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SI ME ENCUENTRAS LEEME

Título: `` Reflexiones, pasiones recuerdos y olvidos´´

Autora: Mª Sol Pita González

Propuesto por: Petra Álvarez Retamar


Miembro del Club de Lectura de la B.P.M.
“Eugenio Frutos”, Guareña

Columpio, recuerdo casi olvidado de mi infancia, de una época en la


que reí, lloré, me ilusioné, fui feliz junto a las personas a las que hoy
añoro. Viví cosas que entonces no valoré, y hoy pienso en ellas como uno
de los mayores tesoros que puede lograrse en la vida.

Columpios, tardes en una plazoleta, sonidos chirriantes de cadenas que se


mueven, días de campo con sogas atadas en árboles, y mantas usadas
como asiento. Columpios, juegos de niños, primer acercamiento de
enamorados. Columpios, recuerdo de mi infancia, de mi casa de mi calle,
de mis padres… de una vida que quedó atrás pero que no deja de estar.

ORGANIZA:
Biblioteca Eugenio Frutos
Club de Lectura Eugenio Frutos

PATROCINA:
Concejalía de Cultura Excmo. Ayuntamiento de Guareña
SI ME ENCUENTRAS LEEME

Título: Las Cinco Personas que encontrará en el Cielo

Autor: Mitch Albom

Propuesto por: María Dolores Aguado


Miembro del Club de Lectura de la B.P.M.
“Eugenio Frutos”, Guareña

Toda vida tiene un instante de amor del de verdad. Para Eddie, el


suyo tuvo lugar una cálida noche de septiembre después de una tormenta,
cuando la pasarela de madera estaba lavada por la lluvia. Ella llevaba un
vestido de algodón amarillo y un pasador rosa en el pelo. Eddie no habló
mucho. Estaba tan nervioso que tenía la sensación de que la lengua se le
había pegado a los dientes. Bailaron con la música de una gran orquesta,
la orquesta de Delaney el Larguirucho y sus Everglades. La invitó a una
limonada. Ella dijo que se tenía que ir antes de que se enfadaran sus
padres. Pero cuando se alejaba, se volvió y le saludó con la mano.

ORGANIZA:
Biblioteca Eugenio Frutos
Club de Lectura Eugenio Frutos

PATROCINA:
Concejalía de Cultura Excmo. Ayuntamiento de Guareña
SI ME ENCUENTRAS LEEME
Título: El Principito

Autor: Antoine de Saint-Exupery,

Propuesto por: Esmeralda Rodríguez Quirós

Miembro del Club de Lectura de la B.P.M.


“Eugenio Frutos”, Guareña
Capítulo 21.
[…]

- Ve a ver de nuevo a las rosas. Comprenderás entonces que la tuya es única en el


mundo. Después regresa a decirme adiós y te haré partícipe de un secreto.

El principio se fue a ver de nuevo a las rosas y les dijo:

- En realidad no os parecéis en nada a mi rosa, ni sois nada todavía. Nadie os ha


domesticado ni vosotras habéis domesticado a nadie. Sois como era mi zorro. Antes de
que lo domesticara era un zorro igual a otros cien mil. Ahora que lo he hecho mi
amigo, es un zorro único en el mundo.

Y las rosas se mostraron muy molestas.

- Son realmente hermosas, pero vacías –añadió el principito-. Uno no se siente


impulsado a dejarse morir por ustedes. Cualquiera pensará que mi rosa se parece a
ustedes; pero ella sola es para mí más importante que todas ustedes juntas, porque
ella es la que he cuidado y regado; ella es la que cubrí con el globo de cristal; ella es la
que resguardé con el biombo; ella es la que libré de las orugas que la molestaban,
dejando sólo aquellas que se volvieron mariposas; es ella la rosa que oí quejarse,
alabarse o mantenerse callada. En fin, ella es mi rosa.

Y volvió hacia donde estaba el zorro.

- Adiós –le dijo.

- Adiós –repuso el zorro-. He aquí mi secreto. Es muy sencillo. Consiste en que no se ve


bien sino con el corazón, pues lo esencial es invisible a los ojos.

- Lo esencial es invisible para los ojos –repitió el principito, a fin de recordarlo.

ORGANIZA:
Biblioteca Eugenio Frutos
Club de Lectura Eugenio Frutos

PATROCINA:
Concejalía de Cultura Excmo. Ayuntamiento de Guareña
SI ME ENCUENTRAS LEEME
Título: El largo camino a casa.

Autora: Danielle Steel.

Propuesto por: Lili Moreno

Miembro del Club de Lectura de la B.P.M. “Eugenio Frutos”,


Guareña
Tu madre volvería pronto, Gabriella. Verás cómo el tiempo pasa volando –dijo con dulzura,
consciente de que la pequeña se hallaba en un estado de pánico y que a la madre o bien le
traia sin cuidado o ni siquera se percataba de ello.

La monja asintió levemente con la cabeza y pocos segundos después Eloise ya había
recogido el bolso y estrechado su mano. Luego miró a su hija con una tenue sonrisa, incapaz de
ocultar el placer qu le producía marcharse. No tenía nada que decirle para aliviar su terrible
dolor. Lo único que deseaba era ser libre.

-Portate bien y no des problemas-fue cuanto le dijo-. Me enteraré si lo haces.-Y ambas


sabían lo que eso significaba, pero a Gabriella ya no le importaba.

Rodeó a su madre por la cintura y lloró tanto por la madre que nunca había tenido como
el padre perdido. Gabriella era un pozo de un miedo y una soledad indescriptibles, y aunque su
mirada pasaba desaoercibida para Eloise, habia conmovido a la madre Gregoria. La monja
esperó que Eloise besara a su hija o le dijera algo para tranquilizarla, pero la mujer se limitó a
retirar los bracitos de su cintura y apartar a la niña de un empujón.

-Adiós Gabriella –dijo fríamente mientras su hija la miraba con ojos que comprendían
mucho más de lo habitual para su edad.

Gabriella entendía ahora lo que se sentía ante el abandono. Se quedó inmóvil, incapaz de
contener las lagrimas, y vio cómo su madre se marchaba sin mirar atrás.

Durante un breve instante comprendió con precisión lo sola que estaba y quizá siempre
estaría. Entonces sus ojos y los de la monja se encontraron. Gabriella y la madre superiora eran
dos almas que habían viajado muy lejos y visto demasiado, y a una edad excesivamente
temprana en el caso de Gabriella. La niña permanecia muy quieta, emitiendo unos ruiditos que
rompían el corazón. La madre Gregoria se acercó lentamente y la rodeó con sus brazos.

Quería proteger a Gabriella del mundo que la había herido de una forma casi irreparable.
Todo lo que Gregoria sabía, sentía y creía se concentró en la fuerza de su abrazo, así como
todo lo que quería para esa criatura. Gabriella la miró con perplejidad y luego cerró los ojos,
consciente de lo que acababa de ocurrir entre ellas. Y mientras permanecía acurrucada en el
dulce abrazo, las compuertas se abrieron y Gabriella lloró por todas las pérdidas, todo el dolor,
toda la pena, todo el terror y todos los desengaños que la vida le había infligido. Mas, pasara lo
que pasara, a partir de ahora sabía con la erudición de sus diez años que allí estaría a salvo.

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Biblioteca Eugenio Frutos
Club de Lectura Eugenio Frutos

PATROCINA:
Concejalía de Cultura Excmo. Ayuntamiento de Guareña
SI ME ENCUENTRAS LEEME
Título: “El cuaderno de Noah”
Autor: Nicholas Sparks
Propuesto por: Paqui González Granado
Miembro del Club de Lectura de la B.P.M.
“Eugenio Frutos”, Guareña

- Aquí – respondió él, señalando un viejo árbol inclinado sobre el agua que oscurecía
una abertura y ocultaba casi por completo la vista. Esquivó el árbol, y los dos tuvieron
que agachar la cabeza para no golpearse-. Cierra los ojos – murmuró, y Allie obedeció,
tapándoselos con las manos. Oyó el suave oleaje y sintió el movimiento de la canoa,
avanzando sobre la corriente-. Muy bien – dijo por fin, cuando paró de remar-. Ya
puedes abrirlos.

Estaban en medio de un pequeño lago, alimentado por las aguas del río Brices.
No era grande – quizá cien metros de ancho-, pero a Allie le sorprendió que, apenas
unos segundos antes, estuviera completamente oculto a la vista.

Era espectacular. Estaban literalmente rodeados por cisnes y patos salvajes.


Miles de aves. Algunos nadaban tan apiñados que no dejaban ver el agua. Desde lejos,
los grupos de cisnes parecían témpanos de hielo flotante.

- Vaya, Noah – dijo finalmente en voz baja-, es precioso.


Contemplaron la escena en silencio durante largo rato.

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Biblioteca Eugenio Frutos
Club de Lectura Eugenio Frutos

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SI ME ENCUENTRAS LEEME
Título: `` Prométeme que serás libre´´
Autor: Jorge Molist
Propuesto por: María Pozo Gallardo
Miembro del Club de Lectura de la B.P.M.
“Eugenio Frutos”, Guareña

… Joan la miró alarmado. Anna sabía leer y él no. Bajo ningún concepto
podía enterarse ella de su carencia. No podía entender cómo, siendo
analfabeto, decía que iba a ser librero. Joan se sentía un farsante.
Se sentimiento se hizo apremiante cuando unos días después en la fuente,
ella le entregó una nota disimulando y se fue, después de llenar el
cántaro. Joan sintió la angustia de no entender su contenido. No sabía si
era algo urgente o si le citaba en otro lugar. Solo pudo ver una cuidada
caligrafía gótica propia de alguien de esmerada educación.
Esperó ansioso el momento en que el novicio le leyó las palabras que no
entendía…
… El deseo de aprender a leer se convirtió en obsesión. Joan retenía
palabras escritas en la memoria y al llegar al convento el novicio le decía
como sonaban. A continuación las escribía en su pequeño libro, al que
llamaba el libro de aprendiz. En breve sabría leer, avanzaba en ello cada
día, era inevitable a pesar de su promesa. Anna nunca sabría de su
ignorancia.
Pero desconocía entonces las trágicas consecuencias que su
desobediencia acarrearía.

ORGANIZA:
Biblioteca Eugenio Frutos
Club de Lectura Eugenio Frutos

PATROCINA:
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