Está en la página 1de 14

La estructura de las

revoluciones científicas
por THOMAS S. KUHN

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


MÉXICO
Primera edición en inglés, 1962
Primera edición en español (FCE, México), 1971
Octava reimpresión (FCE, Argentina), 2004

Título original: The structure of scientifíc


revolutions © 1962, University of Chicago Press
32 UN PAPEL PARA LA HISTORIA PREFACIO
to científico, parecen ser, actualmente, partes EL ENSAYO que sigue es el primer informe publi-
integrantes de un conjunto tradicional de res- cado de modo íntegro de un proyecto concebido,
puestas substantivas a las preguntas mismas so- originalmente, hace casi quince años. En esa
bre las que han sido desplegadas. Esta circula- época, yo era un estudiante graduado en física
ridad no las invalida en absoluto, sino que las teórica, que estaba a punto de presentar mi tesis.
convierte en partes de una teoría y, al hacerlo, Un compromiso afortunado con un curso de co-
las sujeta al mismo escrutinio aplicado regular- legio experimental que presentaba las ciencias
mente a las teorías en otros campos. Para que su físicas para los no científicos, me puso en con-
contenido sea algo más que pura abstracción, tacto, por primera vez, con la historia de la cien-
ese contenido deberá descubrirse, observándolas cia. Resultó para mí una sorpresa total el que ese
en su aplicación a los datos que se supone que contacto con teorías y prácticas científicas anti-
deben elucidar. ¿Cómo podría dejar de ser la cuadas socavara radicalmente algunos de mis con-
historia de la ciencia una fuente de fenómenos ceptos básicos sobre la naturaleza de la ciencia
a los que puede pedirse legítimamente que se apli- y las razones que existían para su éxito específico.
quen las teorías sobre el conocimiento? Estas concepciones las había formado previa-
mente, obteniéndolos en parte de la preparación
científica misma y, en parte, de un antiguo inte-
rés recreativo por la filosofía de las ciencias. En
cierto modo, fuera cual fuera su utilidad peda-
gógica y su plausibilidad abstracta, esas nociones
no encajaban en absoluto en la empresa exhibida
por el estudio histórico. Sin embargo, eran y son
fundamentales para muchas discusiones científi-
cas y, por consiguiente, parecía valer la pena ahon-
dar más en sus fallas de verosimilitud. El re-
sultado fue un cambio drástico en mis planes
profesionales, un paso de la física a la historia
de la ciencia y, luego, gradualmente, de los pro-
blemas históricos relativamente íntegros a las in-
quietudes más filosóficas, que me habían condu-
cido, inicialmente, hacia la historia. Con excepción
de unos cuantos artículos, este ensayo es el pri-
mero de mis libros publicados en que predominan
esas preocupaciones iniciales. En cierto modo,
9
10 PREFACIO UN PAPEL PARA LA HISTORIA 31

es, principalmente, un esfuerzo para explicarme de las características de la comunidad científica


y explicar a mis amigos cómo fue que pasé de y que requiere mucha exploración y estudio com-
la ciencia a su historia. plementarios.
Mi primera oportunidad para ahondar en algu- Indudablemente, algunos lectores se habrán
nas de las ideas que expreso más adelante, me preguntado ya si el estudio histórico puede efec-
fue proporcionada a través de tres años como tuar el tipo de transformación conceptual hacia
Junior Fellow de la Society of Fellows de la el que tendemos en esta obra. Se encuentra dis-
Universidad de Harvard. Sin ese periodo de liber- ponible todo un arsenal de dicotomías, que su-
tad, la transición a un nuevo campo de estudio gieren que ello no puede tener lugar de manera
hubiera sido mucho más difícil y, probablemente, apropiada. Con demasiada frecuencia, decimos que
no hubiera tenido lugar. Parte de mi tiempo, la historia es una disciplina puramente descrip-
durante esos años, fue dedicada a la historia tiva. Sin embargo, las tesis que hemos sugerido
de la ciencia propiamente dicha. Principalmente, son, a menudo, interpretativas y, a veces, norma-
continué el estudio de los escritos de Alexandre tivas. Además, muchas de mis generalizaciones
Koyré y descubrí los de Émile Meyerson, Héléne se refieren a la sociología o a la psicología social
Metzger y Anneliese Maier.1 De manera más clara de los científicos; sin embargo, al menos unas
que la mayoría de los demás eruditos recientes, cuantas de mis conclusiones, corresponden tradi-
ese grupo muestra lo que significaba pensar cien- cionalmente a la lógica o a la epistemología. En
tíficamente en una época en la que los cánones el párrafo precedente puede parecer incluso que
del pensamiento científico eran muy diferentes he violado la distinción contemporánea, muy in-
de los actuales. Aun cuando pongo en tela de fluyente, entre "el contexto del descubrimiento"
juicio, cada vez más, algunas de sus interpreta- y "el contexto de la justificación". ¿Puede indicar
ciones históricas particulares, sus obras, junto algo, sino una profunda confusión, esta mezcla
con Great Chain of Being, de A. O. Lovejoy, sólo de campos e intereses diversos?
han cedido el lugar preponderante a los materia- Habiendo estado intelectualmente formado en
les originales primarios, en la formación de mis esas distinciones y otras similares, difícilmente
conceptos sobre lo que puede ser la historia de podría resultarme más evidente su importancia
las ideas científicas. y su fuerza. Durante muchos años las consideré
Gran parte de mi tiempo, durante esos años, casi como la naturaleza del conocimiento y creo
lo pasé explorando campos que, aparentemente, todavía que, reformuladas de manera apropiada,
1 Ejercieron una influencia primordial: Etudes Gali-
tienen algo importante que comunicarnos. Sin
léennes, de Alexandre Koyré (3 vols.; París, 1939); Identity embargo, mis tentativas para aplicarlas, incluso
and Reality, de Émile Meyerson, trans. Kate Loewenberg grosso modo, a las situaciones reales en que se
(Nueva York, 1930); Les doctrines chimiques en France obtienen, se aceptan y se asimilan los conoci-
du debut du XVIIe á la fin du XVIIIe siécle (París, 1923), y mientos, han hecho que parezcan extraordinaria-
Newton, Stahl, Boerhaave et la doctrine chimique (París,
1930) de Héléne Metzger; y Die Vorlaufer Galileis im 14. mente problemáticas. En lugar de ser distincio-
Jahrhundert, de Anneliese Maier ("Studien zur Naturphilo- nes lógicas o metodológicas elementales que, por
sophie der Spätscholastik"; Roma, 1949). ello, serían anteriores al análisis del conocimien-
30 UN PAPEL PARA LA HISTORIA PREFACIO 11

tativamente por las novedades fundamentales carecían de relación con la historia de las cien-
aportadas por hecho o teoría. cias, pero en los que sin embargo, en la actuali-
Esta concepción amplia de la naturaleza de las dad, la investigación descubre problemas simila-
revoluciones científicas es la que delineamos en res a los que la historia presentaba ante mi
las páginas siguientes. Desde luego, la extensión atención. Una nota encontrada, por casualidad,
deforma el uso habitual. Sin embargo, continuaré al pie de una página, me condujo a los experi-
hablando incluso de los descubrimientos como mentos por medio de los cuales, Jean Piaget, ha
revolucionarios, porque es precisamente la posi- iluminado tanto los mundos diversos del niño en
bilidad de relacionar su estructura con la de, por crecimiento como los procesos de transición de
ejemplo, la revolución de Copérnico, lo que hace un mundo al siguiente. 2 Uno de mis colegas me
que la concepción amplia me parezca tan impor- animó a que leyera escritos sobre la psicología
tante. La exposición anterior indica cómo van a de la percepción, sobre todo de los psicólogos de
desarrollarse las nociones complementarias de la la Gestalt; otro me presentó las especulaciones
ciencia normal y de las revoluciones científicas, de B. L. Whorf acerca del efecto del lenguaje
en las nueve secciones que siguen inmediatamen- sobre la visión del mundo y W. V. O Quine me
te. El resto del ensayo trata de vérselas con tres presentó los problemas filosóficos relativos a la
cuestiones centrales que quedan. La Sección XI, distinción analiticosintética. 3 Éste es el tipo de
al examinar la tradición del libro de texto, pon- exploración fortuita que permite la Society of
dera por qué han sido tan difíciles de comprender Fellows y sólo por medio de ella pude descu-
anteriormente las revoluciones científicas. La Sec- brir la monografía casi desconocida de Ludwik
ción XII describe la competencia revolucionaria Fleck, Entstehung und Entwicklung einer wissen-
entre los partidarios de la antigua tradición cien- schaftlichen Tatsache (Basilea, 1935), un ensayo
tífica normal y los de la nueva. Así, examina el que anticipaba muchas de mis propias ideas.
proceso que, en cierto modo, debe reemplazar, en Junto con una observación de otro Junior Fellow,
una teoría de la investigación científica, a los Francis X. Sutton, la obra de Fleck me hizo com-
procedimientos de confirmación o denegación que prender que esas ideas podían necesitar ser es-
resultan familiares a causa de nuestra imagen tablecidas en la sociología de la comunidad cien-
usual de la ciencia. La competencia entre frac-
2 Debido a que desarrollaron conceptos y procesos que
ciones de la comunidad científica es el único surgen también directamente de la historia de la ciencia,
proceso histórico que da como resultado, en rea- dos conjuntos de investigaciones de Piaget resultaron par-
lidad, el rechazo de una teoría previamente acep- ticularmente importantes: The Child's Conception of Cau-
tada o la adopción de otra. Finalmente, en la sality, traducción de Marjorie Gabain (Londres, 1930), y
Sección XIII, planteamos la pregunta de cómo Les notions de mouvement et de vitesse chez l'enfant (París,
el desarrollo por medio de las revoluciones puede 1946).
3 Los escritos de Whorf han sido reunidos posterior-
ser compatible con el carácter aparentemente mente por John B. Carroll en Language, Thought, and
único del progreso científico. Sin embargo, para Reality—Selected Writings of Benjamin Lee Whorf (Nueva
esta pregunta, el ensayo sólo proporcionará los York., 1956). Quine ha presentado sus opiniones en "Two
trazos generales de una respuesta, que depende dogmas of Empiricism", reimpreso en su obra From a
Logical Point of View (Cambridge, Mass., 1953), pp. 2046.
12 PREFACIO UN PAPEL PARA LA HISTORIA 29

tífica. Aunque los lectores descubrieran pocas de aplicación, raramente, o nunca, constituye sólo
referencias en el texto a esas obras o conversa- un incremento de lo que ya se conoce. Su asimi-
ciones, estoy en deuda con ellas en muchos más lación requiere la reconstrucción de teoría an-
aspectos de los que puedo recordar o evaluar hoy. terior y la reevaluación de hechos anteriores; un
Durante mi último año como Junior Fellow, proceso intrínsecamente revolucionario, que es
una invitación del Instituto Lowell de Boston raro que pueda llevar a cabo por completo un
para dar conferencias me proporcionó la primera hombre solo y que nunca tiene lugar de la noche
oportunidad de poner a prueba mi noción de la a la mañana. No es extraño que los historiadores
ciencia, la que todavía se encontraba en desarro- hayan tenido dificultades para atribuir fechas
llo. El resultado fue una serie de ocho conferen- precisas a este proceso amplio que su vocabula-
cias públicas, pronunciadas durante el mes de rio les impele a considerar como un suceso ais-
marzo de 1951, sobre "La búsqueda de la teoría lado.
física". Al año siguiente comencé propiamente Las nuevas invenciones de teorías no son tam-
a enseñar historia de la ciencia y, durante casi poco los únicos sucesos científicos que tienen un
una década, los problemas de la enseñanza de una efecto revolucionario sobre los especialistas en
rama que nunca había estudiado sistemáticamente cuyo campo tienen lugar. Los principios que ri-
me dejaron poco tiempo para articular de modo gen la ciencia normal no sólo especifican qué
explícito las ideas que me condujeron a ese tipos de entidades contiene el Universo, sino tam-
campo. Afortunadamente, sin embargo, esas ideas bién, por implicación, los que no contiene. De
resultaron una fuente de orientación implícita ello se desprende, aunque este punto puede re-
y, hasta cierto punto, de parte de la estructura querir una exposición amplia, que un descubri-
problemática, para gran sector de mi enseñanza miento como el del oxígeno o el de los rayos X
más avanzada. Tengo, por consiguiente, que no se limita a añadir un concepto nuevo a la po-
agradecer a mis alumnos varias lecciones impa- blación del mundo de los científicos. Tendrá ese
gables, tanto sobre la viabilidad de mis opinio- efecto en última instancia, pero no antes de que
nes como sobre las técnicas apropiadas para la comunidad profesional haya reevaluado los pro-
comunicarlas de manera eficaz. Los mismos pro- cedimientos experimentales tradicionales, altera-
blemas y esa misma orientación proporcionaron do su concepto de las entidades con las que ha
unidad a la mayoría de los estudios, predominan- estado familiarizada durante largo tiempo y, en
temente históricos y aparentemente diversos, que el curso del proceso, modificado el sistema teó-
he publicado desde el final de mi época de be- rico por medio del que se ocupa del mundo.
cado. Varios de ellos tratan del papel integral Los hechos y las teorías científicas no son cate-
desempeñado por una u otra metafísica en la góricamente separables, excepto quizá dentro de
investigación científica creadora. Otros examinan una tradición única de una práctica científica
el modo como las bases experimentales de una normal. Por eso el descubrimiento inesperado no
nueva teoría se acumulan y son asimiladas por es simplemente real en su importancia y por es.o
hombres fieles a una teoría incompatible y más el mundo científico es transformado desde el
antigua. En el proceso, describen el tipo de des- punto de vista cualitativo y enriquecido cuanti-
28 UN PAPEL PAR A LA HISTORI A PREFACIO 13

las revoluciones científicas. Cada una de ellas ne- arrollo que llamo, más adeante, "emergencia" de
cesitaba el rechazo, por parte de la comunidad, un descubrimiento o una teoría nuevos. Hay, ade-
de una teoría científica antes reconocida, para más de eso, muchos otros vínculos de unión.
adoptar otra incompatible con ella. Cada una de La etapa final del desarrollo de esta monogra-
ellas producía un cambio consiguiente en los pro- fía comenzó con una invitación para pasar el año
blemas disponibles para el análisis científico y 1958-59 en el Centro de Estudios Avanzados sobre
en las normas por las que la profesión determi- las Ciencias de la Conducta (Center for Advanced
naba qué debería considerarse como problema Studies in the Behavioral Sciences). Una vez
admisible o como solución legítima de un pro- más, estuve en condiciones de prestar una indi-
blema. Y cada una de ellas transformaba la ima- visa atención a los problemas presentados más
ginación científica en modos que, eventualmente, adelante. Lo más importante es que, el pasar un
deberemos describir como una transformación año en una comunidad compuesta, principalmen-
del mundo en que se llevaba a cabo el trabajo te, de científicos sociales, hizo que me enfrentara
científico. Esos cambios, junto con las contro- a problemas imprevistos sobre las diferencias en-
versias que los acompañan casi siempre, son las tre tales comunidades y las de los científicos
características que definen las revoluciones cien- naturales entre quienes había recibido mi pre-
tíficas. paración. Principalmente, me asombré ante el
Esas características surgen, con una claridad número y el alcance de los desacuerdos patentes
particular, por ejemplo, de un estudio de la revo- entre los científicos sociales, sobre la naturaleza
lución de Newton o de la de la química. Sin em- de problemas y métodos científicos aceptados.
bargo, es tesis fundamental de este ensayo que Tanto la historia como mis conocimientos me
también podemos encontrarlas por medio del es- hicieron dudar de que quienes practicaban las
tudio de muchos otros episodios que no fueron ciencias naturales poseyeran respuestas más fir-
tan evidentemente revolucionarios. Para el grupo mes o permanentes para esas preguntas que sus
profesional, mucho más reducido, que fue colegas en las ciencias sociales. Sin embargo, hasta
afectado por ellas, las ecuaciones de Maxwell cierto punto, la práctica de la astronomía, de la
fueron tan revolucionarias como las de Einstein y física, de la química o de la biología, no evoca,
encontraron una resistencia concordante. La in- normalmente, las controversias sobre fundamen-
vención de otras nuevas teorías provoca, de ma- tos que, en la actualidad, parecen a menudo en-
nera regular y apropiada, la misma respuesta por démicas, por ejemplo, entre los psicólogos o los
parte de algunos de los especialistas cuyo espe- sociólogos. Al tratar de descubrir el origen de
cial campo de competencia infringen. Para esos esta diferencia, llegué a reconocer el papel desem-
hombres, la nueva teoría implica un cambio en peñado en la investigación científica por lo que,
las reglas que regían la práctica anterior de la desde entonces, llamo "paradigmas". Considero a
ciencia normal. Por consiguiente, se refleja inevita- éstos como realizaciones científicas universalmente
blemente en gran parte del trabajo científico que reconocidas que, durante cierto tiempo, propor-
ya han realizado con éxito. Es por esto por lo cionan modelos de problemas y soluciones a una
que una nueva teoría, por especial que sea su gama comunidad científica. En cuanto ocupó su lugar
14 PREFACIO UN PAPEL PARA LA HISTORIA 27

esta pieza de mi rompecabezas, surgió rápida- innovación no será suprimida durante mucho
mente un bosquejo de este ensayo. tiempo. A veces, un problema normal, que debe-
No es necesario explicar aquí la historia sub- ría resolverse por medio de reglas y procedimien-
siguiente de ese bosquejo; pero es preciso decir tos conocidos, opone resistencia a los esfuerzos
algo sobre la forma en que se ha preservado des- reiterados de los miembros más capaces del gru-
pués de todas las revisiones. Hasta que terminé po dentro de cuya competencia entra. Otras ve-
ces, una pieza de equipo, diseñada y construida
la primera versión, que en gran parte fue revi-
para fines de investigación normal, no da los
sada, pensé que el manuscrito aparecería, exclu-
resultados esperados, revelando una anomalía que,
sivamente, como un volumen de la Enciclopedia
a pesar de los esfuerzos repetidos, no responde a
de Ciencia Unificada. Los redactores de esta las esperanzas profesionales. En esas y en otras
obra precursora me habían solicitado primera- formas, la ciencia normal se extravía repetida-
mente este ensayo; luego, me respaldaron fir- mente. Y cuando lo hace —o sea, cuando la pro-
memente y, al final, esperaron el resultado con fesión no puede pasar por alto ya las anomalías
tacto y paciencia extraordinarios. Les estoy muy que subvierten la tradición existente de prácticas
agradecido, principalmente a Charles Morris, por científicas— se inician las investigaciones extra-
darme el estímulo que necesitaba y por sus con- ordinarias que conducen por fin a la profesión
sejos sobre el manuscrito resultante. No obstan- a un nuevo conjunto de compromisos, una base
te, los límites de espacio de la Enciclopedia hi- nueva para la práctica de la ciencia. Los episo-
cieron necesario que presentara mis opiniones en dios extraordinarios en que tienen lugar esos
forma esquemática y extremadamente condensa- cambios de compromisos profesionales son los
da. Aunque sucesos posteriores amortiguaron esas que se denominan en este ensayo revoluciones
restricciones e hicieron posible una publicación científicas. Son los complementos que rompen
independiente simultánea, esta obra continúa sien- la tradición a la que está ligada la actividad de la
do un ensayo, más que el libro de escala plena ciencia normal.
que exigirá finalmente el tema que trato. Los ejemplos más evidentes de revoluciones
Puesto que mi objetivo fundamental es deman- científicas son los episodios famosos del desarro-
dar con urgencia un cambio en la percepción y la llo científico que, con frecuencia, han sido llama-
dos anteriormente revoluciones. Por consiguiente,
evaluación de los datos conocidos, no ha de ser un
en las Secciones IX y X, donde examinaremos
inconveniente el carácter esquemático de esta pri-
directamente, por primera vez, la naturaleza de
mera presentación. Por el contrario, los lectores las revoluciones científicas, nos ocuparemos re-
a los que sus propias investigaciones hayan pre- petidas veces de los principales puntos de viraje
parado para el tipo de reorientación por el que del desarrollo científico, asociados a los nombres
abogamos en esta obra pueden hallar la forma de Copérnico, Newton, Lavoisier y Einstein. De
de ensayo más sugestiva y fácil de asimilar. No manera más clara que la mayoría de los demás
obstante, tiene también desventajas y ellas pue- episodios de la historia de, al menos, las cien-
den justificar el que ilustre, desde el comienzo cias físicas, éstos muestran lo que significan
mismo, los tipos de ampliaciones, tanto en el al- todas
cance como en la profundidad, que, eventualmen-
26 UN P APEL PARA LA HISTORIA PREFACIO 15

iniciación educativa que prepara y da licencia a te, deseo incluir en una versión más larga. Exis-
los estudiantes para la práctica profesional. De- ten muchas más pruebas históricas que las que
bido a que esta educación es tanto rigurosa como he tenido espacio para desarrollar en este libro.
rígida, esas respuestas llegan a ejercer una in- Además, esas pruebas proceden tanto de la his-
fluencia profunda sobre la mentalidad científica. toria de las ciencias biológicas como de la de las
El que puedan hacerlo, justifica en gran parte físicas. Mi decisión de ocuparme aquí exclusiva-
tanto la eficiencia peculiar de la actividad inves- mente de la última fue tomada, en parte, para
tigadora normal como la de la dirección que siga aumentar la coherencia de este ensayo y tam-
ésta en cualquier momento dado. Finalmente, bién, en parte, sobre bases de la competencia ac-
cuando examinemos la ciencia normal en las Sec- tual. Además, la visión de la ciencia que vamos
ciones III, IV y V, nos gustaría describir esta a desarrollar sugiere la fecundidad potencial de
investigación como una tentativa tenaz y fer- cantidad de tipos nuevos de investigación, tanto
viente de obligar a la naturaleza a entrar en los histórica como sociológica. Por ejemplo, la forma
cuadros conceptuales proporcionados por la edu- en que las anomalías o las violaciones a aquello
cación profesional. Al mismo tiempo, podemos que es esperado atraen cada vez más la atención
preguntarnos si la investigación podría llevarse de una comunidad científica, exige una estudio
a cabo sin esos cuadros, sea cual fuere el ele- detallado del mismo modo que el surgimiento de
mento de arbitrariedad que forme parte de sus las crisis que pueden crearse debido al fracaso
orígenes históricos y, a veces, de su desarrollo repetido en el intento de hacer que una anomalía
subsiguiente. pueda ser explicada. O también, si estoy en lo
Sin embargo, ese elemento de arbitrariedad se cierto respecto a que cada revolución científica
encuentra presente y tiene también un efecto im- modifica la perspectiva histórica de la comuni-
portante en el desarrollo científico, que exami- dad que la experimenta, entonces ese cambio de
naremos detalladamente en las Secciones VI, VII perspectiva deberá afectar la estructura de los
y VIII. La ciencia normal, la actividad en que, libros de texto y las publicaciones de investiga-
inevitablemente, la mayoría de los científicos con- ción posteriores a dicha revolución. Es preciso
sumen casi todo su tiempo, se predica supo- estudiar un efecto semejante —un cambio de dis-
niendo que la comunidad científica sabe cómo tribución de la literatura técnica citada en las
es el mundo. Gran parte del éxito de la empresa notas al calce de los informes de investigación—
se debe a que la comunidad se encuentra dis- como indicio posible sobre el acaecimiento de las
puesta a defender esa suposición, si es necesario revoluciones.
a un costo elevado. Por ejemplo, la ciencia nor- La necesidad de llevar a cabo una condensa-
mal suprime frecuentemente innovaciones funda- ción drástica me ha obligado también a renunciar
mentales, debido a que resultan necesariamente a la discusión de numerosos problemas impor-
subversivas para sus compromisos básicos. Sin tantes. Por ejemplo, la distinción que hago entre
embargo, en tanto esos compromisos conservan los periodos anteriores y posteriores a un para-
un elemento de arbitrariedad, la naturaleza mis- digma en el desarrollo de una ciencia, es dema-
ma de la investigación normal asegura que la siado esquemática. Cada una de las escuelas cuya
16 PREFACIO UN PAPEL PARA LA HISTORIA 25

competencia caracteriza el primer periodo es guia- ciencias se han caracterizado por una competen-
da por algo muy similar a un paradigma; hay cia continua entre una serie de concepciones dis-
también circunstancias, aunque las considero ra- tintas de la naturaleza, cada una de las cuales
ras, en las que pueden coexistir pacíficamente dos se derivaba parcialmente de la observación y del
paradigmas en el último periodo. La posesión método científicos y, hasta cierto punto, todas
simple de un paradigma no constituye un criterio eran compatibles con ellos. Lo que diferenciaba
suficiente para la transición de desarrollo que ve- a esas escuelas no era uno u otro error de méto-
remos en la Sección II. Lo que es más impor- do —todos eran "científicos"— sino lo que llega-
tante, no he dicho nada, excepto en breves co- remos a denominar sus modos inconmensurables
mentarios colaterales, sobre el papel desempeñado de ver el mundo y de practicar en él las ciencias.
por el progreso tecnológico o por las condiciones La observación y la experiencia pueden y deben
externas, sociales, económicas e intelectuales, en limitar drásticamente la gama de las creencias
el desarrollo de las ciencias. Sin embargo, no hay científicas admisibles o, de lo contrario, no ha-
que pasar de Copérnico y del calendario para des- bría ciencia. Pero, por sí solas, no pueden deter-
cubrir que las condiciones externas pueden contri- minar un cuerpo particular de tales creencias.
buir a transformar una simple anomalía en origen Un elemento aparentemente arbitrario, compues-
de una crisis aguda. El mismo ejemplo puede to de incidentes personales e históricos, es siem-
ilustrar el modo en que las condiciones ajenas pre uno de los ingredientes de formación de las
a las ciencias pueden afectar el cuadro disponible creencias sostenidas por una comunidad cientí-
de posibilidades para el hombre que trata de fica dada en un momento determinado.
poner fin a una crisis, proponiendo alguna refor- Sin embargo, este elemento arbitrario no indi-
ma revolucionaria.4 La consideración explícita de ca que cualquier grupo científico podría practi-
efectos como éstos no modificará, creo yo, las car su profesión sin un conjunto dado de creen-
principales tesis desarrolladas en este ensayo; cias recibidas. Ni hace que sea menos importante
pero, seguramente, añadiría una dimensión ana- la constelación particular que profese efectiva-
mente el grupo, en un momento dado. La inves-
4 Estos factores se estudian en The Copernican Revolu- tigación efectiva apenas comienza antes de que
tion: Planetary Astronomy in the Development of Western
Thought, de T. S. Kuhn (Cambridge, Mass., 1957), pp. 122-
una comunidad científica crea haber encontrado
132, 270-271. Otros efectos de las condiciones intelectuales respuestas firmes a preguntas tales como las si-
y económicas externas sobre el desarrollo científico subs- guientes: ¿Cuáles son las entidades fundamenta-
tantivo se ilustran en mis escritos: "Conservation of les de que se compone el Universo? ¿Cómo ínter-
Energy as an Example of Simultaneous Discovery", Cri- actúan esas entidades, unas con otras y con los
tical Problems in the History of Science, ed. Marshall
Clagett (Madison, Wisconsin, 1959), pp. 321-356; "Engineer- sentidos? ¿Qué preguntas pueden plantearse legí-
ing Precedent for the Work of Sadi Carnot", Archives timamente sobre esas entidades y qué técnicas
intemationales d'histoire des sciences, XIII (1960), 247-251; y pueden emplearse para buscar las soluciones? Al
"Sadi Carnot and the Cagnard Engine", Isis, LII (1961), menos en las ciencias maduras, las respuestas (o
567-74. Por consiguiente, considero que el papel desempe-
ñado por los factores externos es menor, sólo con respecto
substitutos completos de ellas) a preguntas como
a los problemas estudiados en este ensayo. ésas se encuentran enclavadas firmemente en la
24 UN P APEL PARA LA HISTORIA PREFACIO 17

tida por los escritores pertenecientes a la antigua lítica de importancia primordial para la com-
tradición historiográfica. Por implicación al me- prensión del progreso científico.
nos, esos estudios históricos sugieren la posibili- Finalmente, quizá lo más importante de todo,
dad de una imagen nueva de la ciencia. En este las limitaciones de espacio han afectado drástica-
ensayo vamos a tratar de trazar esa imagen, es- mente el tratamiento que hago de las implicacio-
tableciendo explícitamente algunas de las nuevas nes filosóficas de la visión de la ciencia, histó-
implicaciones historiográficas. ricamente orientada, de este ensayo. Desde luego,
¿Qué aspecto de la ciencia será el más desta- existen esas implicaciones y he tratado tanto de
cado durante ese esfuerzo? El primero, al menos indicar las principales como de documentarlas.
en orden de presentación, es el de la insuficiencia No obstante, al hacerlo así, usualmente he evi-
de las directrices metodológicas, para dictar, por tado discutir, de manera detallada, las diversas
sí mismas, una conclusión substantiva única a posiciones tomadas por filósofos contemporáneos
muchos tipos de preguntas científicas. Si se le sobre los temas correspondientes. Donde he in-
dan instrucciones para que examine fenómenos dicado escepticismo, con mayor frecuencia, lo he
eléctricos o químicos, el hombre que no tiene co- enfocado a la actitud filosófica y no a cualquiera
nocimientos en esos campos, pero que sabe qué de sus expresiones plenamente articuladas. Como
es ser científico, puede llegar, de manera legíti- resultado de ello, algunos de los que conocen y
ma, a cualquiera de una serie de conclusiones trabajan dentro de una de esas posiciones articu-
incompatibles. Entre esas posibilidades acepta- ladas puede tener la sensación de que no he lo-
bles, las conclusiones particulares a que llegue grado comprender su punto de vista. Considero
estarán determinadas, probablemente, por su ex- que sería una equivocación, pero este ensayo no
periencia anterior en otros campos, por los acci- tiene el fin de convencerlos de lo contrario. Para
dentes de su investigación y por su propia pre- ello hubiera sido preciso un libro mucho más am-
paración individual. ¿Qué creencias sobre las plio y de tipo muy diferente.
estrellas, por ejemplo, trae al estudio de la quí- Los fragmentos autobiográficos con que inicio
mica o la electricidad? ¿Cuál de los muchos este prefacio servirán para dar testimonio de lo
experimentos concebibles apropiados al nuevo que reconozco como mi deuda principal tanto
campo elige para llevarlo a cabo antes que los hacia los libros de eruditos como a las institu-
demás? ¿Y qué aspectos del fenómeno complejo ciones que contribuyeron a dar forma a mis pen-
que resulta le parecen particularmente im- samientos. Trataré de descargar el resto de esa
portantes para elucidar la naturaleza del cambio deuda, mediante citas en las páginas que siguen.
químico o de la afinidad eléctrica? Para el indi- Sin embargo, nada de lo que digo antes o de
viduo al menos, y a veces también para la comu- lo que expresaré más adelante puede dar algo más
nidad científica, las respuestas a preguntas tales que una ligera idea sobre el número y la natura-
como ésos son, frecuentemente, determinantes leza de mis obligaciones personales hacia los nu-
esenciales del desarrollo científico. Debemos no- merosos individuos cuyas sugestiones y críticas,
tar, por ejemplo, en la Sección II, que las prime- en uno u otro momento, han respaldado o diri-
ras etapas de desarrollo de la mayoría de las gido mi desarrollo intelectual. Ha pasado dema-
18 PREFACIO UN PAPEL PARA LA HISTORIA 23

siado tiempo desde que comenzaron a tomar ción hace difícil poder considerar el desarrollo
forma las ideas expresadas en este ensayo; una científico como un proceso de acumulación. La
lista de todos aquellos que pudieran encontrar investigación histórica misma que muestra las
muestras de su influencia en estas páginas casi dificultades para aislar inventos y descubrimien-
correspondería a una lista de mis amigos y co- tos individuales proporciona bases para abrigar
nocidos. En esas circunstancias, debo limitarme dudas profundas sobre el proceso de acumula-
al corto número de influencias principales que ción, por medio del que se creía que habían
ni siquiera una memoria que falla suprimirá com- surgido esas contribuciones individuales a la
pletamente. ciencia.
Fue James B. Conant, entonces presidente de El resultado de todas estas dudas y dificultades
es una revolución historiográfica en el estudio de
la Universidad de Harvard, quien me introdujo
la ciencia, aunque una revolución que se encuentra
por vez primera en la historia de la ciencia y,
todavía en sus primeras etapas. Gradualmente, y
así, inició la transformación en el concepto que a menudo sin darse cuenta cabal de que lo
tenía de la naturaleza del progreso científico. están haciendo así, algunos historiadores de las
Desde que se inició ese proceso, se ha mostrado ciencias han comenzado a plantear nuevos tipos
generoso con sus ideas, sus críticas y su tiempo, de preguntas y a trazar líneas diferentes de
incluyendo el necesario para leer y sugerir cam- desarrollo para las ciencias que, frecuentemen-
bios importantes al bosquejo de mi manuscrito. te, nada tienen de acumulativas. En lugar de
Leonard K. Nash, con quien, durante cinco años, buscar las contribuciones permanentes de una
di el curso orientado históricamente que había ciencia más antigua a nuestro caudal de conoci-
iniciado el doctor Conant, fue un colaborador toda- mientos, tratan de poner de manifiesto la inte-
vía más activo durante los años en que mis ideas gridad histórica de esa ciencia en su propia época.
comenzaron a tomar forma y mucho lo he echa- Por ejemplo, no se hacen preguntas respecto a la
do de menos durante las últimas etapas del des- relación de las opiniones de Galileo con las de
arrollo de éstas. Sin embargo, afortunadamente, la ciencia moderna, sino, más bien, sobre la rela-
después de mi partida de Cambridge, su lugar ción existente entre sus opiniones y las de su
como creadora caja de resonancia, y más que ello, grupo, o sea: sus maestros, contemporáneos y
fue ocupado por mi colega de Berkeley, Stanley sucesores inmediatos en las ciencias. Además,
Cavell. El que Cavell, un filósofo interesado prin- insisten en estudiar las opiniones de ese grupo
cipalmente en la ética y la estética, haya lle- y de otros similares, desde el punto de vista
gado a conclusiones tan en consonancia con las —a menudo muy diferente del de la ciencia mo-
mías, ha sido una fuente continua de estímulo y derna— que concede a esas opiniones la máxima
coherencia interna y el ajuste más estrecho posi-
aliento para mí. Además, es la única persona con
ble con la naturaleza. Vista a través de las obras
la que he podido explorar mis ideas por medio
resultantes, que, quizá, estén mejor representa-
de frases incompletas. Este modo de comunica- das en los escritos de Alexandre Koyré, la ciencia
ción pone de manifiesto una comprensión que le no parece en absoluto la misma empresa discu-
permitió indicarme el modo en que debía salvar
o rodear algunos obstáculos importantes que en-
22 UN P APEL PARA LA HISTORIA PREFACIO 19

to que les es cada vez más difícil desempeñar las contré, durante la preparación de mi primer ma-
funciones que el concepto del desarrollo por acu- nuscrito.
mulación les asigna. Como narradores de un Desde que escribí esta versión, muchos otros
proceso en incremento, descubren que las inves- amigos me han ayudado con sus críticas. Creo
tigaciones adicionales hacen que resulte más di- que me excusarán si sólo nombro a los cuatro
fícil, no más sencillo, el responder a preguntas cuyas contribuciones resultaron más decisivas y
tales como: ¿Cuándo se descubrió el oxígeno? profundas: Paul K. Feyerabend de Berkeley, Er-
¿Quién concibió primeramente la conservación de nest Nagel de Columbia, H. Pierre Noyes del
la energía? Cada vez más, unos cuantos de ellos Laboratorio de Radiación Lawrence y mi discí-
comienzan a sospechar que constituye un error pulo John L. Heilbron, que ha colaborado, a me-
el plantear ese tipo de preguntas. Quizá la cien- nudo, estrechamente conmigo al preparar una
cia no se desarrolla por medio de la acumulación versión final para la imprenta. Todas sus reser-
de descubrimientos e inventos individuales. Si- vas y sugestiones me han sido muy útiles; pero
multáneamente, esos mismos historiadores se en- no tengo razones para creer (y sí ciertas razones
frentan a dificultades cada vez mayores para para dudar) que cualquiera de ellos, o de los que
distinguir el componente "científico" de las ob- mencioné antes, apruebe completamente el ma-
servaciones pasadas, y las creencias de lo que sus nuscrito resultante.
predecesores se apresuraron a tachar de "error" Mi agradecimiento final a mis padres, esposa
o "superstición". Cuanto más cuidadosamente e hijos, debe ser de un tipo diferente. De ma-
estudian, por ejemplo, la dinámica aristotélica, neras que, probablemente, seré el último en re-
la química flogística o la termodinámica calórica, conocer, cada uno de ellos ha contribuido con
tanto más seguros se sienten de que esas anti- ingredientes intelectuales a mi trabajo. Pero, en
guas visiones corrientes de la naturaleza, en con- grados diferentes, han hecho también algo mu-
junto, no son ni menos científicos, ni más el cho más importante. Han permitido que siguiera
producto de la idiosincrasia humana, que las ac- adelante e, incluso, han fomentado la devoción
tuales. Si esas creencias anticuadas deben deno- que tenía hacia mi trabajo. Cualquiera que se
minarse mitos, entonces éstos se pueden producir haya esforzado en un proyecto como el mío sa-
por medio de los mismos tipos de métodos y ser brá reconocer lo que, a veces, les habrá costado
respaldados por los mismos tipos de razones que hacerlo. No sé cómo darles las gracias.
conducen, en la actualidad, al conocimiento cien- T. S. K.
tífico. Por otra parte, si debemos considerarlos Berkeley, California.
como ciencia, entonces ésta habrá incluido con-
juntos de creencias absolutamente incompatibles
con las que tenemos en la actualidad. Entre esas
posibilidades, el historiador debe escoger la últi-
ma de ellas. En principio, las teorías anticuadas
no dejan de ser científicas por el hecho de que
hayan sido descartadas. Sin embargo, dicha op-
I. INTRODUCCIÓN: UN PAPEL PARA LA UN PAPEL PARA LA HISTORIA 21
HISTORIA
vaciones, leyes y teorías que se describen en sus
Si SE CONSIDERA a la historia como algo más que páginas. De manera casi igual de regular, los
un depósito de anécdotas o cronología, puede pro- mismos libros se interpretan como si dijeran que
ducir una transformación decisiva de la imagen los métodos científicos son simplemente los ilus-
que tenemos actualmente de la ciencia. Esa ima- trados por las técnicas de manipulación utiliza-
gen fue trazada previamente, incluso por los mis- das en la reunión de datos para el texto, junto
mos científicos, sobre todo a partir del estudio con las operaciones lógicas empleadas para rela-
de los logros científicos llevados a cabo, que se cionar esos datos con las generalizaciones teó-
encuentran en las lecturas clásicas y, más recien- ricas del libro de texto en cuestión. El resultado
temente, en los libros de texto con los que cada ha sido un concepto de la ciencia con profundas
una de las nuevas generaciones de científicos implicaciones sobre su naturaleza y su desarrollo.
aprende a practicar su profesión. Sin embargo, Si la ciencia es la constelación de hechos, teo-
es inevitable que la finalidad de esos libros sea rías y métodos reunidos en los libros de texto
persuasiva y pedagógica; un concepto de la cien- actuales, entonces los científicos son hombres
cia que se obtenga de ellos no tendrá más proba- que, obteniendo o no buenos resultados, se han
bilidades de ajustarse al ideal que los produjo, esforzado en contribuir con alguno que otro ele-
que la imagen que pueda obtenerse de una cul- mento a esa constelación particular. El desarro-
tura nacional mediante un folleto turístico o un llo científico se convierte en el proceso gradual
texto para el aprendizaje del idioma. En este mediante el que esos conceptos han sido añadi-
ensayo tratamos de mostrar que hemos sido mal dos, solos y en combinación, al caudal creciente
conducidos por ellos en aspectos fundamentales. de la técnica y de los conocimientos científicos,
Su finalidad es trazar un bosquejo del concepto y la historia de la ciencia se convierte en una
absolutamente diferente de la ciencia que puede disciplina que relata y registra esos incrementos
surgir de los registros históricos de la actividad sucesivos y los obstáculos que han inhibido su
de investigación misma. acumulación. Al interesarse por el desarrollo
Sin embargo, incluso a partir de la historia, científico, el historiador parece entonces tener
ese nuevo concepto no surgiría si continuáramos dos tareas principales. Por una parte, debe de-
buscando y estudiando los datos históricos con terminar por qué hombre y en qué momento fue
el único fin de responder a las preguntas plan- descubierto o inventado cada hecho, ley o teoría
teadas por el estereotipo no histórico que proce- científica contemporánea. Por otra, debe descri-
de de los libros de texto científicos. Por ejemplo, bir y explicar él conjunto de errores, mitos y
esos libros de texto dan con frecuencia la sen- supersticiones que impidieron una acumulación
sación de implicar que el contenido de la ciencia más rápida de los componentes del caudal cien-
está ejemplificado solamente mediante las obser- tífico moderno. Muchas investigaciones han sido
20 encaminadas hacia estos fines y todavía hay al-
gunas que lo son.
Sin embargo, durante los últimos años, unos
cuantos historiadores de la ciencia han descubier-

También podría gustarte