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Las explosiones que tuvieron lugar este martes en Bruselas volvieron a poner el foco sobre el

grupo autodenominado Estado Islámico.

De acuerdo con un sitio web vinculado a la organización radical, sus "combatientes" llevaron a cabo
los ataques en el aeropuerto de Zaventem y en la estación de metro de Maalbeek, que han dejado al
menos 31 muertos y 180 heridos.
 Bélgica en alerta máxima tras las explosiones en el aeropuerto y en el metro de Bruselas

Además de sus tácticas brutales, que incluyen asesinatos en masa, secuestros de minorías
religiosas y decapitaciones difundidas en las redes sociales, Estado Islámico ha producido una ola
de temor y odio en todo el mundo.

Los extremistas también se atribuyeron la responsabilidad de los ataques perpetrados en París el 13


de noviembre de 2015, en los que murieron 133 personas y centenares resultaron heridas.

Pero, ¿qué es realmente Estado Islámico? ¿Quién lo financia? ¿Cuántos miembros tiene?
En BBC Mundo respondemos a éstas y otras preguntas.
 Lea: Las mujeres atrapadas bajo el yugo de Estado Islámico

1. ¿Qué es y qué quiere Estado Islámico?


Image captionMilitantes de Estado Islámico ingresando victoriosos en tanques de guerra.
El grupo estableció un califato, que es una forma de Estado dirigido por un líder político y religioso de
acuerdo con la ley islámica o sharia, que controla un territorio entre los Estados de Siria e Irak y que
pretende recibir el apoyo total del mundo musulmán.

Aunque sólo tiene presencia en estos dos países, EI prometió "romper las fronteras" del Líbano y
Jordania con el fin de "liberar a Palestina".

Ha pedido el apoyo de los musulmanes de todo el mundo y demanda que todos juren lealtad a su
líder (califa), Abu Bakr al-Baghdadi.

2. ¿Cuáles son sus orígenes?


Image captionLas tácticas utilizadas por Estado Islámico son consideradas "muy extremas" por los líderes de al
Qaeda.

Para buscar las raíces de Estado Islámico hay que remontarse a 2002, cuando el fallecido Abu
Musab al-Zarqawi, un jordano creó el grupo radical Tawhid wa al-Jihad.

Un año después de la invasión liderada por EE.UU. en Irak, Zarqawi juró lealtad a Osama bin Laden
y fundó al Qaeda en Irak, que se convirtió en la mayor fuerza insurgente durante los años de la
ocupación estadounidense.

Sin embargo, después de la muerte de Zarqawi en 2006, al Qaeda creó una organización alterna
llamada el Estado Islámico de Irak (ISI, por sus siglas en inglés).

ISI fue debilitada por las tropas de EE.UU. y por la creación de consejos Sahwa (Despertar),
liderados por tribus sunitas que rechazaron la brutalidad de ISI.
Entonces en 2010, Abu Bakr al-Baghdadi se convirtió en el nuevo líder, reconstruyó la organización y
realizó múltiples ataques en el país. En 2013 se unió a la rebelión contra el presidente sirio, Bashar
al Asad, junto al frente al Nusra.
Image captionAl menos un millón de personas han sido desplazadas en Irak.

En abril de ese año, Abu Bakr anunció la fusión de las milicias en Irak y Siria y las bautizó como
Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS, por sus siglas en inglés).

Los líderes del frente al Nusra, con el que habían combatido contra al Asad, rechazaron la decisión.
Pero los combatientes leales a Abu Bakr lo siguieron en su empeño yihadista.

En diciembre de 2013, ISIS se enfocó en Irak y aprovechó la profunda división política entre el
gobierno de orientación chiíta y la minoría sunita.

Ayudados por los líderes tribales, lograron controlar la ciudad de Faluya.

Pero el verdadero golpe lo dieron en junio de 2014, cuando tomaron el control de Mosul, la segunda
ciudad del país y continuaron su avance hacia la capital, Bagdad.

A mediados de julio habían consolidado su control sobre docenas de ciudades y localidades. En ese
punto, ISIS declaró la creación del califato y cambió su nombre al de Estado Islámico.

3. ¿Cuánto territorio controla EI?


Algunas estimaciones calculan que Estado Islámico y sus aliados controlan al menos 40.000
kilómetros cuadrados en Irak y Siria, casi el territorio de Bélgica.

Otros afirman que son cerca de 90.000 kilómetros cuadrados, el mismo espacio en el que reposa el
Estado de Jordania.
Image captionVideos y fotografías de decapitaciones son enseñadas para que los soldados iraquíes abandonen sus
puestos.

Ese territorio incluye las ciudades de Mosul, Tikrit, Faluya y Tal Afar en Irak y Raqqa en Siria.
Además de campos de petróleo, represas, carreteras y límites fronterizos.

Al menos ocho millones de personas viven bajo el control parcial o total de EI, que ha implementado
una estricta interpretación de la sharia, forzando a las mujeres a llevar velo, obligando a los no
musulmanes a convertirse o a pagar un impuesto, e imponiendo castigos que incluyen ejecuciones.

4. ¿Cuántos combatientes pertenecen a EI?


Image captionAlgunos miembros de la tribu sunita han mostrado su apoyo a Estado Islámico.

Funcionarios de EE.UU. creen que Estado Islámico tiene alrededor de 15.000 milicianos activos.

Sin embargo, el experto iraquí en seguridad Hisham al-Hisham dijo a principios de agosto que
podrían ser entre 30.000 y 50.000 los combatiendes de EI, de los cuales el 30% están por
convicción, mientras que el resto han ingresado por coerción de los líderes del grupo.

Un considerable número de combatientes no son ni iraquíes ni sirios.


La consultora Soufan, especializada en investigación y seguridad en Medio Oriente, estimó que al
menos 12.000 extranjeros integran las filas del ejército de EI, incluyendo unos 2.500 provenientes de
los países de Occidente que han viajado a Siria e Irak en los últimos tres años.

5. ¿Qué tipo de armamento tiene?


Image captionEl poder del armamento de Estado Islámico es bastante amplio.

Los combatientes de Estado Islámico tienen acceso y son capaces de usar una gran cantidad de
armamento, incluida artillería pesada, ametralladoras, lanzadores de cohetes y baterías antiaéreas.

En medio de su incursión militar capturaron tanques de guerra y vehículos blindados de los ejércitos
sirio e iraquí.

Además han logrado tener un constante abastecimiento de munición que les permite tener armado a
su ejército. Su poder de ataque en los recientes enfrentamientos con la Peshmerga (el ejército kurdo)
en el norte de Irak sorprendió a muchos.

6. ¿Cómo se financia?
Image captionAl menos 2.500 miembros de EI provienen de países de occidente.

Estado Islámico reportó tener unos US$2.000 millones en efectivo, convirtiéndose en el grupo
insurgente más rico del mundo.

Al principio su apoyo llegaba de algunas personas naturales de los países árabes del Golfo Pérsico,
como Qatar y Arabia Saudita.
 ¿Es posible cortar el financiamiento de grupos extremistas como Estado Islámico?

Últimamente ha logrado convertirse en una organización sostenible financieramente, con autonomía,


ganando millones de dólares por la venta de petróleo y gas de los campos que controla, de los
impuestos que recauda en su territorio y algunas actividades ilícitas como extorsión, contrabando y
secuestro.

Su ofensiva en Irak también fue bastante lucrativa, ya que obtuvo acceso al efectivo que se
encontraba en los bancos de las principales ciudades que ha logrado controlar.

7. ¿Por qué sus tácticas son tan brutales?


Image captionEn lugares donde tienen control, Estado Islámico cobra impuestos.

Los miembros de Estado Islámico son yihadistas que tienen una interpretación extremista de la rama
sunita del islam y creen que ellos son los únicos creyentes reales.

Su visión del resto del mundo está basada en el hecho de que los no creyentes quieren destruir su
religión, justificando de esa forma sus ataques contra otros musulmanes y no musulmanes.

Las decapitaciones, crucifixiones y asesinatos en masa han sido utilizados para atemorizar a sus
enemigos. En medio de este panorama de horror, los miembros de EI justifican sus actos citando los
versos del Corán que dicen algo como "golpear la cabeza" de los no creyentes.

De hecho, el líder de al Qaeda Ayman al-Zawahiri, quien rechazó las acciones de EI en febrero, le
advirtió al califa que esas brutalidades le harían perder el "corazón y la cabeza de los musulmanes".
Esta nota se publicó originalmente en septiembre de 2014, poco después de las ejecuciones de los periodistas
estadounidenses James Foley y Steve Sotloff.

Las consecuencias para las sociedades musulmanas del dogma teocrático han sido desastrosas.
Debido a que la soberanía sólo pertenece a Dios, los efectos adversos se multiplican: si el
gobernante es representante directo del Creador queda eximido automáticamente de rendir
cuentas de sus actos a los gobernados.

Sobre el Estado islámico

El concepto de Estado, de gobierno y, en general, de


lo público en el islam tradicional es rigurosamente teocrático. Esto ha dado cabida, en sus catorce siglos
de existencia, a centenares de sectas y escisiones. Aunque la creencia de que la soberanía pertenece a
Dios y no a los ciudadanos no es exclusiva de esta práctica religiosa, y que en una etapa histórica
muchas culturas hayan basado sus sistemas políticos en el derecho divino, 1 sólo en el islam —palabra
cuyo significado es rendimiento, sometimiento— se ha mantenido esa escuela de pensamiento hasta
nuestros días.

Las consecuencias, particularmente en el presente, para las sociedades musulmanas del dogma
teocrático han sido desastrosas. Debido a que la soberanía sólo pertenece a Dios, los efectos adversos
se multiplican: si el gobernante es representante directo del Creador queda eximido automáticamente de
rendir cuentas de sus actos a los gobernados. Sólo él puede enjuiciar su gestión pública.

Ese argumento ha servido históricamente para justificar regímenes autocráticos, y en el caso específico
del Estado islámico funciona aun para rechazar el sistema democrático y tildarlo de atentatorio a la
soberanía divina.
En nuestros días, los revivalistas islámicos del siglo XXI, tanto conservadores como revolucionarios,
siguen reivindicando el dogma de la soberanía divina para justificar las autocracias. Además, añaden que
ese dogma forma parte inalienable de una supuesta “identidad islámica”. En última instancia, su sistema
político ideal es la dictadura por la gracia de Dios.

Ese planteamiento amenaza con llevar al colectivo humano de aproximadamente 1,200 millones de
personas habitantes de países musulmanes a un verdadero callejón sin salida filosófico e histórico. No
sería, ciertamente, la primera vez.

En nuestros días, los revivalistas islámicos del siglo XXI, tanto conservadores como
revolucionarios, siguen reivindicando el dogma de la soberanía divina para justificar las
autocracias. Además, añaden que ese dogma forma parte inalienable de una supuesta
“identidad islámica”.

A partir de la integración del poder religioso y temporal en una sola institución situada por encima del
control de los ciudadanos y que se decreta indiscutible, no debe sorprendernos constatar que, desde los
albores del imperio islámico en el siglo VII hasta nuestros días, casi todas las pugnas por el poder en las
sociedades musulmanas se hayan expresado en términos religiosos y sólo excepcionalmente a través de
un discurso propiamente político. No en pocas ocasiones los grupos opositores al poder en turno fundan
una secta religiosa en lugar de un partido político. Esa secta, generalmente, se presenta siempre como
ortodoxa, defensora de las esencias más sagradasde la religión, nunca como reformadora o progresista.
Esto origina que los nuevos discursos —los que se supondrían contestatarios y socialmente más
avanzados— se acendren en un dogma político-religioso todavía más rígido, más reaccionario y, por
ende, gravemente descontextualizado de las exigencias filosóficas y sociales de la actualidad.

Desde el siglo VII a nuestros días, la fórmula de gobierno casi exclusiva en los países musulmanes ha
sido el despotismo totalitario. Eso no fue en sí grave mientras sistemas similares prevalecieron en todo el
mundo. Sin embargo, a partir del siglo XVII, cuando empieza a gestarse en Europa lo que hoy llamamos
sociedad civil, y sobre todo desde el Siglo de las Luces y las revoluciones democráticas, la fosa entre los
países islámicos y el resto del mundo civilizado no ha dejado de agrandarse. En términos de libertad
política, de derechos de los gobernados frente al abuso de los gobernantes, la historia del islam es una
pesadilla de forma circular, cerrada sobre sí misma. Quizá eso explique por qué la secta posmoderna que
es el yihadismo siente verdadera aversión por la historiografía y se refugie en la fabulación del pasado y
su nuevo discurso identitario, haciendo abstracciones a conveniencia de lo que ha sido el devenir político
del islam desde su fundación hasta la abolición del califato por Ataturk en 1924. Porque una peculiaridad
del islam político es que su teología no conoció la evolución de las otras religiones monoteístas, de
menor a mayor libertad para el creyente sino exactamente al revés. El último califato, el del Imperio
Otomano, fue mucho más rígido y despótico que los de los Abasidas o los Omeyas que le precedieron y
duró nada menos que cinco siglos. Se podría afirmar que los musulmanes del siglo XIV eran
individualmente mucho más libres que los afganos del presente bajo el régimen talibán. De hecho, hubo
que esperar a la revolución islámica de Irán de 1979 para encontrar la primera formulación política
islamista que reconociera —a regañadientes y con múltiples salvaguardas— una asamblea elegida por
los ciudadanos y con relativa libertad legislativa. Innovación que para los rigoristas sunitas es una
verdadera herejía, una usurpación de la soberanía divina. Aunque desde una óptica occidental los
ayatolas iraníes no sean precisamente ejemplos de sensibilidad democrática, si se les compara con el
ultraconservadurismo sunita de Osama bin Laden resultan francamente progresistas. 2

En última instancia, el yihadismo y el revivalismo islámico son movimientos creados para preservar el
poder sobre la sociedad de unas oligarquías integradas por clérigos y notables, y para ello no vacilan en
utilizar un discurso que oculta la historia real de los sucesivos estados islámicos, cuando no la falsifican
con total descaro.
La historia desmiente, en primer lugar, que la decadencia de la civilización y la cultura musulmanas, así
como el atraso técnico y social de los países islámicos se deban al impacto negativo del periodo colonial
y a “la agresión de la cultura occidental”. El declive del mundo islámico es muy anterior —se inicia en el
siglo X— y sus causas fueron internas, precisamente relacionadas con el sistema teocrático y la
interpretación literal del Corán, que se impuso poco antes de que la hegemonía política pasara de los
persas y los árabes a los turcos. En segundo lugar está el testimonio abrumador de catorce siglos de
manipulación sistemática del credo religioso para alcanzar fines políticos. En tercer lugar, se puede
constatar que el debate sobre la dimensión política del islam no es nuevo: ya se daba hace más de mil
años, y paradójicamente —estremece decirlo— con un nivel intelectual sensiblemente superior al actual.

Sobre el fundamentalismo

El término “fundamentalismo” tiene su origen en


una serie de panfletos publicados entre 1910 y 1915 en Estados Unidos. Con el título Los Fundamentos:
un testimonio de la Verdad, esos panfletos escritos por pastores protestantes en Estados Unidos se
repartían gratuitamente entre las iglesias y los seminarios, en contra de la pérdida de influencia de los
principios evangélicos en América durante las primeras décadas del siglo XX. Era la declaración cristiana
de la verdad literal de la Biblia, sus fundamentos. Estas personas se consideraban guardianes de la
verdad.

Hay distintas definiciones y sinónimos para el fundamentalismo religioso. Para Ernest Gellner, “la idea
fundamental es que una fe determinada debe sostenerse firmemente en su forma completa y literal, sin
concesiones, matices, reinterpretaciones ni reducciones. Presupone que el núcleo de la religión es la
doctrina y no el ritual, y también que esta doctrina puede establecerse con precisión y de modo
terminante, lo cual, por lo demás, presupone la escritura”.

Esta definición se aplica tanto para cristianos, judíos y musulmanes como para distintas sectas que
cuentan con su propio texto sagrado. El objetivo del fundamentalismo se puede resumir, a grandes
rasgos, en la proclamación de una autoridad reclamada sobre una tradición sagrada que debe ser
reinstaurada como un antídoto para una sociedad que se ha desviado de sus legados culturales. Al
fundamentalista se asocian diversos términos, como integrista y fanático, es decir, alguien que defiende
con tenacidad desmedida y apasionamiento creencias u opiniones religiosas o políticas. Preocupado o
entusiasmado ciegamente por una cosa.
Conforme al ideal moderno la religión es un asunto privado y no tiene por qué mezclarse con lo público.
Pero, como afirma José Casanova, la religión se ha convertido en un asunto de interés público. Según él,
esto deriva de cuatro acontecimientos claves: la revolución islámica en Irán; la aparición del sindicato
Solidaridad en Polonia; el papel del catolicismo en la revolución sandinista y en otros conflictos a lo largo
de América Latina, y el resurgimiento público del fundamentalismo protestante como una fuerza en la
política estadounidense.

En esta línea de interpretación podemos decir que la religión no acepta el papel de extra que le da la
posmodernidad; quiere ser protagonista. Pero, ¿esta actitud viene desde su interior o es empujada por la
sociedad?

El objetivo del fundamentalismo se puede resumir, a grandes rasgos, en la proclamación de


una autoridad reclamada sobre una tradición sagrada que debe ser reinstaurada como un
antídoto para una sociedad que se ha desviado de sus legados culturales.

La militancia de los jóvenes en el islam no resulta de un simple proceso de adoctrinamiento. Existen


casos paradigmáticos como el de una joven de origen argelino que “reencontró” el islam cuando vivía en
Francia y se convirtió en el foco de un conflicto entre el Estado francés y las asociaciones musulmanas
en ese país, al negarse a quitar el velo de su rostro en el colegio. Asimismo, el agresivo afán del Frente
Islámico de Salvación (FIS) para ganarse el apoyo de los jóvenes argelinos a través de su capacitación
en el uso de las armas o el conocido caso de la generación joven alentada por Malcolm X3 en Estados
Unidos, son hechos que devienen en fenómenos sociales con consecuencias de largo alcance. Estas
prácticas dicen mucho a la sociedad occidental, aunque a veces son contradictorias: según datos
oficiales en Estados Unidos hubo una reducción en los índices de drogadicción en los suburbios donde
se instauraron nuevas mezquitas pero, por otro lado, podríamos citar las reacciones violentas contra
creaciones artísticas como en el caso de la novela de Rushdie Los versos satánicos o en años más
recientes las manifestaciones en contra de las viñetas publicadas en diversos diarios europeos que, de
acuerdo con los más radicales, constituían una terrible ofensa a la imagen del profeta Mahoma.

En el islam el fundamentalismo nunca ha sido un fenómeno exclusivo de las comunidades pobres, sino
que ha estado dividido en dos: un alto islam, de los doctos, y un bajo islam, del pueblo. En sus
diferencias se encuentran los rasgos estructurales que cada parte necesita para formar su identidad, que
por ende, no puede ser la misma. Los integrantes del alto islam son burgueses ilustrados, con los gustos
y valores de las clases medias urbanas. Su militancia religiosa les da autoridad frente al Estado y un
status social considerable —razones suficientes para generar su identidad a partir del islam. Por otro
lado, el bajo islam ofrece a los más pobres rituales místicos y mágicos que les ayudan a hacer llevadera
su posición social, es decir, una suerte de consuelo para su miseria. Cada cual adapta la identidad a su
cultura y situación social: el fundamentalismo es flexible.

Tenemos así que el poder de la identidad religiosa en los países islámicos constituye un movimiento
socialmente fortalecedor, enormemente simple, poderoso, terrenal, a veces cruel, absorbente, que ofrece
un sentido de dirección y orientación a millones de hombres y mujeres, muchos de los cuales llevan vidas
de pobreza extrema y están sujetos a una opresión política implacable. El islam, en su rama más radical,
les permite adaptarse a una nueva sociedad de masas identificándose con la vieja y bien establecida
“alta cultura” de su propia fe, y explicando su propia privación y humillación como un castigo por haber
abandonado el verdadero camino, y no como una consecuencia de no haberlo encontrado jamás. En
palabras de Gellner, “el desbarajuste y la desorientación se reconvierten, de este modo, en un ascenso
social y moral, en la conquista de una identidad y una dignidad”.

Históricamente, en países en vías de desarrollo, los pueblos de mayoría musulmana, después de una
experiencia colonial llena de desastrosas secuelas, expresan el deseo o la necesidad de volver a su más
culta e inmediata forma de vivir que es el islam. Esto representa un aliciente para afrontar la empinada
cuesta que les plantea la modernidad. Sin embargo, hay los que dan pasos más cortos o toman atajos;
se origina, pues, la cepa del islam más extremista que para muchos es la forma que garantiza la
evolución de sus sociedades, el modelo que les asegura su progreso terrenal, su ascenso espiritual. ®

Referencias

Ibrahim Cabrera, “Fanatismo y religión: El islam ante el fanatismo” (ponencia del director de Verde Islam, Revista de Información y
Análisis. Seminario: “Libertad religiosa”, celebrado en Córdoba los días 26 y 27 de julio de 1997).

José Casanova, “Dimensiones públicas de la religión en las modernas sociedades occidentales”, Iglesia Viva, no. 178-179, pp. 395–
410, 1997.

Ernest Gellner, Posmodernismo, razón y religión, Barcelona: Paidós Ibérica, 1994.

Notas

1 Hasta el siglo XVIII las monarquías absolutas europeas se legitimaban por derecho divino. Igualmente se puede señalar el caso de la
divinización del emperador por los militares japoneses hasta la derrota de 1945. El general Franco, nostálgico de la monarquía
absoluta, también justificaba su dictadura “por la gracia de Dios”.

2 El símil ideológico de Bin Laden estaría más allegado al fascismo del nacional-socialismo alemán. Los nazis consideraban al pueblo
alemán como el paradigma del verdadero sujeto colectivo de la historia, la raza aria. El sujeto colectivo de los yihadistas es la
comunidad de los creyentes del islam, la Umma.

3 Malcolm realizó en 1964 una hajj (peregrinación) a la ciudad sagrada del islam, La Meca (Arabia Saudita). Como consecuencia de
este viaje y de otros por África y Europa, renunció a sus anteriores creencias, empezó a invocar la solidaridad racial y adoptó el
nombre árabe de El-Hajj Malik El-Shabazz. El 21 de febrero de 1965, mientras estaba dando una conferencia en una reunión de la
OAAU en Nueva York, Malcolm fue asesinado por hombres presuntamente relacionados con los musulmanes negros.

El fundamentalismo islámico reaccionario y el ISIL (o ISIS)


Larry Everest | 30 de junio de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

El fundamentalismo islámico es un movimiento y tendencia política y religiosa-ideológica con varias ramas,


variaciones y expresiones organizacionales, que se está extendiendo por el Norte de África, el Medio Oriente y
Asia Central en particular, pero también en otras partes de globo.
Lea también:
Antecedentes históricos acerca de Irak: ¿Qué hay detrás de la cada vez más intensa guerra sectaria y
la intervención de Estados Unidos? ¿Adónde podría llegar? ¿Dónde están nuestros intereses?
Larry Everest
El fundamentalismo islámico o el programa ideológico y político del islamismo es totalmente reaccionario y va
en contra de los intereses del pueblo, sobre todo los oprimidos que estas fuerzas a menudo dicen representar, sin
importar el país o región al cual se aplica. Estas fuerzas pretenden imponer por la fuerza la religión, en
particular una interpretación fundamentalista, absolutista y textual, de la ley del Corán y la ley sharia (el
conjunto de decisiones religiosas dictadas por los clérigos islámicos), sobre la sociedad como su ley e ideología
dominante, en resumen, quieren crear una teocracia y borrar toda separación entre la religión y el estado.
Esto significa imponer y reforzar con la violencia las leyes patriarcales, separadas y desiguales para las mujeres,
lo que incluye el uso obligatorio del velo, el control obligatorio sobre la familia de parte del hombre y la
negación de los derechos legales iguales. Incluye el adoctrinamiento de toda la sociedad en el oscurantismo
religioso y la discriminación y a menudo ataques a otras religiones o no creyentes. Significa defender la
propiedad privada y explotación feudal y capitalista. Y los métodos de los islamistas a menudo reflejan su
reaccionaria ideología y programa, como atacar y asesinar a los no combatientes, aterrorizar a toda la población
e imponer severos castigos corporales o la pena de muerte por infracciones a la ley islámica.
Este movimiento es una expresión de los intereses de clase y sociales de las fuerzas sociales burguesas y
feudales reaccionarias y anticuadas de los países dominados por el imperialismo, las que cuales han entrado en
conflicto con el imperialismo o que éste a socavado. Sin embargo, su objetivo no es una ruptura fundamental
con el imperialismo; al contrario, su objetivo es promover y servir a su visión e intereses en un mundo
capitalista imperialista.
Aunque las raíces "modernas" de esta tendencia política fundamentalista islámica se remontan a la década de
1920, ha cobrado adeptos en gran parte debido al enorme sufrimiento y opresión que ha infligido el
imperialismo sobre la gente en los países oprimidos (o del tercer mundo) y las enormes dislocaciones sociales,
culturales resultantes. Para finales de los años 1970, el fundamentalismo islámico anti-estadounidense comenzó
a surgir como una poderosa corriente tras la derrota del comunismo en China en 1976, la revolución iraní de
1979 y la guerra de 1979 a 1988 en Afganistán.
El grupo ISIS (el Estado Islámico de Irak y Siria, también conocido como el ISIL, o el Estado Islámico de Irak
y el Levante) forma parte de esta tendencia general. Es muy importante entender que éstas no son fuerzas
nacionalistas que operan bajo el estandarte de la religión. El ISIL es un grupo yihadista, comprometido con una
guerra santa o religiosa ajena a las fronteras nacionales. Recluta a combatientes de todo el mundo, su programa
no se trata de formar un estado en Irak dominado por los sunitas, peor más bien un califato islámico que al
principio abarque toda la zona de Irak, por Siria y el Líbano al Mediterráneo, y que luego se entienda a otros
países con una población predominantemente musulmana.

7 Charlas, de Bob Avakian (en inglés)


5. “El comunismo y la religión: Levantarse y liberarse — hacer la revolución para cambiar el mundo, y
no poner las esperanzas en ‘lo oculto’”
Se puede descargar en revcom.us/avakian-es/ba-siete-charlas-es.html.

Nada de lo anterior insinúa o implica que todos los musulmanes o todos los que viven en el Medio Oriente o en
Asia central sean islámicos fundamentalistas ni que el fundamentalismo sea parte de “la identidad” de los
pueblos de esas regiones. Tampoco quiere decir que el islam es “intrínsecamente violento” ni que es más
reaccionario que las interpretaciones textuales o absolutistas de la cristiandad o el judaísmo. Y nada de esto
justifique la persecución selectiva o general, el hostigamiento y la represión de los musulmanes en los países
imperialistas.
Sin embargo, es muy importante hacer frente a la realidad de que el fundamentalismo islámico constituye el
polo de oposición a Estados Unidos cuyo dominio viene creciendo y el status quo por todo el arco de Marruecos
en el norte de África, por el Medio Oriente a Afganistán y Pakistán, y que es una pesadilla para la gente la que
es preciso reconocer. Es una ilusión falsa y es sumamente nocivo creer que lo que está pasando en el Medio
Oriente no tiene nada que ver con la religión o el islam o que en los países como Irak las fuerzas nacionalistas
están impulsando y aglutinando una auténtica oposición a Estados Unidos y a Maliki o que el fundamentalismo
islámico es simplemente un engendro de Estados Unidos y la CIA.
¿10 caracteristicas principales de del fundamentalismo
islamico?10pts?
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Respuestas

Mejor respuesta: 1- La expresión fundamentalismo islámico se utiliza en Occidente para describir a diferentes
corrientes políticas o políticorreligiosas ligadas al islam, a las que se designa también con otros términos como integrismo
islámico o islamismo

2-rama más violenta se denomina yihadismo y que local o particularmente se expresa movimientos como el talibán, en
interpretaciones rigoristas como el salafismo, e incluso en regímenes políticos como la República islámica (Irán o Sudán)
o (de un modo menos obvio dada su estrecha alianza con los Estados Unidos) la monarquía saudí y las del Golfo
Pérsico

3-Se trata de movimientos con características distintas y a menudo opuestos, pero los términos con que se denomina en
occidente a unos u otros tienden a confundirse y a intercambiarse

4-Los tradicionalistas o fundamentalistas propiamente dichos. No son un movimiento político sino una corriente ortodoxa
dentro del islam, defensora de la sharia en su interpretación más tradicional. La denominación fundamentalismo no es
aceptada por todos los autores, al ser considerada una trasposición de un concepto occidental

5- Los islamistas son un movimiento de carácter político surgido en los años 20 del siglo ** y que alcanza su auge a partir
de finales de los años 70. Se extienden sobre todo por las universidades y entre las élites cultas, tomando el relevo de
los movimientos de carácter marxista o panarabista. Varias características importantes los diferencian del
fundamentalismo

6-Los neofundamentalistas son un movimiento surgido del islamismo pero que conjuga los planteamientos originales de
éste con los tradicionales del fundamentalismo

7.Los musulmanes mantienen la creencia de que el Corán fue dictado por Alá, a través del arcángel Gabriel, a Mahoma,
y que el texto actual del Corán es idéntico al que Mahoma recibió. Tradicionalmente, el Islam ha enseñado también que
la correcta interpretación del Corán debe basarse únicamente en el mismo Corán y en las Sunas (las recopilaciones
orales de las enseñanzas y prácticas de Mahoma). Esto excluye la tradición, la práctica popular e incluso cualquier clase
de razonamiento externo.

8.Una de las interpretaciones más antiguas en la que se basa el fundamentalismo islámico puede encontrarse en la
leyenda de Al-Khidr, en la que este mítico personaje fue cuestionado por Moisés sin comprender sus aparentes actitudes
irracionales, y olvidar que Khidr poseía un conocimiento superior emanado directamente de Alá.

9-Igual que los seguidores de otros movimientos fundamentalistas, los fundamentalistas islámicos sostienen que los
problemas del mundo provienen de las influencias seculares. Es más, el camino a la paz y la justicia en el mundo se
basa en el retorno al mensaje original de la fe, combinado con un rechazo sistemático de todas las Bid'ah
("innovaciones") y tradiciones anti-islámicas.

10-Los grupos que abogan por el islamismo responden invariablemente a una compleja situación sociopolitica, con
profundas raíces en el entorno local. Ante la existencia de numerosos regímenes corruptos y no democráticos extendidos
por todo el mundo musulmán, no es sorprendente que durante gran parte del siglo ** la forma dominante de disención
política en esto países fuera el Marxismo. Sin embargo, el fin de la URSS y de la guerra fría desacreditaron
enormemente las ideologías de izquierdas, reforzando a los partidos islámicos

ojala te ayude de algO!

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