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CREE EN EL SEÑOR JESUCRISTO

El plan sencillo de Dios para la salvación de tu alma es que creas en el Señor


Jesucristo para ser salvo. Cualquier judío en el tiempo de Jesús entendió estas
palabras muy bien. Ellos siempre reconocieron a Dios como "el Señor", quien
les formó a ellos en la creación. Ellos vieron la mano del Señor en su propia
protección, socorro y a veces castigo por el pecado. Ellos también entendieron
que Dios prometió el rescate de toda humanidad por medio de un salvador
llamado el "Mesías", que significa "el ungido" o el hombre especial de Dios.
Esta salvación fue aplicada individualmente dependiendo si el individuo la
acepta personalmente.

Por ejemplo, en Daniel 9:26, Dios dio la profecía sobre el Mesías que "se
quitará la vida al Mesías, mas no por sí (mismo)." Todos los judíos entendieron
bien el término del "Mesías", que en griego es "el Cristo", Dios en la carne.
Pablo y Silas identificaron este "Mesías" particularmente, que era el hombre
histórico, Jesús de Nazaret. Los judíos entendieron que tuvieron que confiar en
Él para ser salvos, pero muchos rechazaron a Jesús siendo éste el Salvador, y
por lo cual, no alcanzaron la salvación de Dios.

Amigo, Dios y su ley demandan el pago del castigo para tus pecados. Jesús,
quien no tuvo pecado, pagó el castigo que demanda Dios en tu lugar, para
quitarte el castigo y la ira de Dios que está sobre ti.

2ª Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para
que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

1ª Pedro 2:24 quien (Cristo) llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo


sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a
la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. Dios requiere la sangre de un
sacrificio perfecto y sin pecado para expiar el pecado (aplacar la ira de Dios).
"Sin derramamiento de sangre no se hace remisión (perdón) de pecados"
Hebreos 9:22. Sin la muerte violenta (derramando la sangre) del sacrificio, Dios
no aplaca su ira.

En Isaías 53:6, Dios dijo que iba a cargar "el pecado de todos nosotros" sobre
el Mesías. Pablo dijo en Romanos 5:6 que Cristo "a su tiempo murió por los
impíos." El apóstol Pedro nos dice que somos comprados con la sangre de
Cristo: "sabiendo que fuisteis rescatados ... no con cosas corruptibles, como
oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin
mancha y sin contaminación." 1ª Pedro 1:18-19
En el Antiguo Testamento cada animal que se ofrecía en el altar de sacrificio,
dio su sangre inocente en el lugar (o en sustituto) del hombre pecador y
culpable. La persona del Antiguo Testamento, con la vista hacia al futuro, eran
sombras de este perfecto sacrificio del Hijo de Dios, Jesucristo. Él murió por
nuestros pecados en la cruz, y consiguió la salvación para todo el mundo, si
nada más la persona recibe la salvación como un regalo gratuito de Dios.
"Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva (regalo) de Dios es vida
eterna en Cristo Jesús Señor nuestro" Romanos 6:23. Para ser salvo tienes
que creer que simplemente un hombre llamado Jesús existía, tienes que creer
EN Él, es decir, tienes que poner tu fe en Él solamente para tu salvación, tienes
que depositar tu caso de ser pecador delante de Dios, tu vida, y tu fe en sus
manos sin confiar en ninguna otra persona ni ningún otro hecho, y cuando
hagas así, aceptando a Jesucristo, serás salvo.

"Yo, yo (soy) Jehová, y fuera de mí no hay quien salve" Isaías 43:11.

Pablo afirmó la importancia de Jesucristo, "Porque hay un solo Dios, y un solo


mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre" 1ª Timoteo 2:5. Este
es el papel de Jesús, "por lo cual él (Jesucristo) puede también salvar
perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para
interceder por ellos" Hebreos 7:25. Si acudes a la Virgen María o a los santos
para interceder por ti, es sin valor alguno. Simplemente cree en Jesús como el
Salvador de tu alma, y tienes la promesa de Dios de ser salvo.

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