Clases de Citas

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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

VICERRECTORADO ACADÉMICO DE PREGRADO

ESCUELA DE ESTUDIOS GENERALES

MATERIAS: LENGUAJE, LENGUAJE Y COMUNICACIÓN

CLASES DE CITAS
Prof. Rudy Mostacero

Las indicaciones y los ejemplos que se presentan en este documento siguen y reflejan
las Normas APA de manera parcial. Esto se debe a que a pesar de ser unas normas que
tienen amplia aceptación y uso en el ámbito internacional, las revistas arbitradas e
indexadas han hecho una adaptación particular de ellas. Esto explica la gran variedad de
usos en lengua española, cuando se pasa de una universidad a otra, de una revista a otra,
incluso, de un autor a otro. Por eso, se recomienda que antes de empezar a construir algún
género discursivo se averigüe cuál es la versión adaptada que se sigue en cada
publicación. A continuación se ofrecen las características de cada clase de cita y sus
ejemplos correspondientes. Para explicar los conceptos y las características de cada tipo
de cita se utilizará la letra Times New Roman, mientras que para los ejemplos la letra
Book Antigua; los otros detalles se indican en las notas de pie de página.

1. CITA DE REFERENCIA
Esta cita significa una mención general al contenido de un texto (un libro, un
artículo, etc.), a una parte de él, a un tema, a un concepto, a unos resultados, entre
otros, para lo cual no es necesario especificar su localización con un número de
página. Se realiza haciendo un énfasis en el apellido del autor, seguido del contenido
temático, o al revés. En este caso se trata de una referencia que va incorporada al
texto principal, pero no debe ser confundida con las referencias de todos los autores
citados en el texto principal y que deben ser enumeradas como parte final del
texto. En el ejemplo siguiente primero se cita el texto y, al final, entre paréntesis, los
datos referenciales. Obsérvese el empleo de los signos de puntuación1.

1
Los ejemplos han sido tomados de un artículo de Carrasco y Kent (2011, ver los demás datos en las
referencias finales). Se presentan en color azul y las referencias han sido resaltadas con color rojo. Los
ejemplos han sido copiados con la fuente Book Antigua para diferenciarlos del resto del texto que está
en Times New Roman.
Nuestro trabajo de investigación pretende identificar momentos, prácticas y
procesos del itinerario formativo que como rasgo fundamental opera una
transición entre el estudioso dependiente, o aprendiz o doctorando, y el
investigador autónomo (Laudel y Gläser, 2008; Hamui, 2008; Tapia, 2010).

El doctorado es el nivel formativo clave reconocido por la comunidad


científica y se caracteriza por la exigencia de producción académica original en el
campo disciplinario. El foco específico de esta reflexión es el de la construcción
de la autoría, en el supuesto de que sólo convirtiéndose en autores reconocidos
por sus pares científicos es que los aprendices construyen su reputación
(Overington, 1977; Bagioli, 2003).

Nos proponemos analizar los temas de autoría y argumentación académica


a la luz de los estudios de retórica de la ciencia (Bazerman, 1988; Prelli, 1989) con
la finalidad de reconocer y alentar los procesos de producción autoral
(Overington, 1977; Bagioli, 2003; Keith y Rehg, 2008) como parte de la trayectoria
formativa de científicos (Laudel y Gläser, 2008).

2. CITA DE PARÁFRASIS O DE RESUMEN


El escritor expresa, mediante un resumen personal, una síntesis, un compendio o
con una paráfrasis, las ideas y palabras del autor citado, aunque lo hace a su manera,
inclusive agregando un comentario o una interpretación. Esto ocurre cuando no hay
un propósito de citar fielmente las palabras del autor leído. Se hace mención explícita
del autor y de los temas, pero con un parafraseo. El escritor está en libertad de agregar
el número de la página o de prescindir de ella. La cita puede estar acompañada por
otra que es de referencia. Observar el siguiente ejemplo2:

El científico en formación debe aprender tanto a reconocer la autoridad del


consenso como a resistirse a él. Para cambiar el consenso, sin embargo, es
necesario demostrar que se comprende y se acepta como es (cfr. Overington,
1977: 146). La diferencia entre aceptar el consenso y ponerlo en duda es
fundamental, pues en ella se construyen y se debaten las innovaciones y
finalmente los cambios paradigmáticos, recordando el planteamiento de Thomas
Kuhn (1996) sobre las revoluciones científicas. La mayor parte de la investigación
se realiza, dice Kuhn, dentro del marco de la ciencia normal y no la ciencia
revolucionaria (la que cuestiona los paradigmas aceptados).

3. CITA TEXTUAL CORTA (MENOS DE 40 PALABRAS)

2
La parte que en el ejemplo ha sido resaltada con color azul es la paráfrasis, mientras que hay dos citas
referenciales (en rojo), de las cuales solo una tiene indicación de página. Este ejemplo proviene de
Carrasco y Kent (2011).
Se caracteriza por presentar o citar un fragmento de texto no mayor a 40 palabras.
El fragmento va insertado en el texto principal, va entrecomillado y se completa con
la mención de tres datos: apellido del autor (o autores), año de publicación de la
obra y número de la página. Dentro del texto citado se puede tanto agregar como
prescindir de algún fragmento textual, de tal manera que dicho fragmento se inserta dentro
de un paréntesis o de un corchete o se indica su omisión mediante tres puntos suspensivos:
(…). Veamos los ejemplos.

Desde la perspectiva de la retórica de la ciencia, es posible “identificar


constructos y categorías que se derivan de las actuales prácticas discursivas en
ciencia y ofrecen formulaciones que explican cómo se construye el discurso y
cómo éste es juzgado como ciencia” (Prelli, 1989: 7)3.

En el caso de las ciencias de laboratorio, como resultado de la diversidad


disciplinaria, existen diferentes maneras de organizar el trabajo científico (por
ejemplo, entre laboratorios de ciencias biomédicas y de ciencias físicas). Knorr
Cetina señala que “los científicos no son sólo investigadores sino responsables de
su laboratorio… [Los laboratorios]4 son estructuras sociales y políticas que
‘pertenecen’ a las cabezas, en el sentido que se les atribuye a ellas el trabajo ahí
realizado, y se identifican con ellas” (Knorr Cetina, 1999: 38). La educación de los
jóvenes científicos busca inculcar las normas, tradiciones y creencias que
dominan los científicos que los forman y sobre los cuales se encuentran
aprendiendo. En esta relación con los científicos cabeza de laboratorio, aprenden
los neocientíficos (cfr. Overington, 1977: 146).

Polanyi propone reconocer tres áreas cruciales para la producción y


preservación del consenso científico. “La primera es el carácter altamente
persuasivo del método científico; la segunda es la educación científica […]5; y
finalmente se encuentran los patrones de comunicación entre científicos”
(Polanyi: 146-147, citado en Overington, 1977). Sólo después de un tiempo se
dispone del consenso de las audiencias científicas, ello sucede cuando los juicios
críticos pueden ser asimilados y se logra un acuerdo general sobre el estatus de
un texto particular.

4. CITA TEXTUAL LARGA

3
Esta cita textual forma parte del texto principal. Los ejemplos fueron extraídos de Carrasco y Kent (2011).
4
“[Los laboratorios]” es el fragmento que fue añadido al texto de la cita para que el lector perciba que es
un elemento ajeno al texto citado.
5
El fragmento suprimido y sustituido por los tres puntos suspensivos dentro del corchete es el siguiente:
“que inculca la comprensión de este método y su propósito”.
Se diferencia de la anterior por tener más de 40 palabras, por ser ubicada en párrafo
aparte, con otra sangría, otro interlineado y hasta con otro tamaño de fuente.
Puede estar entrecomillada o escrita en letras cursivas. Sin embargo, muchas revistas
científicas han adaptado algunas de estas características a sus propósitos y, en
consecuencia, la norma APA no se aplica en su totalidad. Por esta razón se
recomienda que al escribir un artículo se sepa cuáles son las normas que sugiere la
revista donde se desea publicar.

a) En el primer ejemplo se cita a Carlino y los datos referenciales aparecen al final


dentro de un paréntesis. La cita ha sido destacada con color azul y obsérvese que
tiene un tamaño menor (fuente tamaño 10). La cita fue introducida en el párrafo
principal haciendo mención de “la autora” y diciendo “la autora llama nuestra
atención”. Obsérvese que posee otra sangría en el lado izquierdo. Este ejemplo
fue tomado de Carrasco y Kent (2011).

Convertirse en hablante autorizado exige no sólo apropiarse de nuevos


conocimientos a partir de la obligada revisión de la literatura sobre el tema. Exige
también reconocer las formas discursivas propias de cada disciplina y, en este
sentido, la autora llama nuestra atención sobre este reto de enseñanza en la
educación superior:
Lo que ha de ser reconocido es que los modos de escritura esperados por las
comunidades académicas universitarias no son la prolongación de lo que los
alumnos debieron haber aprendido previamente. Son nuevas formas discursivas
que desafían a todos los principiantes y que, para ellos, suelen convertirse en
barreras insalvables, si no cuentan con docentes que los ayuden a atravesarlas
(Carlino, 2005: 23).

b) En el segundo ejemplo se reproduce un fragmento extenso que contiene tres


clases de citas. La primera corresponde a Bazerman y es una cita textual corta,
seguida de un comentario. En la segunda, que es de paráfrasis, se cita a Fløttum.
Para cada cita se construyó una oración, de modo que la tercera oración es un
comentario donde se integra la opinión de ambos autores. El párrafo termina con
una cuarta oración donde se presenta a Shaw (2007) de quien se hace una cita
textual larga, la misma que está en color azul, con otra sangría y otro tamaño de
letra. Este ejemplo también fue extraído de Carrasco y Kent (2011).

Según Bazerman (1988:15) “Las formas científicas son reconocibles, las


opciones de escritura elegidas llegan a institucionalizarse y moldear la clase de
cosas que pueden ser consideradas contribuciones al conocimiento”, analiza el
reporte experimental y el artículo científico como formas textuales que informan
acerca de lo que se considera conocimiento. En el mismo sentido, Fløttum (2007)
argumenta que el discurso disciplinario de la física no incluye sólo modos
lingüísticos de habla y escritura, incluyen también lenguaje matemático, visual
(gráficas), activo (expresan el experimento) e instrumental (el tipo de información
que cada instrumento ofrece). Argumentan que el conocimiento en física
reconoce e integra todos estos modos. Shaw (2007) señala que existen múltiples
textos en las áreas disciplinarias. Afirma que:
[…] las publicaciones científicas involucran géneros como el abstract, la reseña de
libro académico, el estudio médico de caso, y la presentación en conferencia, pero
el discurso de la ciencia también está representado en géneros educativos como
artículo, libro de texto y seminario, y de forma importante en géneros como los
libros de ciencia popular (Shaw, 2007: 3)6.

5. NOTAS A PIE DE PÁGINA


Son citas breves que se anuncian desde un subíndice o superíndice (una letra, un
número o cualquier otro símbolo, como el asterisco) y que se coloca en el costado
derecho de una palabra, así como en la parte inferior de la página (pie de página).
Según la norma el texto de la cita puede aparecer en el mismo pie de la página o al
final de texto en una sección que lleva por título “Notas”. Los escritores saben que no
deben excederse en la cantidad total de citas ni en la extensión de las mismas. El
artículo de Carrasco y Kent (2011) posee 9 citas ubicadas al final del texto, las mismas
que se toman como ejemplos.

6. AUTOCITAS
Son las citas que hace el escritor de su propia obra ya publicada. Esto se puede
apreciar en el ejemplo que sigue y ha sido destacado con color rojo: un artículo de mi
autoría titulado “La tutoría grupal y entre iguales en el contexto de los estudios de
posgrado” (Mostacero, 2014). Después de aludir a una primera estrategia hago
referencia a una segunda que llegué a proponer un año antes. Esta cita apareció en el
resumen del artículo aludido, cuyos datos se dan a conocer en las referencias finales.

En este artículo presento resultados de algunas experiencias sobre el


trabajo de asesoría a un grupo de maestrantes, pero en el marco de la escritura
situada y de dos estrategias, una conocida como peer tutoring (Carlino, 2005a;
Topping, 1996) y otra que propongo como tutoría grupal (Mostacero, 2013a).
Se trata de una variante innovadora, cooperativa y recíproca, puesta en
práctica en el seno de un pequeño grupo conformado por cinco maestrantes.
Para el concepto de tutoría me baso en Carlino (2004, 2008b), Alzate y Peña
(2010) y Colombo (2012, 2013), aunque propongo una interacción más

6
Obsérvese que al comienzo de la cita textual fue suprimida una porción de texto e indicada con puntos
suspensivos.
igualitaria entre tutor y tutorado, y de esta manera tender a la reducción de
la relación marcadamente asimétrica de la tutoría tradicional.

7. CITA DE CITA
Es una cita de segunda mano o una fuente citada por otro autor para lo cual se
repite la cita del otro y se remite al nombre del autor que la citó anteriormente.
Analicemos el siguiente ejemplo. Ha sido destacada con color azul una cita de Latour,
quien está siendo citado por Carrasco y Kent (2011), los autores del artículo ya
mencionado, pero ellos no leyeron la obra de Latour, ya que la idea que se cita
apareció en la obra de Latour y Woolgar, que sí leyeron.

Los textos publicados, es decir previamente validados, del campo de


investigación son recursos fundamentales para el trabajo de escritura
académica, que es una forma particular de retórica. Son insumos importantes
que le ofrecen al aprendiz las bases para “hablar científicamente” (cfr.
Overington, 1977). Latour (1976, citado en Latour y Woolgar, 1986) afirma
que, casi sin excepción, toda discusión, conversación o intercambio observado
en el laboratorio focaliza uno o más temas de la literatura publicada sobre el
tema. Así, no sólo las publicaciones formales sino también los intercambios
informales y cotidianos en un laboratorio están mediados por la literatura
especializada.

8. OTRAS CLASES DE CITAS


Existen otras clases que se identifican como citas de análisis comparativo, citas de
análisis crítico, citas textuales que provienen de investigaciones cualitativas y
etnográficas, así como citas integradas. En todos los casos se trata de tipos que se
diferencian de los casos anteriores, ya que se refieren al contenido expresado por el
escritor y que el lector lo percibe como una relación comparativa o como una
discusión crítica. En este último caso, hay una confrontación de ideas, una discusión
y donde el autor (en este caso Fase) también interviene en la misma. En cambio, para
el tercer tipo, las que provienen de investigaciones cualitativas y etnográficas, se
incluyen fragmentos textuales tal como fueron expresados por informantes durante
una conversación, una entrevista, un cuestionario, un estudio de caso, etc., es decir,
datos que provienen de investigaciones etnográficas. Se presentará cada variedad por
separado.

a. Citas de análisis comparativo


La autora, Dorothee Kaiser, desarrolla un texto comparativo para explicar resultados
de una doble muestra, la escritura de estudiantes venezolanos y alemanes. Estos datos
provienen de una investigación realizada por la misma autora, siendo su propósito
contrastar ambos resultados pero con base a ciertas categorías. Obsérvese la manera
cómo hace el análisis comparativo. Los datos del artículo de Kaiser aparecen en las
referencias finales.

En la tabla 2 se pueden apreciar las principales diferencias entre los textos


analizados de ambos países. La deixis de autor es siete veces más frecuente en los
textos venezolanos que en los textos alemanes. Si se comparan únicamente los
textos del área de lingüística, se verá que la diferencia es incluso mayor (diez
veces más frecuente). En los textos alemanes prevalece el uso de la primera
persona del singular (61% y 73%), mientras que en los textos venezolanos
predomina la primera persona del plural (63% y 81%). Esta relación corresponde
exactamente con las convenciones que se manejan en cada uno de los países y
que se encuentran descritas en los manuales de estilo respectivos. Ciertamente,
la tradición venezolana refleja una mayor utilización del nosotros, mientras que
la alemana, la del ich (véase Standop, 1994; Krämer, 1995; Barrios Yaselli, 1998 y
Vivaldi, 1998, entre otros).

No obstante, cabe destacar que tanto la distribución como la función de la


primera persona (singular y plural) son similares en los textos venezolanos y
alemanes. En ambos casos, ésta se encuentra principalmente en la introducción
de los textos, en pasajes de transición destinados a estructurar el texto o a cumplir
una función metacomunicativa. En los textos venezolanos, los verbos en primera
persona suelen encontrarse en tiempo futuro; en los alemanes, generalmente
cumplen una función modalizadora de los actos de habla, mediante los verbos
wollen o sollen (Wunderlich, 1983: 226-245 y Gloning, 1997: 307-437).

b. Citas de análisis crítico

El ejemplo que se proporciona más abajo permite comprobar como un autor,


Face, expone y discute los criterios y argumentos de varios autores
consultados sobre un mismo tópico, hasta el hecho de que él también incluye
su punto de vista y aporta sus resultados. Se transcribe un fragmento extenso
para conocer la exposición completa del autor y cómo elabora su discurso.
Los datos completos de Fase (2002) están referenciados al final. El ejemplo
proviene de un apartado titulado “Relación entre la altura tonal y el foco”.

Relación entre la altura tonal y el foco.

En los estudios previos, no hay un acuerdo sobre el papel de la altura tonal


como uno de los rasgos fonéticos que se correlaciona con el foco. Resulta
importante comentar los resultados de esos estudios para poder compararlos con
los hallazgos de la presente investigación. Se han investigado el tono no
solamente sobre la palabra focal, sino también sobre las unidades ubicadas antes
y después del foco. El tono sobre la palabra en foco de denomina el TONO
LOCAL y el tono en otras partes de la oración recibe el nombre de TONO
GLOBAL (Face, 2002).

La primera parte de esta discusión está dedicada a los estudios sobre el


tono local. En su estudio, Toledo (1989) encontró que la altura tonal se usa de
manera inconsistente y poco fiable para marcar el foco. En el caso de dos de sus
tres hablantes, Toledo obtuvo una diferencia significativa entre la altura tonal
cuando la palabra estaba en foco. El tercer hablante no mostró una diferencia
significativa. A pesar de encontrar una diferencia significativa en dos hablantes,
Toledo nota que los promedios generales de su estudio no indican mucha
diferencia entre la altura tonal de palabras focales y palabras no focales. De
hecho, para las palabras focales obtuvo un promedio de 152 Hz y para palabras
no focales 146 Hz. Como Toledo nota claramente, esta diferencia de sólo 6 Hz es
apenas perceptible y esto indica que la altura tonal no marca el foco de manera
eficiente.

De la Mota (1995) encuentra que la altura tonal sí se usa de manera fiable


para marcar el foco. En su estudio hay una diferencia significativa en casi todos
los casos entre la altura tonal en las palabras focales y las no focales. En dos de
las tres posiciones de la oración que el autor examina, la diferencia media es de
más de 30 Hz. Esta diferencia es mucho más perceptible que la diferencia de 6 Hz
que encontró Toledo (1989). En la tercera posición que examina De la Mota, no
hay una diferencia significativa, pero esto se puede explicar sintácticamente. Las
palabras en esta posición son todas la última palabra de un sintagma nominal, y
Face (2002) muestra que en esta posición hay una reducción en la altura tonal
porque es común terminar una frase prosódica en esta posición, y esto causa una
reducción del rango tonal, como lo demuestran Prieto et al. (1996) y Face (2002).

García-Lecumberri (1995) tiene resultados intermedios entre los de Toledo


(1989) y De la Mota (1995). Como De la Mota, García-Lecumberri obtuvo una
diferencia significativa entre la altura tonal de las palabras focales y las palabras
no focales. Sin embargo, como en el estudio de Toledo, hubo inconsistencias al
comparar resultados entre los diferentes hablantes.

Face (2000) no obtuvo una diferencia significativa entre las palabras


focales y las palabras no focales en relación con la altura tonal. En ninguna
posición de la oración se encontró una diferencia significativa. Asimismo, no se
encontraron diferencias tan marcadas entre los diferentes hablantes como en los
estudios de Toledo (1989) y García-Lecumberri (1995).

El desacuerdo que existe entre estudios previos sobre el papel del tono
local en marcar el foco existe también, en parte, entre los estudios que han
considerado el papel del tono global. Navarro Tomás (1944), en un estudio
pionero, dice que a toda la información no focal, tanto prefocal y posfocal, le
corresponde un tono bajo y llano. Así, la altura tonal durante las partes no focales
de la oración tiene un papel en marcar el foco porque se reduce de su altura
normal y se mantiene bajo y llano. Puesto que el tono sobre la información no
focal se mantiene bajo y llano, se destaca más la palabra focal, porque es la única
palabra marcada con una subida tonal.

De la Mota (1995, 1997) confirma la presencia de un tono bajo y llano en


posición posfocal. La diferencia entre sus resultados y los de Navarro Tomás
(1944) se encuentra en posición prefocal. En todas sus frases, se asocian subidas
tonales con las palabras prefocales. En este caso, la altura tonal todavía ayuda a
marcar el foco, mediante la delimitación de la frontera focal. La última subida
tonal de la frase es la que corresponde a la palabra focal.

García-Lecumberri (1995) obtuvo el mismo resultado que De la Mota (1995,


1997) para información prefocal. En su estudio, hay subidas tonales sobre la
información prefocal. Para la información posfocal, en la mitad de las frases
encontró un tono bajo y llano, como también lo encontraron Navarro Tomás
(1944) y De la Mota (1995, 1997). Pero en la otra mitad de las oraciones sí encontró
subidas tonales. Este resultado nos hace preguntar si la falta de subidas tonales
posfocales se debe a la falta de acento tonal fonológico o a una reducción extrema
fonética de la altura tonal.

Al considerar todos los resultados de los estudios previos, tanto sobre el


tono local como sobre el tono global, resulta obvio que no se puede concluir nada
en cuanto al papel de la altura tonal en marcar el foco. El presente estudio
pretende determinar cuál es el papel de la altura tonal en la marcación del foco.

c. Citas textuales de origen etnográfico7

En esta clase de citas, que también dependen de la escritura autoral, como


consecuencia de una investigación previa, el autor (Mostacero, 2014) cita
información que obtuvo mediante la aplicación de instrumentos etnográficos
(cuestionarios, entrevistas, diarios pedagógicos, encuestas, etc.), de modo que
lo dicho por sus informantes es presentado como una cita textual, por eso, se
utilizan las letras cursivas. Se citan los testimonios de dos informantes que
han sido identificadas con sus nombres seguidos del número del cuestionario
que sirvió para consultarlas8.

7
Los ejemplos de estas tres últimas clases de citas serían una especie de autocitas, pero de los datos y
resultados que los autores han encontrado en sus propias investigaciones. Utilizarlos como modelos para
la redacción de monografías, artículos de investigación, informes de laboratorio, etc.
8
Los datos del artículo citado se proporcionan en las referencias.
Aparte de la invalorable ayuda del tutor y de las compañeras en nuestras prácticas
de escritura y aprendizajes, la experiencia de la tutoría entre iguales ha permitido vivir
momentos agradables, en los que lo académico nos permite tener una sana diversión
mientras revisamos nuestros textos face to face. No todo se ciñe a la revisión crítica
cuadrada y aburrida, sino que las reuniones abren espacios de risa y bromas…
Aprendemos a escribir, revisamos para reescribir, revisamos y construimos conocimientos
y aprendemos y, al mismo tiempo, nos divertimos con nuestra propia escritura
[RosmarC1].
Debo reconocer que las observaciones que me dieron el tutor principal y los
compañeros cotutores representaron aportes muy significativos. Al inicio esta práctica
me producía algo de vergüenza, porque vengo de un modelo de escritura donde la
debilidad se penaliza. De manera particular, se me hace muy difícil condensar la
información en tan pocas palabras, y los compañeros de escritura me ayudaron, en
muchas situaciones, a sustituir términos que podían darle un mejor cuerpo al texto.
También me permitieron organizar ideas que para mí como escritora estaban claras, pero
no para quien leía el texto de forma independiente. Creo que a veces no me valgo de la
economía del lenguaje y de considerar que en la escritura, en algunos momentos, menos
es más [YamilehtC1].

d. Citas integradas.

Se denominan así a varias clases de citas (de paráfrasis, de comentario, de


referencia, textuales, etc.), que aparecen en un párrafo o en una secuencia de
párrafos, dentro del texto de un género discursivo determinado.

Fuentes citadas
Carrasco, A. y Kent, R. (2011). Leer y escribir en el doctorado o el reto de formarse como
autor de ciencias. Revista Mexicana de Investigación Educativa, 16(51), pp. 1227-
1251.
Face, T. (2002). El foco y la altura tonal en español. Boletín de Lingüística, 14(17), pp.
30- 52.
Kaiser, D. (2002). La presencia del autor en los textos académicos: un estudio contrastivo
de trabajos de estudiantes universitarios de Venezuela y Alemania. Boletín de
Lingüística, 14(17), pp. 53- 68.
Mostacero, R. (2014). La tutoría grupal y entre iguales en el contexto de los estudios de
posgrado. Legenda, 18(18), pp. 67- 97.

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