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COLECCION «NOESIS DE COMUNICACION> Dirigida por Manuel Martin Serrano - La opinion y ta multitud, por Gabriel Tarde. - Conducta » comunicacién, por Charles E. Osgood. - La creacién cientifica, por Abraham A. Moles. + Obra légico-semiética, por Charles S. Peirce. - La grifica y el tratamiento grifico de la informacion, por Jacques Bertin. - Escritos sobre prensa, periodismo y comunicactén, por Karl Marx y Friedrich Engels. 302.17 TAR GABRIEL TARDE LA OPINION Y LA MULTITUD Prélogo y version castellana de ELoy TERRON BIBLIOTECA NORBERTO RODRIGUEZ BUSTAMANTE FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES taurus wu RORBERTO RODRIGUEZ BUSTAMANTE NOIOVOINNINOO VT AG VJORL vVIV AGAVL AA SHNOIOVLAOdV SVT SaNOIDIGg SAANVL © ty "Ss ‘wuenovaTy ‘SMUNVL ‘ValTY ‘986l @ ZANINDAVIN/VLUOOTY reuaiqns op vionbeyy POST “Uo!DIPA «°Z BL ep OPHNPELL spied “Westy SIA 1011s apnypiynut vj 12 woRerde, "7 =[euLI0 OIL, LA CONVERSACION 1 Acabamos de echar una primera ojeada, superficial y répida, @ nuestro tema, con el fin de tener una idea de su complejidad. Sobre todo, después de haber definido qué es la opinion, tene. mos que atenernos a mostrar sus relaciones con la prensa. Pero a prensa no es nada mas que una de las causas generadoras de la opinion, y, sin duda, una de las més recientes. Si la hemos estu- diado en primer lugar es porque la prensa es la que sc encuentra en este momento mas en candelero. Por eso ahora conviene estu- diar, pero con mas extension porque se trata de un dominio inexplorado, el factor de la opinion que nosotros hemos recono- sido, ya que era el mas continuo y el mas universal, su pequeia fuente invisible, que corre en todo tiempo y en todo lugar con un caudal desigual: se trata de la conversacién, En primer lugar, gsta la conversacion de una élite. En una carta de Diderot a Necker, en 1775, yo encuentro esta definicion muy justa de con- versacion: «La opinién, ese objeto del cual nosotros conocemos toda su fuerza para el bien y para el mal, solo es en su origen el efecto de un pequefio némero de hombres que hablan después de haber pensado y que forman sin cesar, en diferentes puntos de la sociedad, centros de instruccién, desde donde los crores y las verdades razonadas se extienden, cada vez més, hasta los confi nes de la ciudad, en donde se afirman como articulos de fe.» Si no se hablase, por mucho que apareciesen los periédicos (y en esta hipdtesis no se concibe su publicacion) no ejercerian sobre los énimos ninguna accion duradera y profunda, pues serian como una cuerda vibrante sin diapasén; al contrario, a falta de periddicos © incluso de discursos, Ia conversacion sin estos alic mentos llegaria a progresar y, lo que es dificil de concebir tam- 92 bién, podria, # la larga, suplir o sustituir en una cierta medida el Papel social de la tribuna y el de la prensa como formadora de la opinién. Entiendo por conversacién todo didlogo sin utilidad directa e inmediata, en el que se habla sobre todo por hablar, por placer por juego 0 por cortesia. Esta definicién excluye de nuestro tema a los interrogatorios judiciales y a las conversaciones diplomati- ¢as 0 comerciales, asi como a los concilios, y, al mismo tiempo, incluso, a los congresos cientificos, porque todos éstos abundan en palabreria superflua, La conversacion no excluye el flirteo mundano, ni en general la conversacién amorosa, a pesar de la transparencia frecuencte de su finalidad que no les impide ser agradables por ellas mismas. La conversacion comprende, por de Pronto, todas las platicas fastuosas entre barbaros o, incluso, entre salvajes. Si solo me ocupase de la conversacion cortés y cultivada, como un arte especial, casi no deberia hacerla remon- tar mas all, por lo menos, de la Antigtledad clasica, el siglo xv en Italia, los siglos xvi y Xvi en Francia, después en Inglaterra ¥,,en el siglo Xvi, en Alemania. Pero, mucho antes de la eclo- sion de esta flor estética de las civilizaciones, sus primeras yemas han comenzado a mostrarse sobre el Arbol de las lenguas; ¥ aun. gue scan menos fecundas que las conversaciones de una lite en resultados visibles, las platicas lanas de los primitivos no dejan de tener una gran importancia social. Salvo cn un duelo, nunca se observa, a uno con toda la fuer za de la atencién de que es capaz, mas que en la condicion de diseutir con él. Ahi esta el mas Constante, el mas importante efecto y el menos destacado de la conversacién. La conversacion senala el apogco de fa atencién espontdnea, que? los hombres se Prestan reciprocamente, y mediante la cual se compenetran con infinitamente mas profundidad que en ninguna otra relacion social. Al hacerles enfrentarse en Ia conversacién les hace corm nicarse por una accion tan irresistible como inconsciente. La conversacion €s, por consiguiente, el agente mas poderoso de la imitacin, de la propaganda de sentimientos, asi como de ideas y de modos de accién. Un discurso arrollador, fascinador y aplaudido, frecuentemente es menos sugestivo porque conficsa su intencion de serlo. Los interlocutores obran los unos sobre los otros’, muy de cerca, por el timbre de voz, por la mirada, la 3 Se conocen los claros y profundds estudios de Ribot sobre ontanea», cuya importancia ha demostrado. { Los déspotas to saben muy bien. Por eso vigilan con cuidado desconfiado ias conversaciones de sus sUbalitos y les impiden, siempre que les te corel, hablar entre clos. Las amas de casa autoritariae no quieren que aus ctiadee chee, len con las eriadas de otras casas, porque saben que de esta manera se levanvaa la atenci6n es 93

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