Yo tomare su posición, protegeré a las personas de cualquier ser paranormal y acabaré
con todo espectro que se atreva a cruzarse en mi camino- Dije en voz alta y con toda seguridad,
además lo vi como la oportunidad perfecta para continuar con mi investigación sobre seres
paranormales, bradock no se veía muy convencido, además su ceño se frunció aún más al
escucharme –será algo muy difícil y peligroso de afrontar!! Jamás te pondría en peligro de esa
manera- dijo Bradock algo agitado y casi gritándolo, a lo que respondí –sabes que soy hábil
luchando, a puño limpio o con una navaja, es algo que sabes muy bien, nadie me ha derrotado en
esta mugrienta ciudad, puedo con unos simples espectros y trasgos, duendes, trolls, criaturas con
seis patas y sin ojos, con fauces en el pecho y hocico torcido, solo dame una navaja.-

Bradock –No! No sabes a lo que te enfrentas.


Héctor –Entonces enseñame…

También podría gustarte