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ANEXOS

ANEXO 1
Mitología muisca

Los relatos míticos que se trascriben a continuación son reproducción de la fuente


en la que perduraron: los cronistas Castellanos, Simón y Fernández de Piedrahita
y un relato que aparece en Vargas Machuca, capitán de Quesada, cuya obra se
refiere a las artes de guerra. En las primeras Relaciones de la Conquista no apare-
cen mitos, pero en el Epítome asignado a Jiménez de Quesada y otras Relaciones
publicadas en Tovar (1995) hay algunas referencias. Por ello, en particular Caste-
llanos y Simón, se convirtieron en la fuente que fue progresivamente resumida y
reinterpretada por clérigos posteriores, como Asensio (1921), Zamora (1945),
Medrano (1953) o Rodríguez Freyle (1986). La trascripción que se reproduce en-
seguida cita la publicación, encabezando cada cuerpo de relatos por autor, tomo y
página, de manera que el lector podrá consultar la fuente para confrontar la lectu-
ra que he realizado en el primer capítulo. La ortografía de los nombres y términos
en la lengua de los muiscas se ciñe a la trascripción en la obra original que, como
se advertirá, es diferente de uno a otro autor aun cuando se refiera a un mismo
personaje. El listado que sigue facilita la comparación de los mitos y aparecen bajo
títulos con los nombres de los personajes a los que se refieren.

Fray Joan de Castellanos


1. "DIOS" (1955, IV: 157)
2. BOCHICA, NEUTEREQUETEUA o XUE (1955, IV: 157-158; 159-160)
3. IDACANSAS (1955, IV: 242-243)
4. HUITACA, CHIE o JUBCHRASGUAYA (1955, IV: 156-159)

Fray Alonso de Medrano


1. BOCHICA (1958, II: 182)
2. BAQUE (1958, II: 182)

Fray Pedro Simón


1. CHIMINIGAGUA (1981, III: 367)
2. CHIMIZAPAGUA, NEMTEREQUETEBA o XUÉ (1981, III: 374-376)
3. SEDIGUA, SUGUMONXE o SUGUNSUA (1981, III: 411-415).

[348]
4. CHIBCHACUM Y BOCHICA (1981, III: 379-380)
5. BACHUÉ o FURACHOGUA (1981, III: 368-369)
6. BACHUÉ, CHIE, GUITACA o XUBCHASGAGUA. (1981, III: 376)
7. EL CACIQUE DE GUATAVITA Y SU ESPOSA (1981, III: 324-328)
8. EL CACIQUE MEICUCHUCA Y SU CHINA (1981, III: 398)
9. SOGAMOSO y RAMIRIQUÍ o TUNJA (1981, 111:409-411)
10. GORANCHACHA (1981, III: 418-419, 421-423)
11. PANTEÓN (1981, III: 377-379)

Lucas Fernández de Piedrahita


1. CHIA y ZUHE (1942,1:31)
2. CHIA, YUBUCAYGUAYA, HUYTHACA (1942,1: 32-33)
3. BOCHICA, NFMQUFTHEBA o ZUHÉ. (1942,1: 32; 33-34)
4. BOCHICA O IDACANSAS Y HUNZAHÚA (1942,1: 92-93)
5. BOCHICA O IDACANZAS (1942,1: 97-99)

Bernardo Vargas Machuca


1. BOCHICA (1892: 275-276)

Fray Esteban de Asensio


1. BOCHICA. (1921:42)

Castellanos, Joan de. Elegías de Varones Ilustres de Indias.


Cuarta Parte. Tomo IV. Biblioteca de la Presidencia de la República. Bogotá.
1955.

l."DIOS"
Tomo IV: 157

No niegan haber Dios omnipotente,


señor universal y siempre bueno
que todo lo crió; más porque dicen
que el sol es criatura más lúcida,
lo deben adorar, y así lo hacen,
y como a su mujer y compañera,
adoran y engrandescen a la luna.

13491
EL SOL DEL PODI-K

2. BOCHICA O NEUTEREQUETEUA o XUE


Tom.IV: 157-158; 159-160.

Verdad sea que cuentan como vino


en los pasados siglos un extraño
a quien llamaban Neuterequeteua,
o Bochica por otro nombramiento,
o Xue que, según dicen algunos,
no fueron sino tres los que vinieron
en diferentes tiempos predicando;
pero lo más común es que uno solo
tenía los tres dichos epítetos.
Este tenía muy crecida barba,
y hasta la cintura los cabellos,
con venda rodeados y cogidos,
al modo del rodete que en ellos usan,
o como los antiguos fariseos
los anchos filacterios o coronas
con que se rodeaban la cabeza;
y del Decálogo los mandamientos
en medio de la frente colocados;
que bien de esta manera tienen estos
una rosa de plumas en el medio
deste rodete de que tienen uso,
el cual compuesto sobre los cabellos
cae la rosa del sobre las cejas.

Andaba, pues, aqueste, según dicen,


las plantas por el suelo sin calzado,
un almalafa puesta, cuyas puntas
ataba sobre el hombro con un nudo,
de donde dicen que ellos que tomaron
andar descalzos y en mismo traje
y largos los cabellos, porque barbas
a muy pocos ocupan las mejillas.

Este les predicaba muchas cosas,


las cuales, si eran buenas, poco caso
hicieron dellas, pues las olvidaron;

[35o]
pero conforman a decir que vino
después una mujer de gran belleza,...1

. . . Y el Bochica, que es Neuterequeteua,


a quien ellos alaban por muy santo,
no me parece que debía serlo,
pues afirman morir en Sogamoso,
donde son los mayores idólatras
y universal abismo de estos yerros.

Y al tiempo de su muerte, según dicen,


al cacique dejó por heredero
de su gran santidad y poderío,
y tiene hoy por muy averiguado
ser aquel territorio tierra santa,
y que el cacique della tiene mano
para poder mudar los temporales,
llover y granizar, y enviar hielos,
y los demás efectos que proceden
de la media región y baja y alta.

Y así de todas partes de este reino


en busca del remedio que desean
allí suelen venir en romería
gran cantidad de gentes con ofrendas
en precio y en valor de gran substancia,
que se dan a cacique, y él al xeque
que tiene cargo de su santuario,
del cual declararemos a su tiempo
el caudal y riqueza que tenía
cuando dieron en él los españoles;
que de presente basta que digamos
de la reputación de Sogamoso
entre estos indios, por que les envíe
buenos y saludables temporales
teniendo por muy cierto que su ira
es causa de los daños que padece

Sigue aquí el relato de Chie, que presentamos adelante como texto separado.

[351]
EL SOL DEI PODER

en sus personas, casas o labranzas,


y sí se dice del que cuando hiela
y el escarcha los quema los maices
tiene costumbre de cubrirse manta
blanca por imitar a la pruína...

3. IDACANSAS
Tom. IV : 242-243

... Hubo tiempos pasados un cacique


Idacansas llamado, que en su lengua
significa luz grande de la tierra,
el cual tenía gran conocimiento
en las señales que representaban
haber mudanzas en los temporales
o de serenidad o tempestades,
de sequedad, de pluvias, hielos, vientos,
o de contagiosas pestilencias,
por el sol, por la luna, por las estrellas,
por nubes, aves y otros animales,
y cosas que le daban cierta muestra
en aquella provincia que regía
de venideros acontecimientos;
o por ventura como hechicero
por comunicaciones del demonio
que, como gran filósofo, diría
estas revoluciones y mudanzas
al gran Idacansas, cuyos juicios,
como vieron en él ser puntuales,
entendieron venir por orden suyo,
y acudían a él con varios dones
a la necesidad correspondientes
de los pretendía cada uno,
reverenciándolo como quien era
oráculo común que consultaban,
no solo sus vasallos, pero cuantos
indios hay en aqueste Nuevo Reino.

La cual opinión fueron heredando


hasta hoy los caciques que tenían

[352]
aquesta dignidad, no por herencia,
sino por elección en aquel tiempo;
y no podían ser los elegidos
sino de Tobacá y Firavitova,
pueblos al Sogamoso comarcanos,
gozando de su vez cada cual destos,
sin haber elecciones sucesivas,
unas tras otras en un mismo pueblo...

4. HUITACA, CHIE o JUBCHRASGUAYA


Tom. IV: 158; 159.

... pero conforman en decir que vino


después una mujer de gran belleza,
que predicaba cosas diferentes
de las que dijo Neuterequeteua;
a la cual unos de ellos llamaban Chie,
otro Huitaca y otros Jubchrasguaya;
a cuyas opiniones se llegaba
innumerable cantidad de gente;
y porque predicaba cosas malas,
el Neuterequeteua le dio plumas
y convirtió sus miembros en lechuza...2

... Y así Huitaca que, según yo creo,


no debía ser sino demonio,
llevaba desta bárbara carteva
tras sí la muchedumbre que pregonan
de gente que seguían sus errores,
ritos y ceremonias tan absurdas
como vemos que tienen hoy en uso,
sin que ministro de la fe cristiana
las pueda divertir de su memoria...

2
Castellanos peyorativiza sus creencias considerándolas ridiculas, del ingenio,
hechicería y ladinidad de los indios, comentarios que sólo evidencian su aprecia-
ción de los muiscas.

[353]
EL SOL DEL PODER

Medrano, Alonso de S. J. (1600). Historia de la Provincia de la Compañía


de lesús de Nueva España, Tomo II. Roma, Institutum Historicum S. J. Vía del
Penitenzier, 20,1958.

1. BOCHICA
Tomo II, 1958: 182.

3.- Bolviendo a lo de dentro de el Nuevo que vino a esta su tierra, de la parte


de el oriente, un hombre sancto, blanco, con vestido largo y cabello rubio, hasta
los hombros; el qual les predicó y enseñó el camino de su salvación. Este caminava
en un camello que trujo consigo, que no se a visto otro por acá; y ellos le pintan
por señas; y les enseñó a baptizar los niños, en naciendo. Y de aquí les quedó la
costumbre, que oy tienen, de llevar las criaturas, rezien nacidos, a lavar al ryo. Este
hombre sancto, fue tenido en grande veneración entre ellos. Y, quando yva a predicar
de unos pueblos a otros, dizen que se le abrían los caminos, y se allanavan las
sierras; y la gente que le seguía, yva, por estos caminos abiertos, a pie, con grande
reverencia. Y estos caminos duran hasta oy, y se llaman las carreras; de las quales
yo he visto dos: la una es en un pueblo que se llama Bojacá, en el qual se ve una
carrera destas, de más de tres leguas de largo, muy ancha y pareja; y lo más della, va
por la ladera de una grande y áspera sierra, que se puede fácilmente juzgar averse
hecho milagrosamente, según va bien hecha.

Otra vi en el pueblo sobredicho de Bogottá, que tendrá legua y media de


largo, y menos de un tiro de piedra, de ancho; tan pareja y derecha, como si se
huviera hecho a cordel. Y otras muchas ay en otras partes deste Reyno, a las quales
carreras tienen los yndios, desde aquellos tiempos, tanta veneración, que, oy en
día, no caminan por ellas, sino se apartan a los lados, por otras sendas; aunque
vaya por las carreras el camino real para los españoles. Destas ay muchas más en la
provincia de Sogamoso, donde murió el sobredicho sancto varón; y ay traddición
entre los yndios, questá allí su sancta cuerpo y el del camello enterrados.

Puede ser questa historia sea patraña, como otras que cuentan los yndios;
pero, si fue verdad, se puede creer, como algunos historiadores quieren, que vinie-
sen a estas partes algunos discípulos de los apóstoles, o de los del apóstol Santiago,
como se refiere de los yndios del Cuzco, en el Pyrú, que tienen otra semejante
traddición 3 .

3
Continúa como sigue inmediatamente en el texto.

[354]
2. BAQUE y sus hijos
CUZA, CHIBCHACUN, BOCHICA Y CHIMINIGAGUA
Tomo II, 1958: 182.

Muerto el sobredicho sancto varón, refieren los yndios viejos, por traddición
de mano en mano, de sus mayores, que luego vino deste Reyno uno que dizen
ellos fue demonio, y en figura de muger anciana, a quien ellos llaman la diosa
Baque, madre de todos sus dioses, como otra Juno. Les entró predicando contra la
doctrina del sobredicho sancto varón, procurando deshazer y borrar de sus áni-
mos, lo quél les avía enseñado; aunque los yndios no se acuerdan, en particular, de
los dogmas del uno ni de la otra. Sólo dizen que la sobradicha muger tuvo muchos
hijos que tuvieron por nombres: Cuza, Chibchachun, Bochica, Chiminigagua. Estos,
con su madre, después de muertos, se les quedaron en veneración de dioses; y a
éstos hazen estatuas, ymágenes y ofrendas y templos, con grandes ofrecimientos
de oro, esmeraldas y otras cosas: mantas, mayz y frutas. Y de aquí se fueron
estendiendo a adorar a sus caciques y señores muertos, con tantas ceremonias y
supersticiones, ques cosa de espanto.

Simón, Pedro Fray. Noticias Historiales de las Conquistas de Tierra firme


en las Indias Occidentales. Recopilación, Introducción y Notas de Juan Friede.
Biblioteca Banco Popular. Tomo III. Bogotá. 1981.

1. CHIMINIGAGUA
Tomo III: 367

Viniendo pues ya a tratar de lo que sienten nuestros indios del Reino de sus
principios y origen, hemos hallado que conservando sus memorias de gente en
gente, tienen noticia de la creación del mundo y la declaran diciendo que cuando
era noche, esto es según ellos interpretan, antes de que hubiera nada de este mun-
do, estaba la luz metida allá en una cosa grande, y para significarla la llamaban
Chiminigagua, de donde después salió. Y que aquella cosa o este Chiminigagua en
que estaba metida esta luz (que según el modo que tienen de darse a entender en
esto quieren decir que es lo mismo que lo que nosotros llamamos Dios), comenzó
a amanecer y mostrar la luz que en sí tenía. Y dando principio a crear cosas en
aquella primera luz, las primeras que crió fueron unas aves negras grandes, a las
cuales mandó al punto que tuvieron ser, fuesen por todo el mundo echando alien-
to o aire por los picos; el cuál aire todo era lúcido y resplandeciente, con que ha-
biendo hecho lo que les mandaron, quedó todo el mundo claro e iluminado como
está ahora, sin advertir, como no tiene fundamento en lo que dicen que es el sol el

[355]
EL SOL DEL PODER

que da esta luz. A este Dios reconocen por Omnipotente Señor Universal de todas
las cosas y siempre bueno, y que crió también todo lo demás que hay en este mun-
do, con que quedó tan lleno y hermoso. Pero como entre las demás criaturas veían
la más hermosa al sol, decían que a él se debía adorar y a la luna como su mujer y
compañera. De donde les vino que aún en los ídolos que adoran, jamás es un solo
sino macho y hembra. No se persuaden a que entre las demás cosas crió Dios
hombres y mujeres sino que, estando el mundo de las demás, faltan estados, y así
le remedió esta falta de esta manera...

2. CHIMIZAPAGUA, NEMTEREQUETEBA o XUÉ


Tomo III: 374-376

2. A que ayuda mucho una versión certísima que tienen todos los de este
Reino, de haber venido a él, veinte edades, y cuentan en cada edad sesenta años, un
hombre no conocido de nadie, ya mayor en años y cargado de lanas, el cabello y
barba larga hasta la cintura, cogida la cabellera con una cinta, de quien ellos toma-
ron al traer con otras cogidos los cabellos como los traen, y el dejarles crecer. An-
daba los pies por el suelo sin ningún calzado, un alma galafa o manta puesta con
un nudo hecho de las dos puntas sobre el hombro derecho, y por vestido una
túnica sin cuello hasta las pantorrillas, a cuya imitación andan también ellos des-
calzos y con este modo de vestido; aunque a la túnica han llamado los españoles
camiseta, y a la capa o alma galafa, manta, si bien ya no se usa en todas partes el
traer un nudo dado al hombro con las puntas. Y aun traer las camisetas no es
hábito de los moscas, sino de los del Perú, de quien estos moscas lo tomaron desde
los primeros que entraron aquí con los primeros españoles que bajaron del Perú.
Pues el propio hábito de los de este Reino es ceñirse una manta y cubrirse con otra,
como se ve en los indios viejos que andan siempre así y jamás con camiseta.

Dicen que vino por la parte del Este, que son los llanos que llaman conti-
nuados de Venezuela, y entró a éste Reino por el pueblo de Pasca, al sur de esta
ciudad de Santafé, por donde ya dijimos había entrado con su gente Nicolás de
Federmán.
Desde allí vino al pueblo de Bosa, donde se le murió un camello que traía,
cuyos huesos procuraron conservar los naturales, pues aún hallaron algunos los
españoles en aquel pueblo cuando entraron, entre los cuales dicen que fue la cos-
tilla que adoraban en la lagunilla llamada Baracio los indios de Bosa y Soacha. A
éste pusieron dos o tres nombres, según la variedad de lenguas que había por don-
de se pasaba, porque en este Reino pocos eran los pueblos (como ya hemos dicho)
que no tuviesen diferentes lenguas, como hoy las tienen. Y así en este Valle de
Bogotá comúnmente le llamaban Chimizapagua, que quiere decir mensajero de

[356]
Chiminigagua, que es aquel Supremo Dios a quien conocían por principio de la
luz y de las demás cosas, porque gagua en su lengua es lo mismo que el sol por la
luz que tiene. Y así a los españoles, entendiendo que eran sus hijos, a los principios
que entraron, no supieron darle otro más acomodado nombre que el del mismo
nombre sol, llamándoles gagua, hasta que los desengañaron con sus crueldades y
malos tratamientos. Y así les mudaron el nombre llamándoles Suegagua, que quiere
decir diablo o demonio con luz, por que con este nombre Suétiva nombra al dia-
blo, y éste le dan hoy a los españoles.
3. Otros le llamaban a este hombre Nemterequeteba, otros le decían Xué.
Este les enseñó a hilar algodón y tejer mantas, porque antes de esto sólo se cubrían
los indios con unas planchas que hacían de algodón en rama, atadas con unas
cordezuelas de fique unas con otras, todo mal aliñado y aún como a gente ruda.
Cuando salía de un pueblo les dejaba los telares pintados en alguna piedra liza y
bruñida, como hoy se ven en algunas partes, por si se les olvidaba lo que les ense-
ñaba; como se olvidaron de otras muchas cosas buenas que dicen les predicaba en
su misma legua a cada pueblo, con que quedaban admirados. Enseñóles a hacer
cruces y usar de ellas en las pinturas de las mantas con que se cubrían y por ventu-
ra, declarándoles sus misterios y los de la encarnación y muerte de Cristo, les diría
alguna vez las palabras que él mismo dijo a Nicodemus tratando de la correspon-
dencia que tuvo la Cruz con la serpiente de metal que levantó Moisés en el desier-
to, con cuya visa sanaban los mordidos de las serpientes. De donde pudo ser la
costumbre que hemos dicho tenían de poner las cruces sobre los sepulcros de los
que morían picados de serpientes. También les enseñó la resurrección de la carne
y otras muy cosas buenas, como lo era también su vida...4.
Desde Bosa fue al pueblo de Hontibón, al de Bogotá, Serrezuela y Cipacón,
desde donde dio la vuelta a la parte del norte, por las faldas de la sierra. Yéndose
abriendo los caminos allí y en todo lo demás que anduvo por las montañas y
arcabucos, fue a para al pueblo de Cota donde gastó algunos días predicando con
gran concurso de gente de todos los pueblos comarcanos desde un sitio un poco
alto, a quien hicieron un foso a la redonda de más de dos mil pasos para que el
curso de gente no le atrepellara y predicara más libremente. A donde después en
reverencia suya hicieron santuarios y entierros los más principales indios. Recogíase
de noche a una cueva de las falda de la sierra todo el tiempo que estuvo en Cota, de
donde fue prosiguiendo su viaje a la parte del nordeste, hasta llegar a la provincia
de Guane, donde hay mucha noticia de él, y aún dicen hubo allí indios tan curio-
sos que los retrataron, aunque muy a lo tosco, en unas piedras que hoy se ven y
unas figuras de unos cálices dentro de las cuevas donde se recogía a las márgenes

Excluyo su confrontación con la fe católica (Simón, 1985, III: 375).

[357]
EL SOI. DEL POlítíi

del gran río Sogamoso. Desde Guane revolvió hacia el este, y entró a la provincia
de Tunja y Valle de Sogamoso, a donde se desapareció, quedando hasta hoy rastros
de nuestra fe en toda aquella provincia, como presto diremos...

3. SEDIGUA, SUGUMONXE o SUGUNSUA.


Tomo III: 411-415

( 5 ) ... 3. No es menor la noticia que tienen los de esta provincia, en especial


los segárnosos, de aquel predicador que dijimos había pasado por estas tierras,
que la que tuvieron estos bogotaes. Y así dicen que en tiempo de un cacique de
aquel valle, llamado Nompanen, habrá cuatro edades, que las nombran por este
vocablo Bxogonoa, vino un hombre del mismo talle y vestido que le pintamos
tratando de él en estas tierras del Bogotá, que les predicó y enseñó muchas cosas
buenas, de que aún han quedado algunos rastros. Son tan ciegos que casi no se
conocen. Traía en la cabeza y brazos hecha una señal de la cruz, y en la mistura
rematada una macana que traía por bordón en la mano. Llamábanle con tres nom-
bres: el uno Sedigua soñado, que quiere decir nuestro pariente y padre, Sugumonxe
santo, que se hace invisible y Sugunsua, que quiere decir hombre que desaparece.
Al primer pueblo que llegó en este valle fue al de Ganza, en un sitio que
llaman Toyú, donde estuvo tres días en una cueva. En los cuales le fueron a visitar
el Cacique de Ganza, que ahora se dice Gamezá, el de Bubanza, Socha, Tasco,
Tópaga, Monguí, Tutasá, Mongua, Pesca, Yaconí, Bombaza, Tota, Guaquirá, Sativa,
todos por el orden dicho. Y como fueron llegando, fueron ganando la antigüedad
y grandeza que hoy tienen y conservan, entre ellos por la de Sogamoso superior a
las dichas, no salió de su casa a verlo hasta que él entró más dentro del valle y llegó
a un puesto que llaman Otga, a donde salió el Cacique Nompanen con toda su
gente. Y hablándole con grande acatamiento el predicador, comenzó su oficio y
darles a entender que había un Dios en el cielo que premiaba a los buenos, y tenía
en el infierno castigo para los malos, lo que conocen hoy bien los indios por tradi-
ción desde estos tiempos; si bien respetan y obedecen ofreciendo sacrificios al de-
monio, aunque conocen ser su enemigo, y aconsejarles cosas contra la razón, a
quien dicen los chontales le ayudan los ladinos, exhortándolos que no dejen las
costumbres de sus antepasados, aunque haga también lo que les aconsejan los
españoles, donde se ve cuan pernicioso es andar estos ladinos entre ellos.
4. Dio él también a entender que las almas eran inmortales y que iban a
recibir premio o pena, según habían vivido en esta vida, cuando salían de los cuer-

5
Como puede observarse, este relato empieza refiriendo a la común identidad
de quien fuera conocido en Bogotá como Chimizapagua o Bochica (ver Simón, 2)
y en Sogamoso como Sedigua.

[358]
pos. Los cuales habían de resucitar y tener otra vida, aunque entendían habían de
tener necesidad en ella de comidas como en ésta. Y a esto atinaba el ponérselas en
sus sepulcros. Estas y otras muchas cosas en orden a los artículos de la fe y precep-
tos divinos hallamos rastros, fue declarando este predicador por todos los pueblos
que pasaba, de lo cual unos se fueron acordando y conservando unas cosas y otras,
que no ha sido poco después de tantos años y comunicación tan larga y ordinaria
que con ellos tenía el demonio. No se les acabaron de desarraigar esas leyes, sino
que se han conservado algunas para que por ellas se haya facilitado más el creci-
miento que han tenido con la predicación del Evangelio, que amaneció entre ellos
con la venida de los españoles. Los cuales, entre otras sentencias y rastros que
hallaron de esto en esta provincia, fue una estatua de un ídolo en el pueblo de
Boyacá, con tres cabezas humanas en un cuerpo, que declaraban los indios tenerle
figurado así, porque representaba una cosa que eran tres personas con un corazón
y una voluntad, como se lo habían dicho a sus mayores el Sugunsua que pasó por
esas tierras.
(6) Proponiendo con veras el cacique Sogamoso, Nompanen, guardar y ha-
cer que sus vasallos guardasen las cosas que el predicador amonestaba, le pidió
consejo para las penas con que obligaría a su gente para la guarda de estos manda-
mientos. A quien respondió el predicador se habían de guardar voluntariamente y
con buen corazón y no con rigores de este mundo, pues en el otro estaban apare-
jados premios y penas para los que guardasen o quebrantasen. Enseñóles también
a hilar algodón y tejer mantas y otras cosas de vida política, como a los del Bogotá
en el tiempo que estuvo con ellos, que no fue poco. Después del cual llegó al pue-
blo de Iza, y habiéndoles predicado y enseñado lo mismo, desde allí se desapare-
ció, que nunca más lo vieron, dejando allí en una piedra estampado un pie de los
suyos, en que tiene hoy tanta devoción los indios e indias preñadas, que van a
raspar de aquella piedra y la beben en agua para tener buen parto.
2. Luego que se despareció el predicador, pasó el Nompanen muy adelante
en sus intentos en la observada de lo que le había enseñado, tomándolo con tantas
veras, que conociendo su gente no lo había de guardar sin penas, las puso a quien
quebrantase lo que les había amonestado, estableciendo por ley que a quien cogie-
se en mentira, hurto, matase o quitase la mujer ajena, al que matase, muriese, y en
lo demás por la primera vez, fuese bien castigado con azotes, por la segunda, con
infamia, por la tercera, él y toda su parentela. Lo cual se guardase tan
inviolablemente, que dicen ahora aquellos indios haber aprendido de los españo-
les a mentir y hurtar, porque hasta entonces no sabían qué cosa era esto, en que
han salido bien enseñados. Heredó el estado por muerte de este cacique, una her-

El Capítulo XII continúa el relato del cacique Nompanen.

[359]
EL SOL DEL PODER

mana suya llamada Bumanguay, que le heredó también el celo en la observancia


de estas leyes, pues las hizo guardar hasta que enamorándose de un indio de
Firavitova con quien se casó y dejó en su lugar cuando murió, se fue cayendo este
rigor y observancia por haber establecido este cacique que la pena que tenía pues-
ta acerca de ella el Nompanen se conmutase en oro y mantas, con que juntó mu-
cho de éste a costa de las buenas costumbres que hasta allí se habían guardado...
3. La afición con que quedaron a este predicador los naturales de estas tie-
rras del Bogotá, les hizo acudir a él cuando estaba en las de Sogamoso, a pedirle
remedio en una gran necesidad que sobrevino del agua, la cual se remedió a tiem-
po que pudieron decir los bogotaes había venido el remedio por la mano del pre-
dicador, con que cobró entre ellos mayor reputación y del cacique de Sogamoso
mayor brío, en lo que intentó luego que se desapareció de su pueblo y valle, pues
dio en publicar le había dejado cuando se partió por heredero de toda su santidad,
y que así tenía la misma facultad para hacer llover cuando quisiese como el otro lo
hacía, enviar heladas, escarchas, fríos, calores, secas, enfermedades, como él qui-
siese.
Esto fue cobrando poco a poco tanta opinión, que la vino a tener no solo en
ambas estas provincias de los moscas, sino que en muchas convecinas, de donde
frecuentaba aquel pueblo y su templo, que era tan grandioso como tenemos di-
cho, teniendo todos ellos hasta hoy por muy averiguado ser aquel territorio tierra
santa y de su veneración, con mayor religión los ídolos que se hacían dentro de
aquel valle, y serlo también el cacique, pues de su mano y poder venían los buenos
y malos temporales, la salud y enfermedades. Traíalos con esto abobados y de to-
das partes grandes y ricas ofrendas, según eran las necesidades de salud y buenos
tiempos, porque lo venían a rogar, con que él se hacía rico y estimado y su tierra y
templo frecuentado y famoso en muchas naciones.
Para conservar esta opinión usaba a veces de mil embustes y embelesos, pues
fingiendo que se enojaba con las gentes de las provincias, les hacía grandes fieros y
amenazas de muertes, pestilencias y otras plagas, y subiéndose a un monte que
para esto tenía señalado, con algunos nobles que le seguían cuando quería dar a
entender que había de venir enfermedad de cámaras de sangre, se vestía de mantas
coloradas y tomando bijao o almagre molido, lo esparcía por el aire. Otras veces,
cuando amenazaba de viruelas, se subía al mismo sitio vestido de mantas viejas, y
rascándose el cuerpo, lo que sacaba entre las uñas esparcía por los vientos, como
que daba potestad con aquellos a que la enfermedad cayese sobre todos en el mis-
mo lugar. Se vestía otras veces de blanco, y esparciendo ceniza por el aire daba a
entender había de ser aquello causa de secas y hielos, con que había de destruir las
raíces y las demás comidas.
Daba más fuerza a estos embaucamientos, mostrándose melancólico y de-
sabrido muchas veces a los que le venían a hablar, pero quien mayor la daba era

[36o]
el demonio, pues permitiéndolo Dios por los pecados y idolatrías de los indios,
algunas veces sucedía lo que amenazaba el cacique, alterando por ventura o in-
ficionado el demonio el aire, que hasta en esto bien tiene poder con permisión
divina, con que venían enfermedades y demás plagas, y sobre los indios reveren-
cia y temores a estos castigos; aunque no falta quien diga haber tenido esto prin-
cipio en un cacique de buen entendimiento y discurso, que habiendo con él
gastado muchos días en las oscuridades del sol, luna, estrellas y nubes, aves y
animales, vino por experiencia y conjeturas a sacar estos sucesos antes que vi-
nieran, como lo hace la buena y acertada astrología, o por ventura, por ser el
cacique Iducanzas, en quien dicen comenzó este gran hechicero, y por pactos
que tenía con el demonio con quien de ordinario hablaba, vino a alcanzar estas
revoluciones y mudanzas de tiempo como de un maestro que alcanza esto y
mucho más en filosofía.
4. Esta estimación que por esta razón hacía toda la tierra del Sogamoso, fue
causa que la hiciese muy grande en la sucesión de este cacicazgo. Y así, aunque
antes que se introdujese esta fama lo heredaban los sobrinos como en los demás
pueblos, después se vino a introducir fuese la sucesión por elecciones hechas una
vez del pueblo de Tobasa y otra del de Firavitova alternativamente, y de ninguna
manera pudiese ser de otros pueblos, ni de uno de estos dos caciques consecuti-
vos, ni lo consentían los cuatro electores, que eran los caciques de Busbanza,
Gámeza, Toca y Pesca, y en casos de discordia entraba el voto de Tundama o
Duitama...

4. CHIBCHACUM Y BOCHICA
Tomo III: 379-380

3. El fundamento que hubo para adorar estos indios con ofrecimientos al


arco del cielo Cuchaviva, aunque envueltos en fábulas, fue de esta manera...7.

Fundan sobre esto la razón, diciendo que por ciertas cosas que había usado
en ellos al parecer en su agravio el dios Chibchacum, le murmuraban los indios y
ofendían en secreto y en público. Con que indignado Chibchacum, trató de casti-

7
Viene descripción hidrográfica de la sabana de Bogotá según la cual, dice
Simón, los ríos drenan de las sierras al río Bunza, sobre todo el Sopó y Tivitó, para
salir finalmente al suroeste por el Salto de Tequedama. Allí caen por entre un
estrecho conformado por dos grandes piedras que, en invierno, embalsa las aguas
anegando la Sabana, sobre todo en Bosa, Fontibón y Funza (Simón, 1985, III:
379). La descripción pretende justificar "la razón" del mito.

[361]
EL SOL DEL PODER

garlos anegándoles las tierras, para lo cual crió o trajo de otras partes los dos ríos
dichos de Sopó y Tivitó, con que crecieron tanto las aguas del valle que, no dándo-
se de menos, como dicen, la tierra del valle a contenerlas, se venía a anegar gran
parte de ella, lo que no hacía antes que entraran al valle los dos ríos, porque el agua
de los demás se consumía en las labranzas y sementeras, sin tener necesidad de
desagüe. Fue tan en lleno y universal este castigo e iba creciendo cada día tan a
varas la inundación, que ya no tenía esperanza del remedio, ni de darlo a las nece-
sidades que tenían de comidas, por no tener donde sembrarlas y ser mucha la
gente. Por lo cual toda se terminó por mejor consejo de ir con la queja y pedir el
remedio al dios Bochica ofreciéndole en su templo clamores, sacrificios y ayunos.
Después de lo cual, una tarde, reverberando el sol en el aire un ruido contra esta
sierra de Bogotá, si hizo un arco como suele naturalmente, en cuya clave y capitel
se apareció resplandeciente el demonio en figura de hombre, representando el
Bochica con una vara de oro en la mano, y llamando a voces desde allí a los caci-
ques más principales, a que acudieran con brevedad con todos sus vasallos, les dijo
desde lo alto: "He oído vuestros ruegos y condolido de ellos y de la razón que
tenéis en las quejas que dais de Chibchacum, me ha parecido venir a daros favor
en reconocerme. Me doy por satisfecho de lo bien que me servís y a pagároslo en
remediar la necesidad en que estáis, pues tanto toca a mi providencia. Y así, aun-
que no os quitaré los dos ríos porque algún tiempo de sequedad los habréis me-
nester, abriré una sierra por donde salgan las aguas y queden libres vuestras tierras".
Y diciendo y haciendo, arrojó la vara de oro hacia Tequendama y abrió aquellas
peñas por donde ahora pasa el río. Pero como era la vara delgada, no hizo tanta
abertura como menester para las muchas aguas que se juntan en los inviernos, y
así todavía rebalsa. Pero al fin, quedó la tierra libre para poder sembrar y tener el
sustento, y ellos obligados a adorar y a hacer sacrificios como lo hacen en apare-
ciendo el arco, aunque llenos de temores por lo que después les puso el Chibchacum,
de que habían de morir muchos en apareciendo el arco. Pero el castigo que a él le
había dado el Bochica por el hecho (que) fue cargar en sus hombros toda la tierra
y que la sustentara; lo cual antes de esto dicen se sustentaba en unos grandes
guayacanes. Y esa es la razón por qué ahora tiembla la tierra, lo que antes de esto
no hacía, porque como le pesa mucho, al mudarla de un hombro a otro, le hace se
mueva y tiemble toda ella...

5. BACHUÉ o FURACHOGUA
Tomo III: 368-369

2. En el distrito de la ciudad de Tunja, a cuatro leguas de la parte del norte-


este y una de un pueblo de indios que llamaban Iguaque, se hace una coronación
de empinadas sierras, tierra muy fría y tan cubierta de páramos y ordinarias nebli-

[362]
ñas, que casi en todo el año no se descubren sus cumbres, sino es al medio día por
el mes de enero. Entre estas sierras y cumbres se hace una muy honda, de donde
dicen los indios que a poco de como amaneció o apareció la luz y criadas las de-
más cosas, salió una mujer que llaman Bachué, y por otro un hombre acomodado
a las buenas obras que les hizo, Furachogua, que quiere decir mujer buena, porque
fura llaman a la mujer, y chagua es cosa buena. Sacó consigo de la mano un niño
de entre las mismas aguas, de edad de hasta tres años, y bajando ambos juntos de
la sierra a lo llano donde ahora (está) el pueblo de Iguaque, hicieron una casa
donde vivieron hasta que el muchacho tuvo edad para casarse con ella, porque
luego que la tuvo se casó, y el casamiento (fue) tan importante y la mujer tan
prolífica y fecunda que de cada parto paría cuatro o seis hijos, con que se vino a
llenar toda la tierra de gente, porque andaban ambos por muchas partes dejando
hijos en todas, hasta que después de muchos años, estando la tierra llena de hom-
bres, y los dos ya muy viejos, se volvieron al mismo pueblo y del uno, llamando a
mucha gente a que los acompañara a la laguna de donde salieron. Junto a la cual
les hizo la Bachué una plática exhortando a todos la paz y conservación entre sí, la
guarda de los preceptos y leyes que les había dado, que no eran pocos, en especial
en orden al culto de los dioses, y concluido, se despidió de ellos con singulares
clamores y llantos de ambas partes, convirtiéndose ella y su marido en dos gran-
des culebras (que) se metieron por las aguas de la laguna y nunca más parecieron
por entonces, si bien la Bachué después se apareció muchas veces en otras partes,
por haber determinado desde allí los indios contarla entre sus dioses, en gratifica-
ción de los beneficios que les había hecho.
Siguiéronse de este engaño otros muchos, y no fue el menor persuadirles el
demonio, fundándolos en esto, a que le hicieran sacrificios en las aguas (como ya
tratamos tocando de la laguna de Guatavita), en que tuvieron todos estos natura-
les ordinaria frecuencia. Pues no había arroyo, laguna ni río en que no tuviesen
particulares ofrecimientos, como en especial los hacían en una parte del río que
llaman de Bosa, que es el que recoge estas aguas de Bogotá, donde son más ordina-
rias sus pesquerías. Y más en cierta parte peñascosa por donde pasa cerca de un
cerro que llaman del Tabaco, a donde por ser mayor la pesca que hacen, ofrecían
entre las peñas del río pedazos de oro, cuentas y otras cosas, para tener mejor
suerte en las pesquerías. Y en otra lagunilla cerca de este puesto, al oriente, donde
tenían una costilla de un criminal tan grande como de vaca o camello, a quien
hacían la adoración y ofrecimiento por estar en las aguas, que causa no poca ad-
miración a los españoles que hallaron allí, por no haberse hallado en estas tierras
animal tan grande que pudieran haber sacado; si bien es opinión de algunos que
pudo ser la costilla de un camello de quien luego hablaremos. Al fin, en todas
partes que hubiese aguas con algún extraordinario asiento o disposición, no da-
ban sin ofrecimientos de unos o de otros.

[363]
EL SOL DEL PODER

3. Sigúese, también el levantar ídolos al muchacho que sacó Labaque de la


laguna, de la estatura y edad que tenía cuando salieron, y fue esto de tanta venera-
ción, que en alguna parte le hicieron estatua maciza de oro fino, como la tenían en
el mismo pueblo de Iguaque, viéndose por ventura más obligados a esto que a
otros, por haber sido el pueblo y sitio donde se crió el muchacho, se casó y comen-
zaron a tener hijos8.

6. BACHUÉ, CHIE, GUITACA o XUBCHASGAGUA


Tomo III: 376

4. Después que pasó este predicador, se conforman en decir vino una mujer
a estas tierras, hermosísima y de grandes resplandores, o por mejor decir, el demo-
nio en aquella figura, que predicaba y persuadía contra la doctrina del primero, a
la cual llamaron también con varios nombres: unos le daban Chíe, otros Guitaca y
otros Xubchasgagua. Pero los que más bien dicen a su parecer afirman que fue
aquella Bachué, que dicen los engendró a todos y se metió hecha culebra en la
laguna. Seguían a esta en sus predicaciones mucho más que al otro, porque les
predicaba vida ancha, placeres, juegos y entretenimientos de borracheras, por lo
cual el Chimisagagua la convirtió en lechuza e hizo que no anduviera sino de no-
che, como ella anda.
Comenzó con esto a caer la doctrina que les había enseñado el otro, porque
cuanto a la limosna les persuadía no la hicieran, aunque fuera a sus padres, y en
caso de necesidad así lo guardan (y), pues siendo viejos y sin fuerza para el trabajo,
los echan y no quieren recoger en sus casas, de que se siguen grandes inconvenien-
tes para su conversión, pues viéndose necesitados y sin poder trabajar, se andan de
casa en casa de los pueblos, viejos y viejas, convidando si quieren embriagándose
con el zumo para adivinar con esto mil vanidades los fines y sucesos de las cosas
que intentan, que no es pequeño el tropiezo para disuadirles de su gentilidad y
engaño del demonio, por tener a éstos bajos por sus oráculos. También se les con-
fundió la doctrina de la cruz, pues a las que hagan hechicerías y adivinaciones,
mascando tabaco y que le mandaba poner el predicador en las mantas, las iban
quitando las formas perfectas, echándolas unas rayas desde sus extremos como
hoy las traen, que más parecen signos de escribanos que otras cosas. La resurrec-
ción de la carne e inmortalidad del alma la fueron envolviendo, como vimos, en

8
Continúa el cronista, pp. 369, dando fiabilidad al relato por haber sido
contado a Fray Francisco Molina, quien dio parte a Bartolomé Pérez Garzón y
juntos asaltaron las ofrendas del santuario, aunque fueron recuperadas por los
indios.

[364]
mil fábulas y cosas ridiculas, de que tenían tantas infinitas transmutaciones que si
hubiéramos de tratarlas, se pudieran hacer mayores libros que hizo Ovidio de sus
metamorfosis; que todos fueron sartas de disparates, como son el decir que hubo
siempre entre ellos tan grandes hechiceros, que cuando querían, se convertían en
leones, osos y tigres y despedazaban los hombres como estos animales verdaderos.
Pero todo debía de ser ilusiones que les ponía el demonio, como sobre quien tenía
tanto señorío9.

7. EL CACIQUE DE GUATAVITA Y SU ESPOSA


Tomo III: 324-328

(10) 2. Aquí pues, como en lugar acomodado de los que el demonio pedía, se
solían hacer algunos ofrecimientos que él les tenía ordenado, el cual solía aparecer
en las mismas aguas en figura de un dragoncillo o culebra grande, y en aparecien-
do, le habían de ofrecer algún oro o esmeraldas, para lo cual estaban con vigilancia
los jeques, aguardando en unas chozuelas a la vera del agua. Duraron estos ofreci-
mientos que eran muy en grueso, hasta que se aumentaron después con lo que
sucedió después a la mujer del cacique Guatavita. El cual, en tiempos muy atrasa-
dos cuando todos los caciques gozaban libremente de su señorío antes que el
Bogotá tiránicamente los sujetase, era el más poderoso señor que había en este
reino de los moscas, conociéndole superioridad muchos caciques, sus convecinos,
no por modo de tiranía ni servidumbre, como después sucedió con el Bogotá, sino
por un respeto y reverencia que le tenían, como a mayor señor y de mayor linaje,
sangre y prendas.
Sucedió pues en aquella edad que entre las mujeres que tenía estaba una de
tan buenas partes en sangre y hermosura, que así como en esto excedía a las demás
también las excedía la estimación que hacia ella tuvo el Guatavita. Lo cual, no
advirtiendo la cacica como debiera, hízole traición con un caballero de los de la
corte y no en tan secreto que no llegara a los oídos del marido. El cual puso tan
buenas diligencias en haber a las manos el adúltero, que presto le cayó en ellas, y
desde ellas en aquel cruel tormento de la muerte que usaban en tales casos, como
era empalarlos, habiéndole primero hecho cortar la partes de la punidad, con las
cuales quiso castigar a la mujer sin darle otro castigo que dárselas a comer guisa-
das en los comestrajes que ellos usaban en sus fiestas, que se hizo por ventura sólo

9
A continuación de lo cual y capítulo que sigue, pp. 377, describe el Panteón
que aparece alfinalde los relatos.
10
Luego de introducir a la laguna de Guatavita como "el más frecuentado y
famoso adoratorio", ubicarla y describirla físicamente, relata el cronista.

[365l
EL SOL DEL PODI-R

para el propósito en público, por serlo ya tanto el delito. De que fueron tan gran-
des los sentimientos de la mujer, que no hubieran sido mayores si hubiera pasado
por la pena del agresor; a que se añadieron otras no menores, cantando el delito
los indios en sus borracheras y corros, no sólo en el cercado y casa del cacique, a la
vista y oídos de la mujer, sino en los de todos sus vasallos, ordenándolo así el
Guatavita para escarmiento de las demás mujeres y castigo de la adúltera.
3. En el cual fueron creciendo tanto los sentimientos de estas fiestas amargas
para ella, que por huir de ellas trató de huir de esta vida con desesperación, para
entrar en mayores tormentos en la otra. Y así, un día que hallo la ocasión que
deseaba, se salió del cercado y casas de su marido a deshoras con el mayor secreto
que pudo, sin llevar consigo más que una muchacha que llevaba cargada una hija
que había parido poco había de su marido, el cacique, y caminando a la laguna
apenas hubo llegado cuando, por no ser sentida de los jeques que estaban a la
redonda en sus chozuelas, arrojó a la niña al agua y ella tras ella, donde se ahoga-
ron y fueron a pique, sin poderlas remediar los mohanes que salieron al golpe que
oyeron en el agua; aunque conocieron luego por ser de día, quién era la que se
había ahogado. Y así, viendo no tenía aquello remedio, partió uno de ellos a mayor
correr a dar aviso al cacique del desgraciado suceso. El cual, partiendo al mismo
paso para la laguna con ansias mortales, por no haberse persuadido que los senti-
mientos hubiesen traído a tal estado a su mujer que hiciese aquello y por la des-
gracia de su hija, luego que llegó no las vio, por haberse ya sumido los cuerpos que
pretendía sacar si estuviesen sobreaguados, mandó a uno el mayor hechicero de
los jeques que hiciese cómo sacase a su mujer e hija de aquel lago.
El jeque trató luego con sus vanas ceremonias y supersticiones de poner por
obra lo que se le ordenaba, para lo cual mandó luego encender lumbre a la lengua
del agua y poner en las balsas unos guijarros pelados, hasta que quedaran como las
demás brasas, y estándolo ya y él desnudo, echólos en el agua y él tras ellos, zam-
bulléndose sin salir de ella por un buen espacio, como lo hace un buen nadador o
buzo como él era, hasta que salió solo como entró, diciendo que había hallado a la
cacica viva (embuste que el demonio pone en la imaginación) y que estaba en
unas casas y cercado mejor que el que dejaba en Guatavita, y tenía el dragoncillo
en las faldas; estando allí con tanto gusto que aunque le había dicho de parte de su
marido el que tendría (?) en que saliera y que ya no trataría más del caso pasado,
no estaba de ese parecer, pues ya había hallado descanso de sus trabajos a que no
quería volver, pues él había sido causa de que lo dejasen ella y su hija, a la cual
criaría allí donde estaba, para que la tuviese compañía.
4. No se quietó el cacique con el recado del jeque. Y así, diciéndole que saca-
ra siquiera a su hija, la hizo buscar otra vez con los mismos guijarros hechos aguas,
y volviendo a salir traía el cuerpo de la niña muerto y sacados los ojos, diciendo se
los había sacado el dragoncillo estando todavía en las faldas de la madre, para que,

[366]
no siendo la niña sin ojos ni alma de provecho entre los hombres de esta vida, la
volviesen a enviar a la otra con su madre que la quedaba aguardando; a que acudió
el cacique por entender lo ordenaba así el dragoncillo a quien él reverenciaba tan-
to. Y así, volvió a mandar hachar el cuerpezuelo a la laguna donde luego se hun-
dió, quedando el Guatavita sin poder consolarse en nada por lo mucho que quería
a su hija y madre, no obstante lo que había usado con él.
( u ) No fue perezosa la fama en divulgar por toda la tierra este suceso. Y así,
en lo que tuvo de verdad como de fabuloso y mentira, como era el decir se estaba
la cacica viva después de haber muerto en las aguas de la laguna, lo cual se creyó
con la facilidad que la verdad del caso, porque el enemigo de ella disponía los
ánimos a que se persuadiesen de ello; con que también lo quedaron a ser verdad lo
que ya les había introducido de que después de muertos había otra vida donde
comían y bebían y eran servidos de sus criados como en ésta. Por donde se venían
a perder más temprano tantas almas, corno eran las de aquellos criados y criadas
que enterraban consigo vivos los caciques y señores de más de sus comidas y bebi-
das, armas, vestido, y telas con que hacer otros en rompiéndose aquellos con que
los enterraban. Luego comenzaron a tener fuerza los sacrificios que se hacía en la
laguna, yendo con ellos allí en todas sus necesidades, pareciéndoles a los vasallos
del Guatavita que, pues estaba allí viva la cacica, se las remediaría. Y lo mismo
hacían los que no lo eran, a quien había llegado esta fama que fue por largas tie-
rras, viniendo de todas con sus oblaciones a la laguna. Y así había muchas carreras
o caminos anchos que estos indios usaban para ir a sus santuarios que llegaban a
la laguna, y cada pueblo tenía y conocía el suyo que guiaba desde aquella parte por
donde venían, como el de Tunja o Chocontá, Ubaté, Bogotá, etc., por donde entra-
ban a hacer sus sacrificios, que venían hechos desde media legua antes de llegar a
la laguna, como los hallaron los españoles y aún hoy se conocen y yo los he visto.
Los sacrificios se hacían por medio de los jeques. El demonio, viendo lo que
bien le había salido la traza, para asegurarlos más en aquellas vanas supersticiones
se aparecía de cuando en cuando sobre las aguas de la laguna en figura, gesto y
talle de la cacica desnuda de medio para arriba y de allí para abajo ceñida en una
manta de algodón colorada, y diciendo algunas cosas que habían de suceder de las
que penden las disposiciones y causas naturales que él también conoce, como que
había de haber secas, hambres, enfermedades, muertes de tal o tal cacique que
estaba enfermo. Desaparecióse cuando los miserables, persuadidos en que la cacica
era la poderosa para enviar o quitar por su mano aquello que había dicho y veían
que sucedía, con que no perdonaban el buen oro, joyas, esmeraldas, comidas y
otras que no ofreciesen en todas sus necesidades. Usando de esta ceremonia en el

' A continuación, el Cap. III reinicia el relato como sigue.

[367]
EL SOL DEL PODER

ofrecimiento, tomaban dos cuerdas que pudiesen atravesar la laguna por el medio
y cruzándolas de una parte a la otra en la cruz que hacía, se venía a conocer el
medio o centro de la laguna a donde iban los jeques y la persona que hacía el
ofrecimiento en unas balsas, que son de haces de eneas o espadañas secas juntos y
atados unos con otros, o de palos con que se hace un modo de barca donde pue-
den ir tres o cuatro o más personas, según son de anchas y largas, con que también
se pasan los ríos donde no hay puentes. Con éstas, pues, llegaban al medio de las
aguas de la laguna y allí, con ciertas palabras y ceremonias, echaban en ella las
ofrendas menores o mayores, según la necesidad para que se hacía y la posible del
que la hacía, viniendo a ser algunas de tanto valor como hemos dicho en el capítu-
lo antes del pasado número segundo hacía el cacique Guatavita dorándose el cuer-
po. Por donde vino a decir el indio en la ciudad de Quito lo que dijo, y los españoles
a ponerle a esta provincia el Dorado12.

8. EL CACIQUE MEICUCHUCA Y SU CHINA


CONVERTIDA EN CULEBRA
Tomo III: 398

Cuando el cacique sabía de algunas doncellas de buen parecer, las pedía a


sus padres, que sin condición se las traían a su casa, donde andaban desnudas
hasta que dormía con ellas, porque después se vestían el traje de las demás que
tenía, de las cuales siempre era una la más principal y estimada del cacique. A uno
de los antiguos bogotaes, llamado Meicuchuca, sucedió que trayéndole una vieja
una china doncella que él había enviado pedir, se aficionó tanto a ella por ser
hermosa, que empleando en ella toda su afición, parece que no le quedó ninguna
con que acariciar a la principal de las demás que tenía, porque todo su entreteni-
miento de noche y de día era con la recién venida, de que la otra rabiaba de celos
sin poderlo remediar, hasta que consultado el caso con un jeque, ayunando y ha-
ciendo ofrendas al santuario, le respondió el jeque que llegase una noche a la cama
del cacique (y) estuviese en ella con la china lo cual, como hiciese la mujer, halló al
cacique, su marido, durmiendo y con él una gran culebra en que estaba convertida
la china. Salió con silencio del aposento y casa y yéndose a la del jeque, le dijo lo
que pasaba. El cual le respondió que otro día convidase a la india con otra de las
mujeres a irse a bañar a este río que llaman el Bogotá, o por su propio nombre

12
Fiabilidad del relato que el cronista testimonia diciendo a renglón seguido
que las ceremonias aumentaron en cuanto se supo de la llegada de los españoles y
estos, al saberlo, como Lázaro Fonte, intentaron desaguar la aguna para obtener
las ofrendas.

[368]
Bunza, cuando pasa por bajo del salto de Tequendama; porque esto sucedió en la
casa de recreación que tenía allí cerca, a quien los españoles llamaron Casa del
Monte cuando entraron en esta tierra, de que ya hablamos. No se descuidó la
mujer en el convite y diligencia para el baño, en el cual, estándose ya bañando
todas las que fueron, a vista de las demás se convirtió la china en una gran culebra
y se desapareció por entre las aguas, sin que más la viesen. Con que quedó deshe-
cho el engaño del demonio y la cacica fuera de celos...

9. SOGAMOSO y RAMIRIQUÍ o TUNEA.


Y el primer cacique HUNZAHÚA
Tomo III: 409-411

Entre las mismas nieblinas que los demás de estas tierras andaban los tunjas
acerca de sus primeros principios, pues ios ponen en decir que cuando amaneció,
ya había cielos y tierra y todo lo demás de ellos y de ella, fuera del sol y la luna. Y
que así todo estaba en oscuridades, en las cuales no había más personas que el
cacique de Sogamoso y el de Ramiriquí o Tunja (porque en estos dos pueblos
nunca hubo más de un cacique o señor, y fue el que lo era de toda la provincia).
Estos dos caciques dicen que hicieron todas las personas: a los hombres de tierra
amarilla, y a las mujeres de una yerba alta que tiene el tronco hueco. Estaban toda-
vía las tierras en tinieblas, y para darles luz, mandó el cacique de Sogamoso al
Ramiriquí, que era su sobrino, se subiese al cielo y alumbrase al mundo hecho sol
como lo hizo. Pero viendo no era bastante para alumbrar la noche, subióse el mis-
mo Sogamoso al cielo y hízose luna, con que quedó la noche clara y los indios
obligados a adorar a entrambos, como lo hacían con muchos otros ídolos, que
según su imaginación y persuasión del demonio levantan cada día.
Esto, según su cuenta, sucedió por el mes de diciembre. Y así, en recuerdo y
memoria de este suceso, hacían los indios de esta provincia, en especial los
sogamosos, en este mes una fiesta que llaman huan, en la cual, después de juntos,
salían doce, vestidos todos de colorado, con guirnaldas y chasines que cada una de
ellas remataba en una cruz y hacia la frente llevaba un pájaro pequeño. En medio
de estos doce de librea, estaba otro que la tenía azul y todos estos juntos cantaban
en su lengua cómo todos ellos eran mortales y se habían de convertir los cuerpos
en ceniza, sin saber el fin que habían de tener sus almas. Decían esto con palabras
tan sentidas que hacían mover a lágrimas y llantos los oyentes con la memoria de
la muerte. Y así era ley que, para consolarlos en esta aflicción, había de convidar a
todos el cacique y alegrarlos a todos con mucho vino, con que salían de la casa de
la tristeza y se entraban del todo en la de la alegría y olvido de la muerte.
2. Después de subidos los dos caciques al cielo y convertidos en lo que he-
mos dicho, el primero que dicen hubo en Tunja y Ramiriquí se llamaba Hunzahúa,

[369]
EL SOL DEL PODLR

que permaneció siempre puesto a la providencia, y el de Ramiriquí de menos esti-


mación. Este Hunza se enamoró de una hermana que tenía de buen parecer, y no
pudiendo conseguir sus sensuales intentos por la vigilancia con que la guardaba la
madre, dio traza de hacer viaje a la provincia de los chipataes, a comprar algodón
de que aquella provincia ha sido abundantísima, con intentos de que lo acompa-
ñara su hermana para cumplir con ella los que traía de su afición. Como sucedió,
pues dándole licencia la madre para que fuera con él, a pocos días de como volvie-
ron, echó de ver la madre el mal recado, viéndola que le crecía el vientre y pechos.
Con que encendida en cólera, cuando lo adivinó, tomó la ana, que es el palo con
que se menea la chicha cuando se quiere (porque la estaban haciendo en esta sa-
zón) y arremetiendo a la moza para darle con él, para amparase de golpe, se puso
detrás de la gacha donde se hacía, que no le fue de poco provecho, pues le descargó
sobre ella la ira de la madre, quedando la masa y la chicha derramada y la gacha
quebrada. En memoria de lo cual se abrió la tierra y recibiendo la chicha, quedó
hecho un pozo de ella, aunque convertida en agua, que ahora llaman el pozo de
Donato por lo que dejamos dicho.
Corrióse el Hunzahúa tanto de que hubiese su madre acometido delante de
él a su hermana con tantos bríos, que con enfado dejó su casa y subiéndose a la
loma que estaba sobre el pueblo y ahora sobre la ciudad a la parte del oeste, hecho
mil maldiciones a aquel valle, con que quedó estéril y de tan mal país como ahora
lo es, pues es uno de los malos que hay en las Indias: desabrido por los muchos
vientos fuertes que lo combaten, estérilísima la tierra y desacomodada en todo
para la vida humana. Llamó desde allí a su hermana con una tata, que es una
trompeta de palo, la cual tuvo por mejor dejar a su madre y casa por huir de su
cólera, que estar sujeta a mil desgracias que le podían suceder con ella. Y así, vi-
niéndose con su hermano, determinaron ambos dejar del todo aquella tierra, y no
sabiendo por dónde mejor guiarse, arrojó el cacique una tiradera al aire, y ella,
rechinando y sonando con un cascabel que llevaba, los fue guiando hasta Susa,
delanchero donde le dieron a la señora los dolores del parto. Y pariendo un niño y
no atreviéndose a llevarlo, lo dejaron convertido en piedra en una cueva, donde
hoy dicen está. Y libres ya de esto, pasaron adelante con la misma guía de flecha y
llegando por estas tierras del Bogotá, cerca del pueblo de Ciénaga, por bajo del
salto de Tequendama, al pasar el río les pareció ser mucho el cansancio y camino
que traían, y que hallándose en tierra ajena, habían de ser mayores, determinaron
convertirse en dos piedras, que hoy están en la mitad del río. De este cacique y
hecho que cuentan con su hermana, dicen tomaron atrevimiento para andar ellos
con las suyas y casarse con ellas como lo hacían...

[37o]
ANEXOS

10. GORANCHACHA
Tomo III: 418-419, 421-423

2. Luego que el predicador se ausentó de la provincia de Tunja y Sogamoso,


comenzó el demonio a dar contrarias doctrinas. Y entre ellas quiso deshacer lo
que el otro les había predicado acerca de la encarnación, diciéndoles que aún no
estaba hecha, pero que la había de hacer el sol, tomando carne humana es una
doncella de las del pueblo de Guachetá, y que había de partir lo que concibiera de
los rayos del sol, quedando virgen. Sonó por la provincia esta nueva, y teniendo
dos hijas doncellas el cacique del pueblo dicho, deseosas ambas de que sucediese
en ellas el milagro, todos los días a la alborada se salían del cercado y casa de sus
padres, y subiéndose a un cerro de los muchos que tiene el pueblo a la parte del
salir el sol, se recostaban de manera que les pudiese herir con los primeros rayos. Y
continuando esto por algunos días, fue disponiendo ei demonio, por permisión
divina cuyos juicios son incomprensibles, las cosas para salir con sus intentos, de
manera que en pocos días que las doncellas hicieron esto, la una fue apareciendo
como preñada, que ella decía del sol, y al cabo de los nueve meses parió un Guacata,
que es en su lengua una piedra de esmeralda grande y rica.
Tomóla la mujer y envolviéndola en unos algodones, púsosela entre los pe-
chos, donde la trajo algunos días y al fin de ellos se halló convertida en criatura,
por orden todo del demonio. A este llamaron Goranchacha y lo criaron en la mis-
ma casa del cacique, con título de hijo del sol, hasta que ya fue de más de veinti-
cuatro años, cuando ya por toda la provincia se sabía de su nacimiento y crianza, y
lo tenían por hijo de él. Parecióle al mozo que se estimaba por hijo de tal padre, no
estar ya en una aldea como era Guachetá, sino irse a la corte de Ramiriquí y verlo
a él y sus grandezas de ella. Y poniendo en efecto sus intentos y camino ya la últi-
ma jornada de él, sabiendo de su venida, el Ramiriquí le salió a recibirlo, hospedó
y regaló, en su casa por algunos días como a hijo del sol. Dióle después gana de
verse con el Sogamoso, por la fama que éste divulgada del que era, como acá deci-
mos ir a ver a Roma y al Sumo Pontífice. A quien recibió el sogamoso con grande
aplauso, como a hijo de tal padre, e hizo grandes fiestas y presentes, a que no faltó
retorno de parte del Goranchacha de los que le había hecho el Ramiriquí.
Estúvose allí algunos días entreteniédose en regocijos y fiestas de Baco, y
tratando de volver a la corte, encontró en el camino cerca de las peñas de Paipa, un
indio de los que él había traído y dejado en Ramiriquí, que le contó cómo el caci-
que había ahorcado a un muchacho que servía de paje a el gran Chacha y lo había
dejado en la corte cuando fue a Sogamoso. Encendióle en cólera la nueva, de ma-
nera que entrando en Ramiriquí con ella, mató al cacique y se hizo obedecer por
señor de toda la provincia, sin que en esto hallara mucha dificultad, por lo mucho
que estimaban todos su persona y ser hijo de su padre, a quien ellos adoraban por

[371]
EL SOL DEL PODER

Dios. Vínose luego a Tunja desde Ramiriquí, donde sentó su casa y Corte, señalan-
do los criados que le parecieron más a propósito, y entre ellos al Pregonero, que
era un indio con una gran cola, que ninguno supo de donde vino, pero era el más
estimado de todos los criados que tenía, no sólo por ser ambos de una patria y
cavernas infernales, sino por que este oficio de pregonero ha sido siempre tan esti-
mado entre los moscas, que los que lo ejercitaban eran la segunda persona del
pueblo en sangre, nobleza y estimación de todos13.
... 2. Comenzó a gobernar este gran Chacha con tanto señorío y crueldad
para sus vasallos, que no sólo no se dejaba hablar de todos ni mirar a la cara,
porque ésa era común costumbre de todos los caciques, pero aún habían de estar
delante de él postrados y el rostro pegado a suelo y así le hablaban a los pocos que
él daba licencia. El rigor que tenía en los castigos, aún por cosas leves, era tal, que
no se atrevían a quebrantar sus mandamientos, aunque fuesen con riesgo de la
vida. Los azotes que mandaba dar eran tan crueles, que haciéndolos cargar prime-
ro sobre las carnes de pencas de tuna, sobre ellas los azotaban fuertemente o apa-
leaban. Puso veras en que guardaran algunos de los mandamientos de la ley de
Dios, como no hurtar ni mentir, ni quitar la mujer ajena, para con estas verdades
introducir sus mentiras, como fue mandar que hiciesen veneración a muchos dio-
ses, pudiesen tener Jogros y que le acudiesen con insufribles tributos, de manera
que aún hasta los animales grandes y pequeños, dicen los indios por encareci-
miento les hacía que se los pagasen, intentando con esto hacerse poderoso en ri-
quezas para hacerse temer más con ellas. Y a quien faltaba en algo de esto, tenía
cierto de morir empalado, o ahorcado en el cerro que hemos dicho está sobre el
pueblo, a quien los españoles llamaron de La Horca por los muchos que hallaron
allí puestos en estos patíbulos.
3... Cerca de las postreras casas del pueblo, a la parte del norte, donde ahora
llaman las cuadras de Porras, hizo edificar un templo a su padre el sol, donde lo
hacía venerar con frecuentes sacrificios, y él hacía sus estaciones en ciertos días del
año con tanta prosopopeya y majestad, que juntándose todos los indios y puestos
como en precesión para acompañarle, y tendiéndole por el suelo en todo el camino
mantas finas y pitadas, comenzaban a caminar desde sus palacios, que eran donde
ahora está fundado el convento de San Agustín, con tanto espacio y flema, que no
habiendo de una parte a otra más que hasta tres tiros de escopeta, gastaba tres días
enteros en el viaje, otros tres estaba solo en el oratorio y capilla del templo, y en otros
tantos volvía a sus reales casas. Quiso sublimar la fábrica de este templo en honra de
su padre, y poniéndolo en efecto, mandó que le trajesen de diversas partes gruesos y

13
En el capítulo que sigue inmediatamente (XIV) inicia describiendo sobre los
zenú, párrafo que suprimo para seguir el relato.

[372]
valientes mármoles. Llegaron al sitio con tres de ellos, como hoy se ven, aunque
dicen nunca vieron la cara a los que los traían, por llegar con ellos de noche, de
donde coligen eran también demonios los oficiales; otros dos se ven en camino de
Ramiriquí, y otros dos en Moniquirá, que no llegaron al sitio, como ni la fábrica a
ponerse en ejecución, porque cuando ya estaba en estado de eso, era en tiempo en
que ya los españoles estaban poblados en Santa Marta. Y así, conjeturando el
Goranchacha, que también llegarían a descubrir y conquistar aquella tierra, hizo un
día juntar toda su gente, y por su pregonero, a quien ponían muchas mantas en rollo
dejando en medio, hubo donde entrase la cola que tenía, que era como de león, y se
sentase. Les hizo una larga plática en que les adivinó había de venir una gente fuerte
y feroz, que los había de maltratar y afligir con sujeciones y trabajos, y despidiéndose
de ellos diciendo que se iba por no verlos padecer y que después de muchos años
volvería a verlos, se entró en su cercado y nunca más lo vieron. El Pregonero, por
desengañar más del todo y dar más clara muestra de quien era, delante de todos dio
un estallido y se convirtió en humo hediondo, que fue la última despedida.
En lugar de Goranchacha eligieron después por cacique, por haberse perdi-
do en la sucesión, a uno que llaman Munchatocha, a quien hallaron los españoles
y de quien ya hemos tratado...

11. PANTEÓN
Tomo III: 377-379

Después de la adoración del sol que estimaban por la más famosa, venera-
ban otros dioses de diversos nombres, a quien adoran para necesidades diferentes.
Las más principales de éstos eran Chibchacum y Bochica. El primero era propio
de toda esta provincia de Bogotá, y así le pusieron el nombre conforme a ella, que
comúnmente le llaman chibcha, y la lengua de esta sabana, que es la más universal
de estas tierras, se llamaba la lengua chibcha como dejamos dicho, y Chim que
quiere decir báculo en esta lengua. Donde juntando los dos vocablos y diciendo
Chibchacum, significa báculo de esta provincia chibcha. Porque este nombre le
daban a ese dios, por lo mucho que les favorecía, no ausentándose jamás de la
provincia para acudirles con más facilidad.
El Bochica era dios universal, más aún casi señor de este otro, pero ambos
les daban leyes y modos de vivir. Respondían en los oráculos que se les consulta-
ban, aunque nunca les veían los jefes ni otros, porque eran unas cosas incorpóreas
o como de aire. A estos dos siempre que les ofrecían había de ser oro con el modo
que después diremos porque aunque eran dioses universales de todos, en particu-
lar era el Bochica de los caciques y capitanes, y el Chibchacum de los mercaderes
(de que se preciaron siempre mucho estos indios), plateros y labradores, y como
de gente rica no quería le ofreciesen sino oro.

[373]
EL SOL DEL PODER

Otro dios tenían que llamaban Cuchaviva, que decían era el aire resplande-
ciente o, como mejor interpretan otros, era el arco del cielo de que luego hablare-
mos. Y aunque era dios universal, más en particular le tenían por abogado de las
muejeres de parto y enfermos de calenturas. Ofrecíanle alguna vez oro bajo, pero
lo ordinario era ofrecerle esmeraldillas y cuentas de Santa Marta.
A otro dios llamaban Nencatoa. Este era dios de las borracheras, pintores y
tejedores de mantas. Ayudaba a traer arrastrando los maderos gruesos para los
edificios, aparecíase en figura de oso cubierto de una manta, la cola de fuera. Bai-
laba y cantaba con ellos en las borracheras. No le hacían ofrecimientos, porque
decían le bastase hartarse de chicha con ellos, ni él pedía otra cosa. Y esa era la
razón por la que se hallaba a la rastra de los palos, porque en aquella ocasión se
bebe mucho. Llamábanle otros el Fo, que quiere decir zorra, porque en figura de
este animal se aparecía algunas veces para que correspondiese la zorra con la bo-
rrachera.
A otro dios llamaban Chaquen. Este tenía a su cargo los términos y los pues-
tos que señalaban cuando en alguna fiesta ordenaba el cacique corriesen los más
valientes indios la tierra con premios que para ello se ponían. Dedicábansele tam-
bién los adornos de la borrachera y fiestas con toda la plumería que usaban en
ellas y en las guerras. También la diosa Bachué era común a todos, pero en especial
era el amparo de todas las legumbres, ofreciéndole sarmientos de moque y resinas.
Las figuras de estos dioses, hechas al modo de cada uno que los adoraba o
mandaba hacer y otras que imaginaban, tenían en templos comunes y particula-
res, pero todos sin ornato ni grandeza al fin como para quien eran, pues sólo era
una casa o bohío muy ordinario lleno de barbacoas y poyos a la redonda, donde
estaban puestas varias figuras de diversos metales y materias, ningunos pintados,
porque unas eran de oro, y éstos usaron más después que entraron los españoles,
por haberlos visto estimarlo en tanto. Otras (eran) de madera, otras de hilo de
algodón, otras de barro blanco, otras de cera. Pero de todas había macho y hembra
revueltos en mantas, unas sin cabellos, otras los tenían muy largos, unas de largas
colas de dos o tres varas, otras las tenían muy pequeñas; pero todas en rostros y talles
de figuras tan abominables que representaban bien a quien estaban dedicadas.
Tenían en los templos comunes dos maneras de cepos o gazofiláceos, en que
metían las ofrendas que se les hacían: la una era una figura de hombre hecha en
barro, sin pies, toda hueca, abierto todo el casco de la cabeza, por donde echaban
las ofrendas, que eran echas de oro con figura de varios animales, como culebras,
ranas, lagartijas, mosquitos, hormigas, gusanos, leones, tigres, monos, raposas, y
de toda suerte de aves. Estas sólo las ofrecía el jeque. Tapaban lo abierto de la
cabeza de esta figura con un bonete redondo o cuatro picos, como el de nuestros
clérigos, unas veces hecho de plumas, otras del mismo barro de que era la figura,
con un palillo en medio de un dedo de grueso para quitarlo y ponerlo. El otro

[374]
cepo era una vasija a modo de mucura enterrada en el suelo del templo sin dejar
descubierto más que la boca a la haz de la tierra, donde también iban echando las
ofrendas hasta que ambas estaban llenas. Porque luego que el jeque ponía otras en
su lugar llevando aquellas a enterrar a otro, fuera del templo así llenas como esta-
ban, de que han tenido buena suerte algunos españoles en que las hayan venido algu-
nas de éstas a las manos por buena diligencia con que han mudado el pelo de sus capas.

Piedrahita, Fernández Lucas de. Historia General del Nuevo Reino de Gra-
nada. Tomo I. Biblioteca Popular de Cultura Colombiana. Bogotá. 1942.

l.CHIAyZUHE
Tom. 1:31

Creían todos los indios que había un autor de la naturaleza, que hizo el cielo
y la tierra; más no por eso dejaban de adorar por dios al sol por su hermosura y a
la luna, porque la tenían por su mujer; a ésta llamaban Chia y al sol Zuhé, y así
para dar a los españoles un epíteto de suma grandeza los llamaron Zuhá, y conser-
van ésta locución hasta hoy en su idioma.

2. CHIA, YUBUCAYGUAYA, HUYTHACA


Tom. I: 32-33.

Conforman también en decir que Bochica aportó después una mujer de


extremada belleza, que les predicaba y enseñaba cosas muy contrarias y opuestas a
la doctrina del Bochica, y válense de otros epítetos diferentes para nombrarla, unos
llamándola Chia, otros Yubucayguaya y otros Huytháca, a cuyas opiniones, difun-
didas con novedad y malicia, se llegaba innumerable concurso de gente, achaque
muy ordinario en la inclinación humana, pero como eran malas las cosas que
enseñaba, dicen los más que el Bochica la convirtió en lechuza; otros, que la tras-
ladó al cielo para que fuese mujer del sol y alumbrase de noche, sin parecer de día
por las maldades que había predicado, y que desde entonces hay luna, a que aña-
den los ubaques que la tal Chia era mujer de Vaqui y tuvo una hija que casó con el
capitán de los demonios14... y así Huytháca (que debía ser el demonio, o algún
discípulo o ministro de sus artes mágicas) atraía con la facilidad que refieren la
muchedumbre de esta caterva ruda para que siguiese su doctrina y ceremonias tan
ajenas de hombres, como se experimenta en las que hoy se conservan, sin que basten
razones ni autoridad de ministros evangélicos para borrarlas de su memorias...

4
Viene comentario del cronista sobre sus fábulas y superchería.

[375
EL SOL DEL PODI.lt

3. BOCHICA, NEMQUETHEBA O ZUHÉ


Tom. I: 32; 33-34.

... Tenían alguna noticia del diluvio y de la creación del mundo, pero con
tanta adición de disparates que fuera indecencia reducirlos a la pluma, y comuni-
cados en esta materia, referían, y lo hacen al presente por tradición de unos en
otros, que en los pasados siglos aportó a aquellas regiones un hombre extranjero,
a quien llamaban unos Nemquetheba, otros Bochica y otros Zuhé, y algunos di-
cen que no fue sólo el extranjero, sino tres, que en diferentes tiempos entraron
predicando, pero lo más común y recibido entre ellos es que fue uno solo con los
tres epítetos referidos. Este tal, dicen que tenía la barba muy crecida hasta la cintu-
ra, los cabellos recogidos con una cinta como trenza puesta a la manera que los
antiguos fariseos usaban los pilacterios o coronas con que se rodeaban las cabezas,
trayendo colocados en la mitad de la frente los preceptos del Decálogo. Pues a ese
modo, se refieren, le usaba, y en esa forma, en los rodetes que se ponen los indios
en las cabezas, colocan una rosa de plumas, que les cae sobre las cejas. Andaba este
hombre con las plantas desnudas y traía una almalafa puesta, cuyas puntas junta-
ba con un nudo sobre el hombro, de donde añaden haber tomado el traje, el uso
del cabello y de andar descalzos.

Predicábales el Bochica muchas cosas (según se refieren, y si lo eran, bien se


ve el poco caso que hicieron de ellas)...15.

... Del Bochica refieren en particular muchos beneficios que le hizo, como
son, decir que por inundaciones del río Funza, en que intervino el arte de Huytháca,
se anegó la sabana o pampa de Bogotá, y crecieron las aguas, de suerte que obligó
a los naturales a poblarse en las cabezas más levantadas de los montes, donde estu-
vieron hasta que llegó el Bochica, y con el bordón hiriendo en una serranía abrió
camino a las aguas, que dejaron luego la tierra llana, de manera que pudiese
habitarse como de antes, y que fue tal ímpetu de las aguas represadas maltratando
y rompiendo peñas, que de él se formó el salto de Tequendama16... Últimamente
afirman del Bochica que murió en Sogamoso después de su predicación, y que
habiendo vivido allí retirado veinte veces cinco veintes de años, que por su cuenta
hacen dos mil, fue trasladado al cielo, y que al tiempo de su partida dejó al cacique
de aquella provincia por heredero de su santidad y poderío, y de aquí es la venera-
ción que tiene a todo aquel territorio, como a tierra santa, y en memoria de este

15
Al igual que Castellanos, a continuación se relata el mito de Chía, que
separamos como relato autónomo para seguir con la descripción de Bochica.
16
Viene descripción del salto de Tequendama.

[376]
Bochica hay una carretera abierta desde los Llanos a Sogamoso, que tendrá como
cien leguas de longitud, muy ancha, y con sus valladares o pretiles por una y otra
parte, aunque ya maltratada y oscurecida con la paja y el barzal que se ha criado en
ella, por la cual dicen que subió el Bochica desde los Llanos al Nuevo Reino.

4. BOCHICA O IDACANSAS Y HUNZAHÚA


Tom. I: 92-93.

... En lo que sí convienen todos los indios moscas, es haber sido antiquísimo
el señorío de Tunja, a que añaden los Tunjanos haber tenido principio en la auto-
ridad suprema de uno de los más antiguos pontífices de Iraca en esta manera: que
como este viese que todo los caciques de los moscas, entre quienes estaban repar-
tidas las tierras, anduviesen mezclados en guerras de unos con otros, a cuyo reme-
dio no podía acudir con armas que le estaban prohibidas, como persona dedicada
solamente (por razón de su oficio) a todo aquello que tocase a la religión, en con-
formidad de la potestad que a sus antecesores dejó vinculada Idacansas (que es lo
mismo que el Bochica de que hemos tratado), dispuso con la autoridad del sus
concejos que eligiesen un rey supremo a todos, que los gobernase, para lo cual
concurrieron todos los señores a su presencia, y resignados en su elección, les dio
por rey a uno de los presentes: el más bien quieto y apacible de todos, que fue
Hunzahúa, de quien se derivó el nombre Hunza o Tunja, y a quien llamaron desde
entonces Zaque, que quiere decir lo mismo que Zipa entre los bogotaes, epítetos
de que usaron después otros caciques, anteponiéndolos unas veces, como en
Zaquecipá, y posponiéndolos otras, como en Lenguazaque, entre los Tunjanos, y
Zipaquirá y Gachencipá, entre los bogotaes.
De este Hunzahúa afirman que dominó todas las tierras de los moscas, des-
de Chinmochá a los Sutagaos y desde las vertientes de los Llanos de San Juan hasta
las fronteras de los panches y muzos, con toda la tierra de Vélez, gobernándolo en
paz y justicia, porque fue buen príncipe, pero añaden una mentira tan descabella-
da, como decir que vivió doscientos cincuenta años y que de él procedieron todos
los reyes de Tunja, los cuales verdaderamente lo fueron como hechos por la auto-
ridad del Sumo Interprete de su religión, y con consentimiento de todos los pue-
blos, lo que no tuvieron los Zipas de Bogotá, pues aunque sus provincias son de
mayor grandeza y estimación, fueron tiranos todos los príncipes que las domina-
ron después, y a la verdad es muy verosímil lo más de esta tradición derivada
de los antiguos, pues siendo cierto, como lo es, que dentro de todos los térmi-
nos que dan al reino de Hunzahúa se habla generalmente la lengua chibcha,
con poca diferencia...

[377]
EL SOL DEL PODER

5. BOCHICA O IDACANZAS
Tom. I: 97-99.

Dicen que en los tiempos antiguos hubo un cacique nombrado Idacanzas,


que en su idioma quiere decir luz grande de la tierra, y que éste tal tenía gran
conocimiento de las señales que demostraban mudanza en los tiempos, como son
de serenidad o tempestades, de hielos y de aguas o de vientos pestilenciales, que
reconocían por los planetas y signos, otras veces por las nubes o las aves, o por los
animales de la tierra, que le pronosticaban los futuros acaecimientos. Y aunque
esto es muy creíble, siendo este Idacanzas el mismo apóstol que llaman Bochica
los bogotaes, en caso que no lo fuese, sino otro algún indio de los que veneran,
tengo por más verosímil que sería por medio de los pactos, que, como hechicero
tendría con el demonio, a que son muy inclinados los segárnosos, pues este ene-
migo común como gran filósofo que es, le comunicaría lo que por su ciencia al-
canzaba en estas materias, para tener pervertidos siempre con sus engaños a aquellos
bárbaros que tan sujetos le estaban. De aquí resultó, que como los indios experi-
mentasen la puntualidad de sus pronósticos, le empezaron a venerar en tanto gra-
do, que de todo el Nuevo Reino acudían a él con dones y presentes, consultándole
como a oráculo las cosas más graves y pidiéndole lluvias o serenidades, granizos o
sequedad, según la conveniencia de cada uno, prediciéndoles que era el autor por
cuya disposición se gobernaban los efectos de las causas naturales, y en cuyo arbi-
trio estaban la salud y enfermedades que experimentasen los hombres, y en orden
a estos fines hacían de todas partes romerías a Sogamoso millares de indios para
conseguir sus pretensiones, sin que la hostilidad de la guerra impidiese o maltra-
tase a quien llevaba el salvoconducto de semejante peregrinación, y aún por esta
causa y el conocimiento que de Idacanzas tenían los Zipas, y de que por su mano
se distribuían los buenos y malos temporales, le daban cierto tributo en cada luna
para tenerle grato, y le servían con muchos dones siempre que por medios de sus
embajadores lo consultaban. Esta misma opinión, que tenían todos de Idacanzas,
se fue continuando en los demás cacique que le sucedieron, y de aquí es que, cuan-
do helaba en las tierras y la escarcha les abrasaba los maizales, tenía costumbre de
cubrirse con manta blanca para imitar los hielos, retirarse de la comunicación
poniéndose melancólicos y tristes, y dando muestras con su desabrimiento afecta-
do de ser ellos la causa de aquellos temporales, y no los vapores gruesos que con el
frío se convierten en hielos en la ínfima región del aire...

[378]
Vargas Machuca, Bernardo. La Destrucción de las Indias. Refutación de las
Casas. Biblioteca de Clásicos Castellanos. Sociedad de Ediciones Louis-Michaud.
Paris. Buenos Aires. [1621]. 1892

1. BOCHICA17
1892:275-276.

... le fue hecha relación por indios muy viejos, que d'ello más que otros
tenían noticia de sus padres y antepasados, que de mano en mano debía venir de
más de mil y quinientos años, conforme á la cuenta que daban por lunas, como si
dijésemos meses, porque otra no la tiene ni usan, de que pasó por aquella tierra un
hombre con una barba larga, y su vestido y traje era conforme ellos lo usaban, que
al parecer de muchos, así en el cabello, vestido y zapatos, si algunos los traen, es
como nos pintan el de los apóstoles, y si difiere en algo es muy poco, y que traía en
la mano una insignia semejante á la que allí estaba en aquella peña, la cual señaló
él mismo con la uña mayor de su mano derecha, y que pretendió darles nueva
doctrina y diferente de la que ellos tenían; y como no la recibieron, se fué habién-
doles dicho que vendría tiempo en que se vería toda aquella tierra poseída de una
gente extranjera, por quien siguieren la doctrina y religión que él les predicaba, y
que ellos tenían por cierto que era ya cumplido el tiempo con la entrada de los
cristianos y también de que debía ser toda una doctrina y ley...

Asensio, Fray Esteban de. Memorial de la Fundación de Santa Fe del Nuevo


Reino de Granada del Orden de San Francisco, 1550-1585. Publicaciones del Ar-
chivo Histórico Ibero-Americano. Madrid, 1921.

1. BOCHICA
1921:42.

Hállase por relación cierta y criada que un apóstol o santo hombre pasó al
Nuevo Reino, tierra de estos indios Moscas y que les predicó las cosas de la fe, la
inmortalidad de las almas, la gloria eterna, y les dio a conocer a Dios, y les replicó
el santo Bautismo. Y queriendo este santo pasar por el río de Cota que está tres
leguas de la ciudad de Santafé, desde Cota a Suba, echó su vestido en el agua y pasó
en él, y desde allí le tuvieron gran respeto los indios, y en memoria suya y desde
este hecho son unas carreras que acostumbran hacer los indios en los campos, de
las cuales hay hoy muchas en todo el Nuevo Reino, que son unos caminos hechos

17
En: "Discurso y Apología Quinta".

13791
EL SOL DEL PODER

a mano, en los cuales se tiene opinión que hay muchas riquezas de oro y santua-
rios, y este río que llaman de Bogotá o Tunja tiene una gran caída por unas peñas,
más de quinientos estados, y queriéndolo despeñar por allí los indios, lo llevaron
allá, y echando su ropa en el agua, antes de llegar al despeñadero, paso a la otra
parte, y visto ese milagro, los indios saliéronse a un llano a flecharle, y de las fle-
chas que tiraban, sin empelerle, volvían muchas de ellas a los mismos indios que le
tiraban, y los mataban; y quedando los indios tan admirados de este milagro, se
pasó el santo varón a Sogamoso, que es ahora en los términos de la ciudad de
Tunja, pueblo de indios de la Corona Real, y allí murió y está sepultado, y quieren
decir que de esto viene el temor que tienen al cacique de Sogamoso los indios
moscas, y los amenaza diciendo que tiene poder para quitarles las comidas y que-
márselas18.

18
En nota de pie de página el autor remite a la crónica de Simón y a la de
Fernández de Piedrahita.

[38o]
ANEXO 2
Vocabulario del parentesco de los muiscas

Según el manuscrito anónimo DICCIONARIO Y GRAMÁTICA CHIBCHA.


Transcripción y Estudio Histórico-Analítico por María Stella González de Pérez.
Instituto Caro y Cuervo. Biblioteca "Ezequiel Uricoechea". No. 1. Bogotá. 1987.

1. Agüela: caca
2. Agüelo: guexica
3. Cuñado respecto del otro cuñado: ubso
4. Cuñada respecto de la otra cuñada: gyca
5. Cuñado respecto de la cuñada1
6. Cuñada respecto del cuñado*
7. El hermano mayor y menor: guias cuhubasa
8. El marido y la muger: sahoas guisa
9. El padre y el hijo: pabas chutasa
10. Entenado o entenada: zquyhycpqua ia ichuta, mi entenado; mquyhycpqua
ia mchuta: tu entenado; aquyhyc pquaia achata1, su entenado.
11. Ermano mayor: guia
12. Ermana mayor: guia
13. Ermano menor: cuhuba
14. Ermana menor: cuhuba
15. Ermanos respecto de la hermana: nyquy
16. Ermana respecto del hermano: guahaza
17. Hermano major: guia
18. Hermano menor: cuhuba
19. Hermanos major y menor: guias cuhubasa
20. Hermana respecto del hermano: guahaza
21. Hermano menor3, respecto del hermano o hermana mayor: cuhuba

1
En la trascripción de González de Pérez dicha expresión "No tiene versión
muisca", lo cual en adelante indicaré con un asterisco.
2
Este es el término para entenado(a), en Lucena Salmoral, transcito:
zequyhycpcuaia ichuta.
3
Según la transcripción, "En el manuscrito ¿mayor", que González de Pérez
corrige y estaría conforme con Lucena Salmoral.

[38l]
EL SOI. DEL PODER

22. Hermano respecto de la hermana: nyquy [o] pquyhyta


23. Hijo o hija: chuta
24. Hijo o hija primogénita: chyty
25. Madrastra: zquyhycpquaia zuaia, mi madrastra. Mpqquyhycpquaia mguaia:
tu madrastra.
26. Madre: guaia
27. Marido: sahaoa
28. Marido y muger: sahaoas guisa
29. Nuera, respecto del suegro: gyi
30. Nuera, respecto de la suegra: gyeca4
31. Padrastro: zquyhyc pquaia zpaba3, mi padrastro, mquyhycpqua mpaha, tu
padrastro, etc.
32. Padre: paba
33. Padre, llamándole: pabi
34. Primos hermanos, hijos de dos hermanos o de dos hermanas se llaman ni
más ni menos q[ue] si fueran hermanos.
35. Primos hermanos, el uno hijo de hermano y el otro hijo de hermana, sien-
do anbos barones, el uno y el otro respecto de sí mismos, se llaman, ubso,
y si anbas son hembras se llaman, pabcha, y si el uno es barón y la otra
hembra, el uarón respecto de la hembra se llama sahaoa, y la hembra res-
pecto del uarón se llama pabcha.
36. Primer hijo o primera muger: chyty
37. Sobrino o sobrina, yjos de hermana respecto del tío: guabxie
38. Sobrino o sobrina de otra cualquiera manera*
39. Suegro respecto de yerno: chica
40. Suegro, llamando: chichiquy
41. Suegro, respecto de la nuera: guaca
42. Suegra, respecto del yerno: gyi
43. Suegra, respecto de la nuera: chasuaia
44. Tía hermana de mi padre* (ver 47)
45. Tío hermano de madre: zuecha
46. Tía hermana de mi madre: zuaia
47. Tía hermana de mi padre: zepaba fucha
48. Tía mujer de mi tío: zegyi
49. Yerno, respecto del suegro: chica
50. Yerno, respecto de la suegra: guaca

4
La descripción para nuera y yerno, aunque aparece en Lucena Salmoral, no
posee glosas muiscas. Este último aparece en Acosta Ortegón como gyca.
5
Transcripción similar aparece en Lucena Salmoral, pero en Acosta Ortegón
aparece como zepaba.

[382]
Términos adicionales. Según la GRAMÁTICA CHIBCHA DEL SIGLO XVII.
Transcripción de Manuel Lucena Salmoral. Revista Colombiana de Antropología,
Vol. XIII, Bogotá, 1964-1965.

51. La visabuela de parte de madre: sueheza.


52. Bisabuelo dirase Padre de mi abuelo; y Bisabuela madre de mi abuelo.
53. Tío hermano de mi padre: zepaba
54. Primos segundos, o Primas segundas se han de conocer preguntando, si
son hijos o hijas de sus primos hermanos, o de sus primas hermanas.
55. Sobrino o sobrina, hijas de la hermana respecto del tío: guabxique
56. Sobrino o sobrina de otra cualquier manera: chuta
57. Nieto, o nieta: chuñe
58. Bisnieto o bisnieta, de la misma manera diciendo Hijo de mi nieto, o de mi
nieta.

Descripción del vocabulario de parentesco muisca

Clave de la nomenclatura

pa = padre f = femenino
ma = madre m - masculino
no = hermano e = exclusivo
na = hermana
ho = hijo +2 = segunda generación ascendente
ha = hija 1 = primera generación ascendente
eo = esposo 0 = generación de ego
ea = esposa -1 = primera generación descendente
co - cónyuge -2 = segunda generación descendente
.mn = menor
.my = mayor / = o
•P = primogénito = de, del, de la

[383]
EL SOL DEL PODER

Referencia Vocativo Descripción


genealógica

1) sueheza (L.S.) ma-(ma)-ma 6


2) caca pa-pa, pa-ma
3) guexica ma-pa, ma-ma
4) guaia ma
5) paba pabi pa
6) zuecha no-ma
7) zuaia na-ma
8) zepaba fucha na-pa
9) zepaba (L.S.) no-pa
10) zegyi ea del "tío" (no-pa?,
no-ma?)
H) chica chichiqu pa-ea
12) gyi ma-ea
13) guisa? aquy? ea
14) guahaza na
15) guia no.my / na.my
16) cuhuba no.mn / na.mn
17) ubso ho-na(ho-na-pa,
ho-no-ma
no-ea, eo-na?)
18) pabcha ha-na (ho-na-pa,
ha-no-ma?)
19) chuta ho / ha
20) chyty ho.p / ha.p
21) guabxie7 ho-na, ha-na
19) chuta (L.S. ho-no, ha-no
22) gyi ea-ho
11) chica eo-ha
23) chuñe (L.S. ho-ho, ha-ho

6
En Lucena Salmoral: "la visabuela departe de madre". Podría ser de la forma
descrita, o bien, la ma-pa-ma. En adelante indicaré con sus iniciales (L.S) los
términos que adiciono de su trascripción.
7
Guabxique, en Lucena Salmoral.

[384]
Términos exclusivos femeninos

Referencia Vocativo Descripción


genealógica

24) nyquy 1 no
25) pquyhytya no
26) sahaoa ho-na-pa, ho-no-ma
26) sahaoa eo
27) chasuaia ma-eo
28) guaca pa-eo, eo-ha
29) gyca no-eo
30) gyeca ea-ho

[385]
ANEXO 3
Testamentos de autoridades de la Sabana

1605. "Memoria de los bienes que dejo don p(edr)o para que se haga bien
por mi alma". (Caciques e Indios, Vol 25 Folios 53r-54r).

(53r) memoria de los bienes que dejo don p(edr)o para que se haga bien por
mi alma / -mas dos p(e)sos y m(edi)o que devo al cap(it)an gallo / una caja grande
/ otra chica / un cofre tunbado / quatro sillas de asentar sin cueros / mas un bestido
de terciopelo berde con franjas de oro / dos capatas de paja negras / un caparachón
de paño azul / siete coronas de quentas de sa(nta) marta / una silla jineta con sus
estribos de ajsofar(?) / un freno de cavallo / un cavallo horrero / otro rosillo / mas
unas obejas que hallaren de mi señal los quales mando a mi muger por mas cabras
que le bendi / mas otra capa guarnesida con terciopelo / mas unas calzas coloradas
/ mas dos coronas de sa(nta) marta / mas un solar a las espaldas del cacique de
hontivon y de manuel de acosta y de este solar queda de berle puesto del dos (dos
lineas ilegibles) gaspar lopez / que se le de a mi muger la mitad del solar y al otra
mitad para que hagan bien por mi alma / mas otra corona de quentas de sa(nta)
marta que esta enpenado en dos pesos y medio en lucas de céspedes / mas otras
dos coronas que están en poder de gaspar lopez en dos p(es)os / mas otras dos
coronas que están en poder de los herederos de p(edr)o garcía / [tres renglones
tachados ilegibles] / mas un sayo de terciopelo colorado que esta enpenado en dos
p(es)os en hernando cetrino / mas una trenilla de perlas / mas un jubón de tafetán
rosado con sus mangas guarnesido con unos nospasamanos de oro / mas una silla
de asentar / mas cinco pares de tutumas coloradas / mas una barra grande de
hierro que esta en poder de mi amo luis cancho / mas otra barra de hierro que se
la preste al p(adr)e luis de orevilla / mas otra barra que tiene Sebastian cachique /
mas un collarejo de oro que esta en poder de rodrigo pando por dos gallos mas
que se llama qinchania / mas una corona que esta perdida por un yndio de japa /
mas una sortija de oro con sus piedras de esmeraldas y un collarejo de oro que
esta en poder de gaspar / mas un collarejo de oro con sus quentas de sancta marta
que esta en poder de r(odrig)o Pardo por dos pesos / mas un cántaro chiquito /
mas una tutuma de plata q(ue) esta en poder de joan de rruiz en 6 pesos / mas una
tutuma colorada que la enpeñe por los yndios de gallo quiero que la pidan al d(ic)ho
gallo (53 v) mas siete telas de oro corriente quepesaron siento y beinte pesos los

[386]
que les tiene gallo / mas ocho pretinas de cascaveles blancos de anchor de un pal-
mo todo mas beinte coronas de quentas de sancta marta todo ello tiene el cap(it)an
gallo / mas una estancia de pan y ganado menor / mas quatro platos de peltre con
dos escudillas chiquitas / mas el trino deséenlo a nos que m(an)da la real audien-
cia que se meten con los yndios de suba / mas un par de tutumas coloradas
guarnesidas con oro las tiene subiguya / mas una tutuma colorada que tiene
siegutana / mas otra tutuma colorada que tiene lucas / mas otra tutuma colorada
que tiene otro yndio llamdo teguya / mas un capote berdoso de paño de questo
quiero y es mi bolunta que la mitad de aquella estancia que tengo declarada se le
de la mitad a mi muger quiero que se le de a mi hijo de mis bienes una yegua y otra
yndia lla(ma)da negay se le den cinco p(eso)s y a otras tres hijos otros cinco p(es)os
mas se le de a leonor y a su madre llamada ana quatro pesos después de enterrado
deudas y funeral mas se le den a luisa mi sobrina quatro pesos a otra yndia bieja de
mi servicio se le de una manta / mas una corona que tiene ju(an) césped en peso y
m(edi)o / mas devo al capitán (ocho pesos de oro por marcar / mas nueve tutumas
coloradas chicas y grandes / quiero que me entierren con el havito de mi p(adr)e
d(on) fran(cis)co / mas tres pesos que deve ju(an) bernal / mas diez pesos que
deve cabara por constale que parescera en mis papeles / mas devo un p(e)so que
devo a melchor de cana / mas devo otro p(e)so al capitán quentiba / mas tres pesos
que devo a dona c(atalin)a tienesuya / mas peso y m(edi)o que le devo a gaspar
papayo / mas declaro que tiene un collarejo sanctos lope escrivano no se le deve na
sobre el es del capitán tiniguya....

1609. Testamento de Felipe Vásquez, Cacique de Guatavita


(Notaría I a , t. 31: 371r-380r)

(371 r.) En la ciudad de S[an]ta Fee En Veinte y quatro de noviembre / de


mili y seiscientos y nueve a[ñ]os ante Fran[cis]co Gómez / de la cruz al[c]l[a]de se
leyó y presento esta petición / Doña maria basquez biuda de don Juan casique de
guatavita digo que / por fin y muerte del dicho mi marido quedaron cantidad de
bie / nes muebles Rayses y semobientes asi en esta ciudad como / en el dicho pue-
blo de guatavita gacheta y en el valle de chua / chi y para que se sepa los bienes que
son yo y mis hijos / e hijos del dicho mi marido ayamos lo que conforme a dere /
cho a cada uno nos pertenese y que aya dibision y partición / de los dichos bienes
y se sepan los que son conbiene a / nuestro derecho que se haga ynbentario de
todos ellos / y se depositen en mi deudor felipe basques mi hijo li / jitimo y atento
a que al[ons]o Rodrigues escribano esta / de camino para el dicho pueblo a otros
negocios / Sup[li]co a V[uestra] m[e]r[ce]d le cometa y mande hazer el dicho /
ynbentario de los dichos bienes y se depositen / como dicho tengo hasta tanto que

[387]
EL SOL DEL PODER

se haga dibision / y partición de ellos y pido justicia et[ceter]a doña maria


basquez
(371 v.) Vista esta petición por el d[ic]ho alcalde dixo / que mandava e man-
do que yo el presente / escrivano baya desta ciudad a guatavita y / a gacheta y a
chiguachi y a las demás par / tes que sea necesario y haga inventario / solemne de
los bienes del d[ic]ho cacique los quales por aora entreguen en deposito a la /
d[icjha doña maria vazquez y por su Riesgo / y bentura a don phelipe su hijo y
lleve / bona de la Real justicia y haga Recoxer los / bienes y todas las demás diligen-
cias nes / cesarías para que aya efeto el d[ic]ho ynven / tario y para ver de hacer el
d[ic]ho deposito / sea debajo, de flaneas que den los d[ic]ho de se / guridad y
abono, del d[ic]ho deposito, en el yn / terin que se dicierne a doña maria vazquez
/ la curaduría de sus hijos y si no dieren las / d[ic]has fianzas pueda por aora
conpeler por / todo rigor y el d[ic]ho alonso Rodríguez a las personas/ que le
paresciere a que se hagan depositarios / de los bienes y el testamento se saque de /
quien le tuviere y le traiga y ocupe de yda / estada y buelta ocho - dias y lleve de
salario / en cada uno a tres pesos de oro, de treze quilates / y lo que montare con
los d[ere]chos del [1 - ?] lo cobre / de los bienes y benda los nescesarios para / el
d[ic]ho efecto y lleve bara alta de la real (372 r.) justicia y haga todas las demás
diligencias / nescesarias para ello que para todo / se le da comisión en forma y lo
firmo / en veinte y quatro, de noviembre de mili / y seiscientos y nueve a[ñ]os
Fran[cis]co gomez Ante mi Al[on]so Rodríguez
En veinte y cinco de novi[embr]e de mili y seiscientos y nueve a[ñ] os / yo el
presente escrivano en cumplimiento, desta comiss[i]on / y para exerser lo
conthenido, en ella parti de la ciudad de / santa fee y llegue al baile de guasca
t[estig]os d[ie]go p[er]ez y / joan de torres / Al[ons]o Rodríguez
En Veinte y seis de nov[iembr]e del d[ic]ho año parti del baile de / guasca y
llegue al pueblo de guatavita a donde halle / a don phelipe bazquez y le dixe y hize
saver esta comiss[i]on / y le aperzevi, comenzemos el ynventario y dixo se / co-
menzara mañana t[estig]os Joan de Soto y Joan de torres. Afionsjo Rodríguez
[Ynbentario] En el d[ic]ho Pueblo de guatavita en veinte y siete / de no-
viembre de mili y seiscientos y nueve a[ñ]os / en mi presencia doña maria Vazquez
y don phe / lipe vazquez su hijo hizieron abrir las puertas / de una deshesa que
estaban cerradas con / un cerrojo y clavadas con una herradura y / aviendose abierto
de los bienes que se ha / liaron y están dentro se comienza a hazer / este ynventario
en la forma siguiente (372 v.) En el nombre de dios todopoderoso amen / Prime-
ramente se hallaron una silla buida de / cordobán con su quita polvo y coxinillo
biejo y de / badana y la silla es nueva y claveteada con clavos / de azófar y con todos
sus aderezos y los estribos / son bridones de azófar nuevos / Otra silla buida nueva
de benado con sus fajas / y espuntadas de cordobán y todos sus aderezos / y los
estribos de bronze de la palma y el guarda / polvo de badana blanca / Otra silla

[388]
buida de cordobán con todos sus ade / rezos y estribos de hierro grabados y un
coxi / nillo de cordobán nuevo / Otra silla buida de cordobán y espuntada / con
seda y sus aderezos con su coxinillo de / badana raido y estribos de hierro - /Una
silla gineta nueva con su coraza y estribos / ginetes de azófar / Otra silla gineta de
nuar con coraza y sobre / coraza con estribos de azófar / Otra silla gineta de castilla
nueva bien / acabada con su coraza y guarda polvo y / estribera de azófar / Un fuste
ginete nuevo con estribos de hierro /otra silla gineta raida con su coraza y es /
tribos de hierro / Otra silla gineta raida con sus coraza y / estribos de hierro / otra
silla gineta bieja con estribos de hierro /otra silla gineta raida con su coraza y /
estribos de hierro / Otra silla gineta bieja con sus estribos / de hierro /(373r) - Un
fuste biejo ginete con estribos de hierro /dos frenos ginetes / nueve rrejas de arar
gastadas y viejas / cinco cargas ordinarias de hayo / un minero de maiz amarillo
que dixeron / abria veinte hanegas poco mas o menos / treze hanegas de trigo - /
quinze arrobas de lana suzia / Un aderezo de fragua de herrero que tiene / las
herramientas siguientes / Unos fuelles grandes guarnezidos con los / cañones de
hierro / dos tornillos grandes / dos machos grandes / dos pares de tenazas grandes
y unos ali / cates /dos martillos de forjar / un martillo de peña / una clavera, una
tajadera, un tornillo /una atarraya, ocho limas de limar / una bigornia pequeña /
un cajón para las herramientas con su banco / diez ocho bobillos de lana hilada /
un aderezo de herrar pujábante mar / tillo y tenazas / Y con la d[ic] ha despensa no
se hallo ni pares / ció aver otra cosa y se bolvio a entregar / la llave y cerrar la
puerta y los bienes / d[ic]hos ald[ic]ho don phelipe vásquez por hemision / déla
d[ic]ha su madre y fueron testigos/ luán torres Al [ons] o balero y d[ieg]o p[er]ez
bernar / diño y antonio de guzmán y lo firmo / don phelipe vazquez. Fui presente
Al[ons]o Rodríguez
(373 v.) Y luego yncontinente en el d[ic]ho dia veinte / y siete de noviembre
del d[ic]ho año se paso a / otro bujio y se abrió por los d[ic]ho doña maria /
vazquez y don phelipe vásquez una caxa grande / y en ella uvo los bienes siguientes
/ un vestido de paño azul rropilla y calzón / y ferrerrullo raido / un vestido negro
tropilla y calzón de ter / ciopelo negros biejos y un ferrerrullo / de paño pardo
biejo / seis sabanas de lienzo de la Palma biejas /quatro camisas de rruan biejas /
dos cuellos de olanda viejos / una manta colorada /otra blanca de algodón /otra
manta de pinzel con tres maures /tres cubiletes de plata chicos / dos cucharas de
plata chicas / tres jarros de plata los dos labrados y uno / llano Uno labrado y otro
llano dixeron / tiene el corregidor Fran[cis]co Gutiérrez monte / mayor en enpeño
de treinta y dos pesos / que el uno le enpeño el cacique difunto / en doze pesos y el
otro se le enpeño des / pues de su muerte en veinte pesos para / echar al d[ic]ho
phelipe Vazquez de la cárcel / y el otro jarro Labrado esta en poder / de don gaspar
yndio capitán del pueblo / de suasca en enpeño de ocho pesos por / el ataúd en que
fue sepultado el d[ic]ho / don Joan cacique / manifestóse una espada del perrillo

[389]
EL SOL DEL PODER

corti / ancha que tiene diego de molina por diez / y siete pesos que se le deven por
el d[ic]ho (374 r.) difunto que dizen se la entrego /Una totuma redonda de oro
bajo / y se abrió un cofrezillo pequeño que se hallo / y no parebcio aver cosa algu-
na en el / abrióse otro cofrezillo y se hallaron en el / los papeles siguientes / Un vale
contra don Fr[ancis]co hanegas / ponze de león de ciento y ochenta pesos / co-
rrientes / Unas cartas de pago de Fran[cis]co de Castro de la / docte de su muger /
un titulo de una estancia mayor en tierras / deste pueblo de guatavita (?) y /
confirmación hecha por el señor doctor son de / medida y dado posesión por el
corregidor que / fue Nicolás hernandez /Otro titulo de una estancia de pan y ga-
nado / menor proveída por cabildo en Chaleche / que es la que se dio a fran[cis]co
de Castro /y un enboltorillo de papeles pequeño que / pareze son cuentas de pago
antiguas de deudas / que avia pagado el d [ic] ho don Joan y algunas me / morías de
poca ynportancia y se bolvio / a poner en el d [ic] ho cufrezillo y se cerro /El d [ic] ho
don phelipe manifiesta por bienes / del d[ic]ho su padre la caxa grande donde es /
taban los d[ic]ho bienes y la d[ic]ha doña maria / basquez su madre dize que la
d[ic]ha caxa es / del padre frai thomas de acuña que la dio / a guardar y el d[ic]ho
don phelipe dize que mas / de catorze a[ñ]os que su padre dixo que hera / suya la
caxa y la tuvo por tal / Yten se manifiesta una romana (374 v.) - Ytem una barra de
hierro / Ytem dos candeleras de azófar / Ytem tres caxas chicas biejas / Y en el
d[icjho bujio no se halla ni pareció ser / ni aver otros bienes tocantes a este yn /
[mesa] bentarios y se hallo una mesa grande / con sus bancos y todos los d[ic]ho
bienes y llaves / de caxas y cofres quedaron en poder del / d[ic]ho don phelipe
bazquez como depositario y / tenedor por aora dellos conforme a lo pro / veido y
de consentimiento de la / d[ic]ha doña maria vásquez y solo queda por en / tregar
los jarros de plata que están en en / peño que se manifiestan por bienes del / difun-
to y délo demás doy fee testigos/ Joan de torres al[ons]o balero y d[ieg]o p[er]ez
ver / nardino y antonio de guzmán testado / don phelipe vazquez. fuy pres[en]te
Al[ons]o Rodríguez
[Prosigue] - Y luego en el d[ic]ho dia mes y año estando en el / d[ic]ho
pueblo de guatavita los d[ic]hos doña maria bas / quez y don phelipe manifesta-
ron por bienes / una estancia de pan y ganado menor / y un sitio de molino proveído
al d[ic]ho don Juan / difunto por los señores presidente e yo / dores el año de
ochenta y quatro y la posesión / y medida hecha al pie del y dexeron que el /
molino esta al presente desaviado y des / baratado que le faltan las piedras y / el
rrodezino y que los demás aderentes / se entregaron al yndio molinero y no da /
quenta dello ni le entrega y el / (375 r.) d[ic]ho titulo original queda en poder de la
/d[ic] ha doña maria Vazquez testigos Al [ons] o balero Enm[enda]doAl[ons]o
Rodríguez
Prosicnip
o~*~
E luego en el d[ic]ho dia mes y año se manifestó por / bienes de este

[390]
ynventario un negro congo nombrado / alejandro que se huyo abra mas de dos
años / y se dize esta en onda con negros de caizedo / Ytem dos mulatillos esclavos
que serán / de ocho a nuevec a[ñ]os hijos de dos negras esclavas / que son ya
difuntas y se llama el uno fias / quito y el otro joaniquito el uno esta huido / que es
el juanillo y el otro le tiene en su / casa la d[ic]ha doña maria Vásquez /Yten una
muía negra en que al presente / anda el d[ic]ho don phelipe/Yten dos caballos de
camino /Yten un burro pardo /Yten treinta y tres chibatos coxudos /que las d[ic]has
muía caballos chibatos y burro / se entrega de ellas el d[ic]ho don phelipe Vásquez
/ de que doy fe y lo firmo t[estig]os El d[ic]ho al[ons]o balero / y d[ieg]o p[er]ez
bernardino y antonio de guzmán / Yten se manifiestan dos machos cerreros / uno
coxudo y otro castrado que también / los rescive el d[ic]ho don phelipe Vásquez
en / los d[ic]hos / don phelipe Vazquez, fuy pres[en]te Al[ons]o Rodríguez
(375 v.) - Eneld[ic]ho dia veinte y siete de noviembre de mili / seiscientos y
nueve a[ñ]os los d[ic]ho doña maria vaz[qu]ez/ y don phelipe vazq[u]ez dixeron
que por oy no se puede / continuar este ynventario en los bienes / deste pueblo
que sean de contar mañana las cabras / y ovejas y se continuara testigos los d[ic] hos
al[ons]o / balero antonio de guzmán y d[ieg]o p[er]ez bernardino. Al[ons]o
Rodríguez
[Prosigue] En el d[ic]ho dia veinte y siete de noviembre deld[ic]ho / [caba-
llos de] año estando en el d[ic]ho pueblo de guatavita se / [harrria] juntaron y
trajeron ante mi el presente / escrivano, para este ynventario quinze / caballos de
harria herrados con el hierro del d[ic]ho / cacique don juan muerto de diferentes
/ colores que se entrego dellos El d[ic]ho don phe / lipe Vazq[u]ez de que doy fee
para este deposito / y lo firmo t[estig]os Joan de torres y antonio de / guzmán y
joan de mal[dona]do y diego perez /y assimesmo manifestó el d[ic]ho don phe /
lipe vasq[u]ez otros dos caballos de harria / que dixo ser de los bienes de su padre
/ y que están en Santa fee y los Re / coxera y lo firmo testigos los d[ic]hos / don
phelipe Vasq[u]ez / Al[ons]o Rodríguez
[Prosigue] - En el d[ic]ho sitio y comarca de guatavita estando / [en la es-
tancia] En la estancia que esta junto al d[ic]ho Pueblo/ [de guatavita] desta banda
del Rio, de guatavita en / Veinte y ocho dias del mes de noviembre de mili / y
seiscientos y nueve a[ñ]os se manifestó por bienes / del d[ic]ho cacique difunto
una manada de ovejas / chicas y grandes con sus Padres y con pre / sencia del
d[ic]ho don phelipe bazquez se contaron (376 r.) [930] y se hallaron En la d[ic]ha
manada nueve cuentas y / treinta cabezas chicas y grandes machos / y hembras / Y
se trajo, otra manada de ovejas que dixe / ron ser de las desta estancia y bienes del
/ d[ic]ho don joan difunto, y se contaron y uvo / [870] ochocientas y setenta cabe-
zas chicas y gran / des machos y hembras y el d[ic]ho don phelipe dixo / no aver
mas ovejas y estas dos manadas son / un mili y ochocientas ovejas chicas y grandes
/ [bueyes] - Yten se manifestaron cinco yuntas de bueyes / de arada manso[n]es

[39i]
EL SOL DLL PODER

que son desta hazienda y de todo / este ganado y bueyes quedo entregado El d [ic] ho
don / phelipe vasq[u]ez En deposito de que doy fee y lo / firmo testigos Joan de
torres y d[ie]go p[er]ez bernardino / don phelipe Vazq[u]ez / fuy pres[en]te
Al [ons] o Rodríguez
[trigo en] y demás de lo de arriba se hallo En esta d[ic]ha estancia / [rrama]
cantidad de trijo en rrama que se a coxido / según dizen en ella este año y son deste
ynven / tario y esta en siete hazinas pequeñas y dixo El / d[ic]ho don phelipe
bazq[u]ez ser sementera de siete / hanegas de sembradura y que entrillandolos /
tendrá todo cuidado con manifestar lo que Re / sultare de trigo linpio y que según
se puede / juzgar le paresce abran hasta dozientas / y cinquenta hanegas de trigo
limpio al / gunas hanegas mas o menos y dello quedo Entre / gado El d[ic]ho don
phelipe Vazq[u] ez y lo firmo t[estig] os d[ieg] o p[er]ez bernardino y joan de torres
don phelipe Vazq[u]ez Al [ons] o Rodríguez
(376 v.) [guatavita] Estando en el pueblo de guatavita En El d[ic]ho dia /
[cabras] veinte y ocho de noviembre de mili y seiscien / tos y nueve a[ñ]os Los
d[ic]hos doña maria Vazquez / y don phelipe su hijo manifestaron por bienes /
deste ynventario una manada de cabras / que se metieron En un corral y se conta-
ron / uvo trezientas y quarenta cabezas de / cabras chicas y grandes machos y
hembras / y ganado flaco y dixeron que aunque según / el testamento se declaro
por El difunto / al tiempo que lo hizo tener nuevecientas / cabras todas las que
faltan se an ydo / muriendo y consumiendo antes que falles / ciese El d[ic]ho don
Joan cacique y las d[ic]has cabras / quedo Entregado dellas El d[ic]ho don phelipe
/ Vazq[u]ez En deposito, Por aora y Lo firmo / testigos Joan de torres y d[ieg]o
p[er]ez bernardino/ don phelipe Vazq[u]ez /fuy pres[en]te Al[ons]o Rodríguez
[Labranza de maiz] En El d[ic]ho dia Veinte y ocho de nov[iembr]e del
d[ic]ho año / [en El molino] Los d[ic]ho doña maria vazq[u]ez y don phelipe
vazq[u]ez / manifestaron una labranza de maiz / hecha en tierras de la estancia del
molino / que dixeron ser tres hanegas de sembradura / y esta casi seco y por coxer
y que se coxera / dentro de Veinte dias y que les pareze / se coxeran hasta sesenta
hanegas de maiz / algunas poco mas o menos y prometió El d [ic] ho / don phelipe
Vazq[u]ez de mirar por El y de hazerlo / coxer y de dar noticia con puntualidad y
/ sin fraude de lo que se coxiere para lo qual / (377 r.) quedo Entregado, Por quenta
de este ynven / tario y deposito de la d[ic[ha labranza de maiz / y lo firmo El
d [ic] ho don phelipe Vasq[u] ez testigos / Joan de torres y diego p [er] ez bernardino
/ don phelipe Vazq[u]ez/Al[ons]o Rodríguez
- Este ynventario no se a proseguido En / estos dias Respecto de se aver ydo
a cazar don / phelipe Vazq[u]ez y aunque a estado en este pueblo / de guatavita
doña maria Vazq[u]ez a d[ic]ho no saber / cosa alguna de los bienes y averse
remytido / a su hijo En los que faltan y Para que assi conste / Respecto de mi
ocupación y que de hordinario he Res / zidido En este pueblo de guatavita

[392]
ANEXOS

dejándome/ En El El d[ic]ho don phelipe Vazqfu] ez y assi lo zer / tífico oy dos de


diziembredemillyseiscien/tosynuevea[ñ]osEnm[enda]doAl[ons]oRodriguez
[bienes de] En este d[ic]ho diados de diziembrede mili y seiscien / [gache-
ta] tos y nueve a[ñ]os estando en el d[ic]ho pueblo de guatavita / vistos por los
d[ic]ho doña maria vazq[u]ez y don phe / lipe basq[u]ez se a pasado y ba pasando
El ter[mi]no / y que aviendo de Entrar En El baile de / gacheta an de ser nescesario
quatro dias de / termino de una conformidad dixeron / que de lo que sean
ynformado de alguna gente / e yndios que an venido de la tierra adentro / ay en
gacheta sesenta y cinco bacas En / manada chicas y grandes machos y hembras y /
que en quanto a las yeguas no es posible / Zertificarse hasta contarlas y que / (377
v.) Entrara con toda brevedad El d[ic]ho don phelipe / y las contara ajustadamen-
te y llevara / Razón a los autos para que conste En este / ynventario /Yten hazen
ynbentario de dos Estancias / de ganado mayor que son En El baile de / gacheta y
los [sita?] los están en poder de/ thomas Velasq[u]ez [e]scrivano de cámara/Yten
se ynventario un frasco de cuero / grande y lo firmo El d[ic]ho don phelipe t[estig] os
/ Joan de Soto mal [dona] do y Fran[cis]co de Santiago don phelipe
Vazq[u]ez / Al[ons]o Rodríguez
- En El d[ic]ho dia mes y año los d[ic]ho doña maria / vazq[u]ez y don
phelipe Vazq[u]ez su hijo dixeron / que Remiten El acabar este ynventario / en los
bienes que paresciere aver En la / ciudad de Santa fee y assimismo del / hato de
chiguachi, y lo firmo El d[ic]ho don phelipe / Vazq[u]ez t[estig]os los d[ic]ho
don phelipe Vazq[u]ez / Al[ons]o Rodríguez
En el d[ic]ho dia dos de dizi[embr]e de mili y seiscientos / y nueve a[ñ]os
estando en este pueblo de / guatavita los d[ic]ho doña maria Vazq[u]ez y / don
phelipe Vazq[u]ez juraron por dios n[uest]ro señor / y Por una señal de cruz de
que estos yn / ventarlos y bienes espresados En Ellos son / Los que quedaron En
este pueblo y sitio / y que le an hecho con toda Puntualidad / y sin fraude ni
coliscdon y prostetan de / que constandoles de otros bienes demás / de los
ynventariados los manifestaran / y lo firmo El d[ic] ho don phelipe y Por su madre
/ un testigo testigos Joan de Soto mal [dona] do y fran[cis]co de santiago / don
phelipe vazq[u]ez. Por la otorgante Tua[n] de Soto / Ante mi Al[ons]o Rodríguez
(378 r.) [fianca]-En el d[ic]ho diados de diziembre de mili y seiscien / tos y
nueve a[ñ]os estando En El d[ic]ho pueblo de guata / vita do[nde] diego rramirez
de Poveda cacique Prin / cipal deste pueblo se constituyo / fiador depositario de
don phelipe Vazq[u]ez y / promete que todos los bienes muebles y semo / vientes
y ganados que se le an ydo Entre / gando En este ynventario según y como En ellos
/ se esprezan los administrara y usara dellos / sin los dizipar y los tendrá de mani-
fiesto / Enteramente y [sus ?] multiplicar y / de todo sera buen depositario En yn
/ terin que se Remueve y otra cosa se provehe / y cada vez y quando se le manden

[393]
EL SOL DEL PODER

Exsivir / y poner de manifiesto los Exsivira sin / usar de dilación ni fraude y si lo


oviere / o no los Exsiviere En todo o parte / luego que sean nescesarios y se le pidan
los / entregara, donde no que como tal fiador / y como si oviese sido Real deposi-
tario de / todo que En caso nescesario se constituye / depositario dellos Entregara
todos los / d[ic]ho bienes o pagara su balor y las penas / de los depositarios para lo
qual haze de / hecho ageno propio y sin que contra El / principal ni sus bienes se
haga execussion / cuyo beneficio Renuncio y obligo su / persona y bienes muebles
y rraizes que / tiene y tuviere y dio poder a las justicias / que de esta causa conoz-
can y a quien se / somete y En especial a los señores pre / sidente e oydores ale [al] des
de corte e hordi (378 v.) narios de la ciudad de S[an]ta fee y renun[ci]o El / fuero
y la ley si convenerid de jurisdicione / [anmin ?] judicum y ultima pramatica de /
las sumisiones para la Execu^ion de / todo como si fuese de sentencia pasada / En
cosa juzgada y Renuncio las leyes / de su favor y la del derecho que lo prohive / y lo
firmo a quien doy fee conozco, testigos / d[ieg]o l[op]ez bernardino Joan de soto
maldonado / y fran[cis]co de santiago E[n]m[enda]do Don diego ramyres de
Poveda ante mi Al [ons] o Rodríguez
- En tres de diziembre de mili y seiscientos y / nueve a[ñ]os sali, yo El pre-
sente escrivano del / baile de guatavita Para La ciudad de Santa fee / Al [ons] o
Rodríguez Monta lo procesado seiscientos y treinta m[a]r[a]v[edie]S / débeseme
con el salario de ocho dias / Al[ons]o Rodríguez (379 r.) En el nombre de dios
nuestro señor amen sepan quantos esta carta vie / ren como yo Don juan cacique
del Pueblo de guatavita Na / tural del en esta ciudad de S[an]ta fee del nuevo
Reyno de gran [a] d a / d e las yndias Enfermo y en juiz [i] o y creyendo como creo El
miste / rio de la S[antisi]ma trinydad Padre hijo y espíritu s[an]to tres personas / e
un solo dios verdadero y lo demás que confiesa la s[an]ta madre / yglesia Hago mi
testam[en]to en la forma siguiente / mando mi anyma a Dios n[uest]ro s[eño]r
que la crio y Redimió y q[uan] do fuere / servido De llevarme desta vida quiero ser
enterrado en la yglesia / De my Pueblo De guatavita arrimado a la Peana del altar
/ mayor entre los altares de s[an]ta Lucia y sant antonyo y aquel / Dia se Hallen en
mi entierro quatro sacerdotes y mas los que / paresciere a mis albaceas con cruz
alta y siendo ora [1- ?] /El dia siguiente me digan mysa cantada con rresponso y
ofrenda / de parescer de los d[ic]hos mys albaceas / Los sacerdotes que aconpañaren
my entierro y asistieren a El / Digan mysa Por my anyma y bengan con rresponso
sobre / my sepultura / quiero ser enterrado en el avito de s[eño]r Sant fran[cis]co
que yo tengo En / my Poder / m[an]do a la cera del S[antisi]mo sacram[en]to De
la Yglesia m[a]yor Desta / Ciudad seis Pessos corrientes / mando que se digan en
las d [ic] has yglesias De guatavita quarenta / missas Rezadas Por my anyma / Díganse
otras sesenta misas en los monasterios De S[a]n fran[cis]co / Santo Domingo y
san agustin en cada uno veinte mysas y tres / en los altares de la ynduluxencia de
cada convento / mando que se digan en el monast [ eri ] o De los descalsos de S [ eño ] r

[394]
S[an]to D[omin]go / nueve mysas Rezadas y en las nyeves otras nueve mysas / por
mi anyma y de mis difuntos / Díganse en la yglesia m[a]yor nueve mysas Por las
anymas / De purgatorio / Después de nueve dias de my entierro me Hagan onrras
/ en la d[ic]ha my yglesia con bisperas y misa cantada / y ofrenda al parescer De
mys albaceas / debo a Xines de bargas my conpadre ciento y cincuenta / pessos de
oro de treze q[uila]tes /Declaro que al tiempo que me case con Doña maria
Vazq[u]ez / (379 v.) mi muger yo no tenia ningunos bienes Raizes ny muebles /
oro ny plata y ansi lo declaro Por descargo de my conciencia / y los que al Presente
tengo son adquiridos durante / nuestro matrim[oni]o y ansi lo juro a Dios y a la
cruz / Declaro que al tiempo y quando yo casse a Doña Juana / bap[tis]ta mi hija
con fran[cis]co de castro le di en dote tres myll / pessos corrientes los ochocientos
en oro y los demás en / [casas] estancias y Ganados y se Hizo carta de docte ante
jAl[ons]o / R[ui]z y le di mucho mas de lo que le pertenecía / A lo que podia
rrespeto de mys bi[en]es declaro ansi por / descargo de my Conciencia Para que
aya claridad entre / mis herederos / Declaro los bienes siguientes / Una estancia de
ganado mayor de las modernas poblada / en que siembro de la otra vanda del rrio
de guatavita / un molino de Pan con su estanco y sitio de molino en guatavita /
[desaviado ?] y sin Piedras / En tierra caliente en caque tengo dos estancias de
Ganado m[a]yor / pobladas con sesenta Reses bacunas y con ciento y sesenta ye /
guas chicas y Grandes y dellas mande veinte a mi hija doña / Juana / cinco estan-
cias launa de cavalleria m[a]yor De las antiguas / y tres de las modernas y otra De
Pan y Ganado que tengo / Pobladas en chiguachi que compre de luis gut[ierr]ez
rreg[id]or / con quatrocientas y treinta cabezas de ganado mayor / pequeñas y
grandes / tengo en el Pueblo de guatavita tres manadas de ovejas / de myll e
quin[ient]as En todas Poco mas o men[o]s pequeñas y / grandes y novecientas
cabrasPocomasomen[o]syunamula/Demy [1 - ?] e veinte cavallos De Harriar
y [1 - ?] / fragua con su Herramy[en]ta que Me costo ciento y cinq[uen]ta Pessos
/ y dos machos cerreros y dos Garañones / En esta ciudad un solar que conpre de
g[eronim]o S[uar]ezderrobledo/enlasnievesy me costo quatrocientos Pesos [1
- ?] /Unas casas en que bibo con lo que esta edificado en ellas /Las estancias que
fueron Del S[eño]r arz[obis]po Don Fray luis / capata e conpre de luis de [salazar
?] / seis sillas De brida con todo con adereco y estrivos y d[i]ez fue / tes y sillas
jinetas buenas y enbrades y dos tomines / de oro bajo y tres jarros de Plata y tres
cubilethes (380 r.) De plata y tres cucharas De Plata / Dexo por mis albaceas al
P[adr]e Juan belazq[u]ez De parras / presvit[e]ro y a alonso anunciavay Platero y
a la d[ic]ha Doña m[ari]a / vazq[u]ez mi muger a los quales y a cada uno ynsolidun
Doy poder / para que usen del d[ic]ho cargo en todo lo a el tocante y Cumplan /
my testam[ent] o y les encargo la conciencia / mando a una yndia de my servi[ci] o
tres mantas De algodón De / La marca Por el servi[ci] o q[ue] Me a hecho / m [an] do
a catalina yndia my cocinera una yegua mansa con su / fuste de silla / mando a

1395J
EL SOL DEL PODER

luisa yndia De my servi [ci] o otra yegua mansa / mando a otra yndia llamada maria
hotsiquera Una yegua y / Dos mantas de algodón / Y cumplido y pagado este my
testam[ent]o en el rresto de mys bi[en]es / derechos y acciones dexo Por mis
legitimes e uniber / sales Herederos a Don phelipe y doña Juana y doña margarita
/ y doña mañuela mis hijos y De la d[ic]ha doña maria Vasq[u]ez / mi muger Para
que los hereden Por yguales p [ a ] rtes / Y reboco y doy Por ning [ un ] os qualesquier
testamentos mandas / y cobdicilios que hasta oy aya hecho Por es[crip]to o de
palabra / para que no valgan salvo este q[u]e Mando valga como my testam[en]to
/ y ultima volun[ta]d / tanbien tengo Por mys bi[en]es Dos negros uno barón
llamado / alexandre y otro hembra llamada juana que anbos andan / ausentes y
dos mulatos muchachos esclavos llamados / fran[cis]co y Juan y la esclava juana
esta vendida al p[adr]e Juan / Velazq[u]ez De parras y enparesciendo se le a de
entregar /que es f[e]c[ho] en S[an]ta fee a treinta De abril De myll e seis[cient]os
y nueve a[ñ]os / en las casas del otorg[an]te a quien doy fe conozco y por / quien
[1 - ?] siendo t[estig]os llamados y Rogados El cap[i]tan / pedro go[me]z de
mendoza y al [ons] o moro de ochoa y Pedro gomez de / miranda y Gines de Vargas
Por El otorg[an]te Gines de bargas / ante my al[ons]o de torralva /Enmen[da]do
arrimado y testado / E Yo Al[ ons] o de Torralva s [ecretari] o del rey n [uest] ro s [eño] r
en S[an]ta fee Pres[en]te fuy E conozco Al otorg[an]te E lo signe /
En testim[oni]o de verdad Alonso de Torralve

1630. Testamento de Pedro Capitán de Tuna


(Notaría 3 a , t. 26: 75r- 77r)

(75 r.) En el nombre de dios todopoderosso, amen yo / don pedro casua


capitán del pueblo de tuna / encomienda de luis cardosso orne estando en / fermo
en la cama y en mi jucio el que dios / fue sservido de darme creyendo el misterio
de / la ssantissima trinidad padre e hijo y espi / ritu ssanto tres perssonas y un solo
dios ver / dadero y los demás artículos de ffe que / nos enseña la ssanta yglessia de
Roma (75 v.) otorgo que hago y ordeno mi testamento / y ultima boluntad en la
manera ssig[uien]te /Primeramente encomiendo mi anima a / dios n[uest]ro sseñor
que la crio y mi cuerpo a la / tierra de que fue formado y ssi muriere / en esta
cuidad de ssanta ffe donde es / toi quiero ser enterrado en la yglessia / parroquial
de señora ssanta barbara / en cuya parroquia tengo mi morada / en la parte y lugar
que mis albazeas / señalaren a quien encargo el hazer bien / por mi anima aten-
diendo a mis pocos / bienes / y me acompañe el cura y sacristán de / la d[ic]ha
parroquia con cruz y a si mis al / bazeas pudieren disponer que se me / digan el dia
de mi entierro o el ssiguiente / algunas missas rezadas lo hagan / pagando la limos-
na de cada una a / quatro reales y no mas / declaro soi cassado lijitamente / con

[396]
Jhoana de boada natural del / pueblo de pasca en la qual tengo / un hijo lijitimo
llamado andres de / edad de seis messes declarólo por tal / mi hijo lijitimo / decla-
ro por bienes mios una labran / ca en el resguardo de mi pueblo en el / ssitio
llamado chisagua que haze de sen / bradura una fanega de sebada otra / labranca
de mais de media fanega / de senbradura junto a la puerta / un solar en el pueblo
con dos casas / ordinarias de yndios / una yunta de bueyes con su reja / y apero una
acuela un escoplo / = una yegua con silla y freno digo dos / frenos = tres totumas
de arma / (76 r.) dos palas de hierro = una massa peque / ña cinco silletas / tiene el
cacique don diego del pueblo de / suba una fanega de trigo - don fran[cis]co /
chuchaca del pueblo de churuaco me debe / pesso y ducado = pedro guasquisigua
/ dos patacones y medio = Jhoan coloya / yndio de lenguacaque platero que asis /
te en esta ciudad tiene la reja de arar / por un peso que le debo de juego págasele /
y cóbrese por bienes mios = un yndio gas / par de tocanzipa me debe nuebe Re /
ales de mais que le di = diego chibsica / de tuna debe tres Reales y la Ropa / de mi
usso y trastes que se hallaren / conocidos mios = un onbre biscayno / [del niero ?]
llevo por prenda de diez Rea / les que le devia de diezmo de mais / obejas y lana
una manta colora / da nueba pagansele y cobresse la man / ta / debo este tercio de
la demora y Re / quinto Y a la cofradía de n[uest]ra señora / de la concepción de
mi pueblo un / patacón = a un yndio llamado agus / tin del mismo pueblo mió
debo un / patacón / Jhoan sacafuqua de mi pueblo digo del / pueblo de suba presto
quatro pa / tacones y medio para pagar lo que / faltaba de la demora que debia / mi
gente y esta cantidad la deben / los mesmos yndios para quien sse / presto y dellos
se a de cobrar / mando que de la d[ic]ha labranza gran / de se de la mitad a Cristóbal
mi her [ma] no / y el solar y la cassa - y la otra mitad / si mi her [ma] no la quissiere
pague su ba / lor y se entregue a mi mujer para / (76 v.) mi hijo y la yegua silla y
frenos y la / messa y una totuma grande de las / de arma y una ssilleta / se de a mi
hijo y una pala de las de / hierro se de a mi muger / La yunta de bueyes acuela y
escoplo / y Reja se benda para hazer bien por / mi anima y lo demás de mis bienes
y / se cobren las deudas que se me deben / y de ello y de lo que Resultare de lo que
/ se hendiere se pague lo que yo debo y / lo que quedare sea para mi muger y / mi
hijo / declaro que la acuela y escoplo / aunque digo que se benda quiero sse de / a
juan estebez carpintero / y para cumplir y pagar este mi tes / tamento mandas y
legados descobrar / lo que se me debe y pagar lo que debo / dejo por mis albazeas
al d[ic]ho Juan es / tebez y a mi muger y les doy poder / para que usen del d[ic]ho
cargo aun / que sea passado el termino quel de / recho les conzede y bendan los
d[ic]hos mis / bienes estrajudicialmente por ser / pocos y de poca estima / declaro
que mi hermano Cristóbal / llebo un caballo mió prestado y no / lo a buelto por-
que dize se perdió / cóbrese del y sino quissiere el d[ic]ho mi / hermano la otra
mitad de la la / branca se benda a otro yndio del / pueblo a quien mas diere por el
/un yndio domingo del pueblo de / tuna llebo un freno mió prestado / y se quedo

[397]
EL SOL DEL PODER

con el o lo perdió que ba / lia un patacón cobresse y por es / te mi testamento


rrevoco anulo / (77 r.) y doi por ninguno otro qualquier / testamento que aya
hecho o poder / que aya dado para hazer el que quiero / no balga y solo se cumpla
y guarde este / y lo en el contenido como tal mi tes / tamento o codicilio o como
mas y me / jor aya lugar en derecho = declaro que / un yndio llamado mateo de
chia me / debe un patacón que le preste cóbrese / ffecho en la ciudad de santa ffe a
pri / mero de mayo de mili y seiscientos y / treinta años no firmo el otorgante por
/ no ssaber y lo firmo un testigo que fue / ron lope de billalobos y Juan este / bez
andres ortiz y Jhoan de carde / ñas y francisco Rodríguez y por no / conozer el
presente escrivano al d[ic] ho / don Pedro juraron a dios y a una cruz / los d[ic]hos
juan estebez andres ortiz juan / de cárdenas y francisco rrodriguez / ser el conteni-
do en este testamento / testado / por el otorgante = Lope de Vi[ll]alobos /
de[r]e[ch]os 4 r[eal]es ante mi Eustacio Sanguino Rangel

1633. Testamento de Pedro de Capitán Chía


(Notaría 3 a , t. 37: 31r-32r).

(31 r.) En el nombre de dios todopoderoso amen, yo don pedro / capitán


del pueblo de chia de la parte decano y apellido / Chiquesucho encomienda de
don Juan de esparza, están / do enfermo en la cama y con el juicio que dios fue
servido / de darme creo el misterio de la santissima trinidad / padre hijo y espíritu
santo y previniendo me paraba / muerte natural hago mi testamento en esta ma-
nera / encomiendo mi alma a dios nuestro señor que la creo y / mi cuerpo se
sepulte en la yglesia catedral de esta ciu / dad de santaffe, en la parte que se pudiere
acomodar / como pidió pobre y mi entierro se haga con tal / declaro que yo tengo
en mi pueblo y en el resguardo / medio solar que cae junto a la placa, que esta
yermo / y en el pueblo viejo una labranca grande junto a la / labranca del cazique
antiguo - y por otra parte la / de fueca, y por otra la de muene y por la otra parte
/ el rio = tengo una yegua que la tiene el capitán Ju[a]n / Chibcha chiquitiba de
bogota que se la compre en / Quatro patacones y cinco reales = otra yegua en chia
con / Su cria que esta en mi pueblo que están serreras y an / (31 v.) dan con las
yeguas del tesorero yñigo de alviz que / están herradas con el hierro de mi
encomendero y con el / de esta ciudad / Declaro que yo sembré un poco de trigo
en mi labranca y / lo cogió Luis mi hermano y esta asu cargo / debo a un yndio de
suba don Fran[cis]co bacuachica o don Pedro / tres patacones = / Juan chiquiteba
que oy haze officio de capitán me debe nuebe / patacones de tres tercios que pague
por el del tiempo que era tri / butario = otro yndio Juan cauentiba me debe ocho
patacones / que pague por el de demora y este vive en usaquén / Don domingo de
sipaquira me debe patacón y medio = doña / Luisa muger de Juan garcía hijo de

[398]
pascuala me debe / dos patacones y un freno y su hermano lorenzo me debe / dos
patacones de demora que pague por el / Juan neyco de chia me debe cinco patacones
de un caballo / de camino, que le vendi / el cazique viejo de subachoque me debe
un patacón /Juan sosatame de bogota tiene unos estribos de hierro mios / cóbrense
= tengo un fustexinete y un freno / dos totumas de arma una grade y otra chiquita
y / seis séllelas / declaro que yo truge a esta ciudad un pendón de san ju / an de mi
pueblo, y me lo hurtaron y los dueños de la / casa donde me lo hurtaron hizieron
un vale de diez / pesos por el, que el deudor es Juan cayca sombrero y su fia / dor es
agustin martin cóbrense dellos y pagasse / el pendón / A las mandas forcosas se de
a cada una un real / la silla que tengo en mi poder freno, estribos y la ye / gua que
esta en bogota sea para mi hija juana, y las / dos totumas de arma quatro silletas =
y la mitad del / trigo que se trillare / Al dicho mi hermano Luis se de una silla
xineta que / esta en en bogota en poder de Juana y dos silletas = y la ye / gua y
u u u ü J l t a u u c í.3ia CI1 i-lna jsv. vv^nCia u a i a VJLXV. \^Í / u u i . u j i i v . i u wv l i l i ^ u * , u i u t n ^ u i ^ u
las misas que alcancare / rezadas por mi anima /(32 r.) y doze botijas que tengo en
mi pueblo son para / mi hija Juana - y la otra mitad del trigo que se trillare / sea
para mi hermano Luis sacado de todo diezmo y pri / misia /Ytem declaro que la
dicha Juana yndia de bogota / tiene seis patacones mios estos para mi entierro / y
para cumpli[mien]to este mi testamento cobrar lo que se me / debe y pagar lo que
debo dexo por mi albacea al dicho / mi hermano con la facultad que el derecho le
concedo / y use del cargo aunque passe el año fatal /y del ramanente de mis bienes
y de la labranca y so / lar del pueblo dexo por mi heredera a la dicha Jua / na mi
hija que es legitima y de catalina mi muger / que ya es difunta /y por este testa-
mento revoco y doy por ninguno, otro / qualquier testamento que aya hecho o
codicilio, o po / der que aya dado para testar que no valga ni haga / ffe y solo se
cumpla este como mi testamento / codicilio o como mas aya lugar en derecho
fecho / en santaffe a veinte y ocho de marco de mili y / seiscientos y treinta y tres
años y el presente / escribano doy ffe conosco el otorgante que no / firmo por no
saber firmo por el un testigo que / fueron Luis leyba, Juan Alonso de la torre /
Laurecen mendez, Pedro quintero y Juan de la / Cerda, mas dixo el otorgante en
presencia de / los testigos que un yndio de caxica juan sanchez / le debe tres
patacones / Por lo otorgante Ante mi Luis de leyba / Octavio Sanguin / D [e]r[ech] os
2Re[ale]s Rangel

[399]
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El Sol del Poder
Simbología y política entre los muiscas
del norte de los Andes
SF, TERMINÓ DE IMPRIMIR
EN BOGOTÁ EL MES DE
MAYO DE 2 0 0 4 EN LAS
PRENSAS EDITORIALES DE
UNÍ BIBLOS, UNIVERSIDAD
NACIONAL DE COLOMBIA
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