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Ovni

El término objeto volador no identificado, más conocido por el acrónimo


ovni,2 se refiere a la observación de un objeto volador, real o aparente, que no
puede ser identificado por el observador y cuyo origen sigue siendo desconocido
después de una investigación.

El acrónimo fue creado para reemplazar al de «platillo volante», ya que a


diferencia de este un ovni no tiene por qué ser necesariamente un objeto
tecnológico o tripulado (puede ser también una estrella, un meteorito o un avión
desconocido), y ha llegado a trascender más allá de las simples observaciones
aéreas. Aunque autores como Erich von Däniken 3 o Jacques Vallée 4 han
apuntado que los antiguos carros de los dioses o las apariciones y raptos en
bosques y pantanos podían ser el equivalente a los relatos ovni actuales, el
fenómeno-mito comenzó en 1947, íntimamente vinculado a los medios de
comunicación.

Su interés para los gobiernos, si es que alguna vez lo tuvo, ha ido decreciendo al
encontrarse explicación a la mayoría de los casos y no apreciarse nada
especialmente raro ni misterioso en los no aclarados. Sin embargo, la tendencia Clásica fotografía de un supuesto
parece opuesta en la literatura especializada en estos temas, que ha ido creciendo ovni en Nueva Jersey, tomada el 31
de julio de 1952. Esta forma
en número de cabeceras y tirada, para pasar a recoger también supuestos
característica de pretendidas naves
contactos telepáticos, pretendidos secuestros y declaraciones sobre experimentos
extraterrestres tienen su origen en la
genéticos realizados por los tripulantes de dichos objetos. Todas estas confusión de un periodista.1
afirmaciones extraordinarias tienen en común la ausencia de pruebas
extraordinarias que las demuestren. Pese a la total ausencia de las mismas, la
hipótesis extraterrestre sigue siendo tema de debate.

Índice
Contexto histórico
Terminología
Historia
Ovnis en la Edad Antigua, Media y Moderna
Ovnis contemporáneos
Investigación
Líneas de investigación
Clasificación de los ovnis según su observación
Encuentros lejanos
Encuentros cercanos
Clasificación de los ovnis por su forma
Resultados
Interpretación
Hipótesis extraterrestre
Carl Gustav Jung: fundamentación psíquica
Hipótesis psicosocial
Hipótesis paraufológica
Los ovnis en la cultura popular
Véase también
Notas
Referencias
Bibliografía
Bibliografía utilizada
Bibliografía adicional
Enlaces externos

Contexto histórico
Autores como Luis Alfonso Gámez, Ricardo Campo1 o Neil deGrasse Tyson5 han insistido en la gran importancia de los
antecedentes históricos que rodeaban el nacimiento y la popularización del término «ovni».

A finales del siglo XIX y principios del XX, Percival Lowell había publicado
varias obras sobre Marte, en las que postulaba que las líneas oscuras divisadas
por Giovanni Schiaparelli en la superficie marciana, constituían una red de
canales creados por una civilización inteligente, para traer agua desde los polos
al ecuador del «planeta rojo».6 Pese a que las observaciones de Lowell se
revelarían erróneas, el público en general consideró la existencia de vida
extraterrestre inteligente y cercana a la Tierra como un hecho probado
científicamente. El astrofísico y divulgador científico Carl Sagan 7 indicó que la
nave estadounidense Mariner 9 refutó esa posibilidad cuando fotografió la
superficie de Marte en 1971.

En 1944, la Luftwaffe había conseguido hacer operativo el Heinkel He 178. El


motor de este avión sorprendió por su sencillez al no necesitar bielas, pistones,
cigüeñal, aceite y los demás elementos utilizados hasta el momento.8 También
su velocidad, cercana a los 700 km/h, dejaba bastante atrás a los mejores El astrónomo británico Percival
aparatos de la época, caso del Supermarine Spitfire. Como tercera virtud se Lowell, defensor de vivir cerca de
puede destacar su maniobrabilidad. Además, el aparato en sí ya era sorprendente otras civilizaciones extraterrestres
para personas poco introducidas en el mundo aeronáutico por no tener hélices con gran inteligencia.
que lo impulsaran. Aparatos como este y tantos otros que le siguieron
comenzaron a implantar en el ciudadano corriente la idea de que se investigaba
sobre nuevos modelos aéreos, bastante diferentes de los anteriores y con unas prestaciones muy superiores.

Un efecto más contundente si cabe para la opinión pública, lo causó el V2. Este misil balístico dejaba muy atrás a lo que podían
presentar naciones como la Unión Soviética o Estados Unidos. El V2 era capaz de mover una carga útil de casi una tonelada, a
varios cientos de kilómetros y a velocidades que superaban con mucho la del sonido. Según Nigel Hawkes9 dicha velocidad se
consideraba una «barrera» infranqueable para un ingenio humano, pese a que las balas de fusil ya viajaban a esa velocidad desde
hacía décadas. Este portento de la ingeniería abrió nuevamente la mentalidad del público en general e hizo ver como posible que
un ingenio de origen inteligente causara imágenes que antes se hubieran tomado por espejismos, resplandores, relámpagos o
cualquier otra explicación natural.
El 16 de julio de 1945 tuvo lugar en Álamo Gordo la Prueba Trinity, con la que culminaba el Proyecto Manhattan. Dicha prueba,
junto a la utilización posterior de una bomba de uranio y otra de plutonio, demostró que se podía conseguir gran cantidad de
energía con poca masa. Pero, al mismo tiempo, se descubría un nuevo tipo de arma, con una capacidad destructiva incomparable,
lo cual supuso un salto cualitativo en el tipo de guerra que podría librarse. Igualmente se dio el pistoletazo de salida para una
carrera de armamentos entre los Estados Unidos y la Unión Soviética junto a una carrera de información para conocer cada bando
el nivel alcanzado por su oponente.10 Aunque actualmente se sabe que la tecnología soviética estaba por detrás de la
estadounidense, había dos campos donde sí llevaban cierta ventaja: uno era el balístico, como se verá más adelante, y el otro fue
la capacidad de guardar sus secretos. El régimen de Iósif Stalin era una dictadura férrea, con un control considerable de la
información producida y difundida, por lo que las apariencias eran más fáciles de guardar. Unido a esto, las inmensas
proporciones del país le concedían una profundidad estratégica sin igual, lo que hacía imposible observar todo su territorio,
aunque solo fuese indirectamente, desde ningún punto de su frontera, por muy alto que se alzara el observador. Como ha recogido
posteriormente John Lewis Gaddis,11 los soviéticos podían amenazar con misiles que no tenían y esgrimir divisiones con las que
no contaban, o al menos en determinados momentos, porque las agencias de información, al principio, ignoraban lo que sucedía
en el interior del país enemigo. La recién creada CIA (Agencia Central de Inteligencia) necesitaba información sobre lo que
sucedía en la Unión Soviética y financió proyectos de todo tipo para conseguir fotografías o mediciones atmosféricas que
pudieran indicar los avances de la otra superpotencia en campos como el de los misiles intercontinentales, los bombarderos
estratégicos o las pruebas nucleares atmosféricas.

Ante las prestaciones ofrecidas por el motor de reacción y el misil balístico, las potencias vencedoras se disputaron a los técnicos
implicados en los programas alemanes para desarrollar los suyos propios. Sin embargo, por una serie de decisiones, los Estados
Unidos mantuvieron relegado a von Braun durante un tiempo, mientras los dirigentes soviéticos sacaron del Gulag a Serguéi
Koroliov para que retomase los programas de misiles abandonados años atrás. Al poco tiempo, los segundos iban más
adelantados que los primeros en misiles y cohetes. Carl Sagan 12 indica que dicha ventaja fue inicial, cuando los soviéticos
contaban con algunos prototipos de una potencia superior y una tasa de éxitos también superior a la presentada por los
estadounidenses, pero esa situación se invertiría posteriormente.

Es nuevamente Sagan 13 quien recoge la sorpresa de los dirigentes de la Unión Soviética y los Estados Unidos respecto al interés
del público por el tema espacial cuando, unos años después de comenzar las primeras pruebas con los nuevos misiles balísticos,
los soviéticos demostraron que se podía llegar al espacio exterior con el Sputnik 1. Más aún, los éxitos soviéticos crearon cierto
pánico en la población estadounidense al sentirse vulnerables y en inferioridad tecnológica frente a su enemigo. El mismo Sagan
14 recogió ese sentimiento y la reacción inmediata de los políticos en dar prioridad a los temas aeroespaciales. El astrobiólogo

transcribe el interrogatorio mantenido en 1958 entre Daniel J. Flood, presidente de la subcomisión para asignaciones de la
defensa y representante del partido demócrata por Pensilvania, y Richard E. Horner, secretario de la asesoría para la Fuerza Aérea
de los Estados Unidos. Ante la petición de una partida considerable de fondos para la investigación espacial, la subcomisión
realizó tres preguntas a Horner y, tras responderlas, Flood declaró:

Deberíamos darle todo el dinero, todo el hardware y todo el personal que precisen, sin importar lo que
otras personas puedan opinar o querer, y pedirles que se suban a una colina y que lo hagan sin
contemplaciones.

Con un vigor como el demostrado por las dos partes en los aspectos técnico, económico y de comunicación, pronto comenzaron a
ser familiares para las personas de toda clase y condición los cohetes de gran tamaño, las imágenes de cápsulas reentrando en la
atmósfera, los trajes presurizados, las escafandras...

Terminología
El primer nombre dado a luces o formas en el cielo desconocidas para el
espectador fue el de «platillo volante» o «platillo volador», del inglés
flying saucer. El término «platillo volador» se popularizó en 1947 debido a
un error periodístico. El 24 de junio, el piloto civil estadounidense Kenneth
Arnold ―mientras volaba sobre la cordillera de las Cascadas (en el estado
de Washington)― vio una formación de nueve objetos con forma de
búmeran que volaban a una velocidad (estimada por él) superior a los
1500 km/h.1

Como se ha indicado, a finales de la Segunda Guerra Mundial se veía


como posible la existencia de prototipos rápidos y muy manejables,
desarrollados por otros países y nunca vistos hasta el momento. Ante la
posibilidad de haber divisado una escuadrilla de dichos prototipos, Arnold
se dirigió a la oficina del FBI para informar, pero la encontró cerrada. Por Búmeran de madera a cuya forma se
lo tanto acudió a un periodista llamado Bill Bequette para narrarle su parecían los objetos declarados por
observación. El piloto explicó la formación indicando que los nueve Kenneth Arnold.

objetos tenían forma de búmeran y describió sus movimientos como el


efectuado por las piedras cuando rebotan sobre una superficie líquida, en
concreto sus palabras pueden traducirse por «un platillo lanzado a través del agua». Bequette confundió la forma en la que se
movían los objetos con la forma de los objetos. El error de Bequette ha sido recogido multitud de veces por científicos como Carl
Sagan:15 «Dijeron que yo había dicho que eran “como platillos”, cuando lo que yo dije fue que “volaban al estilo de un
platillo”», declaró Arnold al célebre locutor Edward R. Murrow en una entrevista para la CBS, transmitida el 7 de abril de 1950.

Nuevamente Sagan hizo hincapié sobre la relación entre la confusión y las observaciones posteriores, incluso fotografías:

Mientras la explicación original se ha olvidado, el término «platillo volador» se ha convertido en una


palabra habitual. El aspecto y comportamiento de los platillos voladores de Kenneth Arnold era
bastante diferente de lo que solo unos años después se caracterizaría rígidamente en la comprensión
pública del término: algo como un frisbee muy grande y con gran capacidad de maniobra.15

Autores como Ricardo Campo han recogido citas más elocuentes:

Muy probablemente, a partir de entonces, todas las razas alienígenas y extraterrestres que han visitado
la Tierra han tenido que rediseñar sus naves interplanetarias para adaptarse al error de un periodista de
un diario local de Estados Unidos del año 47.1

Pese al error, las declaraciones sobre ingenios aeronáuticos no identificados aumentaron considerablemente. Ante la posibilidad
de que la Unión Soviética dispusiera de aparatos desconocidos hasta el momento o que se pudiera estar violando de alguna forma
el espacio aéreo estadounidense con gran impunidad, la administración de Harry S. Truman emprendió una serie de
investigaciones para esclarecer los hechos. Uno de los participantes en aquellas investigaciones y director del posteriormente
llamado Proyecto Libro Azul fue Joseph Allen Hynek.16 A este astrónomo se le debe la decisión de cambiar el término «platillo
volante» por el más genérico «objeto volador no identificado», traducido del inglés «unidentified flying object» (UFO), término
que persiste hasta nuestros días y da nombre a la disciplina que estudia los casos de ovnis, la ufología.nota 1

Historia
No existe acuerdo respecto al momento en que comenzó la historia de los ovnis. Para Ted Wilding-White, J. J. Benítez, Erich von
Däniken o Jacques Vallée los avistamientos de objetos sin identificar se remontan tanto como historia tiene la Humanidad. Para
autores como Ricardo Campo, Luis Alfonso Gámez1 o Carl Sagan es un mito contemporáneo que comienza a finales de los años
cuarenta.

Ovnis en la Edad Antigua, Media y Moderna


Véase también: Fenómeno celeste en Núremberg de 1561
Véase también: Fenómeno celeste en Basilea de 1566
Los avistamientos de platillos volantes, como se ha explicado, comenzaron cuando la ingeniería había logrado ya un nivel
suficiente como para desarrollar motores de reacción, misiles con alcances estratosféricos e ingenios nucleares. Lo que, para
escritores como Luis Alfonso Gámez, sugiere un origen humano producto de aquella época. La idea de estar ante un mito de la
era espacial.6

A esta relación causa-efecto se han opuesto autores como Erik


von Däniken,3 Juan José Benítez20 o Jacques Vallée,4 quienes
sostienen que, desde el pasado más remoto, el ser humano trató
de adaptar lo que veía a su intelecto, relacionando los distintos
avistamientos con objetos conocidos, cercanos a él. El primero de
los escritores citados, planteó que muchas de estas referencias
antiguas serían registros de observaciones reales de supuestas
naves alienígenas, que habrían recibido distintas denominaciones
en documentos antiguos: «vehículo de los dioses», «vimana»,
«carro pushpaka» y «marut» (todas ellas en el Ramayana
hinduista, del siglo III a. C.); y también «bórax resplandeciente»,
«carro de fuego», «disco solar», «escudo que vuela», «escudo Pintura mural en Val Camonica (Italia). ¿Son
yacente», «esfera transparente», «espada voladora», «flecha humanoides portando escafandras o se trata de
una interpretación contemporánea?
ígnea», «luz cósmica», «nube con ángeles», «nube de fuego»,
«perla luminosa», «serpiente de las nubes».

Asimismo señala que, si estos vehículos aéreos estuvieran tripulados, se


produciría igualmente el contacto con los eventuales seres extraterrestres,
quienes transmitirían a los observadores enseñanzas diversas. Según estas
teorías, el origen de muchas de las civilizaciones del pasado (Egipto, Babilonia,
etc.) sería extraterrestre, o al menos, las tecnologías para realizar sus obras serían
de origen o inspiración extraterrestre.

Es necesario reseñar que personas expertas en Egipto y Asiria, como la


egiptóloga de la Universidad Complutense de Madrid Mara Castillo Mallén,
advierten: los autores como von Däniken no son egiptólogos ni asiriólogos,
tampoco son arqueólogos y algunos, como el mismo Däniken, no son
licenciados; por lo tanto, afirmaciones como las anteriores deben ser tenidas
como meras especulaciones. No existen dudas sobre la procedencia del pueblo
egipcio ni los muchos que poblaron Mesopotamia, ni se aprecia un salto
tecnológico en algún momento comprendido entre la construcción de las El Pushpaka vimana volando en el
cielo.
primeras mastabas hasta los templos del Imperio Nuevo que haga suponer una
transferencia tecnológica, ni se ha encontrado ningún registro de contactos con
civilizaciones extraterrestres.21 Otros autores, como Luis Alfonso Gámez o Benjamin Radford, mantienen que las conjeturas de
Däniken y otros contienen, además de una gran ignorancia sobre la historia antigua, una postura insultante y hasta racista contra
esos pueblos, al no dudar de que los romanos pudiesen construir el Coliseo y los griegos el Templo de Artemisa, pero sí hacerlo
cuando los ejecutores fueron otros humanos no europeos.22

Juan José Benítez20 propuso en su libro Los astronautas de Yavé que una serie de extraterrestres entrenaron a Moisés en el monte
Sinaí en distintas técnicas, se ocuparon de ofrecerle asesoramiento, cuidaron y alimentaron a los padres de la Virgen María, se
aparecieron a San José, los Reyes Magos o fueron los encargados de realizar la Anunciación. Como en el caso de Däniken, el
autor español no aporta ninguna prueba documental o arqueológica de dichos supuestos.

Por su parte, Jacques Vallée4 mantenía que ha existido una vieja tradición de seres fantásticos como las ninfas, sílfides, duendes
o hadas, que cometían raptos de personas para llevarlas a lugares que los relatos denominaban Magonia, pero también Ávalon y
otras geografías míticas. Según el autor francés, esos cuentos eran la forma que tenían aquellas personas para explicar encuentros
cercanos, raptos y abducciones llevados a cabo por seres extraterrestres. Como en el caso de las conjeturas vertidas por Däniken,
esta hipótesis no deja de ser una explicación ad hoc e innecesaria, pues existe otra mucho más sencilla. Las nubes, las hadas o los
carros de fuego podrían ser metáforas empleadas en los relatos religiosos, sin ninguna evidencia de que dichos relatos deban ser
interpretados más que de una forma mítica. Así pues, dichas narraciones no constituyen una prueba empírica para saber si
ocurrieron los hechos así o no, es decir, sostener que se trata de naves extraterrestres podría ser un argumento ad ignorantiam.

Durante la Edad Media aumentaron, si cabe, los problemas para realizar registros escritos de sucesos cotidianos. Esto fue debido
al ligero crecimiento del índice de analfabetismo y a los cortes periódicos que los musulmanes practicaban al suministro de papiro
con destino a Europa, por lo que solo quedaban los pergaminos como soporte para escribir, de mejor calidad, pero mucho más
escasos. Para Ted Wilding-White23 los avistamientos no se pudieron recoger hasta la publicación de los primeros periódicos.
Antes, prosigue Wilding-White, las narraciones de sucesos aéreos desconocidos solo podían ser preservadas para lecturas
posteriores por personas que supieran y pudieran escribirlas. En Europa Occidental esta facultad quedaba reservada a los monjes
en los monasterios, por lo que se reducía mucho el espacio observable. El autor recoge siete casos acaecidos entre el 1 de enero
de 1254 y el 13 de noviembre de 1833.

Ovnis contemporáneos
A finales del siglo XIX se produjo la denominada oleada de
aeronaves de 1896-1897, también referidas como dirigibles
misteriosos o dirigibles fantasma, aludiéndose a la visión de una
clase de objetos voladores no identificados reportados a partir de
una serie de informes periodísticos originados en el oeste de
Estados Unidos y que se extendieron hacia el este del país desde
finales de 1896 hasta principios de 1897. Se consideran la
antesala y los predecesores culturales de los modernos
avistamientos de ovnis.24 25

En el siglo XX y XXI el tema ovni vivió una curva similar a la Dirigible misterioso, titular en The San Francisco
Call. 23 de noviembre de 1896.
Campana de Gauss, comenzando por el ya relatado comentario
del piloto Kennet Arnold en la Cordillera de las Cascadas el 24
de junio de 1947. Al mes siguiente se produjo el incidente ovni de Roswell, en Nuevo México. Siguiendo a Donald Menzel, fuese
cual fuese lo aparecido en Roswell debería quedar fuera del campo ovni, pues no es nada que se viese volando. Pese a todo, y
debido a la vinculación desde su inicio con visitas extraterrestres, se tardó muy poco en reunir los dos sucesos en la misma
categoría.
Es necesario volver a repetir las acuciantes necesidades de la CIA en particular y del gobierno estadounidense en general para
conseguir información de lo que sucedía en el interior de la Unión Soviética. Según relata uno de los asesores de la investigación
ovni, el ya citado Carl Sagan,26 esa necesidad acuciante de información llevó a desarrollar multitud de globos aerostáticos con el
objetivo de captar indicios sobre los progresos soviéticos. Muchos fueron lanzados desde distintos lugares con la esperanza de
que cruzaran el país enemigo para ser rescatados después con algún resultado. Uno de dichos intentos era el Proyecto Mogul que
analizaba el aire para buscar evidencias de pruebas nucleares soviéticas. El Mogul estaba catalogado como secreto y actualmente
se tiene por el responsable de lo que sucedió en el pueblo de Nuevo México, afirma Sagan,27 incrementado también por la
próspera industria turística local, como narra Ballester Olmos.28 La posibilidad de tener guardado y en secreto un acontecimiento
como ese, la evidencia de haber sido visitados por una inteligencia extraterrestre, es considerado de todo punto imposible por
autores como Ricardo Campo, pues empequeñecería lo realizado por Colón o por el Proyecto Manhattan del que ya tenían
noticias los soviéticos antes de su culminación.1 El español esgrime que ni la fabricación de las armas nucleares pudo
mantenerse bajo secreto, pese a existir un acuerdo previo de silencio, mucho menos ocultar durante décadas un descubrimiento de
capital importancia para toda la Humanidad como es la prueba irrefutable de otro tipo de vida inteligente.

Tras estos sucesos, la lista de avistamientos continuó aumentando


hasta que su número fue considerado preocupante por la
administración Truman, que ordenó las primeras investigaciones
que desembocarían en el posterior Proyecto Libro Azul. Carl
Sagan29 indica que, cuando él fue asesor científico del proyecto,
encontró un ambiente de malestar y desidia en las Fuerzas Aéreas,
tanto es así que la primera denominación fue "Proyecto Fastidio"
o "Project Grudge" en inglés.

Otro suceso que terminaría repercutiendo en el tema ovni se


produjo a principios de los cincuenta, cuando Donald Keyhoe, ex
oficial de la USAF y participante en el Proyecto Libro Azul, Documento sobre avistamiento de un OVNI
comenzó a ser oído junto a su mensaje de advertencia sobre lo ocurrido el 16 de diciembre de 1977, en el estado
intrínsecamente peligroso de las armas nucleares y el cuidado que de Bahía, Brasil.

debía tenerse con las mismas. A partir de aquellos avisos comenzó


a surgir gente y grupos que decían haber contactado con
extraterrestres, quienes les transmitían el mismo mensaje.1 Es en este punto, cuando los ovnis comienzan una deriva desde las
observaciones hacia una especie de religión, con su ética, sus mensajes y sus nuevos apóstoles, como los describió Fernando
Jiménez del Oso.

En 1961 Betty y Barney Hill afirmaron que la noche del 19 al 20 de septiembre habían sido abducidos por un platillo volante. El
matrimonio no se puso de acuerdo en varios detalles, pero los dos coincidían en que al final los dejaron bajar, habiéndoles
borrado los recuerdos de lo sucedido. Pese a que el especialista que los trató definió el caso como una especie de sueño,
testimonios como el de los Hill comenzaron a reproducirse tiempo después en varios lugares del mundo, aumentando
progresivamente las acciones realizadas a los abducidos, siempre según los testimonios de los propios abducidos. Así se han
declarado casos en que los extraterrestres les realizaban exploraciones internas, implantes de dispositivos intracutáneos e incluso
inseminaciones. Resulta necesario puntualizar que para psicólogas como Susan Clancy, de la Universidad de Harvard, dichas
acciones pertenecen a la esfera del sueño, la fantasía o el fraude, pero "Las abducciones no suceden en el mundo real".30
Confirma las palabras de la psicóloga, el hecho de que ninguno de los supuestos abducidos haya podido aportar pruebas
fehacientes de lo sucedido, los implantes nunca se han encontrado, las marcas en el cuerpo son compatibles con muchas otras
lesiones cotidianas y jamás se ha traído objeto alguno que poder analizar, ni aparecen publicados, comenta Sagan,15 artículos en
revistas científicas sobre nuevos materiales desconocidos hasta el momento.

Esta deriva en el tema ovni hacia unos encuentros cada vez más cercanos es, para Luis Alfonso Gámez, el ejemplo de que el mito
ovni se ha destruido a sí mismo, "porque ya no le queda más por inventar".6
Investigación
Como se ha resumido en el apartado Terminología, el gobierno de Harry Truman
emprendió una investigación para saber si el espacio aéreo estadounidense
estaba siendo violado con cierta periodicidad por prototipos o ejemplares de pre-
serie fabricados por otras naciones, especialmente la Unión Soviética. La
primera de dichas investigaciones oficiales comenzó en 1947 bajo el nombre de
Proyecto Signo, en 1949 se rebautizó como Proyecto Fastidio31 y en 1952 como
Proyecto Libro Azul, que seguiría investigando casos hasta 1969, para comenzar
Broma de Patrick Marechal de un
después, informa Ted Wilding-White,32 el Proyecto Libro Blanco.
ovni fabricado por él en Valonia
Los objetivos de dichos programas eran tres: (Bélgica) siguiendo las descripciones
de la Oleada belga.
Esclarecer si el espacio aéreo estadounidense estaba siendo
violado.
Saber si los platillos volantes podían constituir un peligro para Estados Unidos.
Obtener, en la medida de lo posible, algún conocimiento o ventaja tecnológica.
En 1969, el último de dichos programas, el Proyecto Libro Azul, fue cerrado habiendo reunido decenas de miles de expedientes y
con la conclusión clara de que los ovnis no suponían un peligro para la seguridad nacional.

Líneas de investigación
En las investigaciones financiadas por las distintas administraciones participaron algunos de los más conocidos expertos, bien
como directores o como asesores, entre ellos los cuatro que han marcado las cuatro líneas de la literatura ufológica:nota 2

Donald Keyhoe: ingeniero aeronáutico y postulador de la hipótesis según la cual las Fuerzas Aéreas
estadounidenses tenían pruebas de la llegada de seres extraterrestres.
Josef Allen Hynek: astrónomo y más moderado en los planteamientos que Keyhoe, también terminó afirmando
que se ocultaban pruebas sobre la existencia de visitas extraterrestres.
Carl Sagan: astrofísico y defensor de la vida extraterrestre, pero escéptico de que la Tierra haya sido visitada en
el presente o en algún momento del pasado.
Donald Menzel: astrónomo y aún más escéptico que Sagan, autor de la frase "en primer lugar esos objetos si
están identificados, sabemos lo que son, en segundo lugar en muchos casos no son volantes y, por último, en la
mayoría de los casos ni siquiera son objetos".

Clasificación de los ovnis según su observación


Durante las investigaciones del Proyecto Libro Azul, Hynek16 propuso dos clases de observaciones con tres tipos cada una:

Encuentros lejanos
Estos son los realizados a más de 150 metros de distancia (500 pies) y Hynek33 propuso tres tipos:

Discos redondos: objetos vistos por el día con formas generalmente redondas, en cualquier caso distintos a las
de aparatos convencionales.
Ecos de radar: detecciones realizadas por radares primarios que no se identifican así mismas.
Luces nocturnas: luces de distintos colores que no se pueden asociar a las luces anticolisión de aeronaves
convencionales.

Encuentros cercanos
Son los realizados a menos de 500 pies (150 metros) y se dividirían en tres tipos:
Primer tipo: es cuando se divisa un objeto no identificado volando o en el suelo, en este último supuesto lo
avistado no sería un ovni, pero se decidió incluirlo si se le suponía la capacidad de volar. Es el que más casos
reúne según Hynek.34
Segundo tipo: para Hynek35 se da cuando el objeto deja cualquier tipo de huella, como vegetación quemada o
marcas en la tierra.
Tercer tipo: aparece cuando se observa a un tripulante. Es la más escasa, pero Hynek36 localizó varios
casos.nota 3
Posteriormente otros escritores como Fabio Zerpa las ampliaron a seis:

Cuarta fase: el testigo ingresa en la nave, como en los casos de abducción.


Quinta fase: contactos telepáticos, de mente a mente.
Sexta fase: señales radiales o radioastronómicas.nota 4

Clasificación de los ovnis por su forma


Tal y como ya ha sido aludido, para Hynek33 los avistamientos lejanos
contemplarían tres configuraciones diferentes: luces nocturnas, ecos de radar y
discos diurnos. Para otros las formas presentadas por los ovnis son muy variadas,
tanto es así que investigadores como Vicente-Juan Ballester Olmos 28 califican
de inútil cualquier clasificación, porque todos los "casos positivos", los que no se
pueden explicar, son únicos. No existe una tipología clara ni un patrón que se
repita. Para complicar más la situación, muchas de las descripciones se
obtuvieron mediante declaraciones únicas, por consiguiente resultaron
imposibles de verificar. Pese a todo se han apuntado ciertas formas, más o menos
coincidentes:39

Foo fighters: fenómeno cuyo nombre deriva del idioma inglés, y


significa en español fantasmas combatientes. Su origen se remonta
a la Segunda Guerra Mundial, "dado que los pilotos aviadores
combatientes, las potencias del Eje por una parte y los Aliados por
la otra, observaron este fenómeno y su sorpresa fue que los objetos
no eran detectados por el radar".40 Se observaron como luces
pequeñas, aparentemente con masa, aunque en algunos casos las
pequeñas luces cruzaban del exterior al interior de las cabinas de
los pilotos. Su tamaño, según los informes, variaba desde los 10 cm
hasta 5 m, descritas como bolas incandescentes. En la actualidad
se considera que los objetos avistados por los pilotos eran en Diversas formas de ovnis.
realidad rayos globulares.
Esfera: fenómeno que generalmente se observa como cuerpo sólido
y opaco, aunque han sido observadas esferas translúcidas o luminosas, rígidas o flexibles. También conocidos
como caneplas.
Disco: fenómeno que se observaría con una forma plana, algunas veces abultada en el centro, luminosa o con
un brillo metálico.
Cigarro/puro: objetos o visiones con forma cilíndrica o similar, alargado, luminoso y comúnmente de un tamaño
mayor a las otras formas descritas. También existen relatos que los describen sin luminosidad o brillo.
Gusano: ovni que se presenta con apariencia tubular, mostrando un movimiento aparentemente similar al de los
gusanos. Entre los ufólogos y la criptozoología, es conocido como Rod.
Triángulo o delta: fenómeno en el que han sido observadas posibles naves con forma triangular, generalmente
con una luz en cada vértice. En esta última descripción se discute su verdadera categoría como ovni; y la
mayoría de los investigadores atribuyen su origen a aeronaves terrestres de carácter experimental o secreto,
desconocidas solo para el mundo civil.

Resultados
En 1969 la USAF había reunido unos 40.000 informes 41 que daban como resultado:
El 27% de los expedientes ovni resultaron ser
estrellas, planetas y otros objetos astronómicos.
Otro 27% de los expedientes se debieron a globos y
aviones.
Un 23% fue producido por meteoritos, satélites
artificiales y otros objetos cercanos a la Tierra.
Hubo un 23% que quedó sin explicación, pero se
hicieron suposiciones sobre la mayoría de dichos
casos y se afirmó que podían haberse resuelto si los
observadores hubiesen dado más datos.
Con el tiempo, varias fuerzas aéreas y organismos independientes
han realizado investigaciones similares, como la presentada por
Ballester Olmos.19 Las conclusiones han sido análogas, llegando Controlador aéreo del USS Theodore Roosevelt.
también a unos porcentajes parecidos, es decir, y agrupados por
número de casos causados, en primer lugar estarían las
observaciones provocadas por objetos fuera de la órbita terrestre, en segundo lugar aparecerían los producidos por objetos de
fabricación humana, después vendrían las causadas por objetos ubicados cerca de la órbita terrestres, en cuarto lugar estaría un
porcentaje provocado por fenómenos que no son objetos (espejismos, reflejos, fenómenos atmosféricos...) y una pequeña cantidad
de la que no se logró determinar su procedencia. Pero Ballester Olmos,19 tras investigar los informes desclasificados por el
Ejército del Aire español redujo los casos sin explicación a un 7%, nueve informes en total.

Poco después de concluir el Proyecto Libro Azul, también en 1969, se publicaron las conclusiones de un informe solicitado el año
anterior con el fin de conocer las posibilidades de realizar un estudio posterior más amplio que aportase nuevos conocimientos
científicos. Dicho trabajo se denominó Informe Condon, por ser encargado al físico Edward Condon.42 Sus conclusiones
fueron:1

Los informes ovni no presentan ningún desafío para la ciencia contemporánea por no encontrarse en ellos
ningún fenómeno desconocido de la Naturaleza.
Estas observaciones y testimonios no constituyen ninguna prueba de presencias extraterrestres.
Los ovnis no suponen un peligro para la seguridad de los Estados Unidos.
No se recomendaban más investigaciones en el campo de la física, mecánica o aeronáutica; pero los ovnis,
mantenía el informe, sí podían ser un objeto de estudio interesante para ciencias sociales como la psicología o
la sociología.
Pese a las conclusiones arrojadas por el Proyecto Libro Azul y el Informe Condon, la literatura sobre los objetos volantes no
identificados ha seguido produciéndose sin descanso. Autores como Fernando Frías indican que dicha literatura carece de
rigor,18 en muchos casos, pues no se realizan confirmaciones de las declaraciones dadas por los testigos y en varias ocasiones
son afirmaciones falsas.nota 5

Interpretación

Hipótesis extraterrestre
La idea de que los ovnis son naves extraterrestres se planteó ya con el Incidente de Roswell y ha sido un explicación recurrente
desde aquel momento. Los escépticos suelen emplear un principio básico de la ciencia según el cual «para poder afirmar la
existencia de fenómenos extraordinarios se requieren pruebas concluyentes». Hacen hincapié en que no se han aportado pruebas
fiables que respalden la hipótesis de que el fenómeno ovni mantiene relación con naves extraterrestres. El Dr. Neil DeGrasse
Tyson afirma contundentemente que si se ve algo en el cielo desconocido para nosotros no se debe concluir cualquier cosa, sino
"dejar de hablar".5
La ausencia total de pruebas ha sido una constante cuando se trata de indicar un
origen extraterrestre. Como se ha referido anteriormente, participantes en el
Proyecto Libro Azul, como Donald Keyhoe, manifestaron muy pronto que las
pruebas debían existir, pero las fuerzas aéreas estadounidenses las retenían. La
hipótesis del encubrimiento o Teoría de la Conspiración ha sido esgrimida por
los defensores de la procedencia extraterrestre cuando se solicitan evidencias.
Los escépticos continúan afirmando que la carga de la prueba le corresponde a
quien hace la afirmación.1 Si las fuerzas armadas ocultan las que poseen les
correspondería a los defensores del vínculo extraterrestre-ovni aportar otras. La
Personal del Proyecto Libro Azul.
razón por la cual los defensores de dicho vínculo nunca reúnen ni enseñan sus
evidencias la dio supuestamente Gray Barker. Barker informó en 1956 al público
en general sobre la existencia de unos individuos, a los que denominó "hombres de negro" por la indumentaria que lucían, que
amenazaban a periodistas como Albert K. Bender con funestas consecuencias en el caso de continuar revelando secretos sobre la
procedencia de los ovnis, recogen autores como Luis Alfonso Gámez.43 Según escritores como Baker, ha sido la intervención
constante de los MIB, por su acrónimo de "Men In Black", la que ha impedido mostrar a la comunidad científica las pruebas
existentes.

Respecto a la capacidad de los MIB para neutralizar cualquier prueba definitiva sobre el origen de los ovnis se alegan
experiencias con sistemas muy cerrados y reticentes a la entrega de información. Así, la Historia demuestra que de la Unión
Soviética se obtuvo información pese a que su régimen llegó a quemar vivos a los traidores. En el caso del Proyecto Manhattan
los soviéticos lograron obtener datos precisos para saber lo que se probaba y los resultados obtenidos en Álamo Gordo.1 Incluso
de Corea del Norte se han obtenido pruebas verificables y contrastables sobre los movimientos de prisioneros para investigar con
ellos armas biológicas.

Científicos como Edward Gondon, Donald Menzel o Carl Sagan han afirmado
que, cuando los informes de ovnis se estudian en profundidad, la mayoría de los
casos logra ser identificado con certeza en porcentajes parecidos a los arrojados
por el Proyecto Libro Azul, es decir, fraudes, alucinaciones, malas
interpretaciones y sobre todo pareidolias de fenómenos conocidos (cometas,
fenómenos atmosféricos, satélites, basura espacial, aviones, prototipos de naves
terrestres, nube lenticular, etc.). A lo que los defensores de la conexión ovni-
extraterrestre mantienen que lo importante radica en ese pequeño porcentaje de Nube lenticular reportada como ovni
no identificados. Es la llamada falacia del residuo.44 Esta postura es respondida debido a su peculiar forma.
por los escépticos afirmando que la falacia residual no prueba nada porque la
existencia de un pequeño porcentaje inexplicado es común a cualquier disciplina
con un número considerable de casos. Así, en criminología siempre quedan algunos asesinatos sin aclarar y lo mismo en los
accidentes de tráfico, siempre existe un pequeño porcentaje que no puede ser explicado, lo que no prueba la existencia de
vampiros, zombis o seres demoníacos.1

Pese a los argumentos en contra, la ufología ha formulado varias conjeturas o hipótesis sobre la procedencia del pequeño índice
de casos sin resolver:

Hipótesis intraterrestre: es la que afirma que la Tierra es casi hueca y en su interior habita una civilización mucho
más avanzada que la humana.
Hipótesis interdimensional: postula que los ovnis provendrían de otras dimensiones dentro de otros planos de
nuestro Universo, o en dimensiones no pertenecientes a nuestro universo, es decir del multiverso. Sus
tripulantes serían seres pertenecientes a esas dimensiones.
Hipótesis intertemporal: defiende que el origen de los ovnis estaría en tiempos pasados o futuros y que, por
tanto, sus tripulantes serían seres (humanos o no humanos) pertenecientes a estos lugares y otros tiempos.
Indicándose que estos seres poseerían los medios para poder viajar en el espacio-tiempo.
Hipótesis de los proyectos secretos: es la que defiende que una gran parte de las observaciones no explicadas
corresponden a nuevos prototipos aeronáuticos con tecnología furtiva, motores con mínimas emisiones de luz y
calor, toberas orientables, hipervelocidad y otros adelantos que no los hacen fácilmente identificables, ni siquiera
por pilotos y radaristas civiles. Aparatos como el SR-71 fueron totalmente secretos, pese al gran número de
corporaciones y personas que trabajaron en él, hasta que el Gobierno estadounidense decidió revelar su
existencia bajo dos palabras "Proyecto Aurora", en información recogida por Juan Antonio Guerrero.45 Según
Luis Alfonso Gámez y otros autores,6 en este caso los ufólogos y los medios donde suelen escribir hacen la
veces de "tontos útiles". Así contribuyen a expulsar las miradas de otro tipo de prensa sobre los hechos,
reduciendo las noticias de nuevos prototipos y sus capacidades a un círculo pequeño y poco acreditado.
Semejanzas similares se han entablado entre varias observaciones que posteriormente han encajado con la
forma del Lockheed F-117 Nighthawk o el Northrop Grumman B-2 Spirit.

Carl Gustav Jung: fundamentación psíquica


La idea de la necesidad del misterio parece algo consustancial al ser humano.46 El hecho de recibir una explicación plausible
sobre lo que se ve puede restar espacio a la fantasía.47 Así varios autores no utilizan la denominación "fenómeno" sino "mito" y
en otros casos "síndrome". El término "síndrome ovni" fue utilizado por autores como Jiménez del Oso48 para indicar que los
observadores de luces sin identificar están afectados por varias variables además del emisor de las luces. Por su parte, Julio Arcas
indica que los avistamientos ovni son relatos orales en su mayoría, forman parte de la tradición oral del siglo XX para los
occidentales.49

Mucho antes de los autores antes citados, el psiquiatra Carl Gustav Jung postuló
una teoría para explicar por qué parece más deseable que los ovnis sean naves
extraterrestres que no cualquier otro fenómeno conocido. Jung publicó en 1958
su obra Un mito moderno. De cosas que se ven en el cielo. Dicho título ahonda
en el rumor mundial sobre los «platillos volantes». En el prólogo a la edición
angloestadounidense, Jung alude a un artículo de 1954 escrito para el semanario
suizo Die Weltwoche en el que mostraba su escepticismo. En 1958 la prensa
mundial descubrió dicha entrevista divulgándose la noticia a nivel internacional,
pero de manera distorsionada, citándosele como creyente en los ovnis. A pesar
de dirigir una rectificación a la agencia United Press, la versión auténtica de su
opinión se ignoró. Finaliza aludiendo a que «este notable hecho merece el interés
del psicólogo. ¿Por qué la existencia de platillos volantes parece más deseable
que su no existencia?».50

En dicho comunicado a United Press International aclara sin embargo que no


puede afirmar nada sobre la cuestión de la realidad o irrealidad física de los
ovnis, pues no posee pruebas suficientes ni a favor ni en contra. Debido a ello se
ocupa solamente del aspecto psicológico del fenómeno, sobre el cual se dispone Carl Gustav Jung.

de mucho material.

He formulado mi posición ante la cuestión de la realidad de los ovnis con la frase: «La gente ve algo,
pero no sabemos qué es». Esta formulación deja abierta la cuestión del «ver»: se puede ver algo
material, pero también se puede ver algo psíquico. Las dos cosas son realidades, pero de tipos
diferentes.51

Para escritores como Patrick Harpur, el ensayo de Jung sigue siendo uno de los más agudos análisis de apariciones aéreas.52 Fue
«dedicado a Walter Niehus, arquitecto, como muestra de agradecimiento por haberme inducido a escribir este librito».53 En el
prólogo comienza aludiendo a la conclusión a la que llegó en el artículo de 1954 ya citado: «Se ve algo, pero no se sabe qué.
Incluso resulta casi imposible hacerse una idea correcta de estos objetos, pues no se comportan como cuerpos sino con la
ingravidez de los pensamientos. No ha habido hasta ahora ninguna prueba indudable de la existencia física de los ovnis excepto
en los casos en que se ha producido un eco en el radar».54

Jung añade que desde entonces y «durante más de un decenio la realidad física de los ovnis ha seguido siendo un asunto
sumamente problemático». Y que «cuanto más se prolongaba la incertidumbre, tanto más probable se fue haciendo que en ese
fenómeno, evidentemente complicado, incidiera también, además de una posible base física, un importante componente psíquico.
Esto no tiene nada de asombroso al tratarse de un fenómeno aparentemente físico que se caracteriza, por una parte, por su
frecuencia, y por otra, por lo extraño y desconocido, incluso por lo contradictorio de su naturaleza física. Un objeto semejante
provoca como ninguna otra cosa la fantasía consciente y la inconsciente, produciéndose suposiciones especulativas y narraciones
fantasiosas con el fondo mitológico propio de estas excitantes observaciones».55

Así, Jung establece tres modos de ver el fenómeno:56

1. Un proceso real objetivo, físico, o percepción primaria, genera una fantasía o mito concomitante.
2. Una fantasía primaria inconsciente, un arquetipo, invade la consciencia con ilusiones y visiones.
3. Se produce una coincidencia sincronística acausal y plena de sentido, especialmente en fenómenos vinculados
a procesos psíquicos arquetípicos.
Finalizaba el prólogo indicando que carece de medios para aportar algo útil a la realidad física del fenómeno, ocupándose casi
exclusivamente del aspecto psíquico.57 Aun así reconoce «que por desgracia hay buenas razones por las que no puede darse por
concluido el asunto de manera tan sencilla».58 Bien es cierto que las proyecciones psíquicas de carácter mitológico no son
causadas por el fenómeno ovni al haber existido siempre, con o sin ovnis. El mito se fundamenta en lo inconsciente colectivo y su
proyección siempre ha tenido lugar. Así, la proyección como ovni, junto con su contexto psicológico, el rumor, es un fenómeno
propio de nuestra época, característico de ella.

Es seguramente significativo de nuestra época que el arquetipo, en contraposición a las formas


anteriores, adopte una forma neutra, incluso técnica, para eludir el escándalo de la personificación
mitológica. Lo que tiene apariencia técnica llega al hombre moderno sin dificultad.59

Aún resta abordar el carácter real del fenómeno, ante lo cual Jung plantea tres
posibilidades:60

1. La hipótesis de ausencia de gravedad o antigravitación que conlleva


el fenómeno lo deja en manos de la física.
2. El fenómeno ovni como materialización psíquica, es decir, que la
psique llegue a materializar el fenómeno ovni, lo considera aún
menos probable.
3. Podría tratarse de un fenómeno sincronístico: la situación de la
humanidad, por un lado, y el fenómeno de los ovnis como realidad
material real pero desconocida, por otro, no se hallan en ninguna
relación causal mutua cognoscible pero parecen coincidir en su
sentido. Es decir, se proyectan contenidos de lo inconsciente sobre
dichos fenómenos celestes reales pero indeterminados, dotándoles
de un significado que no merecen en absoluto.
El ensayo de Jung representó un punto de inflexión que hizo énfasis en la
Fenómeno celeste en Núremberg de
característica fundamental del fenómeno ovni: su carácter mercurial, es decir, su
1561. Hans Glaser, 1566. Biblioteca
capacidad aparente de ser tanto físico como psíquico, objetivo y subjetivo, Central de Zúrich. Incluido en Un
externo e interno, temporal y atemporal, espacial y aespacial, real (deja huellas, mito moderno. De cosas que se ven
ecos en el radar) y mitológico o hecho de la materia de los sueños. El enfoque en el cielo.
unilateral de una u otra de sus características da lugar, ya sea a una hipótesis
extraterrestre focalizada en la realidad exterior en detrimento de la subjetividad
del observador y su dependencia del mito técnico moderno desde el que deconstruye la realidad, ya a un escepticismo radical
justificadamente compensatorio que niega el fenómeno pero que lo hace desde un paradigma científico racionalista incompatible
con la volatilidad mercurial anteriormente mencionada, al fin y al cabo para Jung entre psique y materia existe un continuum,
mientras que para la ciencia la psique es un mero epifenómeno evolutivo de la materia biológica:

Dado que psique y materia está englobadas en un solo mundo, mantienen entre sí un contacto
permanente y, finalmente, se basan en factores trascendentales irrepresentables, existe no sólo la
posibilidad, sino incluso cierta probabilidad de que materia y psique sean dos aspectos diferentes de
una misma cosa. Los fenómenos de sincronicidad apuntan, a mi parecer, en esta dirección, ya que sin
una relación causal lo no psíquico se puede comportar como psíquico y viceversa.61

Los ovnis serían más bien de naturaleza psicoide,62 63 es decir, tienen por base una realidad que integra y supera los opuestos
anteriormente mencionados de materia y psique o unus mundus.64

El paréntesis introducido por Jung será el precedente más directo de las hipótesis psicosociológicas (y en parte de las
paraufológicas), las cuales surgirían años después para tratar de explicar el fenómeno ovni acudiendo a confusiones o errores de
interpretación moldeados por la psicología del testigo y el ambiente sociológico del momento.65 66

Hipótesis psicosocial
En 1977, el ufólogo francés Michel Monnerie publicó el libro Et si les ovnis
néxistaient pas? donde planteaba que el fenómeno ovni es un mito surgido en la
era espacial y con una base absolutamente psicosocial. Los testigos interpretan
erróneamente y transforman imaginativamente fenómenos convencionales por
medio de condicionamientos culturales y autosugestión. Pasaríamos por tanto del
énfasis en el objeto externo en detrimento de la psicología del testigo, propio de
la hipótesis extraterrestre, al otro lado de la balanza, experiencias subjetivas
plenamente psíquicas sin agente externo.67

La hipótesis psicosocial o psicosociológica se puede definir como:

Se trata de una corriente que se ha alejado del estudio convencional


del caso ovni y la supuesta materialidad del objeto observado para
poner atención en el testigo, en la sociedad en la que la información
se produce y en la cultura en la que el mito extraterrestre se ha
desarrollado. Se considera a sí misma como una ufología crítica, Portada de Amazing Stories, junio de
centrada no ya en el "objeto" ovni, sino en el objeto sociocultural 1932.
que el ovni representa.68

Esta negativa de la realidad objetiva de los ovnis atrajo la atención de los investigadores más racionalistas que ya cuestionaban la
hipótesis extraterrestre, entre ellos Bertrand Méheust, quien mostró que la imaginería ovni desarrollada a partir de 1947 ya
figuraba representada desde hacía décadas en la literatura de ciencia ficción, ampliando posteriormente dicho paralelismo al
folclore, los mitos y las leyendas ancestrales.69 70

Gradualmente fue conformándose la denominada "nueva ufología" a partir de representantes provenientes de la escuela
paraufológica iniciada por Jacques Vallée, que aun presentando a su vez fundamentos sociológicos terminaría desarrollando su
propia hipótesis homónima.
Sin embargo, la crítica principal hacia los nuevos escépticos ha corrido pareja a la de sus antecesores: la inabarcabilidad del
carácter absurdo y genuínamente anómalo del fenómeno ovni ha terminado por gestar un nuevo reduccionismo polarizado
exclusivamente en los procesos psicosociales. La interpretación mítica, antropológica y cultural resulta inevitable pero no implica
per se un negativismo de toda aquella casuística inexplicada y aun a falta de demostración.71

Como aproximación contemporánea a la teoría psicosocial, aunque con paralelismos a la siguiente hipótesis paraufológica, resalta
la "teoría de la distorsión" del periodista e investigador gaditano José Antonio Caravaca, la cual no defiende que el fenómeno
ovni tenga un origen puramente psicológico, sociológico o alucinatorio, sino que es producido/provocado por la
interacción/comunicación de un agente externo desconocido, inteligente e independiente al ser humano, con los eventuales
testigos que describen experiencias con ovnis. Para lograr sus objetivos, dicho agente conecta con la psique de los observadores
para extraer, del inconsciente individual y privativo de los mismos, material intelectual (que se encuentra en los hobbies, cultura,
cine, literatura, etc.), con el propósito de fabricar/proyectar una experiencia de visitación alienígena ficticia.72

Hipótesis paraufológica
Véase también: Hipótesis interdimensional
De la actual polarización entre la hipótesis extraterrestre, defensora del
fenómeno físico, y la hipótesis psicosocial, defensora de un igualmente
exclusivo fundamento psicosociológico, emerge la hipótesis paraufológica o
interdimensional. Esta corriente tuvo sus inicios en la obra anteriormente
expuesta del psiquiatra Carl Gustav Jung, siendo desarrollada posteriormente por
autores como Jacques Vallée, John A. Keel y Jerome Clark, entre otros.

Tal y como la define el investigador Moisés Garrido "esta hipótesis descarta la


naturaleza material de los ovnis, centrándose en su contenido simbólico y en sus
aspectos subjetivos, psíquicos y parafísicos. Propone, a su vez, la existencia de
Jacques Vallée (derecha) y J. Allen
agentes o entidades interdimensionales (ultraterrestres) que manipulan nuestra
Hynek.
realidad, deconstruyen nuestras creencias heredadas culturalmente y provocan
estados modificados de conciencia en los testigos, algunos de los cuales
desarrollan ciertas facultades psi y experimentan un despertar de la conciencia".73 74

En 1969 sería publicada la obra señera y fundacional Pasaporte a Magonia, trabajo principal del considerado por muchos como
el mejor ufólogo del mundo Jacques Vallée.75 Dicha obra supuso un cambio radical en la interpretación del fenómeno ovni. El
autor francés vincula en ella los ovnis con las hadas, los elfos y las apariciones de la Virgen, es decir, tras manifestaciones
históricas aparentemente discordantes y divergentes se vislumbraría un mismo y unívoco fenómeno camaleónico (por ejemplo, el
paralelismo entre los raptos de las hadas de las leyendas feericas europeas y las modernas abducciones extraterrestres), cuya
motivación última apuntaría a algún tipo de manipulación, sistema de control o influencia sobre nuestro psiquismo, creencias y
patrones socioculturales.76

Un año después saldría a la luz una segunda obra igualmente excepcional, Operación Caballo de Troya, del ufólogo John A.
Keel, en la que planteaba que los ovnis no provienen de otros planetas sino de otras dimensiones, serían el disfraz de un
fenómeno oculto inteligente, manifestaciones que aparentan una presunta realidad mimetizándose en función de la época y el
contexto cultural en el que se expresan, cual caballos de Troya.77

La presente hipótesis replantearía y relativizaría nuestra actual concepción de lo que es la realidad. Precisamente el fenómeno
ovni operaría desde una realidad extraordinariamente compleja y ambigua, mercurial como ya ha sido mencionado anteriormente,
imposible de definir desde la simple materialidad y, consecuentemente, de aprehender desde el método científico al uso. Es este
carácter cuasionírico el que lleva a hacer entrar en escena el papel que juega el psiquismo humano, el fenómeno no puede ser
estudiado ni explicado desde una perspectiva unilateral, ya sea física (excluye los ingredientes psíquicos, psicopatológicos,
parafísicos, mitológicos y folclóricos), ya psíquica (obvia su aparentemente imposible manifestación material), el fenómeno ovni
no tiene una existencia separada del observador, la psique se vislumbra materializada, y viceversa, la materia acontece
psiquizada.78

Dentro del amplio abanico de determinantes psíquicos del fenómeno ovni, la hipótesis paraufológica enfatiza y, a su vez,
evidencia la existencia concomitante de facultades y fenómenos paranormales en una significativa muestra estadística de los
testigos afectados. Esta vinculación entre el fenómeno y lo paranormal conlleva el planteamiento de hipótesis acerca de la posible
función mediadora ejercida por la mente del testigo entre la experiencia ovni y la presencia de dicha fenomenología antes,
durante y después del encuentro, de una conexión de su psique inconsciente con otros planos de la realidad, con una
interdimensionalidad que no es análoga a nuestro universo tridimensional.79

La paraufología apelaría por tanto, a fin de no caer en la unilateralidad de las


hipótesis que la preceden, a la necesidad de contemplar otros niveles de la
realidad, planos de existencia o universos múltiples, con el fin de ensamblar
adecuadamente la variada y complejísima fenomenología ovni ya aludida
(comportamiento absurdo, transgresión espacio-temporal, naturaleza psicoide,
componente parafísica). Con ello también confrontaría la pregunta central propia
de la hipótesis extraterrestre, a saber, la presunta realidad material del fenómeno.
Serán nuestras facultades psíquicas, a modo de puentes, las que nos permitan Representación artística del
conectar con dicha interdimensionalidad y abrir la puerta a la manifestación multiverso.
bidireccional del fenómeno, aunque ello de lugar a su vez a un replanteamiento
de la verdadera naturaleza de nuestra psique, cuya interpretación neurocientífica
actual se posiciona distante de tales hipótesis. Jacques Vallée realizó una síntesis en su obra de 1988 Dimensiones:80

Creo más bien que el fenómeno ovni es una indicación de la existencia de otras dimensiones más allá
del espacio-tiempo. Puede que los ovnis no procedan del espacio sino de un multiverso que nos rodea y
cuya inquietante realidad hemos persistido en refutar a pesar de las pruebas que tenemos desde hace
siglos. Una teoría semejante es necesaria para explicar al mismo tiempo los casos modernos y las
crónicas de Magonia, las abducciones y la compenente psíquica.

Cabe destacar finalmente como autor relevante y contemporáneo a Patrick


Harpur y su obra Realidad daimónica. En ella redirige la atención al núcleo
central del análisis del fenómeno ovni: cuál es la verdadera naturaleza de lo que
denominamos realidad. Para Harpur la realidad literal es solo un tipo de realidad
derivado de una realidad suprema o daimónica que es metafórica e imaginativa
más que literal y empírica. Nuestra realidad literal es menos real que la realidad
daimónica, es el producto del literalismo, que en realidad es una manera de ver
el mundo, una perspectiva sobre el mundo. Este reino intermedio de la realidad
daimónica lo equipara al de la realidad psíquica de lo inconsciente colectivo de
Jung anteriormente mencionado, al Mundus Imaginalis de Henry Corbin,81 82 a
la Imaginación en William Blake o al Anima Mundi neoplatónica. El Alma del
Mundo mediaría entre el Uno, u origen trascendente de todas las cosas, y el
mundo material y sensorial. Son los dáimones (ovnis y fenómenos Representación del Anima mundi en
Robert Fludd.
paranormales) los pobladores del Anima Mundi, los mediadores entre ambos
extremos de la realidad y los que conectarían a dioses y hombres.83
Todo lo daimónico es un intermedio entre dios y mortal. Interpretando y transmitiendo los deseos de
los hombres a los dioses y los deseos de los dioses a los hombres, permanece entre ambos y llena el
vacío (...). Un dios no tiene contacto con los hombres; sólo a través de lo daimónico se dan el trato y la
conversación entre hombres y dioses, ya sea en estado de vigilia o durante el sueño. Y el hombre
experto en semejante relación es un hombre daimónico...

Los ovnis en la cultura popular


El arte pop en particular y la cultura popular del siglo XX en general han mostrado y utilizado a los extraterrestres en infinidad de
ocasiones, hasta el punto de considerar a esta forma de arte incomprensible sin ellos.49 Son muy abundantes las películas, series
de televisión, novelas, obras de teatro y cómics con los extraterrestres como protagonistas principales o secundarios. En este
aspecto la variedad es grande al poderse hallar extraterrestres microscópicos, con forma humana, grises de ojos grandes o
acuáticos, entre muchas otras apariencias. Respecto a sus intenciones, en muchos casos su presencia tiene intenciones
colonialistas, según Carl Sagan13 es menos común mostrarlos bienintencionados y más escasos aún presentarlos indiferentes a
los problemas humanos. Los géneros también son variados al poder encontrarse obras dramáticas, de terror o comedias.

Ahora bien, las referencias de la cultura popular a objetos volantes no identificados, es decir, objetos o supuestos objetos que
vuelan sin saber realmente lo que son, resultan difíciles de localizar. Una de los pocos ejemplos puede ser la serie Project UFO,
traducido en España por Investigación ovni que representó casos de avistamientos ovni basados en los testimonios recogidos
durante las investigaciones del Proyecto Libro Azul.84 La primera temporada, de las dos que fueron producidas, no afirma la
existencia de visitas extraterrestres, utilizaba expresiones como "dice que vio", "dicen haber visto". No obstante, de los varios
casos representados por episodio, solía dejar uno sin explicar o relacionándolo directamente con visitas extraterrestres. Al final de
cada capítulo, se indicaba mediante subtítulos que los ovnis no constituían un peligro para la seguridad nacional de los Estados
Unidos, conclusión obtenida tras veinte años de investigaciones.85

Véase también
Anexo:Principales avistamientos ovni
Anillos de hadas
Área 51
Avistamientos de ovnis en España
Círculos en los cultivos
Objeto volador no identificado nazi
Ved

Notas
casos estudiados por ufólogos empleando el método
1. La Academia Española define la ufología como científico se descubrió un origen conocido.
‘Estudio de los fenómenos asociados a los ovnis’.17 2. La gran mayoría de la literatura sobre el tema no
La palabra «estudiar», sin embargo, es discutida. puede ser considerada "científica" por no seguir el
Según estudiosos de la ufología, como Fernando método científico. Para este tipo de publicaciones
Frías, esta incurre en numerosos fallos a la hora de pseudocientíficas existe la propuesta para cambiar el
difundir los casos, como publicar ―sin realizar nombre de ufología por ufolatría, al tratarse más de
ninguna verificación― que tras un encuentro con una veneración y una defensa del origen
extraterrestres a un hombre le creció un tercer extraterrestre, que de un esfuerzo por ampliar el
testículo, por ejemplo.18 Juan Ballester Olmos 19 saber de los mismos.6
señala que cuando se ha estudiado el expediente,
generalmente un relato, y no ha sido posible ofrecer 3. Quizás el que más le convenció lo divisó un policía
una explicación, se considera un «caso positivo». en Socorro, Nuevo México, el cual avistó unos seres
Por contra, cuando se puede dar una explicación se y un ingenio en el suelo con signos pintados en el
denomina «caso negativo». En la mayoría de los fuselaje, algo inusual hasta ese momento,
ocultándose los ovninautas en lo que se supuso era objetos ―pueden ser pensamientos o detecciones
el interior de la máquina y despegando esta de radio― ni vuelan, y su procedencia extraterrestre
seguidamente.37 se asume previamente.
4. Por lo tanto, se asume implícitamente la existencia 5. En concreto, Frías reproduce la conversación
de abducciones, telepatía o contactos por radio. En mantenida entre una periodista y el director de la
esta última fase se podrían incluir las búsquedas revista Karma 7 donde aquella le preguntó a este
como las realizadas por el Proyecto SETI@home y "¿qué se hacía cuando no había suficientes noticias
otras investigaciones por radiofrecuencia,38 si para completar el número correspondiente?", a lo
alguna vez aportan señales extraterrestres que respondió el responsable de la publicación: "Nos
inequívocas. Habría que reseñar finalmente que la las inventamos. Total la gente no se entera".18
quinta y sexta fase no catalogarían objetos que
vuelan sin poder saber lo que son, porque ni son

Referencias
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Bibliografía

Bibliografía utilizada
La bibliografía sobre ovnis es inmensa, sin embargo la mayoría se centra en la defensa de su origen extraterrestre, de la cual
buena parte son reediciones o recapitulaciones y en su mayoría, como se ha indicado, deficitaria en cuanto a exhaustividad y
rigor. Fuera de dicha línea el número de títulos existentes se reduce considerablemente. Para la confección del presente artículo se
han utilizado las obras de divulgación más comunes listadas por orden alfabético de primer apellido.

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Bibliografía adicional
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Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Ovni.
Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Ovni.

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