Está en la página 1de 2

La esclavitud, un mal moderno.

Solomon Northup, un hombre arrebatado de su familia, puesto en venta como esclavo en el sur de
estados unidos, y que tras un largo periodo de doce años logró recuperar su libertad. ¿Que nos
enseña al día de hoy, sobre los derechos humanos, el trato a los trabajadores y el respeto a los
demás?

Es normal creer que la esclavitud, vista desde el punto de vista expuesto en la película 12 años de
esclavitud (2013), es algo que se abolió y desapareció hace más de un siglo. Pero la realidad es
que aun en nuestros días existe, y puede ser vista de muchas formas distintas.

Tenemos a quienes por necesidad aceptan trabajos en los cuales las pagas son escasas, por
debajo de los mínimos legales, sin la seguridad social mínima que expresa la Ley. Por otro lado,
los patrones que, tomando ventaja de esta misma necesidad, cometen abusos, tales como
jornadas de trabajo, las cuales superan las 12 horas al día, sin el respectivo pago de horas extra, o
exigiendo a los trabajadores que trabajen en condiciones precarias, sin equipos de seguridad,
insalubres, todo a costa de la ya conocida frase: “si quieres bien, y si no, nadie te obliga a trabajar”.

Puede que muchos aleguen que eso no puede ser esclavitud, si el trabajador acepta de voluntad
esas condiciones. Tenemos que considerar que es obligación del empleador proporcionar las
condiciones mínimas para el buen trabajo, y esto no exime a la informalidad. Ciertamente, a día de
hoy, falta mucho por avanzar en temas de derecho laboral, puesto que muchas prestaciones para
los trabajadores son insuficiente, empezando desde el salario mínimo en nuestro país, el cual no
cumple con los estándares de la OCDE, aunque es de reconocer que se está trabajando en esos
aspectos.

Dentro de los aspectos retratados en la película del director Steve McQueen, y que aún persisten
en la actualidad, está el hecho de la trata de personas con el fin de explotarlas laboralmente. Gente
necesitados de ingresos para sus familias, y en busca de mejores oportunidades, son engañados
con oportunidades de trabajo, las cuales son mentiras. Ejemplo, los cientos de jovencitas que
migran desde Chiapas o Oaxaca, y son abusadas para ofrecerlas como sexoservidoras, o
trabajando de empleadas domésticas sin el mínimo de seguridad, despojándolas de papeles para
que no puedan regresar a sus casas, amenazándolas con hacerles daño sin llegasen a denunciar.

También se muestra como, muchas veces, los propios trabajadores, se muestran resignados a la
realidad que les rodea. En el caso de la cinta, se muestra como el protagonista se resiste a creer
que es un esclavo, y los demás que le rodean le insisten a resignarse a su nueva situación,
alegando que poco pueden hacer para cambiarla. Esta escena se ve hoy día, cuando muchos
trabajadores, tienen miedo a denunciar a sus patrones por las malas prácticas que realizan,
alegando el hecho de lo poco que pueden hacer para cambiar esa situación, ¿cuantas veces nos
hemos encontrado ante despidos injustificados, donde las personas aceptan sin chistar, lo que les
ofrecen, por temor a quedarse sin nada, o por las amenazas de ya no ser recomendados en otros
empleos, si es que no aceptan lo que los patrones injustamente les quieren dar?, tal vez sea por
ignorancia a sus derechos, o por temor, pero muchas veces nos hemos visto en situaciones
similares, o al menos hemos conocido gente que ha pasado por esto.

¿Qué se puede hacer ante estos hechos? ¿Quién puede ayudar a los que sufren abuso?

Explorando un poco más por fuera de lo visto en pantalla, Solomon Northup, no pudo obtener
justicia por lo que le sucedió, ya que la demanda que puso a sus secuestradores, y a quienes lo
vendieron como mercancía, no pudo proceder debido a las leyes de aquella época evitaban que
gente de raza negra testificara en juicios ante gente blanca.
Esto no detuvo la labor de Northup, para abolir la esclavitud dentro de la unión americana. Se
convirtió en conferencista, y participó activamente en campañas para denunciar los malos tratos
hacia las personas que sufrían de esclavitud.

Este debe ser el camino que tenemos que seguir todas las personas actualmente. Luchar y exigir
mejores condiciones para desarrollar el trabajo. De la mano de las empresas, entablar el diálogo,
buscando un acuerdo que beneficie ambas partes. Denunciar toda clase de abuso hacia el trabajo,
tanto nuestro como de terceros. Porque puede que a nosotros nos otorguen prestaciones
superiores a la Ley, tengamos horarios de trabajo cómodos, y gocemos de estabilidad en nuestro
trabajo, pero a día de hoy, muchos no pueden decir lo mismo. No podemos ser tan insensibles
socialmente ante estos casos

A nivel mundial, de acuerdo a datos de la OIT y el TIP Report, entre 25 y 27 millones de personas
en el mundo son víctimas de esclavitud moderna, donde 80% de estas, es con fines de explotación
laboral. Tan solo en México, no existen cifras exactas sobre el tráfico de personas, pero se estima
que medio millón de personas sufren por esta causa al día de hoy. Cancún, es uno de los
principales puntos de destino, de cientos de personas que son puestos a realizar trabajos forzados,
o con el mínimo de prestaciones, nada lejano de la esclavitud.

Es necesario trabajar, no solo por mejorar nuestras condiciones de vida, sino para mejorar las de
quienes no pueden defenderse. No porque nosotros no suframos de abuso, no significa que los
demás no necesiten nuestra ayuda. Es nuestro deber denunciar a quienes abusan de otros, y
toman ventaja para beneficiarse de ellos, no solo en el ámbito laboral, sino en cualquier aspecto de
la vida. No esperemos a que nos tenga que pasar lo que a Solomon Northup para abrir los ojos y
luchar por nuestros derechos, desde hoy podemos trabajar por mejores condiciones para todos.

El trabajo es un derecho, y como tal tiene que respetarse y hacer cumplirse. Quienes lo ejerzan,
deben estar orgullosos de hacerlo, sabiendo que habrá personas quienes los ayuden en caso de
que vulneren ese derecho. Esa es la reflexión de un trabajador, al cual nunca le gustaría estar en
condición de esclavo.

También podría gustarte