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a EL DESARROLLO MENTAL DEL NISO ET desarrollo psiquico, que se icin al nacer y con ‘ye en Ia edad adulta, es comparable al crecimiento ‘erginico: al igual que este ultimo, consste esencial- ‘mente en sna maccha hacia el equilili, Asi como el ‘everpo evoluciona hasta aleanzar Un aivel relativamen= {e estable, cracterlzndo por el final del cteciniento 4a madured de los érganos, asf tambiin ta vide mental puede conscbimse como 1a’ evolueién hacia une forma ‘de cquilibrio final representada por a espiritu adulto. i desarrollo 6, por lo tanto, en cierto modo una pro- grcsiva equilibracién, un perpetuo pasar de un estado ‘de menor equilibrio a un estado de eqlibrio superior ‘Desde el punto de sista de It inteligenca, es fei, por elemplo, oponer ta inestabilidad © incohecencis rclati~ vvas de Tas ideas inantiles 4 Ia tistematizacion dela rar6n adult, También en el terreno de la vida sfectiva, se ha observado muchas veces cémo cl equlibrio de los sentimieatos uments con la edad. Tas telaciones +0— ciales, finalnente, obedecen a esta mima ley ée esta bitizscion gradual Sin embargo, Inyy que destacar desde el principio ‘una diferencia esencial entre Ia vida del cuerpo y Ia del ‘splits, si se quiere respotar el dinamismo inherente fla realidad esplritual. La forma final de equilibrio que aleanza el crecimiento orgénico es més estitica que faqvella hacia Ia cul tiende el derarrllo mental, y, $o- ‘bre todo, mis inestable, de tal manera que, en cuanto 'ba coneluldo 1a evolucién ascendente, comicaza auto- ‘ndticamente una evoluciée regresiva que conduce a la ‘yejez Abora bien, clertas funciones psiquicas, que de- penden extrechamente del estado de los Greanos, siguen ‘una curve anéloga: la agudeza visual, por ejemplo, pasa por un maximum hacia ef final de la infaacia y dismi- nye luego, al igual que otras muchas comparaciones perceptivas que se rgen por esta misma ley. En cambio, fs funciones superiores de Ia inteigencia y de In afec- tivided tienden hacia un “equllbrio movil", y més es- fable cuanto més mévil es, de forma que, para las al- ‘mas sanas, cl nal del crecimiento no marca en modo ‘algun ef comlenzo de la decadencla, sino que autoriza tan progreso spiritual que no contradice en nada el cequilbrio interior. ‘Asi, pues, vamos a intentar describir Ta evolucién {al nifo y del adolescente sobre la base del concepto de equilibri. Desde este punto de vista, el desarollo men- fal e¢ una construcsién continus, comparable al Tevan- tamiento de un gran edifcio que, a cada elemento que tele flag, se hace mis séido, © mejor ai, al monta- je de un mecanismo delicado cuyas sucesivas fases de ‘sjustamiento coatsibuyen a una flesbilidad y una mo- Vilidad de Tas piezas tanto mayores cuanto més estable 2 va siendo st equlibrio. Pero entonces conviene intro ‘docir una distincién importante entre dos aspectos com- plomentarioe de este proceso de equilbraciéa: es pro- iso oponer desde el prineipio Ias estructurat varia- bis, las que definen lat formas 0 estados sucesivos do ceuiibrio. y on determinado funcionamiento constants ‘que x cl que ategura el paso de cualquier estado at nivel sigulente. ‘Asi, por ejemplo, cvtndo comparamos el nifio al ‘aduto, tan promo os sentinos sorprendidos por Ia ‘dentidad de Tas reaccioncs —y kablamos en tal c2s0 ide una “pequeta personalidad” pera decir que el niio sabe muy bien To que desea y netiin como nosotros en funeién de intereses conerslos — como deseubrimos todo un mundo de diferencias, en et juego, por ejemplo, fo en Ia forma de razonar, y desimos entonces que nifio no es un pequeno adults", Sin embargo, ls dos impresiones son cierfas, cada una en su momento. Des deel punto de vista funcional, decir, conciderando. fos méviles generates de In conducts y del pensamiento, cxisten mecaniamos constante, comunes a todas las ‘clades: m todos los nivele, In accién supone siempre lun interés que Ia desencadena, ya se trate de na neeo~ tidad fisiologicn, afectiva o intelectual (Ia necesidad se ‘presenta en este imo caso en forma de una pregunt (© de un problema); a todos Ios nivees, 1a inteligencia trata de compreader 0 de explicar, ef, ete. Ahora, si bien es cierto que las funciones del interés, de Ia expli cacidn, ete, son, como acabamos de ver, comanes a todos los estadios, cs decir, “invarlantes” a titulo de funeiones, no e menos elerto que “los intereses” (por B ‘opesicin a “el interés") yatfan considerablemente de tn nivel mental a otro, y que las explicaciones particn- lares (por oposiciéa a la foncién de expicat) fevise formas muy diferentes segin el grado de desarrollo in teleetual. Al ado de las fanciones constanes, hay que isinguir, pues, las estructuras variables, y ex precisa~ ‘mente el andlsis de estas estructaras progresivas, 0 for- ‘mas sucesivas de equilibrio, ef que marca las diferencias 1 opesiciones de un nivel a otro de la conducta, dene {os comportamieatos elementales del resién nacido hase ta Ia adolescenct ‘Las estructuras variables serén, pues, las formes de ofganimacién de la actividad meal, bejo su doble ase ecto motor @ intelectual, por una parte, afectivo, por tra, asi como segin sus dos dimensiones individual 9 social Ginteindividval), Para mayor clariéad, vamos a Aistinguir seis extadlos © petiodos de desarrollo, que ‘marcan Ia aparicin de estas estructuras sucesivamnente comsruidas: 1.* EL estadio de los refljos, 0 moniajes hereditarios, asi como de las primeras tendencias iin. tivas (qutriciéa) y de las primeras emociones, 2.° El ‘estudio de los primeros habiter motores y de las prine- ‘as percepeiones organizadas, as{ como de los primeros Sentimientos diferenciados. 3. El estadio de la inch. ‘sencia sensorionmottiz 0 préctica (anterior al lengusi), e las regulaciones afectivas slementales y do las pri ‘meras fiaciones exteriores de Ia afectivida. Estos pric ‘eros estadios constituyen el periodo dl Lactante (hasta apreximadamente ua ato y medio Gos afos, cx dei, ates de los desarrolos dl lenguaje y dal pensamiento propiamente dicho). 4° El estadio de la inteligeacia, 1“ tuitiva, de Jos semtimientos imerindividusles ssponti- feos y de las relaciones sociales do swmisién al. adults Ge los dos afios a los siete, o sea, durante Ia segunda pare de Ja “primera infancia"), 5. El estadio de las Dperaciones intelectusles concretas (aparicién de Ia 1 ‘ica, y de los sentimientos morales y sociales de coope- asin (le los siete afor a lor once 0 docs), 6 El es tadio de las operaciones inteedtuales abstractas, de la fommacién de Ia personalidad y de la insorcin afectiva «© itelestal en In sociedad de ion adultos (adolescencia). Cada no de dichos estadls se caracteriza, pues, por la aparicién de estructuras originales, cays cons. frvcciGn le distingue do los estatios antetiores, Lo ese ial de esas construcciones suasivas subsiete en el eur- 0 de los estadios ulterires ea forma de subestevctaras sobre las evales habrin do edifcarse les nuevos carac fers, De ello se deduce que, en el aduito, cada uno 6 {os estadios pasados comesponde a un aivel més 0 me- ‘nos clemental o eleyado de la jearquin de las conduc tas. Sim embargo, cata estadio comporia tambign una serio de carscteres momentineos o sovundarios, que van icado mouilicados por el utevo: desarrollo, en fancién, ddo tas necesidades do una mejpe or estadio consituye, pars, por las estructuras que lo de~ finea, una forma particular de equilibri, y Ia evolucién ‘mental se efectia en el sentido de wea equilibracin ceada vez més avanzada, YY hora podemos comprender lo que sot Jos eeu 10s funcionales comunss a tadot Ioe estadios. Puc ‘de dcirse, de manera absolutunente general (no slo por comparacién de cada estadic con el siguiente, sino 1s

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