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Problemas de la alimentaci6n: la obesidad, Igunos expertos sugieren que hhemos llegado a equiparar el = _engrosariiento con la decaden- BB} cia y la pérdida del autocontrol. Esto crea una doble norma: deseamos comer yen electo comemos, porque de ese modo no s6lo mantenemos la vida sino que go ‘mos, pero nos sentimos culpables de nuestros excesos y lamentamos nuestra autocom- placencia, o avanzamos un paso més y hace- mos dieta (0 fingimos hacerla). ‘Los adolescentes son sobremanera vulne- rables a las tendencias culturales, y reflejan os modos de comer y hacer dieta de fos adul- tos, Algunos adolescentes, los afortunados, ‘comen normalmente y no prestan mucha aten- cin al alimento, fuera de que tiene buen 0, ‘mal sabor, y les agrada ono les agrada: saben ccuindo tienen apetito y cusndo no lotienen. ‘Otros adolescentes llegan un poco més lejos; como equiparan la concurrencia a los lugares donde sirven comidas répidas con la acepta- ‘i6n social, utlizan ta comida como una for- ima de entretenimiento. Pero para un némero cada ver mis elevado de adolescentes, la bGs- ‘queda de la delgadez tiene precedencia, pues ‘creen que una persona delgada cuenta con ta garantia de una vida sin problemas. Por des- «+ Anion. Lea, *Problemas de la aimentacién: la obesidad, a anorexia y los festines", en Cémo sobre- ‘ivi la adolescencia de su adolescente, México, Javier Vergars, 1989, pp. 20-296. Reproduccién aulorizada pot Ediciones B México-Grupo Zeta. 290 gracla, no atinan a ver que tales conceptos son fantasiosos, y como intentan alcanzar la meta a través de un uso equivocado de los alimentos, adquieren costumbres extrafias y enfermizas, y pierden el control a tal punto que aparecen desérdenes como la anorexia nerviosa o la bulimia, que llegan a dominarla vida de los afectados. Otros adolescentes uti- lizan la comida como una pantalla detrés de la cual ocultarse cuando las presiones de la vida real son excesivas, Pueden converte en personas excedidas de peso, Incluso obesas, y aunque parezca Irénico, ellos mismos pro- ‘vocan acentuadas presiones sociales. En el caso de muchos de los adolescentes moder- nos, se ha deformado el significado de los ali- ments y de su ingestion, ante lo cual es posible que los padres reaccionen con sen- timientos de colera, frustracion o desespera- i6n, pero ésta noes la actitud més apropiada. Acerca de los alimentos sin valor, los habitos de alimentacién Un estudio. reciente comprobé que los alum. 105 del dikimo afo de secundaria no saben acer- ‘cade la nutricién mucho més que los alumnos de escuela primaria. Los habitos de alimen- tacién de los adolescentes a menudo son ‘erréticos, y estin adaptados casi por comple- to.a la ingestién de alimentos ocasionales, en ugar del consumo de comidas programadas regularmente que incluyan alimentos per- tenecientes a los cuatro grupos principales, sta afirmacién, sin duda, no constituye una noticia impresionante para la mayorta de los padres de adolescentes, pero en todo caso destaca una tendencia alarmante: los ado- lescentes no s6l0 no conocentlo elemental acerca de los habitos apropiados de alimen- tacién, ademés, parece que el tema no les importa. Existe una masa enorme de propaganda acerca de los alimentos, destinada a los ado- lescentes, porque éstos son individuos muy Impresionables que todavia no conocen bien los productos que compran, y también por. ‘que gastan mucho dinero en comida. Los ado- lescentes reaccionan de un modo mis omenos previsible frente a las campafias de publ dad, y por Io tanto los anuncios comerciales referidos a los alimentos y las bebidas sin al- coho! exhiben imsgenes de nivel superficial. lavitamos a lector a situarse un momento en cl lugar del adolescente. Esté mirando el anun- cio de determinada marca de hamburguess. os actores y las actrices adolescentes tienen cutis perfectos, cuerpos atléticos, y pertene- cen al tipo de los que acaudillan a los grupos de partidarios de! equipo de nuestro colegio. Estén dentados alrededor de una mesa, co- miendo hamburguesas y papas fits, y con sumiendo bebidas sin alcohol. EI mensaje, ta imagen, es que las personas populares yatrac- tivas consumen estos alimentos, y uno debe- ffa hacerlo también. © considere cualquiera de los anuncios de bebidas sin alcohol; tam- bin en este caso los modelos adolescentes son todos personas inteligentes, de aspecto sexy, 1y ademas bailan y cantan maravillosa- mente! El observador comienza a asimilar es- tas Imagenes. En efecto, uno em ‘equiparar los productos con la popularidad, Ja sensualidad y e! talento representados en Jos anuncios televisivos de medio minuto, y acepta el mensaje de que si utiliza los pro- ‘ductos puede llegai a ser como las personas ‘que aparecen en ta pantalla. Se adquiere impulsivamente un articulo, porque le agra- dé el tipo de producto, y porque se identifica ‘con los mensajes no del todo subliminales. oO Appesar de todo, los adolescentes rara vez ponen en riesgo su salud a causa del consumo de alimentos sin valor. Si pretendemos mos- trarnos racionales en todo esto, debemos re- ‘conocer nuestro propio aporte como modelos: si tenemos mediocres habitos de alimentacién, ten verdad no podemos pretender que nues- ‘tos hijos, como por arte de magia, durante {os afios de la adolescencia prefieran el pan integral y los alimentos no procesados. Asi- mismo, debemos tratar de mantener cienta distancia emocional frente al tema de la a mentacién: no nos agradarfa mucho que un tercero supervise cada bocado que ingerimos; por eso mismo, no es probable que a nuestros hijos adolescentes les agrade ese tipo de aten- ‘cin. Si podemos mostrar una actitud racional esclarecida frente a la nutricién, estaremos en condiciones de admitirque sibien una dieta regular de salsa de tomate, papas fitas y bebi- das sin alcoho! no es sobremanera saludable, muchos alimentos a los cuales consideramos esprovistos de calortas o sin valor desde el Punto de vistade a nutricion, después de todo, 'no son tan inferiores como suponemos. Por ejemplo, intlusd la pliza tiene ciétto valor rutritivo: tres porciones de pizza contienen 54 ramos de hidratos de carbono, 25 gramos de protefnas y-15 gramos de grasa, es decir, $0 calorfas, el equivalente nutritive aproximado de una chuleta de cordero, un plato de habas ‘yuna pequena patata asada. Las cuestiones relacionadas con la alimen- tacién no tienen por qué converse en bata- Itas entre las generaciones 0 provocar Ia falta de armonta de la familia. La comida debe ser tun placer, no un problema con P maydscula, Los padres tlenen que comprender y tratar de aceptar el hecho de que todos los adolescen- tes modernos ingieran, hasta cierto punto, ali- mentos sin valor nutrtivo, Para fijarel limite es necesario determinar si el jovencito goza

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