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MONET Y BOUDIN PARIENTES ARTISTICOS

“Lo he dicho antes y sólo puedo repetir que lo debo


todo a Boudin y atribuyo mi éxito a él.”

Claude Monet
MONET Y BOUDIN PARIENTES ARTISTICOS

Claude Monet nació en París en 1840, dos días antes que otro monstruo del arte y del que fue un gran
amigo y admirador, Auguste Rodin. A los cinco años de edad de Claude, Adolphe y Louise-Justine Monet,
padres de Claude, se instalan en Le Havre. Dicen que la genialidad busca su camino, en el caso del
Claude Monet lo significó el que el profesor de dibujo de Claude, Francoise Ochard, con el que aprendió
a dibujar caricaturas de las que vivía para ese momento, le presentó a un tal Eugène Boudin, con diez
años de experiencia como pintor, que recordando sus caricaturas le dijo: “Veo siempre con placer sus
dibujos; son divertidos, atrevidos y brillantes. Está dotado, se ve. Pero espero que no se quede ahí. Está
muy bien para empezar, pero no tardará en cansarse de las caricaturas. Estudie, aprenda a mirar y a
pintar, dibuje, haga paisajes”. El entusiasmo no fue compartido, a Monet, que contaba dieciséis años
parar ese momento, sus marinas le parecían “repugnantes”.

Eugène Boudin, uno de los precursores del Impresionismo, pues con su costumbre de pintar al aire libre
y su gusto por los efectos de la luz , tuvo una influencia determinante en el joven Claude; era para ese
momento un pintor sin nombre, nacido en Honfleur en 1824, hijo de un marino, con diez años era
grumete del barco de su padre y, aunque pronto cambió de profesión, siempre estuvo en contacto con
el mar, gran protagonista de sus obras.

Trabajó en Le Havre de enmarcador y después en una papelería, ya se dedicaba a la pintura en sus


tiempos libres cuando conoce a varios artistas, Ribot, Millet, Troyon entre otros, que lo convencieron
para que siguiera su pasión y se dedicara a la pintura. Se traslada a París en 1847 y, con una influencia
inicial por la pintura holandesa del siglo XVII, finalmente empieza a estudiar el estilo contemporáneo
que no era otro que el de la Escuela de Barbizón. Pero su afición por el mar no lo abandona, empieza a
frecuentar la costa de Normandía y Bretaña, convirtiéndose sus paisajes, sus mercados, sus iglesias y sus
costas, en temas de su pintura.

En 1859 conoce a Gustave Courbet, expone por primera vez en El Salón de París consiguiendo muy
buenos comentarios, Baudelaire fue uno de sus admiradores. En la década del 60 se dedica a realizar
obras que mostraban a veraneantes en las playas de Trouville, (ya Monet estaba bajo su tutela) con las
que tuvo mucho éxito en el ambiente artístico francés. En 1874 participa en la primera exposición de los
impresionistas en el boulevard des Capucines. Entre 1892 y 1895 realizó tres viajes a Venecia buscando
nueva inspiración, siempre lamentó no haber ido de más joven a esa ciudad. En 1895 recibió la medalla
de oro de la Exposición Universal. Logró un éxito económico que le permitió vivir cómodamente, aunque
olvidado, en 1889 muere su esposa Marie-Anne lo cual fue un duro golpe para él pues nunca tuvo hijos,
en sus últimos días se dedicó a pintar para él. Murió en 1898 en Deuville.

Pasado un tiempo, Claude aceptó la invitación de Boudin , comenzando a pintar paisajes con su maestro
al aire libre, como aquel acostumbraba. Con el tiempo Claude se fue acostumbrando a su maestro “Se
me abrieron los ojos. Con una bondad inagotable, Boudin se hizo cargo de mi educación”, así comenta
Claude Monet de sus primeros tiempos con Boudin. Estos tiempos estuvieron supervisados por su tia
Marie-Jeanne, su madre murió en 1857. De sus primeros años con Boudin es su cuadro “Vista cerca de
Rouelles” (1858), que presenta en la exposición de Le Havre. Esta obra denota la influencia de la Escuela
de Barbizón. Boudin, por su parte realiza “Paisaje normando” (1857 – 1858). Ambos paisajes son del
mismo lugar, de composición equilibrada, pero en la pintura de Monet se empiezan a destacar los
colores frente a los de su maestro. Este último, a pesar de ser autodidacta, ha aprendido, de los
patrones de la época, a utilizar el claroscuro y los matices para crear la ilusión de luz y sombra; la obra
de Monet tiene colores más claros y, a la vez, más brillantes que los de su maestro. Boudin siempre
inculcó en el joven Monet el interés por captar la luz del día.

Monet se dedicó a estudiar a la generación del 30, Rousseau, Dupre,Chintreuil. Se matricula en la


Escuela de Bellas Artes de París, tiene 18 años, pero su solicitud de beca es rechazada. Por lo tanto se
inscribe en la academia Suisse, donde conoce a Pissarro. En el salón de 1859, conocerá las obras de
Daubigny y los orientalistas, de los que quedará admirado. Es en estos tiempos en que debe cumplir el
servicio militar y elige Africa como destino. El contacto entre maestro y alumno no desapareció,
estuvieron ligados por la relación epistolar, los viajes a Le Havre y las obras que siguieron pintando.
Aunque esta relación maestro/pupilo estaba cambiando a una relación de respeto y admiración, una
relación de amigos.

El mar, que ambos disfrutaron desde su infancia, nunca los abandonó, ni en el recuerdo, ni en la
inspiración. Boudin, a partir de 1854 se dedica a realizar escenas de pescadores a la orilla del mar.
Sucede entonces un encuentro determinante, se trata del paisajista holandés Johan Jongkind, del que
comentó: “Fue a partir de ese momento mi maestro y es a él a quien debo la educación definitiva de mi
mirada”. Jongfkind, junto a Boudin, es también considerado uno de los precursores del Impresionismo.
Monet empezó a pintar marinas, siguiendo el ejemplo de Courbet y de Manet, realizando composiciones
de gran tamaño al aire libre. Ejemplo de esta época es la “Playa de Saint-Adresse” (1867), en este cuadro
emplea tonos fríos y brillantes, se aleja de las tonalidades grises que tanto utilizaba Boudin. Además,
mezcla a los turistas (generalmente de París) y a los pescadores de Normandía en la misma obra a
diferencia de Boudin que se empeñaba en separarlos.

Claude Monet, Playa de Sanit-Adresse 1867 E. Boudin, Vista de la ensenada de Trouville 1865
Es impactante el observar en las nubes de Monet y en los colores del mar, la luminosidad y el efecto que
logra, al compararlas con el cuadro de Boudin, mucho más apagado. Para ese entonces Trouville, que ya
Boudin había sido el escenario de varias obras pictóricas de Boudin, sin mucho éxito, el artista se dió
cuenta que solo el paisaje ya no llamaba la atención, escenas anónimas sin protagonistas eran cosa de
otros tiempos. Monet se mudó con su familia a Trouville, donde estuvo ensayando escenas de playa
pero donde, por intuición más que por deducción las hizo menos anónimas. De esta época son “Camille
en la playa” y “La playa en Tourville”.

Camile Monet “Escena de playa en Trouville” (1870)

Eugène Boudin. Concierto en el Casino de Deauville (1865)


Comparando ambas obras observamos mucha más luz en el cuadro de Monet que en cuadros
anteriores, los efectos de luz sobre el vestido de la dama de la izquierda son extraordinarios. Su obra
avanza en dinamismo, utiliza un horizonte alto, las nubes en diagonales y el tema en primer plano. Otro
cuadro de Monet en el mismo estilo, es el del “Hotel des Rockes Noires”, contra la profundidad del
cuadro resalta la bandera americana en primer plano, que además es totalmente horizontal. Por otro
lado, el cuadro de Boudin, “Concierto en el Casino de Deauville” justificadamente no tuvo éxito en el
Salón de París en 1865, es indefinido, apagado, sin interés alguno.

Boudin se dedicó, entonces, a composiciones más pequeñas para coleccionistas determinados, hasta
que en 1870 abandonó definitivamente las escenas de playas, cambiándolas por el género de las
marinas que estaban de moda entre los compradores de arte.

Monet invitó a su antiguo maestro, Boudin a exhibir en la primera exposición de impresionistas, en


1874. Es en esta exposición que un periodista queriendo burlarse de lo que veía y, basándose en el título
de una obra de Monet, “Impresiones, sol naciente” que pintó en 1872, llamó a los que consideraba
unos farsantes que presentaban obras sin terminar, impresionistas por el nombre de la obra, así nace
para la posteridad la denominación de la nueva tendencia pictórica: El Impresionismo.

De dicha exposición, a la que Boudin llevó numerosos pasteles donde con pocos trazos definía cielos fue
bautizado por Corot “El rey de los cielos”. El pastel lo siguió utilizando en sus obras, llegando a producir
obras con rasgos impresionistas.

5. Variaciones

En la década de 1890, Monet dio un giro fundamental a su obra con la realización de series sobre un
único motivo, un encuadre similar y captado bajo diferentes condiciones ambientales y lumínicas. Su
origen, en buena medida, estaba ya latente en las variaciones atmosféricas de Boudin, cuya
preocupación por los cambios de la luz en el paisaje con el paso de las horas aparece en sus cuadernos
ya en la década de 1850 y en los estudios de cielos al pastel.

Desde 1878, en Vétheuil, Monet pintó varios grupos de lienzos a los que pertenecen Brazo del Sena
cerca de Vétheuil (1878) o La inundación (1881), aunque el conjunto de obras que más se aproxima a lo
que luego serán sus series es el formado por los diecisiete óleos que dedicó al deshielo del Sena de
enero de 1880. Dos años después, en Pourville, Monet empleó la palabra

Eugène Boudin. Costa de Normandía, s.f. Colección F. Plaussu. Cortesía Galerie de la Présidence, París

Claude Monet. La inundación (1881) Arp Museum Banhof Rolandseck / Collection Rau for UNICEF,
Remagen

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“serie” por primera vez en una carta dirigida al marchante Durand-Ruel. En sus siguientes campañas fue
restringiendo los puntos de vista al tiempo que aumentaba el número de lienzos pintados sobre un
mismo motivo, pasando de dedicarle a cada uno media hora al día, hasta restringirse a tan solo unos
siete minutos por sesión para capturar un “efecto”.

Por su parte, Boudin realizó unas doscientas variaciones de los muelles de Trouville con pequeñas
diferencias en las condiciones atmosféricas. Su trabajo era intuitivo y no sistemático, como en Monet, y
se relacionaba más con la demanda de los coleccionistas. De principios de la década de 1890 son algunas
vistas de la colegiata de Abbeville o del río Touques, pintadas a distintas horas del día.

6. Litoral agreste

A finales de la década de 1870, la amistad entre Monet y Boudin comenzó a enfriarse. Pudo contribuir a
ello la relación de Monet con Alice Hoschedé antes de la muerte de Camille, por la que Boudin sentía un
gran aprecio, o la crisis económica de 1875, que afectó profundamente al mercado artístico. Sin
embargo, el maestro conservó la admiración por su antiguo discípulo y numerosas obras de la década de
1880 y 1890 muestran una convergencia de intereses, como ocurre con las vistas de los acantilados de
Normandía y las costas de Bretaña.

En los cuadros de Monet de la década de 1880 las figuras humanas han cedido el protagonismo a la
naturaleza. De esta época son La aguja de Étretat, bajamar (1883) y Rocas en Belle-Île-en-Mer, Port
Domois (1886). Años después, Boudin pintó también en Étretat, realizando esbozos de barcas varadas y
vistas de los acantilados, y en 1897, un año antes de su muerte, recorrió Bretaña, donde llevó a cabo
óleos en los que, frente a las agitadas vistas de Monet, predomina una mayor sensación de calma y
equilibrio.

7. Luz, reflejos y efectos atmosféricos

La muestra de pasteles, acuarelas y ciento cincuenta óleos de Boudin en la galería de Durand-Ruel, en


1883, supuso su consagración definitiva. Alcanzada ya una cierta estabilidad económica, se propuso ir
más allá de los gustos conservadores de su clientela y comenzó a pintar también para sí mismo, atento a
algunas novedades impresionistas. De estos años son marinas en las que el elemento predominante es
la luz del atardecer, como Marea baja (1884).

Claude Monet. La aguja de Étretat, marea baja (1883) Colección privada, Nueva York

Eugène Boudin. Marea baja (1884). Musée des Beaux-Arts, Saint-Lô (Francia)

Por lo que respecta a Monet, si en los años 1880 alternó su atracción por la fuerza del mar con el
estudio de la luz y los efectos ambientales, en la década siguiente fueron estos últimos lo que más le
interesó, junto a la exploración de la pintura en series. El ejemplo de Corot, referente para ambos
artistas desde siempre, se hizo aún más presente en la obra de Monet en la década de 1890; así se
aprecia en El Sena en Port-Villez (1894) o en Mañana en el Sena, Giverny (1897). El segundo forma parte
de una serie de veinticuatro lienzos, iniciados al aire libre y completados en el estudio, todos
representando el mismo rincón del río a diferentes horas del día.

8. Viajes al sur

Para dos pintores como Monet y Boudin, formados bajo los grises y cambiantes cielos de Normandía, el
encuentro con la luz del Mediterráneo tenía que ser una revelación. Monet así lo experimentó cuando, a
comienzos de 1884, después de un corto viaje por la Costa Azul y la Riviera italiana junto a Renoir, se
trasladó a Bordighera a pintar durante varios meses. En 1888 regresó a Antibes, donde se volvió a
enfrentar a la luz rosada del Mediterráneo.

Por motivos de salud, Boudin viajó al Midi por vez primera en 1885, lo que pudo influirle en el empleo
de una paleta más colorida a partir de entonces. Fue en todo caso en su visita a Beaulieu, en 1892,
cuando hizo suya la luminosidad mediterránea, a la par que completaba sus lienzos al aire libre, gracias
al buen tiempo. Como Monet, en 1893 llevó a cabo vistas de Antibes, y en 1895 pintó más de setenta
lienzos en Venecia, considerados por el propio pintor su “canto del cisne”.

Tras la muerte de Boudin en 1898, Monet formó parte del comité que organizó su exposición póstuma.
Años después, al revisar las cartas que había intercambiado con su maestro, se dio cuenta de que
Boudin había sido uno de los primeros en reconocer su talento y que le había profesado una admiración
constante. En 1920, Monet expresó a su biógrafo, Gustave Geffroy, un reconocimiento ya sin reservas
hacia su maestro: “Lo he dicho y lo repito: todo se lo debo a Boudin”.

Claude Monet. Antibes (1888) Colección Pérez Simón, México

Eugène Boudin. Beaulieu. La bahía de las Hormigas (1892) The Metropolitan Museum of Art, Nueva
York. Legado de Jacob Ruppert

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