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(In) Seguridad Ciudadana: Una Reflexión inicial para el debate (PARTE I)

En una publicación anterior, a raíz de asesinatos y de la gran movilización de la sociedad


huaracina, el tema de la inseguridad ciudadana se puso en debate; entonces, he sostenido que
los comités de seguridad ciudadana sean de nivel distrital, provincial o regional según la
percepción de la ciudadanía y a juzgar por sus resultados son “un té de tías”, pues han resultado
inútiles. Esta afirmación la hice en razón del permanente desinterés y ausencia de políticas
públicas en esa materia por parte de las autoridades nacionales, regionales y locales, para
quienes la “inseguridad es una percepción”; por supuesto que lo es, pero, basado en hechos
reales como los asesinatos que las últimas semanas han conmocionado Huaraz y como los
asaltos y robos que en Chimbote y Nuevo Chimbote parecen ya no inmutar a nadie porque
“sucede a cada rato”.

Pero, ¿por qué no han sido eficaces las medidas adoptadas hasta ahora para combatir este
flagelo?, puede ser que las medidas adoptadas o no fueron suficientes o simplemente no
existieron. A mi entender, han partido de conceptos erróneos: primero, considerar que la
seguridad ciudadana es una cuestión meramente represiva, y, consecuentemente, atacar las
consecuencias y no las causas.

En el supuesto; utópico, que la policía, los fiscales y jueces hagan su trabajo eficientemente y
todo aquel que delinque termine en la cárcel ¿solucionaríamos el problema?, ¿acaso no siguen
apareciendo nuevos delincuentes y nuevas formar de delinquir? Entonces tendríamos que
construir más cárceles una y otra vez. Por eso considero un error enfocar el combate a la
inseguridad ciudadana solo desde la represión; por supuesto, es necesario más patrullaje,
comprar cámaras de última generación, adquirir más patrulleros etc., pero, más importante aún
es abordar los factores sociales de riesgo que hacen de nuestra sociedad una fábrica de
delincuentes; ese es el punto de partida, la reflexión autocrítica y colectiva.

Leí la manifestación de un sicario que decía.” jamás en mi vida había visto tanto dinero”
refiriéndose a tres mil soles que recibió para matar, en otra ocasión, contó un jovencito que los
llevaban a practicar tiro a la chacra y la paga ofrecida por ser sicario era de quinientos soles;
pero, ¿qué los lleva a tomar ese camino?, algunos dicen que la pobreza, yo creo que más que
eso ,pues la inmensa mayoría de pobres se esfuerzan sin delinquir En realidad es necesario
atacar esos “factores sociales de riesgo” para evitar o al menos mermar la “producción de
delincuentes”. El problema se ha acrecentado por la presencia de inmigrantes delincuentes que
hacen quedar mal a sus compatriotas que trabajan honestamente.

Si estamos de acuerdo que es necesario enfocar la inseguridad ciudadana desde esta doble
perspectiva, entonces cambiemos el chip que solo un militar o policía puede liderar este trabajo:
por otro lado, hay tareas por cumplir para la prefecta como enlace directo con el gobierno
nacional, para los congresistas que deben exigir presupuesto y medidas concretas no solo
declaraciones de interés , para el gobierno regional que debe disponer que su gerencia de
desarrollo social confronte estos factores sociales de riesgo, y para los Municipios concatenar
esfuerzos con las instancias superiores y con las juntas vecinales potenciándolas.

Esta reflexión inicial requiere precisiones que no es posible abordar en esta columna pero que
estaremos planteándolas en una siguiente. Aunque parezca una utopía es necesario pasar de la
crítica y la exigencia necesaria a la confluencia de esfuerzos entre autoridades y ciudadanos para
desterrar la inseguridad , empezando por una reflexión autocrítica.

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