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EL RECHAZO

Todo el mundo debería aprender a lidiar con el rechazo, una sensación que, tarde o
temprano, todos experimentamos de una u otra forma. Aprender a contrarrestar sus
efectos cobra mayor importancia cuando este surge en un contexto amoroso. De
hecho, en ocasiones, cuando la pareja se rompe, uno de los miembros intenta retomar la
relación, arriesgándose a que su coraje no se vea recompensando o le sea devuelto en forma
de negativa atroz.

Pero el desprecio no solo se relaciona con el desamor. Los amigos, los compañeros de
trabajo o la familia, entre otros, pueden hacernos sentir rechazados, provocando
sensaciones negativas con las que puede resultar difícil lidiar.

El sicólogo Guy Winch ha identificado siete consecuencias que comúnmente


experimentan las personas cuando de enfrentan al rechazo. Conocerlas y saber manejar
estas reacciones le da armas a la persona para poder superar con mayor efectividad esta
atroz sensación.

1. El rechazo activa las mismas áreas del cerebro que se ponen en funcionamiento
cuando experimentamos dolor físico. Es por ello que el desprecio duele tanto. De hecho,
para probar esta teoría, se proporcionó Tylenol (paracetamol) a una serie de personas, a las
que posteriormente se las pidió que recordasen una experiencia de rechazo que les hubiera
marcado. Los participantes que recibieron la dosis experimentaron un dolor emocional más
pausado que aquellos a los que no se les proporcionó el medicamento. Así pues, sé
consciente de esta realidad neurológica cuando creas que el dolor te está superando: está
todo en la cabeza y en ti la capacidad de no permitirle tener un efecto tan negativo en ti.

Dice el famoso neurólogo colombiano Rodolfo Llinás que todo está en el cerebro: “Usted
es un estado emocional de su cerebro” y “el cerebro tiene la inteligencia de no saber
existir”.

2. La devastación que produce el rechazo tiene una función evolutiva. En el pasado, el


destierro era una condena segura para el ser humano cazador y recolector que necesitaba de
la comunidad para sobrevivir. Los sicólogos evolucionistas consideran que el cerebro ha
desarrollado un sistema de alerta para evitar que esto suceda: el rechazo. Así, aquellos
sujetos capaces de experimentar mayor dolor ante esta sensación, tenían más posibilidades
de supervivencia, pues les permitía corregir su actitud y ser aceptados.

Extrapolando esa "condena evolucionista" a nuestros tiempos, se llega a dos conclusiones:


el dolor que provoca el desprecio puede corregirse si se identifica el hecho de que está ahí
para hacernos reaccionar, y no porque sea algo tan dramático. Segundo, es una situación
útil en la medida en quee pongamos a trabajar nuestro cerebro para que entienda que es una
sensación más y que puede superarse si, por un lado, se identifican las causas que lo han
provocado y, por el otro, se trabaja a conciencia para ponerles remedio.

3. El dolor del rechazo tiene mayor capacidad de subsistencia en el tiempo que el


dolor físico. La memoria es capaz de recordar a la perfección el sufrimiento que
experimentamos en el pasado al ser despreciados. De ahí la importancia de aprender a
hacerle frente a este sentimiento y superar sus consecuencias. De otro modo, el cerebro
evocará cada detalle de ese momento cuando se sobrevenga una situación similar.

4. El rechazo pone en riesgo nuestra sensación de pertenecer. Es un verdadero


desestabilizador de nuestra parte social, de ahí que, cuando se experimenta el desprecio, la
reacción inmediata e instintiva es alejarse y poner barreras a los nuevos que llegan (e
incluso a los que se quedaron). Rodearse de seres queridos, reconectar con ellos, y buscar
personas con las que se compartan afinidades y valores, que nos acepten como un igual,
ayuda a calmar el rechazo y sobreponerse a él.

Explorar otras realidades y abrirse a conocer es una de las vías para superar la sensación
devastadora que provoca el desprecio.

5. Fomenta la ira y la agresividad. Según un informe de 2001 del servicio público de


sanidad de Estas Unidos, el rechazo era la principal causa de la aparición de un
comportamiento violento entre los adolescentes, más incluso que la droga, la pobreza o las
malas compañías. A pesar de los datos, el rechazo no es una justificación válida para herir
con tu enfado o tu agresividad al resto de personas que te rodean o que quieren acercarse a
ti, y que nada tienen que ver con lo que has experimentado. Esta forma de entender el dolor
impide seguir adelante y superar el pasado.

6. Destruye la autoestima. El rechazo fomenta la aparición de una sensación de


culpabilidad desacerbada. Las personas, especialmente cuando se enfrentan a una negativa
amorosa, tienen a culparse a ellas mismas y a flagelarse emocionalmente de forma
excesiva. Esta actitud solo provoca que superar el trance y el posterior abatimiento que
nosotros mismos hemos provocado, resulte una tarea el doble de complicada que en un
primer momento.

7. Desciende temporalmente el coeficiente intelectual. Diferentes estudios han coincido


en afirmar que el rechazo merma el coeficiente intelectual de la persona, la memoria a corto
plazo y la capacidad de tomar decisiones. Es decir, somos incapaces de pensar con claridad
cuando nos han despreciado. No te abrumes, por lo tanto, cuando te invada la frustración y
el desconcierto (además del dolor) después de sufrir el rechazo de otros. Date un tiempo
prudencial, pero sin perder de vista el objetivo: coger fuerza de nuevo y darse al mundo.
Emociones sanas
El liderazgo en la iglesia, el pastoreo de la congregación y la atención a los
grupos familiares o células, son factores muy importantes para llevar a cabo
relaciones duraderas, para asi; poder alcanzar y suplir las necesidades de las
personas que se encuentran sin comunión con Dios.

Las funciones de un servidor es la de ser pastor de las personas que están bajo
su liderazgo y cuidado, o que asisten al grupo de comunión familiar que atiende.
El pastor mismo, tiene que ser alguien que vele por el bienestar de la
congregación. Por lo tanto, tenemos que imitar el ejemplo del Buen Samaritano
que encontró a orilla del camino a aquel hombre herido y lastimado, la actitud del
samaritano fue la de auxiliar, levantar, vendar y sanar sus heridas (Luc.10:30-
37).

Hoy en día millones de personas se encuentran heridas, lastimadas, rechazadas y


oprimidas por el diablo, es ahí donde el líder lleno de fe y del Espíritu Santo
debe entrar en acción con la palabra de salvación, restauración y sanidad obrada
por el Señor Jesús para darles un propósito a sus vidas.

Porque que dificil es trabajar con cristianos y pastores resentidos y dañados


emocionalmente, son personas muy suceptibles y cambiantes de animo, son
hermeticas o explosivas, pero el mayor problema son ellos mismos porque no hay
un avance espiritual en sus vidas y ministerios, estan bloqueados y necesitan ser
sanados y liberados por el Espiritu Santo para poder funcionar en el reino.

Amado Hermano, Pastor o líder; La Sanidad Interior y la Liberación son una


herramienta excelente para llevar a cabo la valiosa tarea de restauración.
Primeramente a tu cuerpo ministerial e iglesia, y enseguida ir a buscar a la oveja
lastimada y sanarla.

Aun nosotros mismos necesitamos muchas veces sanidad en nuestros corazones.


Dios te ha puesto en la iglesia, colonia o barrio para ser restaurador de
calzadas, de caminos y vidas torcidas con la unción de su palabra.

¿Que es la sanidad del alma y la


liberación?
“La sanidad interior y la liberación es un proceso por medio del cual las heridas que se
encuentran en el alma del ser humano son sanadas y liberadas de las opresiones demoníacas.
Es sacar todo lo que en el pasado nos ha sucedido, que han dejado huellas de heridas dolorosas y
que nos perjudican emocionalmente”.

ENTENDIENDO LA NATURALEZA HUMANA

Antes de entender lo que es la sanidad interior y la liberación y de cómo


ministrarlas, es necesario entender la naturaleza del ser humano y los
problemas comunes de las personas.

Nuestra naturaleza es tan compleja para nosotros mismo que nunca sabemos
como vamos a reaccionar ante un conflicto, pero sí hay alguien que nos conoce a
profundidad y cada una de nuestras necesidades ese es Dios. Así que; vayamos
paso a paso.

1.- Necesidades básicas en el ser humano.

Sabemos que el ser humano tiene una naturaleza material (cuerpo) y otra
espiritual (espíritu o alma). Y es en la naturaleza espiritual donde radican los
pensamientos, sentimientos y voluntad. Es aquí donde se encuentran las cuatro
necesidades básicas del ser humano las cuales son:

A.- La necesidad del amor.

Esta necesidad haya su raíz en el instinto humano de amar y de dar amor. El


hombre por naturaleza desea ser aceptado, desea ser amado y dar amor, busca
constantemente compañerismo y mutua simpatía, pero esta necesidad se ve
afectada cuando alguien esta dañado emocionalmente e incapacitado en sus
sentimientos, y como no puede dar amor afectivo se le hace también difícil
recibir amor.

B.- La necesidad de poder significar algo.

A través de esta necesidad el ser humano busca valer algo, es decir; ser
importante para alguien y poder hacer alguna actividad que le sea reconocida.
En otras palabras, no sentirse un inútil. Pero esto es destrozado en el
momento que recibimos de los que están a nuestro alrededor mensajes
negativos como los siguientes: “no sirves para nada” “tu hermano hace las
cosas mejor que tu” “eres un inútil” “no lograras ser nada en la vida”, “etc.
Esto ocasiona una continua destrucción moral y emocional en la persona.
C.- La necesidad de seguridad.

Esta necesidad esta basada en el instinto de protección, de conservación, y de


vivir en unidad familiar. La naturaleza humana exige la seguridad y el bienestar
de vivir bien y aun mejor cada día. Pero un constante maltrato por parte de la
misma sociedad, de los padres o familiares en general, ha ocasionado que el
daño moral y espiritual sea mayor cada día. La sociedad esta llena de violencia y
de abusos de toda índole y todo esto trae como resultado inseguridad,
angustia, depresión y profundos traumas psicológicos.

D.- La necesidad de vivir en libertad.

Esta necesidad viene de un clamor profundo del corazón del ser humano, al
darse cuenta que muchas veces vive esclavizado de sus temores, miedos y
tristezas. Arrastra cadenas en el alma que no le permiten ser realmente libre
ni tener una relación real con Dios. El mayor enemigo de las emociones del ser
humano y que busca que las necesidades antes mencionadas no sean satisfechas
ni puedan vivir en libertad es: Satanás. El sabe que si logra hacer que te
sientas mal, eso basta para sacarte de combate.

Mira: Las circunstancias externas pueden ser favorables, la gente que te


rodea puede ser muy amable y cariñosa contigo, tu cuerpo puede estar sano y
todo puede andar muy bien, pero si internamente te sientes mal, no podrás
funcionar adecuadamente. Como persona necesitas desarrollar un método para
sanar tus emociones y liberarte, y nuestro Dios ha hecho provisión para esto.
Él fue el que creó tus emociones y si necesitas sanidad de ellas, el Espíritu
Santo te guiará en tu proceso de liberación y sanidad emocional para que
puedas vivir en completa libertad.

¿Alguna vez te han tratado injustamente?


Cuando el maltrato se extiende durante un largo período de tiempo, podemos
encontrarnos luchando contra un resentimiento. Sin embargo, el resentimiento no
resuelto puede aflorar sobre nuestras vidas causando estragos internos en
nosotros y a los que nos rodean. Tu corazón resentido nunca estará bien aunque
huyas hasta el fin del mundo. Pero es en esta necesidad que debemos mirar
intencionalmente a Dios y solicitar su ayuda. Él sabe por lo que estamos pasando
y nos dará la fuerza necesaria para que venzamos el resentimiento. Cuando
ponemos nuestros ojos en su gracia, amor y misericordia, encontraremos la paz
que tanto necesitamos.

¿Quienes necesitan sanidad y liberación?


¿Quiénes necesitan sanidad y liberación? Es una muy importante interrogante. Creo que como lo
acabamos de expresar, todos aquellos que viven una vida vacía, oprimida y en derrota. Personas
sin Cristo, cristianos tibios y desalentados que no han tenido el carácter para ser vencedores por
traumas que vienen arrastrando. Hombres y mujeres con tendencias pecaminosas arraigadas.
Cristianos que por años han luchado con prácticas de pecados ocultos. Siervos con dones
espirituales atados y contaminados que no han crecido en su vida espiritual, fortalezas mentales
y espirituales que no han sido derribadas y muchas cosas más que pudiéramos describir.

¿Que son las heridas emocionales?


Son heridas profundas: el resentimiento, el odio, la amargura, el rechazo, y
todo tipo de recuerdos dolorosos. Es necesario que seamos liberados de todos estos
sentimientos negativos que vienen siendo como un cáncer para nuestro corazón.

Las heridas del alma que traemos fueron golpes violentos en nuestro interior, estas
pueden ser:

a).- Heridas recientes y actuales

b).- Heridas viejas que no podemos olvidar y que cada vez que vienen a nuestra
memoria nos causan dolor

c).- Heridas negadas que tratamos de ignorar como si nunca hubiesen ocurrido
pero que ahí están. Cualquiera que sea nuestra situación esa herida está abierta,
sangra, duele y nos deja muy sensibles y extremadamente susceptibles.

Muchas de nuestras heridas son producidas por maltratos físicos aun desde nuestra
niñez, golpes con huellas en el cuerpo y con heridas en el alma, abusos sexuales,
violaciones con violencia o abandono. Otras más por presenciar hechos dolorosos como
muertes trágicas, ofensas personales, mentiras, murmuración, abortos, divorcios,
calumnias, accidentes, asaltos, robos de casa, del auto, pérdidas familiares, y muchas
cosas más.

Además; estas heridas dejan secuelas como recuerdos dolorosos, imágenes vivas,
angustias y emociones que nos vuelven una y otra vez a la memoria. Hasta en sueños o
pesadillas las escenas se repiten trayendo angustia al alma al volverlas a vivir.
La sanidad del alma es obra única del Espíritu Santo, el cual conoce todo lo que
hemos pasado en nuestra vida. El Espíritu Santo vino sobre nuestro Señor Jesucristo
con el fin de vendar y sanar a los quebrantados de corazón y dar libertad a los
cautivos

Quebrantado: Literalmente significa: destrozado, roto, herido en pedazos. Esto es


lo que vino a sanar nuestro Señor Jesucristo, vidas rotas, emociones destrozadas y
corazones heridos.

La Biblialo dice: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para
dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de
corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en
libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor”, (Luc.4:18,19).

En los ataques de ansiedad... Echa sobre el


Señor tu carga
1 Pedro 5:7. echando toda vuestra ansiedad sobre El, porque El tiene cuidado de vosotros.

LA ANSIEDAD no es solo tener dificultades para respirar.

LA ANSIEDAD es despertarse a las 3 de la madrugada de un sueño muerto porque tu


corazón está acelerado.

LA ANSIEDAD estalla en una erupción sin razón alguna.

LA ANSIEDAD es estresarse por cosas que pueden o no ser reales.

LA ANSIEDAD es cuestionar tu fe, ¿cómo podría mi creador permitir que me sienta así?

LA ANSIEDAD es una ducha a las 2 a.m.

LA ANSIEDAD es tu estado de ánimo cambiante en cuestión de minutos.

LA ANSIEDAD es un temblor incontrolable.

LA ANSIEDAD es llanto, lágrimas reales y dolorosas.

LA ANSIEDAD es náuseas.

LA ANSIEDAD es paralizante.

LA ANSIEDAD es tener que inventar una excusa después de un ataque de comportamiento.


LA ANSIEDAD es miedo

LA ANSIEDAD es preocupación

LA ANSIEDAD es física y emocionalmente agotadora.

LA ANSIEDAD es una pelea con su cónyuge, aunque no esté enojado.

LA ANSIEDAD te está rompiendo a la menor molestia.

LA ANSIEDAD es "¿y si?" La ansiedad es una gran cantidad de "lo que está mal" y "no sé".

Tus sentimientos importan solo porque te molesta algo que otros hacen, no te vuelve loco/a o
sin valor. Algunas de las personas más exitosas en la vida tienen ansiedad. Esto no es tu culpa.
Este no es el fin. Tu eres fuerte. Eres inteligente. Eres valiente. Tu eres digno. y tienes al todo
poderoso para librarte de toda ansiedad.

La necesidad de ser sanados, liberados y


restaurados

El Señor dice en su palabra, "El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me
ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los
quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos,
a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el Año agradable del Señor". Luc.
4:18-19

Y en Luc.9:1-2 la Biblia dice: “Jesús convocó a los Doce y les dio poder y
autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para curar las enfermedades.
Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos”.

Hay en el mundo tanta violencia, maltratos y asesinatos. El hombre corriendo de


aquí para allá, el auge tecnológico y la forma de vida más sofisticada que
tenemos a desplazado la unidad familiar, los niños y jóvenes alimentándose de
programas violentos en la televisión y de juegos sangrientos de video, tienen a la
mano películas llenas de violencia y de demonios, con un libre acceso a la
pornografía y a tantas cosas más.

Las familias se ven acorraladas, lastimándose y desintegrándose en pleitos y


divorcios. Vemos también los valores morales y espirituales perdiéndose
aceleradamente, solo podemos decir que la actividad demoníaca es más fuerte
cada día. Ante estas necesidades de las personas tiene que brillar la luz de
nuestro Señor Jesucristo como el único mediador y sustentador de nuestras
vidas. Necesitamos predicar que la solución es Cristo y que es el único que puede
traer sanidad y liberación completa a los corazones.
Después de observar la actividad de Satanás y sus demonios y ver que la
liberación es bíblica, tenemos que llenarnos de coraje y de valentía para poder
confrontar el mundo de las tinieblas. Con tristeza he oído los comentarios de
algunos ministros que no les gusta el tema o la práctica de la liberación, pues
dicen “Ese no es mi ministerio”, a otros le he escuchado decir “A mí no me gusta
lidiar con changos”. Qué manera despectiva y falta de compasión para con
aquellos que tienen una necesidad espiritual. La falta de sensibilidad y de
conocimiento de muchos ministros para confrontar la obra de las tinieblas, esto;
ha orillado a que mucha gente viva completamente sin Cristo, oprimida, enferma y
esto hablando de aquellos que todavía no le conocen,

La Biblia dice: "… El dios de este siglo (el diablo) cegó el entendimiento de los
incrédulos, para que no les resplandezca la luz del Evangelio (las buenas nuevas)
de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios." 2 Cor.4:4.

Pero la realidad es, que esta situación se vive hoy en día ¡Dentro del mismo
pueblo cristiano!, muchos viven una vida en derrota, encadenados, oprimidos y
atormentados, necesitamos declarar esta realidad y confrontarla en amplio
desafío, debemos tomar el ejemplo del Señor de liberar a los oprimidos, dar
libertad a los cautivos y sanar toda enfermedad en el nombre de Jesús.
¿Quiénes necesitan liberación? Es una muy importante interrogante. Creo que
como lo acabamos de expresar todos aquellos que viven una vida vacía, oprimida y
en derrota. Personas sin Cristo, cristianos tibios y desalentados. Hombres y
mujeres con tendencias pecaminosas arraigadas. Cristianos que por años han
luchado con prácticas de pecados ocultos. Siervos con dones espirituales atados y
contaminados que no han crecido en su vida espiritual y muchas cosas más que
pudiéramos describir.

El perdón es la parte fundamental para la


sanidad del alma.
“Mirad bien no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios, que brotando
alguna raíz de amargura os estorbe y por ella muchos sean contaminados.”

Hebreos 12:15

¿Qué es la raíz de amargura?


AMARGURA; SIGNIFICADO. Sentimiento duradero de frustración, resentimiento o
tristeza, especialmente por haber sufrido una desilusión o una injusticia. Amargura
es una angustia del alma, es estar triste, desanimado, estar en desesperación,
sufrir una decepción, sentirse sin esperanza. Es como se siente el alma por
circunstancias que nos sobrecogen, y que no podemos cambiar; es tener una
profunda tristeza y resentimiento, ES ESTAR CONTINUAMENTE FRUSTRADO,
y acompañada con hostilidad e ira reprimida.

La amargura es un resentimiento que viene a ser el veneno del alma, va


contaminando todo, hasta que destruye la vida de Dios en nosotros. También
destrúye los valores de la personalidad y puede destruir al hombre totalmente.
La amargura es la única contaminación que hace olvidar totalmente toda la buena
obra de Dios que las personas hayan hecho en nosotros

La raíz de amargura es el semillero fértil del enemigo y es donde el toma


ventaja. Por eso todo creyente que quiere andar una vida victoriosa debe vivir en
un continuo espíritu de perdón. Si la amargura no es tratada, se va desarrollando
en los siguientes niveles:- crece -se aumenta -madura y da frutos.

Como es un resentimiento que tiene raíces, estas se van arraigando cada vez más
en lo profundo del corazón de las personas. Estas raíces que han crecido en lo
oculto llegan hasta ahogar el alma. Después de que este ciclo pasa, se llega a
convertir en un gran árbol, produciendo frutos malos como son: resentimiento,
ira, celos, amargura y otros más. La amargura es fácil verla en otros, sin
embargo, es muy difícil que la persona se dé cuenta de la amargura en sí misma.
Solo el perdón puede sanar toda raíz de amargura, sí; es perdonando y pidiendo
perdón.

Los diferentes tipos de abandono que


sufre el ser humano
1.- Abandono físico: Nadie estuvo ahí con nosotros por causa de: Ausencia, abuso, adicciones,
falta de atención etc.

2.- Abandono mental: Nadie estuvo ahí para responder, a nuestras interrogantes o no
quisieron hacerlo

3.- Abandono social: Nadie estuvo ahí para mostrarnos como desarrollar buenas relaciones
con otros y nos abandonaron en nuestra necesidad.
4.- Abandono emocional: Nadie estuvo ahí para escucharnos, abrazarnos, consolarnos,
ministrarnos ni para entendernos.

5.- Abandono espiritual: Nadie estuvo ahí para ayudarnos a orar, ni confortarnos con una
palabra en los momentos más difíciles y por el cual nos sentimos abandonados.

¡LAS HERIDAS DEL ALMA!

Cuando el maltrato se extiende durante un largo período de tiempo, podemos


encontrarnos luchando contra un resentimiento.

Sin embargo, el resentimiento no resuelto puede aflorar sobre nuestras vidas causando
estragos internos en nosotros y a los que nos rodean.

Tu corazón resentido nunca estará bien aunque huyas hasta el fin del mundo. Pero es
en esta necesidad que debemos mirar intencionalmente a Dios y solicitar su ayuda. Él sabe por
lo que estamos pasando y nos dará la fuerza necesaria para que venzamos el resentimiento.
Cuando ponemos nuestros ojos en su gracia, amor y misericordia, encontraremos la paz que
tanto necesitamos.

Las heridas del alma fueron golpes violentos recibidos en nuestro interior, esto ha
ocacionado heridas y profundos traumas, que a su vez han engendrado resentimiento, odio,
amargura, rechazo y todo tipo de recuerdos dolorosos. Es necesario que seamos liberados de
todos estos sentimientos negativos que vienen siendo como un cáncer para nuestro corazón.

Existen varios tipos de heridas:

a).- Heridas recientes y actuales

b).- Heridas viejas que no podemos olvidar y que cada vez que vienen a nuestra memoria nos
causan dolor

c).- Heridas negadas, esas que tratamos de ignorar como si nunca hubiesen ocurrido pero que ahí
están. Cualquiera que sea nuestra situación esa herida está abierta, sangra, duele y nos deja muy
sensibles y extremadamente susceptibles.

Muchas de nuestras heridas son producidas por maltratos físicos aun desde nuestra niñez, golpes
con huellas en el cuerpo y con heridas en el alma, abusos sexuales, violaciones con violencia o
abandono.

Otras más por presenciar hechos dolorosos como muertes trágicas, ofensas personales, mentiras,
murmuración, abortos, divorcios, calumnias, accidentes, asaltos, robos de casa, del auto, pérdidas
familiares, y muchas cosas más.
Además; estas heridas dejan secuelas como recuerdos dolorosos, imágenes vivas, angustias y
emociones que nos vuelven una y otra vez a la memoria.

Hasta en sueños o pesadillas las escenas se repiten trayendo angustia al alma al volverlas a vivir.

La sanidad del alma es obra única del Espíritu Santo, el cual conoce todo lo que hemos pasado en
nuestra vida. El Espíritu Santo vino sobre nuestro Señor Jesucristo con el fin de vendar y sanar a
los quebrantados de corazón y dar libertad a los cautivos

Quebrantado: Literalmente significa: destrozado, roto, herido en pedazos. Esto es lo que vino a
sanar nuestro Señor Jesucristo, vidas rotas, emociones destrozadas y corazones heridos.

Solo Jesús puede sanar nuestras heridas; El dice: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto
me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de
corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a
predicar el año agradable del Señor”, (Luc.4:18,19).

Cómo Sanar Las Heridas Del Alma Y


Lidiar Con Las Emociones
Cuando alguna persona reconoce a Jesús como su Señor y Salvador personal, viene a ser un
hijo de Dios, lavado con su sangre, y que si muere, irá directo al cielo. Esto no significa que
el creyente es totalmente libre y que todos sus problemas hayan terminado. Existen
creyentes que poseen muchas ataduras del pasado, tales como: heridas del alma,
amarguras y complejos.

La primera pregunta que se nos puede venir a la mente es, ¿por qué si somos creyentes aún
arrastramos con cosas del pasado?

La razón de esto es, que lo que nació de nuevo fue nuestro espíritu, pero nuestra alma debe
ser renovada y transformada; por lo tanto, es en esta área donde necesitamos liberación y
sanidad interior.

Nuestra vida cristiana es superar los obstáculos continuamente, sobreponerse a todas las
circunstancias y no dejar que la adversidad nos hunda, sino dar lugar a Jesús, por medio de
la transformación y la renovación que obra en nuestro entendimiento, dejar que sea Cristo
quién resuelva nuestras dificultades y neutralice su efecto en nuestra vida.

(Romanos 12:2) “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de
Dios, agradable y perfecta.”

Dios considera que cada uno de nosotros es responsable de las reacciones ante cualquier
situación en la que nos vemos afectados. Ha dado a cada una de las persona libre albedrío,
libre determinación. Nos pide que constantemente tomemos decisiones las cuales sean
acertadas y que procedamos rectamente. Y cuando lo hacemos, él nos ayuda a salir
adelante.

¿Que son las heridas del alma?

Las heridas del alma son traumas que las personas sufren a medida que van pasando por
ciertas experiencias que marcan su historia.

Todas las experiencias van conformando lo que eres ahora, algunas veces te sentirás feliz y
en otras profundamente decepcionado. En estos momentos que sientes un profundo
desanimo, decepción y tristeza; nuestras heridas suelen irse abriendo.

Las heridas del alma son causadas por un daño bien sea por un dolor, una traición, hasta
una humillación, cada dolor que sufrimos en nuestras vidas nos van haciendo heridas
profundas en nuestra alma, las cuales el enemigo usa para traer a nosotros un sinfín de
espíritus inmundos que se apoderen de nuestras emociones.

Síntomas de una herida en el alma.

Todos los seres humanos poseen heridas en su alma, en el transcurrir de nuestras vidas esta
heridas suelen formarse por nuestras vivencias, lo que diferencia, es que algunos suelen
obtener heridas más grandes que otros, porque no todos pasamos las misma situaciones.
Como saber que tienes heridas en tu alma muy profundas.

1. Tristeza sin una causa aparente


2. Rechazo de sí mismo y de los demás.
3. Baja autoestima
4. Sentimientos obsesivos de culpa,
5. Amargura, ira injustificada, inconformismo ante todo.
6. Temor obsesivo

Consecuencias de las heridas del alma

Cuando nos acercamos a Jesús creemos que todo ha quedado resuelto en nuestra vida, que
no tenemos más problemas, pero tarde o temprano nos damos cuenta que aún existen
ciertas áreas de nuestra alma que no han sido regeneradas y que hay sentimientos negativos
o actitudes que no son favorables, las cuales el enemigo usara para que en el andar que
tenga con Jesús, Usted no pueda fluir correctamente. Y Empezará a traer recuerdos
amargos del pasado para perturbar las heridas que no han sido sanadas en su interior.

Las heridas del alma producen incapacidad de disfrutar una vida interna en la paz de Cristo.

Producen emociones negativas en el corazón que logran perturbar la mente de las personas,
trayendo estados de depresión, ansiedad, ira, tendencia al suicidio, violencia, rechazo y
pensamientos muy destructivos.
Muchos creyentes viven atados a las heridas del alma que son arrastradas del pasado, lo
cual no los deja crecer espiritualmente, ni vivir una vida de victoria, entonces vemos a Dios
como que no cumple sus promesas descritas en los libros de la biblia, en nuestra vida; pero
la razón de no cumplirse son las ataduras que poseemos en el alma.

Algunos personas suelen guardar estás heridas en sus corazones como cicatrices, estos son
recuerdos del pasado que hacen dudar del presente y tener miedo del futuro.

Cuando nos ponemos confiadamente en las manos de Dios, él comienza su obra en nosotros
de una forma progresiva para sanarnos.

(Filipenses 1:6)”Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena


obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.”

Gradualmente Dios nos lleva a la perfección, es un desarrollo que se va produciendo


lentamente y avanza a la perfección de acuerdo a nuestra búsqueda continua hacia su
presencia.

Cómo hacer para sanar las heridas del alma

Primeramente para sanar las heridas que están en el alma, debemos conocer la función de la
misma y lo que ésta representa en el mundo espiritual. Tenemos que conocer que el hombre
es un espíritu, que tiene un alma, el cual está dentro en un cuerpo físico.

¿Qué es el alma?

Es el asiento de la voluntad, de nuestras emociones y de la mente. Ésta es la parte del


creyente que no nace de nuevo, sino que necesita ser transformada y renovada.

Cómo opera nuestra alma.

(Santiago 1.22) «Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores,


engañándoos a vosotros mismos».

La obra de Cristo en nuestro espíritu es perfecta, cuando nacemos de nuevo. Somos hijos
de Dios, por lo tanto vamos al cielo, en el libro de la vida está escrito nuestro nombre, pero
nuestra alma no es cambiada. Bien ahora, como el alma (voluntad, emociones y mente) no
nació de nuevo, surge una interrogante y es: ¿Qué hacemos con el alma?

2.- Cosas necesarias: ser renovada y ser transformada.

(Romanos 12.1-3) «Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que
presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro
culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de
Dios, agradable y perfecta. Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está
entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense
de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno».

Por esta razón, existen muchos creyentes que todavía tienen heridas emocionales, malos
pensamientos y deseos de no hacer la voluntad de Dios; esta última viene siendo rebeldía.

Muchas personas suelen confundirse porque no saben si han nacido de nuevo, porque aún
arrastran cosas del pasado, las cuales no han podido vencer. Y lo que realmente necesitan
es renovar su alma, y esto se puede lograr a través de la Palabra de Dios, la sanidad interior
y la liberación.

La mayor parte de los problemas de todos los cristianos están en su alma, es decir, en su
voluntad, en sus emociones y en su mente.

Características del alma

Las características del alma son comparadas a las del asno. El asno es: testarudo,
desobediente, egoísta, voluntarioso, ególatra, jactancioso, rudo, inseguro, rebelde, arrogante
y orgulloso.

Esta naturaleza necesita ser transformada y renovada. Existen dos tipos de vida: La vida del
Espíritu, que en el griego original es la palabra “zoe” y la vida del alma que es “psuke”. Es
necesario que el alma sea cambiada o no vamos a poder disfrutar de la vida abundante de
Dios.

Tenemos que aprender a tener control sobre el alma. El salmista dijo:

(Salmos 103.1 3) «Bendice, alma mía a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Bendice, alma mía a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona
todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias».

Nuestra alma debe estar siempre bajo el control del espíritu renovado en Cristo. Es por ello,
que debemos someter nuestra voluntad a Dios, y ¿que es la voluntad?.

La Voluntad.

Es la faceta de las persona donde reside la capacidad de decidir. El ser humano es el


representante moral, libre de escoger entre el bien o el mal.

La Voluntad es la fuerza que cierra o abre todo acto de elección en nuestras vidas,
incluyendo nuestros pensamientos, las emociones y las pasiones. Esta área trabaja
conjuntamente con nuestra mente y emociones. Es donde se nos da la capacidad de decidir
lo que queremos ser y hacer. El ser salvos no depende de Dios, sino de la elección que el
hombre haga a través de la voluntad. Pues el hombre posee soberanamente la voluntad de
escoger servir al diablo o a Dios.
Por ejemplo, la desobediencia es un acto que surge de nuestra propia voluntad. La palabra
de Dios dice: “el alma que pecare ciertamente morirá”.

¿Por qué nos cuesta dejar de hacer algo si somos dueños de nuestra voluntad?

Porque nuestra mente la cual no está renovada envía pensamientos constantemente a


nuestras emociones que no están sujetas al espíritu. Entonces, las emociones y la mente
tratan de seducir la voluntad humana. Por esta razón, el hombre no puede dejar de hacer las
cosas que sabe que son desagradables ante Dios.

¿Cómo lidiamos con nuestra voluntad?

 Rindiéndola
 Quebrantándola
 Vaciándola
 llenándola con la voluntad de Dios

¿Cómo rendimos nuestra voluntad?

La palabra de Dios nos habla de ciertos términos los cuales nos enseñan que el rendir
nuestra voluntad es un acto de elección. La Escritura usa términos, tales como:

1. Renunciar – Esta palabra significa: “estar muerto a”


2. Despojarse. Esto se refiere, a deshacerse de todo lo malo, como es el viejo hombre.
3. Quitarse (Efesios 4:3)
4. Hacer morir (Colosenses 3.5)

(Efesios 4.22-24) «En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que
está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y
vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad».

Dios no nos obliga a hacer ninguna de estas cosas, simplemente somos nosotros los que
debemos tomar la iniciativa de renunciar a todo lo que está en diferentes áreas de nuestra
vida que no le agradan a Dios. Tenemos que hacer morir lo malo, quitar todo aquello que
nos impide tener un crecimiento espiritual.

Desde hoy, Usted debe empezar a renunciar a la amargura, a la ira, al pasado y a todos los
deseos de la carne. Cuando el ser humano toma la determinación y la decisión de hacer la
voluntad perfecta de Dios, todas sus promesas serán un sí y amén.

¿Cómo las emociones afectan nuestra vida?

1. Influyen en nuestras relaciones con los demás.

Nosotros solemos ser el producto de nuestras experiencias pasadas, y nuestras reacciones


surgen de acuerdo a las heridas que hemos experimentado en el pasado.
Como por ejemplo, una mujer que fue abusada por su pareja estará siempre a la defensiva
en cualquier otra relación. Otro es el de una persona que posee una raíz de rechazo, esta le
impide manifestar sus emociones y, como consecuencia, crea una baja estima.

2. Serán un obstáculo para nuestra fe.

Si nos dejamos guiar por nuestras emociones, será muy difícil creer en la palabra de Dios.
Esto nos hará querer ver primero para después creer. Todos los creyentes hijos de Dios
tenemos que caminar por convicción y no por emoción.

Las heridas emocionales nos impiden entregarnos al cuerpo de Cristo para convivir en amor
y sin temor a ser rechazado. Las heridas del alma por causa del pasado dañan su presente y
su felicidad.

Muchas personas que han sido heridas, ocultan el dolor en lo más profundo de su
alma y evitan por todos los medios hablar de ello. Otras personas utilizan mecanismos
de defensa, tales como:

 Proyectar rechazo: En este caso, la persona siente y muestra un rechazo al reconocer


que ha sido herida, entonces prefiere negarlo (rechazar la idea) antes que enfrentarse a
ella y hacer algo para sanarse.
 Auto justificación: Este es un mecanismo de defensa, el cual es utilizado por las personas
heridas cuando se sienten incapaces de aceptar la responsabilidad sobre sus actos que le
corresponde. Prefiere poner cualquier excusa, por más inverosímil que sea, antes de
reconocer que algo no está bien en su vida.
 Aislamiento: Esto suele suceder cuando las personas heridas deciden apartarse del
resto, rechazando toda posibilidad de ser ayudados, y prefirieren de esta manera,
permanecer aferrado a sus heridas.

¿Cómo lidiar con las heridas del alma y sanar nuestras emociones?
1. Debemos enfrentar la verdad.

Muchas veces, confrontar la verdad es algo muy doloroso; pero debemos tener en cuenta
que la puerta por donde entró el dolor, es la misma puerta por donde tiene que salir.

(Juan 8.32) «Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres».

Las heridas ocultas, la falta de perdón, los traumas, los abusos de todo tipo y los
pecados, son como una comida podrida en un refrigerador.

Muchas veces, percibimos el mal olor y no sabemos de dónde proviene; pero luego,
nos encontramos que existe algo podrido en el refrigerador que lo está contaminando
todo.

Cuando nos ocultamos detrás de una puerta de dolor, debemos que regresar por la
misma puerta para ser libres; tenemos que enfrentarnos a la verdad.
2. Confesando que nos duele.

Hablar de lo que nos pasa o como nos sentimos con alguna persona que sea de
confianza, nos ayuda a drenar lo que está dentro de nuestra alma, es necesario que
confesemos lo que sentimos. Algún hermano de la congregación, un líder, anciano(a),
que este acto para dar consejos sabios, y ayuden en oración ante esa situación que esté
viviendo.

(Santiago 5:16) «Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para
que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho».

3. Perdonando y olvidando.

El perdón no es un sentimiento que debemos manifestar, es una decisión. Tenemos


que aprender a perdonar a todas aquellas personas que alguna vez nos han ofendido.

(Marcos 11:25) «Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para
que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas»

4. Desarrollando dominio propio.

Tomemos la decisión y determinación firme de caminar de acuerdo al espíritu y no


por las emociones. “Y sobre todas las cosas, desarrollemos dominio propio”.

Gálatas 5:16 «Digo, pues: Andad en el Espíritu y no satisfagáis los deseos de la carne».

5. Haciendo un compromiso.

Hacer un verdadero compromiso de no vivir por medio de las emociones sino por los
principios de la palabra de Dios.

6. Dándole prioridad a la intuición del Espíritu Santo.

Conocimiento inmediatamente la verdad que nos ofrece el Espíritu Santo sin


necesidad de razonarla.

Si realmente quieres ser libre de las heridas del alma; primeramente tienes que
reconocer las heridas que están dentro de ti, luego debes someter tu voluntad a la
palabra de Dios; y dejar que sea el Espíritu santo quien te guié en todo momento. Esto
no es tan fácil pero de la mano de Dios es posible.

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