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Marx y El Estado
Marx y El Estado
Norberto
Bobbio. Ed. FCE. Mexico. Capitulo VII: Marx y
el Estado.
El presente artículo de opinión está destinado no solo a atribuir o resaltar los puntos que para mí
resultaron ser claves para la compresión del presente modelo del Estado moderno. Sino que de
igual modo hago manifiesto mi interés por temas subversivos que se plantean en el texto. Agrego
además mis intereses particulares y las conclusiones a las que llego, no solo obtenidas del
documento, sino también de una exigua investigación posterior.
El primer punto que impregnó en mi interés fue la crítica del joven Karl Marx hacia la filosofía
política de Hegel y que como bien dice el texto, será un hito para Marx, pues a partir del juicio
hacia el método especulativo de Hegel su objeto de estudio será analizar y comprender la
“Sociedad Civil” como un sujeto histórico, base de sus posteriores teorías que le permitirán
modelar su sistema político, filosófico y económico.
El hombre como bien lo dice Aristóteles es un “animal cívico, un animal político” puesto que ser
hombre no implica la subjetividad del mismo, la diferencia entre parecer hombre y ser hombre
radica en la socialización, misma que llevo a lo largo de la civilización la construcción del Estado.
Retomando las premisas de Marx es explicito explicar y demostrar que es el Estado un efecto de la
sociedad misma y no esté su existencia real. Partiendo de esta crítica puntual, entramos a un
segundo punto, el Estado como superestructura.
He de manifestar que para Marx el Estado es como una “maquina” coercitiva como un
instrumento de la lucha de clases, en el sentido “técnico” del término, al servicio de la clase
dominante y de los intereses del mismo. ¿Cómo entender tal planteamiento de Marx? Para ello
debe ser necesario recurrir a uno de los momentos más importantes de la historia del hombre, la
Revolución Francesa, donde es aquí que surge una nueva clase (burguesía) y con ella un nuevo
poder que superaría al antiguo régimen. Pero esta misma Revolución traería consigo las bases de
la democracia política y con ello los horizontes políticos basados en el principio de la soberanía
nacional. Esta Revolución a lo largo de su proceso sentaría las bases de un actual modelo socio-
económico, esto es, el modo de producción, y la superestructura ideológica, es decir, la política, el
Estado y las ideas de los hombres. Como bien, dentro del plano crítico marxista las ideas de
libertad e igualdad de esta nueva sociedad burguesa están derivadas a partir de las mismas
relaciones de intercambio del sistema capitalista, es decir, las ideas de igualdad y libertad no han
sido creadas con el hecho de una emancipación humana, sino para una dependencia política del
capitalismo.
El último punto que destaca del texto dentro de mi perspectiva es la idea de Marx ante la
transición histórica que puede tomar el Estado. La filosofía de la Historia de Marx avanza a la
inversa que la captación de Hegel, para Marx es hacia la extinción del Estado, mientras que para
Hegel se vislumbra hacia un progreso. Progreso que hasta nuestros días se ha visto inutilizado, y
desterrado por el posmodernismo.
Es sugestivo resaltar la idea de Marx por constituir una nueva sociedad, a partir de un nuevo
Estado que relegue a los precedentes, un Estado que formule la emancipación humana que no se
logró en la Revolución Francesa, pero que se vio perceptible en la Comuna de París un Estado
proletariado. Marx en su libro La guerra civil en Francia se pregunta. “¿Qué es la Comuna, esa
esfinge que tanto atormenta a los espíritus burgueses? Los proletariados de Paris, en medio de los
fracasos y las traiciones de las clases dominantes, se han dado cuenta de que ha llegado la hora de
salvar la situación tomando en sus manos la dirección de los asuntos públicos… Han comprendido
que es su deber imperioso y su derecho indiscutible hacerse dueños de sus propios destinos,
tomando el poder” La comuna no tuvo una duración de menos de dos meses, pero lo importante
de este hecho no fue el hecho en tanto si, pues no representaba una amenaza total al orden
burgués pero si un símbolo de que una “dictadura del proletariado” si se podía constituir.
Marx nos deja ante la posibilidad de que los proletariados deben consumar un Estado, pero
destruirlo en el momento de alcanzar el poder, puesto que un nuevo Estado estaría en vísperas de
alcanzar una totalidad humanizadora desterrando de una vez los preceptos autoritarios del Estado
burgués, como diría Spinoza “Repito que no es el fin del Estado convertir a los hombres de seres
racionales en bestias o en autómatas, sino por el contrario que su espíritu y su cuerpo se
desenvuelvan en todas sus funciones y hagan libre uso de la razón sin rivalizar por el odio, la cólera
o el engaño, ni se hagan la guerra con ánimo injusto. El verdadero fin del Estado es, pues, la
libertad” (B. Spinoza, Tratado teológico-político)
El día en que el pronóstico de Marx sea posible y no tome rumbos como la Revolución Rusa, la
humanidad no arribará a su utopía total, pero estará cada vez más contiguo a una verdadera
libertad e igualdad objetiva. Puesto que como diría Eduardo Galeano “¿Para qué sirve la Utopía?...
La utopía está en el horizonte, camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre
diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la Utopía? Para eso, sirve para caminar.
Preguntas Abiertas.
Preguntas cerradas.