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eceinac ea suka enege cy oo La leyenda del charango End norte de Jujuy vivia un quirquincho que amaba la miisica, El mundo era una gran sinfonia para 4. Podia estar horas sentado junto alla grieta de una pefia para escuchar pasar el dulce silbido del viento sentir las gotasde lluvia, que tan raras veces cafan en la regin, ‘que eran como una fiesta de percusién para sus oldas, Se emocionaba con el canto delos pares. Reconoda el canto de cada especie por su timbre, sus tonos, sus ritmosy acentos, Si yo pudiera acompafar ese canto, seria tan feliz -se decia el quirquincho. Lasayes, al verlo tan emocionado, se burlaban de él entre risas le preguntaban: —{No te das cuenta de que nunca podrés cantar? Dedicate a otra cosa, Eres muy torpe para esto, Elno se ofendia ni se desanimaba por esas palabras, solo confiaba en que un dia, lograria una misica tan armoniosa como la de aquellos cantos. ‘Cietta vez pasé por un gran chareo de agua y-escuché ol croar de las ranas, Qué alegrtal }Qué hermoso poder presenciary escuchar ese coro de woces! Se acerce y Les dijo: —jRanas, oj lé-alguna vez pueda acompafatlas con mi muisica en tan maravilloso concierto! Las ranas no podian creer semejante propuesta:,cémo iba a lograr ese animal de apariencia ristica y voz ronca unirse a su cancidn? Ya pesar de que elas no le contestaron e ignoraron su presencia, él se quedé escuch4ndolas durante un largo tiempo hasta que termins el concierto, Los dias pasaron, los afios transcurrieron uno a uno. El quirquineho envejecié, pero iun solo dia dejé de disfrutar de los sonidos que la naturaleza producia Elamor del quirquincho por la misica loged llamar la atencién de la Pachamama, la madre dela naturaleza. Por eso, cuando murié, la diosa decidié concederle su tan ansiado deseo. Transformado en un pequefio instrumento, el quirquincho fue dejado al costado de un camino por donde siempre pasaba el mtisico del pueblo. ‘Cuando el hombre lo vio, sedetuvo y pensé que aquello era muy parecido a una guitarra, Se acereé con curiosidad ylo tom6, Tenia cinco cuerdas. Lo observ con mucha atencién y descubrié que la caja era el eaparazén de un quirquincho, Nunca habia visto algo asi. Cuando rasgé las cuerdas, al “charén, charin’ que soné le gusté, Se sent al borde del camino y siguid tocando. Ese instrumento era capaz de producir un sonido que parecia reunir el canto de los pajaros, el silbido del viento, el croar delas ranas y otts sonidos secretos de la naturaleza. El quirquincho habia cumplido sn sueho. Desde ese momento, el charango, que se construye con una caja parecida al caparazén de un quirquincho, continia creando mtisica que hace bailar; aplaudir y sonar Versidn libre de-una leyenda quechua ‘# Segiin lo que cuenta b leyenda, indicd el origen de bs palabra *charango*

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