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Levántáte y tomá de lá máno tu sueno...

Génesis 2.14-20

Dios nos creó con emociones para sentir, de lo contrario seríamos robots,
pero no debemos confundir emociones con fe. La emoción está en la mente, la
fe en el espíritu. Nos expresamos mal cuando decimos: "Yo siento que tengo fe",
porque la fe no se siente, se cree.

Dios pone en nosotros al nacer emociones en la mente y cuando nacemos


de nuevo pone fe en nuestro espíritu, por eso no tenemos que pedir fe sino que
sea aumentada la medida que se nos otorgó. La fe crece y se alimenta oyendo
la Palabra de Dios. Fe es para ser creída, emoción sentida, por eso no importa
si "no sentimos nada."

La fe está en el espíritu, en lo más profundo del ser, Jesús dijo que es como
un grano de mostaza que hay que sembrarlo para que crezca si no será ahogada
por la emoción.

Abraham tomó a Agar, la criada de Sara, y tuvo un hijo con ella, pasaron
catorce años y Sara quedó embarazada. Génesis 21.14 Un día Sara le dijo a
Abraham que despidiera a la sirvienta con su hijo, y Abraham así lo hizo: le dio
pan, agua, un beso y la envió al desierto. Cuando Agar vio que el agua se había
terminado, empezó a llorar, se sentó debajo de un árbol apartada de su hijo, y
expresó: No quiero ver cuando él muera de sed.

El niño también lloró, entonces Dios oyó su llanto y le dijo a la mujer:


"¡Levántate!, toma la mano de tu hijo." Le dijo Agar primero tienes que
levantarte, no puedes manejar tu dolor porque te echaron, te engañaron, te
maltrataron, te abandonaron con un hijo y fueron injustos; no puedes manejar el
miedo, la vergüenza, pero podrás hacer algo nuevo, tomar de la mano tu
sueño.

No podemos solucionar lo que pasó, pero sí podemos hacer que pasen cosas
nuevas, toma de la mano tu sueño y ocurrirá algo positivo.

Agar era una mujer pasiva, siempre esperó que otros hicieran por ella y
cuando Dios entró en acción en medio de su dolor, le dijo: "Ahora te vas a
levantar y tomarás tu sueño de la mano. No esperes de los demás, has crecer lo
que te di hasta que sea el mejor."

El hijo de Agar llegó a ser un experto arquero y Dios acompañó al niño, y


lo vio crecer. No le dijo: Haré una gran nación, te daré agua, mostraré una
fuente, haré crecer a tu hijo, sino que le dijo: Toma su mano.

Dios verá crecer tu sueño hasta su máximo nivel, por esa razón levántate
ahora.

HABLAR FE.
Todo lo que pisamos nos pertenece, está bajo nuestra autoridad, Dios puso
todo debajo de los pies de la iglesia. Le dijo a Agar: Ya te había dicho que haría
de tu hijo una nación grande, deja de llorar y habla lo que te hablé.

La tierra no le pertenece a Satanás que es un usurpador, no tiene título de


propiedad, porque la tierra es de Dios y la puso para que la iglesia la gobierne.
Satanás es el príncipe de los aires y si manejamos los aires tendremos la tierra,
y Satanás lo sabe.

Los aires son la atmósfera, las palabras, lo que se dice, y Satanás sabe que
si gobierna lo que se declara tendrá autoridad sobre la tierra. Por eso, si la iglesia
sabe que lo que dice tiene autoridad, debemos hablar fe, declarar los dichos de
Dios aunque estemos mal. Si Dios dijo: " Haré de ti una nación grande y tus hijos
estarán en la casa del Rey ", debes confesarlo, Dios hará algo nuevo y tu futuro
será distinto.

En el Antiguo Testamento había promesas, pero en el Nuevo Testamento hay


herencia, un pacto. Jesús murió y dejó todo a tu nombre, debes confesarlo, todo
lo que te prometió se cumplirá, debes hablarlo porque la fe se confiesa con la
boca.

Dios, antes de hacer algo, habla: el mundo estaba desordenado y vacío y Su


palabra lo ordenó. Si tu mundo no está ordenado, declara con tu boca: "Mis hijos
saldrán de la droga", "Los que me maldijeron se equivocaron", "El trabajo
prometido me lo darán", "El carro que necesito vendrá a mis manos", "Me
regalarán la casa."

ANTES ERA PROMESA, HOY ES TESTAMENTO.

Satanás se apareció a Jesús en el desierto y le dijo: Si eres hijo de Dios, di que


estas piedras se hagan pan.

Jesús respondió: Escrito está, no sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda
palabra que sale de Dios.

El diablo lo llevo al pináculo del templo y le dijo: - Tírate.

Y Jesús le dijo: - Escrito está.

En las tres oportunidades en que le habló, el diablo le cambió de tema porque


cuando le contestamos correctamente no puede mantener un diálogo. Aprende
a hablar. Si los planes cambian no significa que el sueño será abortado porque
el sueño que está en tu corazón es el propósito. Los caminos para llegar pueden
cambiar pero el sueño no se negocia.

Agar se había ido y Dios se le apareció: ¿Qué haces Agar? Vuelve por debajo
de la autoridad de Sara, porque yo te dije que haré una nación grande de tu hijo
y no te dejaré salir hasta entrenarte en todo.

Agar volvió porque tenía que aprender a hablar el lenguaje de Dios.

No importa si se cambió el plan,


Dios no cambiará el sueño.

En el mismo lugar donde Satanás quiso destruir a Agar, Dios le abrió los ojos y
le mostró una fuente de agua. El lugar de tu peor derrota, será el mejor día de tu
victoria. En el mismo lugar que toques fondo, Dios te mostrará alternativas
nuevas, te dará agua fresca y dirá: "Yo estoy en las buenas y en las malas, no
te dejaré, toma lo que te di y lo haremos crecer juntos hasta que sea como te lo
prometí."

Leí que nadie se muere ahogado, los que se ahogan es porque mueren de
miedo y eso les produce un paro cardíaco. Cuando hicieron la autopsia, la
mayoría no tenía suficiente agua en los pulmones como para morir, pero el miedo
a morir hizo que se ahogaran.

Cuando uno no sabe nadar, patalea, golpea, y toda la energía que puede usar
para salir, la usa para hundirse, porque así es el miedo. El miedo es fe al revés,
fe en lo malo. Y fe es creer en lo que Dios nos prometió.

Agar salió del lugar y se puso a llorar, el niño gritó y Dios entro en acción
diciendo: "Agar tómalo de la mano, empezarás a hacer algo por ti. Hasta ahora
te mantuvieron, Abraham y Sara te dieron casa, trabajo, te cuidaron, pero
aprenderás a tomar tu vida con autoridad; te prometí que el niño iba a crecer y
que será una nación grande, y lo cumpliré."

Cuando oyó decir eso, ella abrió los ojos y dijo: Yo sé que eres el que me ve.
Y el niño fue arquero. Un arquero es alguien que ve y usa las manos, las dos
cosas que su mamá le impartió.

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