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Santa rosa de lima

Fue una laica consagrada a Dios y al prójimo, dado que vivió dedicada a servir a los necesitados y ofreció sus propios
sacrificios personales en una pequeña celda construida en su hogar. "Ella se sacrificaba con continuas penitencias, pero es
un ofrecimiento de su dolor por la salvación de los pecadores, por los moribundos de Lima"
Santo Toribio de Mogrovejo
"Era un hombre muy culto, un hombre recio y duro, temido por los curas párrocos", contó Sánchez-Concha.
Una vez en Perú, Santo Toribio estuvo a cargo de organizar la Iglesia católica en el entonces virreinato con la aplicación del
concilio de Trento, sobre la renovación del catolicismo, y organizó el tercer concilio limense que produjo los catecismos en
los idiomas nativos de quechua y aimara en 1582.
En una sociedad virreinal, explicó el historiador, "los santos brillan porque son los ejemplos de salvación", son los
referentes de una persona que se ha salvado. Toribio de Mogrovejo viajó por toda su diócesis, supervisando que se
cumplan las normas y se respete su jurisdicción, y murió en Zaña, al norte de Perú, en 1606.
San Martin De Porres
San Martín era el portero y barrendero en el Convento de los Dominicos y desde su puesto vivía pendiente de ayudar a los
enfermos y pobres con cariño y generosidad.
Se sabe que el papa Francisco tiene una especial devoción por San Martín, y que tiene una imagen del santo mulato,
fallecido en 1639 y canonizado en 1962.

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