Lic. Humanidades y Lengua Castellana Problemas fundamentales de política Lizeth Natalia Arias Gil 20182260099 Respuesta a la pregunta ¿Cuáles son los argumentos de Bakunin, en contra del estado liberal y los contractualitas? Mijaíl Bakunin fue un anarquista Ruso. Es el más conocido de la primera generación de filósofos anarquistas y está considerado uno de los padres de dicho pensamiento, impulsando este como un movimiento político que supone una liberación social. Su obra más conocida, Dios y el estado, es escrita en el año 1871, en este expresa su inconformismo ante el derecho absoluto del Estado, resaltando la importancia de la Libertad. En un primer momento se parte de la idea común de los absolutistas monárquicos y los doctrinarios liberales de que “el Estado es un mal necesario, y que toda la civilización consistió en esto, en disminuir cada vez más sus atributos y sus derechos" (Bakunin, 1871), esta cita claramente expone que vivir en sociedad es ceder los derechos, buscando el bien común, sin embargo, el ceder hace parte de perder. Bakinin explica las razones que llevan a los liberales a apoyar esta idea, en primer lugar está el hecho de que la mayoría pertenecen a la clase burgués y buscan obtener el derecho de la anarquía para poder disfrutar sin leyes, no obstante, este debe ser accesible a las masas, pues afirmara este filósofo: son demasiado ignorantes para disfrutarla […] porque si las masas se cansarán de trabajar para otros, se insurreccionasen, la existencia política y la burguesía se derrumbarían (Bakunin, 1871); expresando de este modo, que es la masa quien posee el verdadero poder. Es a través de la burguesía y la política que el Estado se convierte en un medio de dominación y control sobre las masas, llegando a denominar a estas como “esclavos” En segundo lugar toman la libertad dada a los hombres desde su nacimiento, como base de sus ideales. Pero al no saber controlarla y llegar a un estado de guerra crean el Estado por medio de un pacto y empieza la vida en sociedad: "Por tanto es evidente que, dotado de un alma inmortal, de una infinitud y de una libertad inherentes a esa alma, el hombre es un ser eminentemente antisocial. Y si hubiese sido siempre prudente, exclusivamente preocupado de su eternidad, si hubiese tenido ánimo para despreciar todos los bienes, todos los afectos y todas las vanidades de esta tierra, no habría nunca salido de ese estado de inocencia o de imbecilidad divina y no se habría formado nunca la sociedad. En una palabra, Adán y Eva no habrían probado el fruto del árbol de la ciencia y nosotros viviríamos todos como animales en el paraíso terrestre que dios les había asignado por morada. Pero desde el momento que los hombres quisieron saber, civilizarse, humanizarse, pensar, hablar y gozar de los bienes materiales, han debido salir necesariamente de su soledad y organizarse en sociedad. Porque tanto como son interiormente infinitos, inmortales, libres, tanto son exteriormente limitados, mortales, débiles y dependientes del mundo exterior. (Bakunin, 1871) Sin embargo, el hombre no logrará emanciparse de la sociedad por en ella no pierde la libertad sino que al contrario la encuentra, según Bakunin "el hombre no realiza su libertad individual o bien su personalidad más que completandose con todos los individuos que lo rodean, y sólo gracias al trabajo y al poder colectivo de la sociedad, al margen de la cual, de todos los animales feroces que existen sobre la tierra, permanecería siempre él, sin duda, el más estúpido y el más miserable. En el sistema de los materialistas, el único natural y lógico, la sociedad, lejos de aminorarla y de limitarla, crea, al contrario, la libertad de los individuos humanos. Es la raíz, el árbol y la libertad es su fruto. Por consiguiente, en cada época el hombre debe buscar su libertad, no al principio, sino al fin de la historia, y se puede decir que la emancipación real y completa de cada individuo humano es el verdadero, el gran objeto, el fin supremo de la historia. " (Bakunin, 1871) No obstante el hombre al vivir en sociedad es susceptible de malinterpretar el objetivo de gobernar -sacrificarse por aquellos a los que se gobierna- y caer en el ejercicio de la explotación. En conclusión, el hombre al nacer pierde parte de su libertad porque está determinado a vivir como la sociedad lo plantea, no hay un pensamiento completamente libre, es el producto de un contexto dado por la casualidad geográfica de su primer respiro que lo obliga a permanecer en constante sumisión bajo las reglas de la burguesía o al contrario, a ejercer dominio sobre las masas débiles e ignorantes.