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UN GROTESCO PASADO

Durante el siglo XX apareció un gran exponente del indigenismo peruano, el cual a través de la
escritura nos mostraba la impactante realidad de los abusos sometidos en las haciendas. Es
decir, aquellos que se creían superiores al indio tales como el hacendado, lo deshumanizaban al
hecho de tratarlo como lo más insignificante y aberrante de la sociedad, como si de un animal se
tratase puesto que lo privaban de las más ínfimas condiciones dignas de trabajo. De modo que
este personaje ilustre se volvió admirable a visión de muchos peruanos debido a su manera de
plasmar la realidad que se vivía día a día en el Perú. Sin más preámbulos, el susodicho llevaba
por nombre “José María Arguedas”.

En esta historia se representa al pongo como la masa de indios sometida al terrible sistema
gamonal del siglo XX y al personaje de la señora como símbolo de opresión debido que tenía
como objetivo destruir toda la dignidad de su propia servidumbre, sin ninguna clase de
remordimiento, a lo largo de la narración. Cabe resaltar que este cuento no es original de Arguedas
sino de un indígena que se lo contó alguna vez, para que luego él lo tradujera y añadiera algo de
sí mismo. Sin duda alguna, aquel indio vivió en carne propia los abusos y maltratos de los
gamonales, dándole así ese realismo que cautivo la obra de Arguedas. Además que este último
procedió a darle el habla a los que no tenían palabra alguna en la sociedad peruana de una manera
diáfana y honorable.

El patrón no hace más que humillar al pongo durante el cuento con aquel complejo de superioridad
que lo caracteriza y le hace creer de manera verídica que él está por encima de alguien más débil
que su persona.

Ningún ser humano merece ser tratado con malicia y menos ser degradado ante la comunidad.
Como por ejemplo ser obligado a imitar animales o recibir castigos físicos sin razón aparente.
Aunque esto era muy normal en las zonas rurales por aquellos días. Los gamonales despojaban
de sus tierras a los indios con juicios fraudulentos y cuando estaban acorralados les ofrecían
préstamos impagables quedando atados y obligados a trabajar para él, como pudo ser el caso de
la chica que se mencionó en el cuento.

Nuestro país es el resultado de una mezcla de muchas culturas, obtenida a raíz de cientos de años
de colonialismo, donde predomina la europea y la amerindia. Sin embargo, no se llegó a concretar
una convivencia pacífica y próspera entre estas dos. Una terminaría dominando y sometiendo a
la otra durante mucho tiempo aún después de lograda la independencia del Perú. Esto dejaría en
el abandono a la mayoría de pueblos andinos por parte del Estado, dando a entender que ellos
mismos se olvidaron poco a poco que eran peruanos.
En el “Discurso en el Politeama” de Manuel González Prada destacamos estas dos citas sobre la
situación del indígena peruano: “No forma el verdadero Perú las agrupaciones de criollos y
extranjeros que habitan la faja de la tierra situada entre el Pacífico y los Andes” y “la nación está
formada por las muchedumbres de indios diseminadas en la banda oriental de la cordillera”. Estos
fragmentos del discurso más el cuento de Arguedas nos enseña cómo se trataba a la verdadera
nación peruana.

González Prada vivió antes del siglo XX y tal parece que la situación no cambió mucho desde
entonces. Asimismo, el combatió en la Guerra del Pacífico, dejándonos esta frase tras sus
hazañas… “Si del indio hicimos un siervo, ¿qué patria defenderá? Como el siervo de la Edad
media, sólo combatirá por el señor feudal”, la cual nos da a entender que pese a estar en guerra
seguíamos siendo una sociedad dividida y discriminadora. Definitivamente, era lamentable ver
como en aquellas situaciones de tanta necesidad, donde todo el país debía ser un solo puño para
combatir contra el enemigo sureño, seguían sin estar juntos pese a las circunstancias.

Todo esto sucede no solo debido a la voluntad de los gamonales sino a una entidad que permitió
que suceda e incluso llego a actuar a favor de los grandes hacendados atentando contra el bienestar
de aquellos que pecan únicamente del término ignorancia. Era evidente que el Estado peruano no
le había tomado la importancia debida a la situación del indio durante mucho tiempo.

Pese a toda la abyección de los gamonales, guardaban una profunda fe religiosa, herencia del
colonialismo español, como se aprecia en el cuento ya que en cierta escena se muestra a la señora
dándole suma importancia a lo que le esperaba en el más allá aún si se trataba de solo un sueño.
Aunque hay que añadir que ella también disfrutaba de cómo la mísera chica era humillada,
cubriéndola de heces. A diferencia de su vil ser que era cubierto de una dulce miel. Plasmando de
esta manera, su nivel de deshumanización hacia el pongo. Además de seguir ensimismada en el
pensamiento de que tras ser juzgada, sería bien vista e incluso premiada. Al contrario de la víctima
que sería castigada y ridiculizada para su deleite.

En el transcurso del cuento, la chica se atreve a contarle su sueño a la señora, consciente de que
lo más probable es un cruel castigo. No obstante, es una victoria moral para ella. Por ende le
cuenta indirectamente a su patrona que por toda su perversidad será condenada en la otra vida.
Todo toma un giro repentino en su relato y da a entender que a pesar de la penitencia que ella ha
recibido a lo largo de su vida, tiene fe en que será recompensada por haber actuado bien y quien
se lo merezca recibirá su castigo.

Podemos finalmente decir que este cuento, aunque corto, representa uno de los niveles más altos
de reivindicación del indio peruano al ser una víctima de un sistema tan cruel como fue el
gamonalismo. Siendo Arguedas junto otros autores de la corriente indigenista uno de los pocos
insignes que deja en evidencia la situación del indígena para conseguir un anhelado cambio en el
país.

Se nos invita a reflexionar a nosotros de que tan bajo puede caer una sociedad cuando se trata de
discriminación y odio sin motivo alguno. Dando como resultado estos hechos inhumanos que a
día de hoy forman parte de nuestra historia.

En la actualidad, si bien sistemas como el del gamonalismo ya no existen y los casos de esclavitud
y humillaciones son muy poco comunes debido a la globalización de nuestro país, seguimos
siendo una sociedad discriminadora y centralizada. Esta es una cruda realidad de la que podemos
escapar de a poco con cuentos como este e informándonos continuamente. Un cambio como el
mencionado, sin duda, le dará a nuestro país una nueva imagen, purificada y educada después de
tantos años, y es nuestro deber como peruanos buscar ese ideal para un mejor Perú.

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