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[ 19 MAYO 2016 | \EC!E [=a OUANATUATO, GTO. DIPUTADA MARIA GUADALUPE VELAZQUEZ DIAZ PRESIDENTA DEL CONGRESO DEL ESTADO SEXAGESIMA TERCERA LEGISLATURA PRESENTE Quienes suscribimos Miguel Mérquez Marquez, Gobernador Corstitucional del Estado de Guanajuato; diputados Ector Jaime Ramirez Barba, Rigoberto Paredes Vilagémez, Isidoro Bazaldiia Lugo, Alejandro Trejo Avila, David Alejandro Landeros y Eduardo Ramirez Granja, y diputadas Beatriz Manrique Guevara y Maria Guadalupe Velazquez Diaz, integrantes de Ia Junta de Gobieino y Coordinacién Politica y Presidenta del Congreso ante la Sexagésima Tercera Legisiatura; y magistradas y magistrados integrantes de! Pleno del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, en ejercicio de Ia facultad que nos confieren los articulos 56, fracciones |, Il y Ill, y 89 fraccién | de la Constitucién Politica para el Estado de Guangjuato y 146 fracciones |, Il y Ill de la Ley Orgénica del Poder Legislative del Estado de Guanajuato, sometemos a la consideracién de esa Asamblea Legisiotiva, la presente Iniciativa de reformas, adiciones y derogaciones al Cédigo Penal del Estado de Guanajuato, en atencién a la siguiente: EXPOSICION DE MOTIVOS. Los tipos penales, que conforman la llamada Parle Especial de la Codificacién Punitive, tienen estructuraimente una funcién de orden descriptivo, puesto que definen en términos impersonales lo que ha de hacerse u omitiise para colmar los extremos que el legislador precisa a efecto de que se aplique la consecuencia juridica prevista, esto es, Ia pena, lo que significa que la definicion tipica debe, en claros enunciados, conformar el marco 9 figura a la que ha de adaptarse cabaimente el obrar humano en cada caso sometido a andiisis, pues sélo cuando esto se actualiza puede proclamarse que se colma Ia hipétesis legalmente disefiada en términos abstractos. Entendido asi, parecerfa que las figuras delictivas agotan su cometido con la pura descripcién de la conducta punible. lo que no es ni remotamente cierto, porque el tipo penal tiene un sentido teleolégico; no se crea para la pura definicién de especificas conductas, sino que al precisarlas intenta una finalidad bien obvia: preservar un valor que por su alia jerarquia, por su relevante importancia, interesa no sélo a su titular, sino al grupo comunitario en general, por GUANAJUATO, GTO. lo que su vulneracién © puesta en riesgo se conminan con la més dréstica de las medidas; lo sancién penal Para delerminar los exiremos de esa consecuencia juridica, esto es, el minimo y méximo de los castigos que han de asignarse a cada especie tipica, el legisiador ha de justipreciar no sélo la indole y magnitud del bien materia de la saivaguarda, sino también las consecuencios que su afectacién genera, tanto las de orden directo, que resiente Ia victima 0 el ofendid, sino también las que impactan a la Comunidad deniro de la que el hecho delictivo se produce. Asi, es atendiendo a esas premisas que se orienta Ia politica criminal det Estado, esto es, los factores que toma en cuenta para enfrentar las conductas criminosas, no nicamente en cuanto a las penas con que se les conmina, sino también el tocante a su prevencién y efectiva cumplimentacién. De ahi que se entienda que en condiciones de baja incidencia delictiva, lo que importa es la represion pura de los casos concretos y aislados, sin tomar en cuenta otros elementos que sean a ello ajenos, pues se trata de imponer una medida de contencién al proceder aniisocial consicleracio en si. Por ende, habré de fener un. propésito affictivo © expiatorio, pues se intenta que través del suttimiento que Ia pena representa, se punifique a quien la merecié y se le ponga en condiciones de regresar al seno social, sin tener ya Ia infencién de repetir lo que causo el detrimento olesién. Pero al obrar de tal modo, se deja de lado a quien ha de ser, por antonomasia, protagonista en el tratamiento sancionatorio: la victima, supuesto que ni siquiera se le da intervencién, menos derechos, en el proceso correspondiente, amén de que, por ello mismo, no se hace esfuerzo porque sea resarcida del dafio que le fue infligido, cuya reparacién tendiia que ser siempre una de las primeras pretensiones. Por esa razén los cédigos penales que segufan Ia sistemdtica ya indicada, de corte acusatorio o mixto, no podian seguir rigiendo en la medida en que fueron cobrando importancia creciente los derechos fundamentales de todas las personas, incluyendo a las victimas de delitos, lo que generé incluso un frascendente cambio a nivel de la Constitucién General de la Republica y, casi concomitaniemente, el imperative también en la Caria Magna de que todas las entidades federativas juzguen a los inculpados a través de un Sistema Acusatorio y Adversarial, que utiliza, como principal heramienta, la oralidad, para ast OUANATUATO, GTO. respeter, entre otros, los principios de transparencia, continuidad, inmediacién y celeridad. En observancia a ello, los Cédigos Punitivos experimentaron un cambio, para otorgar a las victimas la atencién y el protagonismo que pretéritamente les fueran negados, lo que ocasioné no séio darles derechos procesales, sino también que se intensificaran mecanismos altemos de solucién del conflicto representado por el delito, pero también que se flexibilizaran los castigos y que hubiera una extensién en los beneficios a que podia hacerse acreedor el inculpade, io mismo que un aumento en los delitos perseauibles sélo por querella, cuenta hobida que fa victima debia ser considerada para el efecto de que decidiese si se aperturaba 0 no enjuiciamiento en contra de quien le habia irogado el dafio, pues lo que realmente importaba era que éste se restafiase. Lo sistemética de la que antes se habla, que se sustentaba en el binomio victimario-victima, en el afan resarcitorio dejé de considerar el efecto que el delito causa también en Ia sociedad, sobre todo, cuando las circunstancias que en ella prevalecen son las de una desbordada inseguridad, producida por fenémenos multifactoriales, entre los que destacan la fala de respeto a principios éficos que antafo sustentaban los relaciones interpersonales, as! como el desdén. por contenciones en la comisin misma de los hechos delictivos, pues una gran parte de los que ahora se praducen evidens lencia desmedida, brutalidad sorprendente y hasta safia inexplicable. Ante esa realidad incontestable, la polica criminol del Estado debe reconducise, para tomar en cuenta él inocuitable reclamo social de enfrentar ‘con mayor vigor y efectividad a quienes la afectan con su conducta reprobable. Es por ello que se determind introducir enmienclas y adiciones en el Cdigo Penal, en vertientes fundamentoles: La eliminacién del requisito de procediblidad relativo ala querella, en aouellos casos en que el valor juridicamente protegido es de tal indole que no puede considerarse cisponible por su titular. La supresion de excusas absolutorias 0 reducciones magnimizadas de sanciones en conductas que ounque pudieran parecer leves, su reiteracién ha llevado ¢ Ia intimidacién colectiva. El ojuste de parémetros sancionatorios en supuestos tIpicos que, por las razones arriba mencionadas, fueron disminuyéndose paulatinamente, dejGndolos en niveles que hoy no son los adecuades para una punicién efective, La definicién en téminos estrictos, sin exigencias que parecen excesivas, de la reincidencia y Io habitvallidad, que surgiran en cuanto al dictarse sentencia por el nuevo delito cometido, se tenga Ia prueba del o de los pretéritamente realizados,

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