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La hermenéutica es la ciencia que nos enseña los principios, métodos, reglas y

herramientas de la interpretación de las Escrituras. 2 Timoteo 3:16 desde mi apreciación


indica que toda escritura es inspirada por Dios; tanto al estudiar la hermenéutica abarca
toda la revelación de Dios, todo el mensaje para la humanidad.
Se levantan nuevas líneas de pensamiento o el famoso post-modernismo que afectan el
evangelio, líneas de prosperidad, líneas del poder del pensamiento y motivación como eje
central del mensaje del reino de Dios; si bien son síntomas de la iglesia y de nuestra
sociedad en general, es bueno notar que el cimiento de todo se encuentra en nuestras
raíces:
1 Timoteo 1:10
para los inmorales, homosexuales, secuestradores, mentirosos, los que juran en falso, y
para cualquier otra cosa que es contraria a la sana doctrina;
1 Timoteo 6:3
Si alguno enseña una doctrina diferente y no se conforma a las sanas palabras, las de
nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad;
2 Timoteo 4:3
Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón
de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos.
En estos textos se ve claramente como la sana doctrina puede conducirnos a una vida en
santidad, todo va de la mano tanto lo que creemos como lo que hacemos, por eso es bueno
saber que lo que hay en el corazón del hombre determina lo que él es en realidad. Es por
esto que el estudio de la Hermenéutica aplicado a las sendas antiguas o a la esencia del
verdadero mensaje del Evangelio “arrepentirse de los malos caminos y volvernos a Dios”
está aún en vigencia.
No solo es necesario conocer de Dios, sino hacerlo conocido por medio de nuestros
hechos, las buenas prácticas del Evangelio harán que las personas no creyentes acepten
el mensaje sin mayores problemas. La “orto praxis” (la buena práctica) junto con la
“ortodoxia” (la sana doctrina), producirá un efecto enriquecedor en la vida del creyente.
En una sociedad contraria y confundida es difícil implementar una nueva cadena de
valores o escala de valores, muchas veces estos están determinados por el medio en el
que nos desarrollamos, sin embargo somos llamados a ser luz y sal de la tierra y a
constituirnos como atalayas del Reino de Dios, por tanto los principios del Reino de Dios
son irrenunciables y no están en juego. Todo lo hacemos para Dios y sin Él es constituido
como pecado ya que actuamos sin una ley. “todo aquel que comete pecado, infringe la
ley; pues el pecado es infracción de la ley” 1 Juan 3:4.

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