(Salmo 91) Este salmo ha infundido confianza y fortaleza a innumerables cristianos rodeados de circunstancias peligrosas y penosas. Aquí vemos bendiciones que Dios dará a los que hacen las tres cosas mencionadas en vv.1, 9, 14. Ellos disfrutarán de: 1. SU PRESENCIA (vv. 1, 2): No hay nadie más Alto o más Potente que Dios, sin embargo, Él quiere que estemos cerca de él (véase Jn.14:23; 15:4). 2. SU PROTECCIÓN (vv. 3, 4): Nuestro adversario, el diablo, es el «cazador» que tiende su lazo para hacernos caer, pero el Señor ofrece la protección de sus «alas» (Sal.55:6; 57:1). 3. SU PRESERVACIÓN (vv.5–10): No podemos evitar los peligros y las vicisitudes que son comunes a toda la humanidad, pero la fe (v.9) puede vencer el «temor». Mientras los impíos, cuyo pecado es el causante de todos los males, sufrirán la retribución merecida (v.8), el creyente sabe que todo está bien para los que a Dios aman (véase v.14; Ro.8:28). 4. SU PROVISIÓN (vv.11, 12): Dios envía sus ángeles para ministrar a los que serán herederos de salud (He.1:14). 5. SUS PROMESAS (vv.14–16): «Yo lo libraré (Jn.8:32, 36), pondrélo en alto (Ef.2:6), le responderé (Jn.15:7), estaré con Él (He.13:5), le glorificaré (Ro.8:30), saciarélo de larga vida (Jn.10:10–28), mostraréle mi salud» (Col.3:4). CONCLUSIÓN. ¡Con tales promesas qué seguros son los que habitan cerca de Dios!