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Neptuno

Existe una sola ley


Índice:
- Orígen
- Argumento
- Ficha técnica
- Puesta en escena
- Vestuario
- Metodología
- Anexado: Obra y CVs
Origen:
Una martes a la tarde, mientras comíamos buñuelos, sobrevino una libre
asociación de cadenas significantes que trajo dos nombres a nuestra
memoria: Aristides Vargas y Luis Buñuel.
Inspirados en ​Donde el viento hace buñuelos y ​El ángel exterminador
nos propusimos una creación colectiva, un ejercicio-trance en el fueran
las circunstancias azarosas las que invitaran a la historia, en diálogo con
nuestro inconsciente de grupo.
Neptuno surgió de varias sesiones de improvisación y experimentación
lúdica en las que pretendimos captar la memoria en su manifestación
rizomática. Es en ese espacio de borde, en el que lo acontecido y lo
imaginario se aniquilan mutuamente como electrones y positrones en la
danza de los átomos, donde transcurre el no-tiempo de las dos
protagonistas. El malentendido, el olvido y el silencio infestan la
conversación imposible que los dos personajes (apenas identificadas
como A y B) intentan mantener. El deseo es inexpresable. El
pensamiento tiene olor. Algo terrible siempre amenaza, pero su demora
es infinita.

Argumento:
Una amenaza está latente, una amenaza de la que no se puede hablar,
ni siquiera se la puede pensar, porque la jauría huele nuestros
pensamientos.
El infierno es menos incierto que la banda de Moëbius en la que
caminan A y B, en torpe equilibrio sobre el olvido que contamina todo
precario sistema de lenguaje.
Como en algunas obras de Vargas, siempre hay un plano que irrumpe
con la coherencia narrativa a partir de juegos, metáforas y sueños, que
los personajes expresan durante la obra. La obra nos invita a habitar un
tiempo que no existe, pero que siempre está bajo control, el control del
azar.
Como en algunas películas de Buñuel, los personajes están capturados
en su propio laberinto a la medida de su goce. Siempre es casi la hora
de partir (pero en ese “casi” está la trampa). Si la imposibilidad de irse
es lo que estructura el universo simbólico donde gravitan A y B,
entonces todo movimiento posible está determinado por la captura.
Neptuno ​es una propuesta que busca salirse de la hegemonía del
argumento (línea unidimensional que conecta pasado y futuro, causa y
consecuencia, antes y después) para invitar al espectador al cuerpo
tridimensional de las intensidades, las repeticiones y los ciclos, en el
que el tiempo se convierte en un volumen que puede ser atravesado,
una lluvia que no deja de caer en bloque.

Ficha técnica:

- Nombre de la obra:​ Neptuno

- Dramaturgo: Martín Chiappino. Inspirado en las improvisaciones


realizadas por Milagros Chaparro con la dirección de Luz
Albarracín.

- Dirección: ​Luz Albarracín

- Asistente de dirección:​ Martín Chiappino

- Actrices:​ Milagros Chaparro y Luz Albarracín

- Música original:​ Diego Actis y Martín Chiappino

- Luces y escenografía:​ Sol García Casanovas

- Vestuario:​ Milagros Chaparro

Puesta en escena: .
Un lugar abstraído de todo y sumergido en el tiempo. Casi siempre son
las once. Una lyra verde cuelga en el fondo y dos baldes de pinturas
dados vueltas son bañados por la cálida luz tenue que nos da una
sensación de encierro voluntario. La salida siempre está a la vista, pero
el control impuesto nos da un aire pesado, que de a momentos se va a
figurar en humo.

Vestuario:

A y B tienen un comportamiento opuesto y complementario. Su


vestuario propone encarnar este concepto, y apostar por una rigidez
propia del control en su cabello, recogido y exactamente igual. Una tiene
lo que la otra no, y sus prendas lo manifiestan. Las paletas de colores
son opacas y aburridas, representando el dogma del que vienen y del
cual no pueden salir.

Metodología:

La asociación libre fue fundamental para la creación de este trabajo,


como también lo fue el encuentro con arquetipos desde el movimiento
auténtico. Poner nuestro cuerpo al servicio del inconsciente fue
fundamental para encontrar el hilo narrativo desde la profundidad de
nuestra psique. ​E
je

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