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Nombre de la obra:
¿ESTÁS?
Autor:Conrado Arbiza
Charrúa2458
t.7099099
Montevideo

HISTORIA
Trata de tres amigas desde el liceo, ahora están cerca de los cuarenta años, se reúnen cada
tanto para charlar. En esta última reunión todo en la vida de las tres va a cambiar.

PERSONAJES
Aclaración: No todo de la biografía o sicología de los personajes es utilizado en la obra,
aunque si es conveniente saberlo como una posibilidad para ser usado o cómo una
explicación necesaria para justificar el accionar del personaje
A. Ana.Todas están por los 38 años. Profesora de Literatura. Viuda. Antes de eso Ana
postergó toda su vida por cuidar a su madre enferma, estudió y trabajó, su madre era
viuda. Después que murió su madre se casó no tanto porque encontró afecto y
compañía sino más bien para alejarse de la soledad. Ahora de viuda no quiere
postergarse más, tiene una lista de cosas que hacer en este mundo y las quiere
realizar. Se va a ir a Río de Janeiro a desfilar en una escola en el Carnaval. Racional.
B. Betty. Casada, tres hijos. Profesora de Historia. En esta reunión revela que tiene un
amante, hombre casado también y con hijos y que ambos van a dejar sus hogares
para ser pareja. Inteligente, o por lo menos pretende vivir la vida a partir de tomar
decisiones inteligentes.
C. Cristina. Casada, Dos hijos. Maestra. Vive junto con la suegra. Pasional, emotiva,
llena de dudas.
La base, quizás, de sus personalidades y porque el que eligieron esas carreras es que dos
hablan y una escucha. Las profesoras hablan, dan las clases van de salón en salón los
alumnos son rostros y son sombras, pasan de salón en salón lo único fijo son ellas
emitiendo información, por eso hablan, saben hablar, toman decisiones. Hablan mucho
y escuchan poco, principalmente a los fines de esta obra se escuchan poco. La restante,
es maestra, está fija todo el año con el mismo montón de niños, los conoce, los escucha
moldea más sus personalidades que su inteligencia, las otras dos dan información, la
maestra trata que los niños descubran sus personalidades y sus posibilidades, qué
herramientas tienen para manejarse en la vida. A pesar de eso duda constantemente de
la eficacia de lo que hace.

ACCION
Toda la acción transcurre en treinta días entre la reunión que Ana se va al Carnaval,
Betty se muda al apartamento de Ana porque se va de la casa y está buscando
apartamento, en ese momento su amante la deja, Cristina hace de apoyo a Betty pero la
historia de Cristina se complica porque el marido pierde el trabajo y la suegra se le
muere y la acción termina cuando vuelve Ana.

MORALEJA
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la historia trata de la Felicidad, de lo que nos hace felices, de vivir la vida y de qué
hacemos para vivirla, correcto o equivocado. Obviamente no voy a poder transmitir esta
moraleja porque no me da la cabeza para tanta sutileza, solamente voy a intentarlo y como
producto final, aún cuando no lo logre, por lo menos quedará una comedia
.
PRIMERA ESCENA
Están Ana y Cristina, preparando la mesa, mantel, servilletas, tazas, bizcochos, solo es
una excusa para mover a los personajes por la escena. Están esperando a la tercera
invitada, Betty.

CRISTINA - ¿Estás segura que va a venir?

ANA – No empieces. Estoy segura que Betty viene.

CRISTINA – Llamarla la llamé, que consté, pero estoy segura que algo me olvidé o le
dije mal el día, la hora No sé, pero te lo dije.

ANA – Me lo dijiste.

CRISTINA – Así que no me hago responsable de lo que pueda pasar.

ANA – Yo también hablé con ella.

CRISTINA- Ah si ¿por qué? ¿no me tenías confianza?.¿ Creíste que me iba a olvidar?

ANA – Cristina, te lo digo de todo corazón y porque sos una buena amiga: andá a cagar.

CRISTINA – Bueno, gracias. Suerte que soy una buena amiga.

ANA – Pero che, andás inflando los cataplines con tantas preguntas. Que si te creo, que
si te olvidaste, que por qué la llamé.

CRISTINA – Uh, Uh, No es para tanto. Es una simple reunión de amigas. No hay que
ponerse de esa manera.

(SIGUEN CON LA PREPARACIÓN DE LA MESA)


CRISTINA - ¿Estás segura que va a venir?

ANA – Estoy segura porque hablamos y sabe perfectamente hora, día y lugar porque
todas somos personas mayores, responsables, serias, de buena memoria y organizadas.

CRISTINA – Está bien. No es para tanto. Si vos lo decís.(BREVÏSIMA PAUSA)


Además cualquiera puede olvidarse.(CUANDO VA A REACCIONAR ANA) Pero si
vos lo decís.

ANA- No lo digo yo, lo dice la Naturaleza, la Sicología, el orden el Universo, y está


establecido por las reglas de la Sociedad y porque si no fuera a venir habría avisado.
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CRISTINA – Ah, eso quiere decir que no estás segura que vaya a venir.

ANA – De lo que estoy segura si seguís preguntando si Betty va a venir, te voy a tirar
por la ventana y sería realmente lamentable haber organizado esta reunión y que
estuviésemos solamente Betty y yo y vos allá abajo, en la vereda, reventada como un
melón aplastada por las leyes de la gravedad.

CRISTINA – Qué grosera.

ANA – Qué molestia que sos.

CRISTINA – Por una pregunta...

ANA – Y por una respuesta... Ah, qué cosa. Cómo te ponés. ¿Y tu familia? ...cómo está
Eduardo, cómo están los nenes.

CRISTINA – De Eduardo. Ah de ese cuando está de buenas, cómo esta semana está
hecho un ordinario, un animal, ahora todas las noches cuando estamos en el dormitorio
dando vueltas ordenando las cosas él va y dice : “Yeya la eyaculación te yama” y dale
todas las noches con “Yeya la eyaculación te yama”, que le dejaría la mesita de luz de
sombrero pero eso cuando está de buenas y cuando está de malas está con una cara que
se pisa, un cementerio es más divertido que estar al lado de él dice que le va mal en
todo y termina diciendo que lo único bueno que hay en su vida soy yo y ahí me pongo a
llorar por culpa de ese degenerado porque, mirá qué fácil, me tira sobre mis hombros
todo lo suyo y así cualquiera anda por la vida muy tranquilo, yo que soy una duda en
patas y este que me tira toda su inseguridad, y ahí andamos y encima de eso los
neurasténicos de mis hijos y encima de eso mi suegra, que tengo que andar atrás de ella
limpiando lo que ella limpia, así que acá me ves, al borde del suicidio. Quisiera
embocar alguna vez una buena, tener un día bueno, sin apuros, poder mirarme en el
espejo del baño, ¿sabés hace cuánto que no me miro a la cara? Más que lo esencial a ver
si no me quedó pasta de dientes o si estoy con todos los pelos desordenados. Y me
hiciste acordar ¿adónde tenés el teléfono? voy a llamar a casa a ver qué están haciendo
mis hijos.

ANA – Está ahí el teléfono. ¿Pero si hace una hora que saliste de tu casa?

CRISTINA – Basta cinco minutos para que se arme el desastre.

ANA – Dejalos tranquilos.

CRISTINA – Lo único que te puedo decir es que no sabés de lo que estás


hablando.(TERMINA DE DISCAR EL TELEFONO) Hola ¿cómo están? Todavía no se
mataron. Procuren no estar juntos en la misma habitación. Si ya sé que está la abuela,
procuren no matarla a ella también o ella a ustedes revisen al disimulo si cerró bien las
llaves de la cocina que no quiero encontrarlos a todos asfixiados por el gas.Cuando
llegue a casa espero ver todo sano, tal como lo dejé. Ni muebles que se rompieron por
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accidentes, ni ventanas rotas.Adiós, ¿qué? Si adiós...Encima quieren que les lleve


comida a esta altura del mes tengo que salir a robar para llevar comida a casa.

ANA – Necesitás un descanso Cristina.

CRISTINA – ¿Por qué? ¿por esto? pero no, esto es lo de todos los días, la angustia, las
preocupaciones el trae y lleva de todas las cosas todos los días, lavar, comprar, arreglar.
A veces cuando salgo del baño no puedo acordarme si me bañé o qué hice pero eso es la
vida.

ANA – Pues no te veo tirando serpentinas y papel picado por esa vida.

CRISTINA – Es lo que tengo así que viva mi cara y adelante con todo.

ANA – Si vos lo decís.

CRISTINA – Está todo bien.

ANA – Si, veo que está todo bien en tu vida.

CRISTINA – Es una maravilla. Tengo unos hijos que cuando no están ocupados en
pegarse y gritarse, están ocupados de gritase y pegarse. Un marido que se me deprime
hasta cuando encuentra un agujero en los calcetines y mi suegra que gracias a Dios y los
milagros de los laboratorios que siguen inventando medicamento sigue viva y sigue con
nosotros porque los laboratorios no inventan jubilaciones que les alcance para algo a los
viejos, la vieja es algo así como la cereza en la torta, se iba a quedar unos meses hasta
que encontrara algo porque no quería molestar, siete años hace que la tenemos metida
ahí adentro. Así que como ves mi vida es una maravilla. Y a todo esto ¿Adónde está tu
gato?

ANA – ¿Qué gato? Yo no tengo gato.

CRISTINA – Entonces tu perro.

ANA – No tengo perro ¿Por qué? ¿Hay feo olor en el apartamento?

CRISTINA – Pensé que viviendo sola tendrías alguna compañía. No sé, un canario, un
pececito, algo a quien decirle “buenos días” de mañana o “buenas noches” cuando
llegás a casa.

ANA – No, no quiero ni necesito nada que me haga compañía. Estoy muy bien solita
conmigo mismo.

CRISTINA – No sé como podés vivir sin gente que te reclame por su ropa o su comida,
lo que hacés no es vida, ¿no tenés ningún problema? Hemorroides por lo menos.
Eduardo tuvo hemorroides hasta hace poco y por suerte se le fueron, qué hombre más
pesado con sus hemorroides. No sé hace cuánto que no hablo con Eduardo de cualquier
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cosa que no estén las palabras hijos, suegra, o alguna cosa que se rompió en la casa, una
canilla que gotea una puerta que rechina, una charla normal, común, decente, natural,
como la debe tener alguien en alguna parte en este mundo en donde no se incluya la
palabra hemorroides

ANA – Voy a hacer todo lo posible para tener unas buenas hemorroides. Algo que no
debe faltar en la vida de nadie.

CRISTINA – Gracias, las personas que viven angustiadas y preocupadas por todo en
este mundo te lo agradecemos, porque no podemos soportar ver a alguien que tenga
todo su tiempo para sí misma, que sea feliz. No soportamos a gente que es feliz no
teniendo problemas. Nos da asco.

ANA – Cristina, contame algo bueno.

CRISTINA – A ver, dejame ver, de los hijos no, nada, no por favor, ya viste.De Eduardo
tampoco. De la suegra nada, menos que menos. Del trabajo ahí ahí, mejor no hablar mal
del trabajo que al menos tengo uno.

ANA – Algo, por favor.

CRISTINA – Panqueques con dulce de leche

ANA – ¿Qué pasa con eso?

CRISTINA – Que la semana pasada hice panqueques con dulce de eche.

ANA – Eso es lo mejor que tenés para contar de tu vida panqueques con dulce de leche.

CRISTINA – Si señor panqueques con dulce de leche.

ANA – Panqueques con dulce de leche.

CRISTINA – Aunque usted no lo crea panqueques con dulce de leche.

ANA – Es la última alegría tuya de estos días.

CRISTINA – Por lejos.

ANA – Por Dios.

CRISTINA – No, por mis manos, hechos por mis propias manitos

ANA - ¿Y eso es lo mejor que tenés para contar?

CRISTINA – Podría agregar que hubo gente que se lamía los platos pero quiero seguir
siendo humilde
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SUENA EL TIMBRE

CRISTINA – Betty.

ANA – Lástima que haya llegado justo en medio de esta conversación tan interesante,
de cómo los panqueques de dulce de leche se han convertido en la máxima meta de tu
vida.

CRISTINA – Y puedo seguir por horas hablando de mis panqueques de dulce de leche.

ANA – No, gracias. Te lo agradezco mucho pero hay tonterías que más vale escuchar
una sola vez.

SEGUNDA ESCENA
Es la misma noche, llega Betty.
SUENA EL TIMBRE ANA VA A ABRIR ENTRA BETTY

CRISTINA – Al fin.

ANA – Eso digo yo, al fin.

BETTY – ¿Por qué? ¿qué les pasó?

ANA – Nada. Hablábamos del ascenso y la caída de los panqueques.

BETTY – Espero no haberme perdido de nada importante.

ANA – De nada. No le conté nada.

CRISTINA - ¿Qué me tenés que contar?

ANA – Primero nos sentamos y después charlamos ¿acaso no nos juntamos justamente
para contar nuestras cosas?

CRISTINA – Si, pero una cosa es contar nuestras cosas y otra muy diferente es que
alguien venga y te pregunte si contaste algo eso quiere decir que las cosas que tenés que
contar no son solamente cositas sino cosas, cosas, cosas.

ANA - ¿Nos podemos sentar?

CRISTINA – No ahora no puedo. No me digas que estás embarazada. Por eso no tenés
animales porque vas a tener un bebé.

BETTY – Le va a dar algo contale.


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CRISTINA - ¿Ves? Esta mugrienta lo sabe y tampoco me lo quiere decir. Hacele caso a
la princesa y decime algo.

ANA – Está bien me voy a Río de Janeiro.

CRISTINA – Mirá toda la angustia que me hiciste gastar para un raquítico viaje a Río
de Janeiro.

ANA – Voy a Río a desfilar.

CRISTINA – Bueno, encantada, buenas tardes, mucho gusto, me tengo que ir.

ANA – No.

BETTY- Es en serio.

CRISTINA – Pero por favor a desfilar a Río, eso es trata de blancas, proxenetismo,
desfilar, por favor. ¿Sabés hace cuánto dejaste de tener veinte años? Los dinosaurios
todavía caminaban por las calles y miraban televisión en blanco y negro cuando tenías
veinte años. ¡Desfilar! Pero por favor. Eso es algún cuento del tío que le metieron en la
cabeza. A tu edad Ana. Somos gente grande, ¿quién te convenció con ese caramelo?

ANA – Es en serio. Voy a desfilar en el Carnaval de Río.

CRISTINA – Ah, me había asustado. Y yo que te veía trabajando por las calles de Río
vendiendo sexo. Pero que cosa yo. Y era desfilar en el Carnaval de Río. (Mirando a
Betty) ¿Es en serio o está totalmente chiflada?

BETTY – Es en serio.

CRISTINA – Ay Dios.¿Y esta idea así en tu cabeza la tenés hace mucho, digo, también
oís voces, ves luces?

ANA – Oí la voz de una agencia de viajes que vendía ir a Río y desfilar en una Scola de
zamba, había doce lugares y ya están todos comprados?

CRISTINA – ¿Eso quiere decir que hay otras once personas que van a ir a Río a desfilar
en el Carnaval?

ANA – Si.

CRISTINA – Ay Dios cuántos locos andan sueltos por ahí. Cada día son más inseguras
las calles o hay ladrones o hay dementes que quieren irse a desfilar en el carnaval de
Río de Janeiro.¡No! ¡¿Vas a desfilar desnuda en el Carnaval de Río como aparecen por
la televisión?!
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ANA – Pero no mujer, va a ser algo normal.

CRISTINA – Vas a ser uno de esos quinientos tarados llenos de plumas que bailotean al
mismo tiempo.

ANA – Exactamente.¿No es divertido?

CRISTINA – No.

ANA – Es divertido.

CRISTINA – Mirá que después no quiero que mi hijo diga, mientras mira la televisión
“Mirá mamá están pasando las tetas de tu amiga Ana”.

ANA – Eso no va a pasar. Te lo juro.

CRISTINA - ¿Y de dónde sacaste esta brillante idea?

ANA – Es uno de los puntos de mi lista.

CRISTINA - ¿Qué lista?

ANA – La lista de cosas que quiero hacer antes de morirme porque después de muerta
es muy, muy, muy difícil hacerlas.

BETTY - ¿Y qué más tiene tu lista?

CRISTINA – Pensar que yo tengo problemas con la lista de cosas que quiero comprar
en el almacén y esta tiene una lista de cosas para hacer por ahí.

ANA – Bueno Tengo desfilar en el carnaval de Río.

CRISTINA – Esa tachala.

ANA – Subir al Aconcagua.

BETTY - ¿A la montaña?

ANA – No, a la calle Aconcagua va a ser. Claro que a la montaña.

CRISTINA - ¿Y qué cuernos se te perdió en el Aconcagua para querer ir ahí?

ANA – Quiero ir.

CRISTINA _ (A Betty) Quiere ir.

BETTY – Y si parece que quiere ir.


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ANA – Y estuve a punto de ir ahora pero me falló y por suerte me salió esto.

CRISTINA – (A Betty) Por suerte.

BETTY – Y si parece que tiene suerte.

CRISTINA - ¿Y a santo de qué viene todo este invento?

ANA – Quiero, disfrutar, tener aventuras, que pase algo más en mi vida.

CRISTINA - ¿Querés una aventura? Andá a mi barrio a ver si podés caminar por la
vereda sin pisar un sorete de perro. Eso si que es toda una aventura.

BETTY - ¿Y qué pasó con lo del Aconcagua?

ANA – No se completó el equipo. Pensar que me había entrenado.

CRISTINA – Ahora hasta para hacer locuras hay que entrenarse.

ANA – Porque allá arriba hay poco oxígeno y hay que caminar de una manera en
especial.

CRISTINA – Con el culo.(La mira seria Ana) Esa sería de una manera especial ¿o estoy
equivocada?

ANA – Con los pies, con los pies pero hay que dar un paso y después de terminar el
primero recién dar el segundo, tienen que ser pasitos cortos, conservando la energía
pero poco a poco yendo siempre para adelante y para arriba. (Acompañaba este
monólogo con una demostración de como se debe caminar)

CRISTINA – Así camina Eduardo por la casa, pensar que siempre lo rezongo porque
camina arrastrando los pies y creía que lo hacía de puro vago que era nomás pero no,
ahora me vengo a dar cuenta que camina así porque se entrena para subir al Aconcagua.

BETTY - ¿Y cómo está Eduardo?

CRISTINA- Como si recién hubiera subido al Aconcagua o bajado, no lo sé. En general


digo, en general porque si vamos a lo íntimo particular privado, cualquier cosa, les
cuento de la última vez que lo hicimos. Estaba mirando la televisión él, golf estaba
viendo, oyeron bien golf, no sé qué le vio a la pelotita esa noche pero ahí estábamos en
la cama él viendo golf, yo cosiéndole un botón de una camisa de Pablito y ahí en medio
de esa nada a Eduardo se le prendió la lamparita, yo cosiendo botones se imaginan lo
fría que estaba, el Polo Norte estaba, pensando en el lunes, pensando en juntar lo que
había adentro de la heladera para darles de comer, bueno y ahí hicimos el fueguito.

ANA – No es nada memorable.


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CRISTINA – Que todavía nos acordemos de cómo se hace es lo memorable y que el


zapallo se excite viendo jugar golf es para el libro de los récords o para el libro de los
absurdos.

BETTY – Por lo menos tiene ganas.

CRISTINA – Y son más las veces que nos quedamos con las ganas que lo que lo
hacemos. Si no estoy dormida yo y despierto él, está roncando como una locomotora él
y despierta yo. Y cuando lo hacemos, y cuando lo hacemos una cosita de morondanga a
las apuradas un sábado de mañana antes que se despierten todos. Y la vieja, bueno la
madre ya es toda una historia aparte. La vieja cree que ayuda en la limpieza pero es
más lo que enchastra que lo que ayuda. Tiene manía con el baño, no sé qué le pasó de
chica con el baño se habrá golpeado la cabeza con el water no lo sé, pero tiene manía
con el baño, tiene olor a pichí y dale todo el día con el baño tiene olor a pichí y va y tira
detergente. Y después uno muy inocente va al baño tira la ropa al piso y terminamos
toda la familia con ropa llena de manchas que parecemos una familia de perros
dálmatas, todos con la ropa con manchas de detergente, todos a lunares. Y todos los días
a toda hora tengo que ir al baño a secar lo que la vieja tiró de detergente.Otra. Me pega
cada susto. Se nos aparece a las dos, tres, cuatro de la mañana en el dormitorio, como
no prende la luz para no molestar, según ella, se nos aparece en el dormitorio porque
cree que está en el baño o que salió del baño y entró en su dormitorio y en realidad
entró en el nuestro. Así que ando a los gritos y a los saltos a las dos o tres de la mañana
porque ella se aparece en el cuarto.La vieja juega con mis nervios ¿Soy mala? ¿Soy
mala por lo que estoy contando?

BETTY – No, si es lo que te pasa.

CRISTINA – Ana,sacame número para ir al Aconcagua con vos, pensándolo bien.

ANA - ¿No querés ir al carnaval de Río conmigo?

CRISTINA – Justo, tengo que andar juntando todas las monedas que hay por la casa
para tener dinero para un miserable boleto de ómnibus para ir al trabajo y me voy a ir a
Río. Espera que froto la lámpara de Aladino y enseguida vuelvo. Subir al Aconcagua,
qué ganas.

ANA – Eso es para la próxima, ahora voy a Río de Janeiro.

CRISTINA – Por favor, qué ganas. Sin televisor. Sin cuarto de baño, viviendo en una
tiendita muriéndote de frío. A pasar frío y hambre.

ANA- Ya está, voy al carnaval de Río de Janeiro.

CRISTINA – Peor todavía. Me parece más tranquilo y seguro romperte una pierna y
morir de frío en el Aconcagua a todo lo que te pueda pasar en Río de Janeiro.
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ANA – Extraña manera de desearle un buen viaje a tu amiga.

CRISTINA – Buen viaje. Estás loca por ir allá.

ANA - ¿Y qué tendría que hacer?

CRISTINA – Buscarte un hombre.

ANA – Un hombre.(Dicho de manera irónica)Si, justo en lo que estaba pensado.

CRISTINA – Y de ser posible casarte.

ANA - ¿Para vos un hombre es la solución a tooooodos los problemas de una mujer?

CRISTINA – Primero teniendo un hombre te das cuenta que todos los problemas no son
nada, son aire, comparados a todas las complicaciones que es tener un hombre en tu
vida. Cuando conseguís un hombre te das cuenta de inmediato que todo lo que vos
pensabas eran problemas eran nada comparado con esa cosa.

ANA – Un hombre.

CRISTINA – Un hombre es la respuesta cuando no se puede encontrar ninguna


solución.

ANA - ¿Y qué hago con un hombre?

CRISTINA – Se ve que te falta práctica. ¿Qué podés hacer con un hombre? Casarte.

ANA – Ah, el matrimonio.

BETTY – Ah, el matrimonio.

CRISTINA – Y si, es ¡Ah! el matrimonio no, ¡Oh! el matrimonio, ni ¡Puaj! el


matrimonio. El matrimonio es eso ¡Ah!

ANA – Es más ¡Puaj! que ¡Ah! ¿En qué consiste la vida? En ir saltando obstáculos y al
final de todos los obstáculos está el matrimonio.Me espera el matrimonio, después de
saltar los obstáculos está esa zanahoria.

CRISTINA – Bueno hay zanahorias y zanahorias pero a falta de zanahorias mejores el


matrimonio es una buena zanahoria.

ANA – Quiero disfrutar de la vida, no amargármela. Ya tuve todo el contacto emocional


que quería con mi madre. Ya tuve todo el contacto físico que quería con el finado de mi
marido. Ahora lo que quiero es estar en contacto conmigo misma.

CRISTINA – Lo tuyo no es un contacto es un cortocircuito.


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ANA – Yo me estoy buscando a mí misma.

CRISTINA - ¿Y tenés que irte al Carnaval de Río para encontrarte?

ANA – Quiero disfrutar y no me vengas a decir que vos disfrutar barriendo tu casa.

CRISTINA – No te lo voy a decir. Pero si tengo que ser honesta contigo y conmigo, si
tengo que decir que disfruto barriendo mi casa, y disfruto haciéndome malasangre por
los atorrantes de mis hijos y tratando de levantarle el ánimo todos los días a Eduardo.
Si, me gusta barrer mi casa.

ANA – Por favor.

BETTY – Ay Dios.

CRISTINA – Me gusta barrer mi casa y también se me ocurren ideas que en la puta


vida voy a poder realizar pero me conformo, estoy bien, estoy feliz que el cerebro
todavía me funcione por lo menos y de descubrir que tengo ganas todavía.

BETTY – Vamos arriba Cristina.

ANA - ¿Cómo es que terminamos hablando de vos?

CRISTINA – Porque soy una gran persona.¿Acaso no soy una buena amiga?

BETTY – Buena no sé pero una de las más pesadas si, por lejos.

ANA – Cristina yo hice las cosas bien. Toda la vida traté de hacer las cosas bien, de la
manera correcta. Cuidé a mi madre porque estaba enferma. Me casé para no envejecer
sola. Mi madre murió. Mi marido murió. Ya está entonces. Ya cumplí con la etapa de
hacer las cosas bien. Ahora quiero que empiece mi etapa de hacer las cosas mal.

CRISTINA – Mirá vos que bonita filosofía.

ANA- Así es nomás

CRISTINA – Mirá si todo el mundo pensara como vos.

ANA – En una de esas, capaz que el mundo sería un poco más feliz si pensara como yo.

CRISTINA – Mirá vos qué bonito.

ANA – Así es nomás.

BETTY - ¿Y qué más hay en tu lista?


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ANA – Aprender paracaidismo. Bucear en el Caribe.

CRISTINA – Morir joven... Si querés que te pase algo porque no agarrás una piedra
bien grande y te la tirás encima de un pie y de ahorrás dar tantas vueltas.

ANA – Porque lo que busco es que me vaya bien no que me vaya mal. Lo que busco
son desafíos.

CRISTINA – Ah si querés un desafío. Tratá de ir al almacén de mi barrio sin que te


asalten en el camino. Ese es un bonito desafío.

BETTY – A mi me parece bien lo que hace.

CRISTINA – Perfecto, lo que sea. Yo mientras tanto, si me lo permiten voy a llamar a


mi casa para ver qué están haciendo mis hijos.

ANA – Por favor hace media hora los llamaste y todavía estaban vivos.

CRISTINA – Y quiero que sigan vivos hasta que yo llegue por lo menos.

ANA – Pero dejalos tranquilos.

BETTY - ¿Qué edad tienen tus hijos, ahora?

CRISTINA – Doce años Adrián y catorce Sandra.

BETTY – En toda su adolescencia.

CRISTINA – Y tengo miedo de llegar a casa y encontrármelos muertos en medio de un


charco de sangre.

ANA – Pero por favor. Dejá tranquila a tu familia. Pueden vivir sin vos ya a esa edad.
Soltalos.

CRISTINA – Espero que no. Hago todo lo posible para que no puedan hacer nada sin
mí estos desagradecidos.

ANA – Pero dejalos respirar mujer.

BETTY – Dejalos crecer.

CRISTINA – Hola soy yo... ¿Cómo qué yo? Tú madre esa es la yo que soy ¿Cómo
estás?...¿Cómo está todo ahí?.. ¿Adónde está tu hermano?... No lo oigo,
llamalo...Llámalo quiero hablar con él... Si ahora por teléfono, no va a ser por señales
de humo... ¿Podés pasarle el teléfono a tu hermano? (Habla a Ana y Betty) Qué divina
la nena (Dicho con asco) Hola... soy yo...tu madre ¿quién va a ser? ¿qué pasó? ¿se
pelearon? Bueno traten de no pelearse, no se miren no se hablen. Su padre debe estar
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por venir. De ser posible no estén en la misma habitación...bien...No estén cerca el uno
del otro...adiós...bien...adiós

ANA - ¿Están vivos?

CRISTINA – Si y no sé cómo. ¿Soy una mala madre? ¿Me pueden decir si soy una
mala madre?

ANA – No, no lo sos.

BETTY – No sos una mala aunque no te quisiera como madre mía. Los vas a terminar
ahogando con tanta protección. No querés que les pase nada. No querés que hagan
nada. Los estás llevando por el camino de la taradez, no de la inteligencia.

CRISTINA – De mi hija las únicas respuestas que le saco son: “si, no y no sé” ¿Me
pueden decir cómo sé yo lo que piensa y siente esta chiquilina a partir de esa
información que me brinda de su personalidad. “Si, no y no sé” y vos arreglate como
puedas.”Hable con sus hijos” te dicen, como si fuera la tarea más simple del mundo. Es
más fácil sacarle jugo a las paredes. Charle con sus hijos, le pregunto al zapallo “¿cómo
te va en las clases?”, “y...,te contesta,y....no sé” una charla interesantísima. Yo solo rezo
para que se les baje la testosterona, se les pase un poco la adolescencia y que al final de
sus adolescencias quede en ellos algo parecido a un ser humano.

ANA – ¿Y vos me querés convencer de que me case para vivir todas esas aventuras
increíbles?

CRISTINA – Es más normal lo mío que ir a bailar a un desfile a Río.Hace otra cosa con
tu vida. Cirugía plástica, ahí tenés operate de algo. Agrandate las tetas.

ANA - ¿Para qué querés que me agrande las tetas si no me las dejás mostrar en el
carnaval de Río?

BETTY – Bueno, yo también tengo una noticia para darles.

CRISTINA - ¿Te vas al carnaval de Río también a desfilar?

BETTY – No.

ANA – Te vas a agrandarlas tetas con una cirugía plástica?

BETTY – No

CRISTINA - ¿Estás embarazada?

BETTY – Menos.

ANA – Qué manía con que alguna está embarazada. ¿No lo estarás vos?
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CRISTINA – Alguien puede ser que esté embarazada y siempre es una alegría.(A Betty)
¿Qué tenés vos para con contar?

BETTY - Me separo.

CRISTINA – A la mierda. Hubiera preferido que fueras a bailar desnuda al carnaval de


Río.¿Por qué? ¿Qué pasó? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¡Separarte! ¡Estás loca!

BETTY – Si. Estoy loca.

CRISTINA – Ah, no sabés la tranquilidad que me das ahora que sé que es por eso.

BETTY – Me enamoré.

CRISTINA – Bueno.Me voy. Buenas tardes. Mucho gusto en haberlas visto y hasta
pronto.

BETTY – No. No te vayas.

ANA – Justo en la parte más importante te vas.

CRISTINA – Pero mujer....pero mujer....estás loca de verdad. A tus años. Casada como
estás. No sé ni por donde empezar. Con hijos grandes. A los cuarenta años es el hombre
que se enloquece y empieza a correr atrás de chicas de veinte años, no son las mujeres
casadas de cuarenta años las que salen corriendo por ahí a ver lo que encuentran, las
mujeres casadas de cuarenta años se aburren con dignidad, con altura. No van y se
enamoran.

ANA – Por eso me pediste el apartamento.

BETTY – Por eso mismo.

CRISTINA- Ah, ya veo, están de acuerdo. Todo esto no es más que una broma.TODO
ESTO NO ES MÁS QUE UNA BROMA QUE LAS DOS ME ESTÁN HACIENDO.
Ja, ja, ja. Ya nos reímos. Muy divertido sus chistes y ahora a tomar el té, a comer los
escones y vamos a hablar de nuestras cosas.

ANA – No, yo no sabía nada. Ella no sabía nada de mi viaje, bueno sabía que era un
viaje lo mío.Pero no hablamos de nada más.

BETTY – Y entonces como me dijo que viajaba le pedí el apartamento de ella para
quedarme unos días mientras busco un apartamento para mí.

CRISTINA – ¿Como para vos?


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BETTY – Otra vez, me separé Cristina, ¿hasta ahí llegaste en la conversación? Me


separé muchacha. Me enamoré y me separé. Esa es en síntesis la historia.

CRISTINA – ¿Entonces no es una broma de ustedes todo esto?

BETTY – No.

CRISTINA - ¿Y vos vas a ir a Río a desfilar en el carnaval?

ANA – Si, señor.

CRISTINA - ¿Y vos te vas a separar?

BETTY – Así es.

CRISTINA – ¿Y de dónde salió el galán?

BETTY – Es Andrés.

ANA - ¡Andrés!

CRISTINA - ¿Qué Andrés?

ANA – Andrés.

CRISTINA – ¿Ese Andrés?

BETTY- Ese Andrés.

CRISTINA - ¿Pero no era un nabo?

ANA – Los nabos crecen Cristina.

CRISTINA – Los nabos crecen y se convierten en zapallos. ¿Y de dónde salió Andrés?

BETTY – De la reunión de ex-alumnos a la que ninguna de las dos quiso ir.

ANA – Me molestan esas reuniones, viendo a las demás me doy cuenta del tiempo que
pasó. Gordas con canas, me imagino que estoy igual que ellas. Es horrible.

CRISTINA – Y yo para sentirme una perdedora entre fulanita que es contadora y


menganita que se recibió de médica. No gracias, paso. Para humillarme me basta con
verme en el espejo del baño.

BETTY – Y ahí estaba Andrés.

ANA – Hay que tener ganas de volver a enamorarte de tu noviecito del liceo.
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CRISTINA – No puedo ni tragar saliva.

BETTY – Charlamos toda la noche, después me llamaba por teléfono, después yo lo


llamaba por teléfono y seguimos.

CRISTINA - ¿Y qué estado civil tiene?

BETTY – Casado y con dos hijos.

CRISTINA – Ah, precioso, precioso. No sólo hacen el ridículo enamorándose sino que
de paso deshacen dos matrimonios.

BETTY – Que no funcionan. Que son solamente una cáscara.

CRISTINA – Otra que quiere vivir.

ANA – Y está bien.

CRISTINA – Se puso de moda el querer vivir la vida. ¿Qué es esto? (A Ana) Vos lo que
necesitás es casarte y así arruinarte la vida y tu futuro como cualquier mujer normal.(A
Betty) Y vos lo que necesitás es seguir casada aunque ya no pase nada con tu
matrimonio. Pero qué es esto. Cualquiera hace lo que quiere en este mundo.

BETTY – (A Ana) ¿Acaso estoy tan equivocada?

ANA – Hiciste bien.

CRISTINA – Las dos parecen adolescentes. Les falta decir “Lo que pasa es que la vida
es un paspe” como mis hijos.

ANA – Bueno, la vida ES un paspe.

CRISTINA – Ana, la vida ES un paspe y no hay otra cosa más que el paspe.

ANA – Está el carnaval de Río, si vos querés ir lo podés comprobar, vos misma.

CRISTINA – O subirme al Aconcagua.

ANA – También.

CRISTINA – O volver a enamorarme de mi noviecito del liceo.

ANA – También pero vos no tuviste noviecito.

CRISTINA – Ay, por favor ¿ En qué están ustedes dos? ¿Será la edad? ¿Me pasará a mi
lo mismo que a ustedes? No sé qué pensar, no sé qué decirles.
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ANA – Felicitarnos por lo que estamos haciendo de nuestras vidas, ¿verdad Betty?

CRISTINA – Bla,bla,bla felicidades a las dos. ¿Ustedes no estarán metidas con drogas?
¿O se habrán vuelto lesbianas? Sería una explicación tan razonable para mi. Podría
entenderlo mejor a todo esto.

ANA – No, lamento decirte que no. Ni drogas, ni lesbianas.

BETTY – Por lo menos yo siento que lo que hago es muy normal. Sigo mis
sentimientos.

CRISTINA- A nuestra edad lo normal es preocuparnos por teñirnos las canas y tratar de
no engordar no en seguir nuestros sentimientos. Enloquecieron, las dos enloquecieron.

BETTY – No sé lo que quiero de mi vida pero lo que sé es que no quiero seguir con lo
que tenía hasta ahora.

CRISTINA – Esposo...hijos...

BETTY – Sentirme ignorada, pasar inadvertida, ser una sombra en mi casa.

CRISTINA – Trabajo... responsabilidades...

BETTY – Indiferencia....monotonía...

ANA – Cristina no vas a poder hacer nada contra un espíritu lleno de ilusiones y
enamorado.

CRISTINA – No, ya veo que no, entonces salud y buen provecho Betty.Salud y buen
provecho Ana.

BETTY – Gracias.

ANA - ¿Eso es todo lo que vas a decir?

CISTINA – Y si ¿para qué seguir atacándolas si están tan decididas? Si no quieren que
las salve lo mejor es seguirles la corriente y empujarlas hacia el abismo que es lo que
quieren.

ANA – Ah, qué desilusión. Yo esperaba más pelea de tu parte.

CRISTINA – Ella piensa que lo que hace es dar un paso adelante en su vida. Vos pensás
que lo que hacés es dar un paso adelante en tu vida.¿Para qué necesitan una zancadilla
de mi parte? Les digo qué lindos zapatitos y listo. Sigan adelante. ¿Para qué más? No
soy yo quien corta la torta en este mundo, solo soy la que logra comerse algunas
migas.Así que aquí estamos ¿quién me sirve más té?
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TERCERA ESCENA.
Dos semanas después de la reunión. Betty está viviendo en el apartamento de Ana.
Cristina viene a visitarla.
SUENA EL TIMBRE APARECE BETTY QUE VA A ABRIR LA PUERTA. ENTRA
CRISTINA

BETTY - ¿Viniste?, no te hubieses molestado.

CRISTINA – ¡¿Molestado?!, te llamo por teléfono para saber cómo estás y te me largás
a llorar ¿Y pensás que no voy a venir? ¿Qué pensás que me corre por las venas, sopa de
arvejas? Una lleva sangre por dentro. Sentimientos que se le revuelven a una.¿Cómo
pensás que no voy a venir a ver qué te pasa?

BETTY – No da para tanto, Cristina y además ahora estoy mejor.

CRISTINA – Ah y la verdad que yo también estoy mejor, estar lejos de mi casa de mis
hijos y teniendo otra cosa en la cabeza que no sean los mismos problemas de siempre
son para mi como unas vacaciones aunque sea que una amiga se me ponga a llorar en el
teléfono. Alejarme cinco minutos de ese manicomio es como viajar a Europa. Y mi
suegra,¿podrás creer lo que me hizo hoy la vieja? Pero qué estoy haciendo vengo por
vos y me pongo a hablar de mis cosas ¿Qué te pasó?

BETTY – Que patatín que patatán que Andrés quiere volver con la esposa, bah, a la
casa.

CRISTINA- A la mierda. Y si, lo que estropea siempre a las historias de amor es el


patatín y especialmente el patatán.

BETTY- Se siente culpable. No puede superar el sentimiento de culpa. No quiere dejar


a los hijo de esta manera.

CRISTINA – A la mierda.

BETTY – La esposa se fue de viaje y le encargó los hijos y a él como se le cayó la


estantería.

CRISTINA – A la mierda.

BETTY – Cristina, de verdad te agradezco mucho que hayas venido pero si me pudieses
decir otra cosa además de “a la mierda” te lo agradecería más.

CRISTINA – Es que es lo único inteligente que me sale decirte en este momento.


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BETTY – Y en eso estamos. Hoy nos vimos, lo único que hicimos fue llorar los dos
adentro de auto, sin saber qué hacer. Una hora y meda llorando sin decirnos una
palabra.

CRISTINA – A la.. ¿y qué vas a hacer ahora vos?

BETTY- No tengo ni la menor idea.

CRISTINA – Y que posibilidades tenés de volver a tu casa.

BETTY – Javier está saliendo con alguien.

CRISTINA – A la mierda... Perdón. ¿Y no tenés ninguna posibilidad con Javier?

BETTY – No lo sé. No lo creo.

CRISTINA – Y todo es así nomás.

BETTY – Es así nomás y me parece que va a quedar así.

CRISTINA - ¿Me dejás decirte “Te lo dije”?

BETTY – No.

CRISTINA – Te lo dije.

BETTY- Jugué y perdí.

CRISTINA – La gente separa lo bueno de lo malo para estar seguros que se quedan solo
con lo malo.

BETTY – Cristina.

CRISTINA - ¿Y qué vas a hacer ahora?

BETTY – Juntar los pedacitos que me quedaron y volver a construirme para ver cómo
quedé.

CRISTINA - ¿Querés que me quede con vos? Jugamos a las cartas si querés. Nos
emborrachamos si querés.

BETTY – No, estoy bien.

CRISTINA - ¿Cómo vas a estar bien. Yo no me puedo ir con el estado en el que estás.

BETTY – No me va a pasar nada.


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CRISTINA - ¿Y por qué tiene que pasar algo?¿Quién habló de que vaya a pasar algo?
¿Por qué decís que no va a pasar nada?¿Qué estás pensando?

BETTY – Cristina estoy bien.

CRISTINA –¿ No te estará pasando por la cabeza hacer alguna locura? Bah, ya la


hiciste venir a enamorarte a tu edad, y encima la locura de dejar tu casa y ahora encima
la locura que te dejan en mitad de ninguna parte.

BETTY – Cristina, no me estás ayudando.

CRISTINA – Tampoco puedo decirte nada. Que ni sé que decirte. Y como no sé qué
decirte, no me voy y me quedo con vos.

BETTY – Podés irte tranquila a tu casa.

CRISTINA - ¿Tranquila a mi casa? En mi casa tengo a Eduardo que se quedó sin


trabajo. Reducción de personal en la empresa. ¿Sabés como le redujeron el estado de
ánimo con esa noticia? Siente que vale menos que un fósforo quemado. Y lo peor es
que te lo dice a cada rato.

BETTY – Cristina. No me dijiste nada.

CRISTINA – Y a vos te voy a decir algo con la voz de cadáver que tenías al teléfono.
Vos que estás hecha un cadáver aquel que está hecho un cadáver y entre los dos me van
a terminar dejando cadáver a mi.

BETTY- ¿Y cómo está Eduardo?

CRISTINA – Oh, él dice que en este momento para lo único que está capacitado es para
meterse adentro de una maceta y hacer de planta pero como que no tiene experiencia
nadie lo va a tomar ni para eso. En realidad está medio loco, lleno de energía por otros
momentos. Ahora está planeando pintar el apartamento. Ahora que tiene tiempo.

BETTY – Y dejalo.

CRISTINA – No sabemos si vamos a comer mañana y lo voy a dejar gastar en pintura.

BETTY – Quiere sentirse útil para algo.

CRISTINA – Y lo viene a mostrar ahora que lo declararon inútil.

BETTY – Quiere hacer algo.

CRISTINA – Si, pensé lo mismo y lo dejé al pobre. Y ahí anda comprando pintura y
pinceles. Siete años hablando que teníamos que pintar esas paredes, todos los años
planeábamos, hacíamos cuentitas, si daba el dinero, si no alcanzaba y siempre aparecía
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en el camino algo que se rompía o que había que arreglar antes que las paredes y allá
iba el dinero que habíamos juntado para la pintura. Un año fue el calefón, que se
estropeó. Otro año fueron los libros del nene. En fin lo dejé ¿Qué otra cosa podía hacer?

BETTY - ¿No será algo en el aire que lo respiramos y nos pasa todo lo que nos está
pasando?

CRISTINA – No digas disparates. Que me hacés pensar que pueden ser ciertos porque
hay tanto raye en el aire que esto debe de venir de alguna parte.Dice que va a vender el
anillo de matrimonio.

BETTY - ¿Quién?

CRISTINA – Eduardo, dice que va a vender el anillo de matrimonio.

BETTY – Decile que con eso no va a salir de pobre.

CRISTINA – Ah eso es porque ahora está lleno de ideas. Dice que para qué necesitamos
dos anillos, que con uno basta, que uno lo usa una semana y el otro la semana siguiente.

BETTY – No es una mala idea.

CRISTINA – De un chiflado.

BETTY – De un chiflado.

CRISINA – Le dice a los hijos que no caminen tanto, que gastan la suela de los zapatos
que en la casa tienen que aprender a andar descalzos así los zapatos les duran más.

BETTY – Está trastornado.

CRISTINA – Totalmente.

BETTY - ¿Y vos qué hacés?

CRISTINA – Lo dejo suelto. Mientras no lastime a nadie que diga lo que quiera, lo
prefiero hablador y absurdo que callado y andá a saber con qué ideas en su cabeza. Si
está desequilibrado después lo vemos. Hay que reírse de las cosas malas que le pasan a
una, cuando no se tiene nada la risa es una forma de ganarle a lo malo que nos pasa.

BETTY – Ay cuando éramos jóvenes y llenas de ilusiones ahora somos unas viejas que
no saben adónde ir. Esto es lo que tenemos y esto es lo que somos.

CRISTINA – En este mundo la chica bonita no se va con el héroe sino con el gordo y
feo millonario.

BETTY – Andá a tu casa Cristina. Andá a saber qué estarán haciendo tus hijos.
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CRISTINA - ¿Tus hijos vienen a visitarte?

BETTY – No.

CRISTINA – Eso está mal.

BETTY – Quizás lo que ellos piensan es que es la madre la que está mal.

CRISTINA – Bueno. Pará un poco. Quiero levantarte el ánimo y te tirás tierra encima.
Así no se puede consolar a nadie.

BETTY – Estoy bien, andá nomás.

CRISTINA – Dame los cuchillos y tijeras que tengas.

BETTY - ¿Para qué?

CRISTINA – Yo sé por qué te lo digo. Para irme más tranquila.

BETTY – Pero por qué.

CRISTINA – Sola, aquí, se te pueden ocurrir ideas raras.

BETTY – Cristina si quisiera matarme, estamos en un octavo piso, me tiro por el


balcón.

CRISTINA - ¡Ves! Ahí está, ya se te empiezan a ocurrir ideas raras.

BETTY – Cristina te estoy siguiendo la corriente.

CRISTINA – ¡A mi me estás siguiendo la corriente! Ahora soy yo la loca acá. No soy


yo la que quiere suicidarse.

BETTY- Ni yo tampoco pero como sos vos la que me pide cuchillos, y ¿por qué me
pedís tanto los cuchillos?

CRISTINA – No me confundas, no me confundas. Que sino no me voy de aquí.

BETTY – Es que no sé qué me querés decir.

CRISTINA – Y yo tampoco sé qué quiero decirte, soy maestra de escuela,trato con


niños, la tragedia más grande que tengo es un chicle que algún tarado le pegó en el pelo
a una nena y esto no se parece en nada a eso. No se me ocurre decirte nada, que lo que
te está pasando es sólo una curva en tu camino, más bien una curva y un pozo y ahí te
quedó la rueda, ¿ves? Ni siquiera sé lo que quiero decirte.
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BETTY – Y no te preocupes, no me digas nada, sola me metí y sola voy a salir.

CRISTINA – Espero que por lo menos tengas una úlcera porque a mi me esta saliendo
una con todo lo tuyo.

BETTY – Mi matrimonio era un naufragio, desde hace tres años solo flotábamos
sosteniéndonos con los pedazos que quedaban de nuestro matrimonio, vino esto, y yo
qué sé, algo pasó.

CRISTINA – No te puedo dejar sola. Me da miedo. Voy a llamar a casa para decir que
me quedo con vos.

BETTY – Pero no seas boba, estoy bien, no me va a dar nada.

CRISTINA – Pero a mi si me va a dar algo por lo tuyo.

BETTY – Cristina ¿qué querés hacer, un pijama party como cuando teníamos doce
años? Ya estamos pelotudas.

CRISTINA – Los pelotudos también se deprimen.

BETTY – Y yo estoy en esa lista. Me siento a dos centímetros de la mugre del suelo
pero esto es mío, es lo que elegí, para bien o para mal. Yo me tejí esta bufanda y me la
voy a poner como pueda.

CRISTINA – Justo tenía que elegir como imagen una bufanda, que me da mala
imagen . Como que te fueras a ahorcar con la bufanda esa.

BETTY – Bueno, yo me tejo los escarpines ¿así te gusta más?, yo me tejo los
escarpines y yo me los pongo ¿Está mejor eso?

CRISTINA – No, porque te imagino con las agujas de tejer en las manos, y como que te
veo que te las clavás.

BETTY – Pero... es todo una tragedia. No me estás levantando el ánimo precisamente.

CRISTINA - ¿Ves? Me quedo, aunque mis hijos incendien la casa. ¿No serán capaces
de hacer eso, verdad?

BETTY – No te preocupes por tus hijos, porque ahora vas a ir y ver lo que hacen
personalmente. Andá a cuidar a tus hijos que se conviertan en elementos útiles a la
sociedad y no se maten entre ellos antes.

CRISTINA – Justo tenías que usar esa metáfora. Me quedo diez minuto más. ¿Lo vas a
soportar?

BETTY – Bien, pero diez minutos y te vas ¿querés un café?


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CRISTINA – Y si, dame un café.

SE VA BETTY

CRISTINA – Café...cocina...gas...¡EL GAS!. No Betty, gracias, Agua, dame agua, un


vaso de agua. Quiero agua sin gas.
SEVA CORRIENDO ANGUSTIADA HACIA LA COCINA, CRISTINA.
FIN DE LA TERCERA ESCENA
CUARTA ESCENA
Un mes después (en realidad veinticinco días pasaron) de la reunión, vuelve del viaje Ana.
Betty y Cristina están sentadas en un sillón, calladas, los brazos cruzados las piernas
cruzadas, esperando, ruido de llaves y puerta Ana entra.

ANA – Hola (No sabe si hay alguien en el apartamento, por lo que su saludo lo hace de
manera protocolar y sin esperar contestación)

BETTY – Hola.

ANA – Hey, hola ¡están las dos!

CRISTINA – Al fin viniste.

ANA – Cuando tenía que ser, tres semanas de alegría y playas.

CRISTINA – Pues de este lado parecieron como treinta años de amargura y desolación.

ANA – Por qué ¿qué pasó?

BETTY – Nada. Lo importante es que llegaste. Dejá que cuente antes lo suyo.

ANA – Lo importante es que fui al carnaval de Río. No lo puedo creer todavía. Estuve
ahí, estuve ahí.

CRISTINA - ¿Cómo te fue?

ANA – Fantástico vestida toda de plumas...

CRISTINA – Te disfrazaron de gallina.

ANA – No me tirés la alegría para abajo, estaba de pavo real, era un pavo real.

CRISTINA – Una pavota.

BETTY Y ANA HACEN UN SILENCIO PARA MIRAR FIJAMENTE A CRISTINA.


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CRISTINA - ¿No dijo que estaba de pavo real? ¿No dijiste que estabas de pavo real? Y
bueno cuál es el femenino del pavo: la pavota.¿O no?

ANA – (Lo dice con la voz neutra como si repitiera un mantra)Nada ni nadie
empalidecerá mis recuerdos del carnaval.

CRISTINA – Vamos arriba, estabas con plumas ¿así está bien? Estabas con plumas ¿y
después?

ANA- Las luces estuvieron maravillosas, el carnaval estaba maravilloso y Río de


Janeiro estaba maravilloso. Cuando pienso en todo aquello se me pone la piel
de gallina.

BETTY Y ANA MIRAN A CRISTINA PARA VER COMO REACCIONA PERO


ELLA ESTA TRANQUILA E INDIFERENTE.

CRISTINA – La piel de gallina ya la oí. Aquí estuvimos igual de maravillosos también.

ANA – Ah si.

CRISTINA – Si señor como una maravillosa mierda estuvimos.

ANA – Ay, ahí viene lo gris, la desilusión.

BETTY – (A Cristina)Dejala que cuente sus cosas.

ANA – Yo todavía no me pienso bajar de mi nube.

BETTY – No lo hagas, no lo hagas.

ANA – Oh, está bien ¿qué pasó?

CRISTINA – A esta la dejaron abandonada en la puerta de la iglesia, Eduardo quedó sin


trabajo y mi suegra se murió.

ANA – Algo así podía pasarte.

BETTY – Y pasó.

ANA – Estaba dentro de los peores cálculos.

BETTY – Si, señor.

ANA – Peor es nada.

BETTY – Peor es no haber tenido esta oportunidad. No lo sé. Mirá el revoltijo en qué
quedó mi vida.
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CRISTINA – Capaz que tenías que llegar al fondo del pozo, ahora la única salida que
tenés es ir para arriba.

BETTY – No hay otra salida. ¿Tu suegra se murió? Pero no lo sabía, no me dijiste nada.

CRISTINA – Cómo para hablarte de muertos estabas vos. Más muerta que viva
andabas.

ANA – Bueno, no hablen entre ustedes,cuéntenme qué pasó.

CRISTINA – Puf, mirá mis cosas son meros detalles insignificantes. Yo aquí te hago
entrega, en este sencillo homenaje a nuestra querida Betty para que le martilles vos
todos los clavos que tiene torcidos a lo largo y ancho de su vida. Y además murió mi
suegra la semana pasada.

BETTY – No puedo creer que no me lo hayas dicho.

CRISTINA – Y bueno se murió. Y justo le estaba empezando a agarrar alguna


simpatía,no así una cosa fabulosa de simpatía pero la vieja al final, como que se me
murió la vieja pesada esta. Creo que me lo hizo a propósito.

ANA – Y si eso hace muy seguido la gente morirse para molestar a los demás.

CRISTINA – Qué vieja maldita. Justo a la noche antes de morirse estaba pensando que
me estaba cayendo bien. Se murió en la cama, ni nos enteramos, se fue a dormir como
todas las noches se despidió como siempre, estuvo horas en el baño como todas las
noches, siempre pensábamos que se había quedado dormida en el baño, estuvo horas y
al final salió y se fue a la cama y justo en esa noche pensaba, “creo que me está cayendo
bien la vieja esta”, y ¡Zas! Se me muere. No se puede creer.

ANA – Una grosera verdaderamente irse de esa manera.

CRISTINA – Verdaderamente.

ANA - ¿Y a vos Betty qué te pasó?

BETTY – Me dejó.

ANA – Así nada más.

BETTY – Así nada menos.

ANA - ¿Y cómo estás?

BETTY – Me conseguí un psicólogo.


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CRISTINA – Aflojá un poco, tanto llanto, tanto llanto y te conseguiste otro.

BETTY – Un psicólogo que es psicólogo.

CRISTINA – No me digas, pensé que era un psicólogo que era un veterinario.

BETTY – Que estoy yendo a un psicólogo.

CRISTINA – Lo bien que hacés porque no se entiende cuando hablás. No sos clara.Y
además me sacás un peso de encima diciéndome eso. Todos los días pensando “esta
mujer se me mata en cualquier momento y va a ser mi culpa”. Ahora con un loquero de
por medio tenés total libertad para matarte, ahora estoy tranquila, le pasé la
responsabilidad, es de él y no mía. No sabés el alivio que siento.

BETTY – Bueno, qué suerte que tenés que yo tenga un psicólogo.

CRISTINA - ¿Por qué no te ahorrás dinero y te vas directamente a tu casa? Está tu


marido pero también están tus hijos, y los hijos son, bueno, los hijos son los hijos.

BETTY – Lo primero que hicieron mis hijos cuando me fui, fue comprar un perro.

CRISTINA - ¿Un perro?

BETTY – Yo no quería, nunca quise un perro. No me gustan. Ellos insistían y siempre


les decía que no.

ANA – Andá preparándote vos Cristina por las dudas.

CRISTINA – Te cambiaron por un perro.

BETTY – Y están encantados.

CRISTINA – Es lo que tienen los perros. Las madres no podemos competir con los
perros. ¿Un perro?

BETTY – Un perro.

CRISTINA – Seguí con el psicólogo, y si te sobran algunos minutos con tu psicólogo


podrías dárselos a Eduardo, Eduardo necesita una buena patada en el culo pero con
altura, con inteligencia para que se deje de decir tantas pavadas.

ANA- ¿Y Eduardo quedó sin trabajo?

CRISTINA – Y por el camino también perdió el cerebro. Está terrible. Dice que podría
ser un gran vendedor de papel higiénico porque es un experto en hacer cagadas.

BETTY - ¿Está mal?


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CRISTINA – Está peor que eso. Pero al mismo tiempo la muerte de la madre fue como
un sacudón para él. Es como si las naranjas de su cerebro con el golpe de la muerte de
la madre como que se le acomodaron las naranjas en el cajón. Y por un lado está muy
bien y por otro está muy mal.¿Me explico?

ANA – Algo.

BETTY – Algo.

CRISTINA – Bueno arreglensen con eso porque no sé explicarlo de otra manera. Que
no está tan tarado como antes podría decirles pero me suena un poco fuerte para el
pobre.

ANA – Pero es más claro.

BETTY – Así está mejor.

CRISTINA – Vamos caminando por la vida, no pasa nada, la misma indiferencia, la


misma cosa gris todos los días, hacemos todos los días lo mismo de todos los días y de
pronto ¡PUM!, una pata en el culo.

BETTY – La gran patada en el culo.

ANA – La famosa gran patada en el culo.

CRISTINA – Exactamente, la gran patada en el culo que te hace ver las cosas que ves
todos los días de otra manera.

ANA – Y con una patada en el culo te lo debe hacer ver dolorosamente.

CRISTINA – Estoy hablando de algo serio.

BETTY – Científico y no nos estamos riendo.

CRISTINA- Y hablando de reírse de algo ¿Vos no habrás andado ventilando tus tetas
por el Carnaval de Río?

ANA – No....no,no. No delante de las cámaras de televisión pero después fuimos a la


favela y en la favela había una fiesta. Fiesta para los que pagamos por estar en la scola.
Y ahí puede ser, porque no me acuerdo de nada de esa fiesta.

BETTY – Ana, mirá si te reconocen en alguna foto, alguno de tus alumnos, o algún
profesor.

CRISTINA – O si estás embarazada, porque si no te acordás de nada.


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ANA – No, bueno, sin exagerar, me acuerdo que bailé, tomé cerveza, que hacía calor,
que había mucha gente y que hacía mucho calor.

CRISTINA – Andá a saber qué era ese calor.

ANA – No el calor era del aire, era el calor atmosférico.La sensación térmica.

CRISTINA – Peor porque hay sensaciones y sensaciones.

ANA – Me vas a terminar arruinando mi carnaval en Río y no te lo voy a perdonar.

CRISTINA – No digo más nada.

ANA – Nada más.

CRISTINA – Nada. Hasta dentro de nueve meses.

ANA – Basta.

CRISTINA – Nada más.

ANA - ¿Sabés por qué te queremos Cristina?

CRISTINA – Porque eran unas vagas y yo las obligaba a estudiar. Si no fuera por mi
esfuerzo ustedes estarían barriendo en las calles.

BETTY – Bueno si, eso es cierto, te queremos por eso.

ANA – Y además porque toda persona necesita de alguien insoportable cerca que te
diga cosas desagradables. Algunas tienen a sus maridos y nosotras te tenemos a vos.

CRISTINA - ¿Y te tengo que dar las gracias por esas palabras? No sé qué agradecerte
primero que me llames insoportable o que me digas desagradable.

BETTY – Y porque nos hacés reír.

ANA – Y pensar. No olvidemos que pensar a veces es importante.

CRISTINA – Lástima que si vamos al caso de ustedes dos pensar es un rubro totalmente
desperdiciado en sus cabezas, viendo las ideas que se les ocurren.

ANA – Mirá una cosa, yo estoy libre, Betty ahora está libre ¿por qué no planeamos ir a
tomar clases de buceo en el Caribe?

CRISTINA – Prefiero que me atropelle un ómnibus en Montevideo a que me atropelle un


tiburón en el Caribe.
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BETTY – Dale, vamos, date un gusto.

CRISTINA – Y vos qué vas a hacer, ahogarte las penas siendo comida por un tiburón pero
dejame tranquila y aburrida acá cerca nomás.

ANA – Dale, vamos.

CRISTINA – Prefiero morir asfixiada en un ómnibus en donde nadie se puso desodorante a


morir asfixiada en el mar del Caribe.

BETTY – Hacé algo distinto.

ANA – Salí de la rutina.

CRISTINA - ¿Y qué tiene de malo la rutina? Me encanta la rutina, amo la rutina. Encontrar
mi taza siempre en el mismo lugar, una seguridad. Tener mi cepillo de dientes ahí como
siempre, una tranquilidad. Amo la rutina.

ANA – No sé como llegaste a ser amiga nuestra.

CRISTINA – Eso es fácil, porque ustedes piensan con los pies y yo pienso con la cabeza y
querían tener a alguien que les rompiera sus rutinas.

ANA – Lo que tengo que viajar para encontrar maravillas y aquí nomás tengo a una
maravilla como vos.

CRISTINA – Amo la rutina.

BETTY – Ahí vamos otra vez.

CRISTINA – Bueno, basta, me voy a mi casa.

ANA – No, acabo de llegar vamos a tomar algo las tres.

BETTY – Vamos a comer pizza y tomar una cerveza.

CRISTINA – Yo no puedo tomar cerveza estamos a mitad de la semana. Pero si quieren me


quedo con ustedes a verlas vomitar, si quieren.

ANA - ¿Vamos?

CRISTINA – Vamos.

BETTY - ¿Qué van a decir tus hijos? Hace más de media hora que no llamás para ver qué
hacen.
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CRISTINA – Dejalos a esos degenerados. Mi mayor venganza será cuando tengan hijos
propios. Cómo me voy a reír de ellos entonces.

ANA – Ah,no hay nada más dulce que el instinto materno.

CRISTINA – No hay nada más dulce que la venganza. Espero que tengan muchos hijos y
que pasen por todo lo que me han hecho pasar a mí.
SE APAGA LA LUZ
FIN

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