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El Espíritu del Derecho fue una obra fragmentada pero a pasar de eso representa
a toda su personalidad en la plenitud de sus energías, ya que tanto como sus
obras y él se complementan el uno al otro.
Vale la pena comparar este estilo de Jhering con el de SAVIGNY, según Adolfo
MERKEL, a ningún otro escritor alemán puede equiparárselo en este punto con
uno u otro. El estilo de Jhering es de colores vivos, a menudo oratorio y
apasionado; pues el no se desvanece con sus sentimientos sino que no habla
vivamente a través de cada línea y de esa manera conquistar al lector, en sus
obras menciona mucho los lemas y frases sentenciosas las cuales sirven para
imponer sus convicciones. JHERING es un maestro en ligar lo abstracto con lo
concreto. Su obra llamada “método histórico natural” pertenece por completo a
esta conexión.
SAVIGNY trazo el programa de una historia de a evolución del derecho. Pero los
trabajos de su escuela apenas dejaban tener vinculación con este programa ya
que era una escuela aun de la época romanticismo; JHERING emprendió lo que
la escuela había postulado. Pero, lo que el produjo le hizo ver, de inmediato,
múltiples contrastes con ellas.; pues JHERING se apartó de esta concesión,
despojándose se su vestidura romántica.
Su obra El Espíritu tiene un lugar glorioso al lado del Espíritu de las leyes de
MONTESQUIEU. JHERING tiene razón cuando admite que la asombrosa obra
de la jurisprudencia romana no se explica con la simple referencia a las virtudes
lógicas de los juristas, pies junto a ellos u antes que ellos deben considerarse
como condiciones propias para apreciar la obra realizada.
Las opiniones de JHERING sobre la filosofía del derecho han sufrido muchos
cambios, pues no era su lado fuerte pensar y meditar fríamente sirve todas las
consecuencias del trabajo y de la vida, de donde pudiera resultar una visión
completa, libre de contradicciones, que abarca por igual todas las cosas De ahí
que la revisión de la primer edición del Espíritu atenuara, aquí y allá, estas
incongruencias (especialmente en lo que concierne al espíritu lógico en el
derecho), las que por cierto no hizo desaparecer. De una manera general pueden
demostrarse, en los trabajos de JHERING, tales incongruencias, respecto a los
problemas fundaméntales de la teoría general del derecho.
En la Lucha por el derecho, según se hizo notar, revela JHERING como creo la
concepción, adecuada a su personalidad, respecto al derecho considerado como
poder. E n un excelente trabajo anterior sobre el Elemento obligatorio rn rl
derecho privado romano, se había ocupado, especialmente como historiador, d
ellos problemas tratados en la Lucha. Allí se descubrió que si se eliminaba lo
penal se debilitaría la energía de la voluntad jurídica, en la defensa tanto del
derecho objetivo domo de los derechos subjetivos. Y ellos lo llevo al
convencimiento de la oposición que mediaba ente su manera de sentir y de vivir
y este proceso evolutivo. En La Lucha por el derecho esta contraindicación se
manifiesta y el notable éxito de su opúsculo reveo que sus sentimientos eran
compartidos por otros y que no se encontraba solo y aislado con ellos; el
pensamiento, especialmente en el campo del derecho penal como una
conciencia generalizada. Desde la aparición de la cuestión social, en el
pensamiento moderno se ha infiltrado la duda acerca se du justificación integral,
de esto trata la evolución a propiciada por JHERING en su Lucha.
Este escrito se ocupa, preferentemente, del valor propio del derecho subjetivo.
A esta parte de la obra podría denominársela un sermón basándose en las
palabras de KANT: “No dejéis que otros pisoteen nuestro derecho”
L a posición histórica de SAVIGNY fue más feliz, más central que la suya
mientras que para los trabajos de JHERING no puede sustentarse una posición
central análoga. Por otra parte, JHERING tiene una relación más universal con
los problemas generales de la ciencia del espíritu: procurar a la humanidad el
conocimiento de su situación y las leyes de su propia conducta.