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1er ensayo Historia Contemporánea Siglo XX

Nombre: Fabio Cáceres.

Cátedra: Historia Contemporánea S. XX.

Profesor: Pablo Álvarez.

Ayudante: Franco Raglianti.

Fecha: 28/03/2019.
¿Es la Primera Guerra Mundial el hecho o proceso fundacional del siglo XX? ¿Podemos
seguir hablando de Guerra Mundial?

La llegada del siglo XX en Europa traería un giro radical al devenir histórico que se venía
desarrollando y que se consolido durante el siglo XIX, dando lugar a acontecimientos atroces
nunca presenciados en Occidente hasta entonces. El siglo XX represento una ruptura con
respecto a la Europa decimonónica, donde el avance de las ciencias y la fe en el progreso se
habían convertido en el estandarte de la Europa del siglo XIX. En base a lo anterior, podemos
afirmar que la Primera Guerra Mundial, uno de estos acontecimientos, correspondería al
hecho fundacional de los ciclos históricos del siglo XX, representando a su vez el derrumbe
de los preceptos que sustentaron a la Europa decimonónica.

En primer lugar, podemos entender que en el siglo XX se produjo una ruptura debido a
que Europa paso a vivir una era de esplendor y encabezar la civilización en occidente a vivir
una ola de catástrofes que cambiarían por completo la política, la economía y la sociedad
europea, dejando esa época de oro atrás en el pasado. Esta ruptura se vio representada
esencialmente con el estallido de la Primera Guerra Mundial, el cual empezaría con un
conflicto regional que iría escalando hasta convertirse en un conflicto que sumiría a toda
Europa en la ruina. El estadillo de la Primera Guerra se puede remitir a 4 factores entrelazados
entre sí: Imperialismo, Capitalismo, Nacionalismo y el “Concierto de Europa”.

El imperialismo significaría la expansión Europea a otras latitudes del mundo


estableciendo la hegemonía de esta misma, lo que causaría que hubiese grandes Imperios
Europeos que se repartieron el mundo de una forma que se mantuviera una cierta armonía
que se sostendría bajo el principio de que ninguna nación podía intervenir en los asuntos de
otras naciones y que estas se centraran dentro de sus propio territorio. Esta relativa paz se vio
perturbada con la unificación Alemana que representaría la entrada de otra superpotencia a
este orden, lo que influenció en el desarrollo de una carrera armamentista que iría escalando
progresivamente. Por otro lado, el sistema capitalista de corte liberal se sustentaba en la
explotación imperialista, lo que causo que cualquier roce que tuvieran las potencias se
produjera en sectores periféricos a Europa, reduciéndose solo a disputas por las materias
primas, contribuyendo a la existencia de una relativa paz en el continente. El factor
determinante del comienzo de la guerra sería el nacionalismo llevado a un punto de
exacerbación, que haría creer a cada Europeo que su nación era el estandarte de la
civilización, lo que provoco que muchas personas fueran ajenas a la realidad de sus vecinos,
además de influenciar fuertemente al enrolamiento masivo de contingentes una vez estallada
la guerra producto al sistema de alianzas.

A partir de lo anterior es deducible que este conflicto era inevitable, ahora queda
establecer si este conflicto representa una ruptura en el ideario Europeo y si esta se puede
considerar un conflicto de alcance global. Al respecto cabe mencionar la propuesta de Enzo
Traverso en su obra A sangre y fuego plantea que si bien la guerra tuvo alcance global
(producto a la movilización desde las colonias a las metrópolis, u la entrada de potencias
extranjeras como E.E.U.U), esta se entiende como una Guerra Civil Europea, que a palabras
del autor “marca el final de una cierta idea de Europa y el punto de partida de una nueva
época de crisis, de conflictos sociales, políticos y militares1, lo que representaría a fin de
cuentas la tumba del espíritu Europeo. El autor agrega que la guerra no solo se centró en el
choque de nacionalismos, sino que también hubo una lucha entre modelos económicos,
sociales, e ideológicos, lo que se traduciría en la formación de bloques antagónicos más allá
de la Triple Alianza y Triple Entente, que buscaban imponer un nuevo modelo de civilización
a todo el mundo. En este sentido, lo anterior se convertiría en un rudo despertar del sueño
hedonista que represento la modernidad Europea, ya que, la Primera Guerra Mundial expresó
una cruda violencia entre los mismos europeos nunca vista con anterioridad, y que contrario
a como se tenía presupuestado, este conflicto no llevó a ningún progreso, sino que, al
contrario; sería el preludio para las posteriores catástrofes europeas.

En contraste a lo anterior, Kershaw en Descenso a los infiernos plantea que la modernidad


europea se desarrolló se forma dispar en toda Europa, y que esto sería un factor que marcaría
las profundas diferencias entre las naciones y sus respectivos bloques que conducirían a la
guerra, mencionando que:

“En otras zonas menos desarrolladas del continente, la situación era distinta (…) los conceptos de un
progreso aparentemente ilimitado de la civilización basado en la autoridad benigna del estado y el respeto de
la ley, que posteriormente formarían parte de la idea de “edad de oro” perdida de la clase media de la Europa

1
TRAVERSO, Enzo. A sangre y fuego. De la guerra civil europea, 1914-1915. Valencia: Universitat de
Valencia. 2009. p.36.
central, septentrional y occidental, parecían extraños desde la perspectiva de la periferia del sur y el este del
continente”2.

Además, señala que “La cara oscura de la “edad de oro” de la civilización y el progreso
de Europa se puso de manifiesto en forma embrionaria en otra corriente de pensamiento, la
“eugenesia”, y su pariente cercano el “darwinismo social”3, evidenciando que la modernidad
europea también contaba con un lado atroz que hasta entonces solo se había manifestado en
las colonias y que la guerra correspondería a el traslado de este terror dentro del seno de
Europa.

Otra visión respecto a la primera guerra y el derrumbe de los valores de la civilización


europea corresponde a la propuesta de Eric Hobsbawn, el cual utiliza el concepto de La era
de las catástrofes dentro de su marco historiográfico del siglo XX corto. Esta era de las
catástrofes se inaugurarían a partir de la primera guerra, la cual vendría a ser una guerra total,
producto a que las denominadas guerras mundiales enfrentaron por primera vez a las grandes
potencias e imperios, además de contar con distintos focos alrededor del mundo. La primera
guerra mundial represento una catástrofe debido a que “en el pasado, prácticamente ninguna
de las guerras no revolucionarias y no ideológicas se había librado como una lucha a muerte
o hasta el agotamiento total”4. La postura del autor también comparte cierta similitud con lo
postulado anteriormente por Traverso con respecto al derrumbe de la civilización europea,
esto en palabras del autor: “La humanidad sobrevivió, pero el gran edificio de la civilización
decimonónica se derrumbó entre las llamas de la guerra al hundirse los pilares que lo
sustentaban”5.

El concepto de siglo XX corto es criticado por Enzo Traverso en La historia como un


campo de batalla, señalando que:

“En síntesis, la periodización propuesta por Hobsbawm en sus libros queda presa de un horizonte
eurocéntrico, o al menos, occidentalocéntrico. Al adoptar la perspectiva de una historia global, Osterhammel
se niega a fijar fronteras cronológicas rígidas para definir unas épocas cuya unidad estaba fundada en

2
KERSHAW, Ian. Descenso a los infiernos. Europa 1914-1949. Buenos Aires: Crítica. 2016. p. 45.

3
Ibíd, p. 50.
4
HOBSBAWN, Eric. La época de la guerra total en: Historia del Siglo XX. Buenos Aires: Crítica, 2010. p.
37.
5
Ibíd, p. 30.
estructuras temporales abiertas. La noción de largo siglo XIX, entre la revolución estadounidense y la gran
guerra, solo es válida a posteriori para el mundo occidental y sobre todo Europa” 6

En segundo lugar, si es que la Primera Guerra Mundial podría ser considerada como un
conflicto de escala global es debatible, por su parte podemos establecer que las consecuencias
de este conflicto armado repercutieron a nivel mundial, tal es el caso de la Crisis del 29, que
no solo seria la crisis capitalista más grande hasta ese momento, sino que también
representaría la decadencia de la hegemonía Europea. Tras la devastación de la Primera
Guerra Mundial la economía europea se encontraba muy lejos de los tiempos de antaño, la
industria militar representó grandes costos a las naciones beligerantes, quienes tuvieron que
recurrir prestamos de Estados Unidos para poder palear los déficit que dejo la guerra y
reconstruir una Europa devastada. Lo anterior se suma a la crisis inflacionaria Alemana del
21, producto a las duras sanciones del Tratado de Versalles, específicamente el pago de
indemnizaciones que termino en el devaluó de los Marcos Alemanes.

Ante la situación de la perdida del mercado europeo, Estados Unidos al no poder vender
manufacturas a gran escala, su economía se empezó a sentar en el sector financiero, así
aumentando las inversiones en la bolsa, que a larga desembocaría en el Crac Bursátil de 1929,
que afectaría en diferentes proporciones a cada rincón del mundo. América Latina fue uno
de los principales afectados, debido a sus economías mono-importadoras. Mientras que en
Europa la depresión tuvo como principal consecuencia una inflación provocada por el
aumento de la demanda de materias primas que las grandes potencias no podían producir.
Ante este escenario, los Socialistas asociaron esta crisis a las propias contradicciones del
sistema capitalista, por lo que infirieron que el modelo soviético era mejor, esto sustentado
con el hecho de que la veloz industrialización fruto de los Planes Quinquenales implementado
por la Unión Soviética provocaron que los efectos de la crisis fueran imperceptibles.

De este modo, el impacto de la Crisis del 29 fue ser explicado a a partir de la siguiente cita
de Eric Hobsbawn:

“para quienes, por definición, no poseía control o acceso a los medios de producción (salvo que pudieran
retornar a las aldeas al seno de una familia campesina), es decir, para los hombres y mujeres que trabajaban a

6
TRAVERSO, Enzo. El fin de siglo En: La historia como campo de batalla. Buenos Aires: FCE. 2012. P. 48.
cambio de un salario, la principal consecuencia de la Depresión fue el desempleo en una escala inimaginada y
sin precedentes, y por mucho más tiempo del que nadie pudiera haber previsto” 7

Finalmente, podemos concluir que la Primera Guerra Mundial si bien fue un conflicto en
el seno de Europa se le puede entender como un conflicto mundial por el alcance que este
tendría en el panorama global, específicamente en sus consecuencias que lo dejarían como
una disputa inconclusa. Aunque esta haya marcado el inicio del ciclo histórico que marcaría
el siglo XX, hay que tener la precaución de no totalizar este proceso exclusivamente en
Europa, ya que los procesos sucesores como la crisis económica, el fascismo, la Segunda
Guerra Mundial y la Descolonización afectarían al mundo en su totalidad.

7
HOBSBAWN, Eric. El abismo económico en: Historia del Siglo XX. Buenos Aires: Crítica, 2010. p. 99.
Bibliografía:

- HOBSBAWN, Eric. Historia del Siglo XX. Buenos Aires: Crítica, 2010. pp. 11-61,
92-147.

- KERSHAW, Ian. Descenso a los infiernos. Europa 1914-1949. Buenos Aires:


Crítica. 2016. pp. 215-336.

- TRAVERSO, Enzo. A sangre y fuego. Valencia: Universitat de Valencia. 2009. pp.


11-104.
- TRAVERSO, Enzo. La historia como campo de batalla. Buenos Aires: FCE. 2012.
pp. 35-104.

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