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PONENCIA:
Filosofía de la Globalización,
el Neoliberalismo y la Postmodernidad
Si está claro que el ser humano tiene que trabajar para satisfacer sus vitales
necesidades, entonces hay que explicarse cómo y en qué consiste este trabajo, cuál
es su forma históricamente concreta en que elabora y reproduce los bienes
materiales de la sociedad, que relaciones se establecen entre el trabajo y el capital.
No hay que ser pitoniso para afirmar que en la hora actual, la contradicción entre
el capital y el trabajo sigue siendo el problema fundamental de la sociedad peruana
y del mundo, del modo cómo se resuelva dependerá su futuro destino.
Para que la política se convierta en una gran fuerza transformadora, ésta debe
reflejar acertadamente las necesidades del desarrollo de la vida material y
espiritual de la sociedad. La política que no responde a estas exigencias frena el
desarrollo ascendente de la sociedad, pues se estructura a despecho de las
necesidades y los intereses del pueblo que todos dicen defender. La política
científicamente conceptuada debe rechazar todas las manifestaciones de
apoliticismo, porque es falso, en el fondo todos somos portadores de una
determinada política que no necesariamente tiene que ser partidista, la política se
convierte en una necesidad en la lucha sistemática contra la alienación; la política
nacional se debe hallar indisolublemente ligada a su políticas exterior, cuyo
objetivo estriba en asegurar las condiciones de paz necesarias para la edificación
del Estado de Derecho.
Cuando la filosofía se articula con los problemas del Estado se incursiona con
seriedad en la política, y es inconcebible entender la política si no se tiene una
sólida concepción científica del mundo, de la vida, del hombre, de la
sociedad, de la naturaleza y de la teoría científica del conocimiento. Esto es
parte indispensable para uno que quiere andar por los complejos y difíciles
caminos de la política, y es así porque la política no es un estado de ánimo, de
entusiasmo, de tener “espíritu de servicio al pueblo”, que con frecuencia se
alardea cuando se candidatea. La política es una gran ciencia, la más valiosa
del planeta, y decimos esto no porque queramos ensalzarla sino porque es la
expresión concentrada de la economía. No existe Estado sin política y, el
Estado no es una empresa o un mercado, ni menos nuestra casa. El Estado es
el aparato que conduce una nación, en su seno se resuelven las
contradicciones de las clases sociales, en el terreno político, económico, social,
educativo, cultural, artístico, científico, tecnológico y, espiritual en general.
El neoliberalismo ¿tiene algo que ver con el liberalismo desde sus orígenes?,
todo, es su cría que ahora aparece con cara de adolescente pero en el fondo es muy
viejo, porque tiene más de dos siglos de existencia. El neoliberalismo es el viejo
liberalismo que surge en Europa, a principios del siglo XVIII y que tiene como
objetivo en la superestructura de la conciencia social, específicamente en el terreno
filosófico, jurídico, ideológico, político, educativo y cultural, ayudar a la
consolidación de la triunfante burguesía de esa época que luchó por la captura del
Estado y que se enfrentó, por un lado, contra del régimen feudal y su expresión
política concentrada en la monarquía y, por el otro, ahora se sigue enfrentando con
todas sus fuerzas contra las grandes masas populares que tiene como vanguardia
al proletariado, que surgió, precisamente, como consecuencia de la revolución
industrial realizada por la burguesía del siglo XVIII.
Un poco de historia nos ayudará mejor a entender lo que decimos. El
desarrollo de las nuevas relaciones capitalistas significa el triunfo y afianzamiento
de la burguesía, inicialmente en los países como Inglaterra, Francia, Alemania, este
proceso iba aparejado con la ruina de los trabajadores que sufrían horribles
calamidades, arrastraban una existencia difícil y eran objeto de la más despiadada
explotación, no eran los únicos, también eran las mujeres y los niños que en ese
entonces eran incorporados a la producción capitalista. Tenían entonces la
necesidad de revisar a fondo las teorías filosóficas, ideológicas, jurídicas y políticas
de la época, surge así el liberalismo burgués y el positivismo.
Con estas precisiones considera que en los pueblos antiguos el individuo fue
soberano en la solución de los asuntos sociales y esclavo en la relación con los
negocios privados. En los pueblos modernos, por el contrario, el individuo, libre en
su vida privada está limitado en su condición de soberano, incluso en los Estados
más libres sólo aparenta ser soberano. En el fondo de qué se trata esta
argumentación, los juicios de Constant referente a la libertad de los pueblos
antiguos y modernos se limitan a traducir la reivindicación de la máxima libertad
en la competencia que la burguesía necesitaba a principios del siglo XIX. Esto es lo
que tiene en cuenta al hablar de la independencia individual, que según dice,
constituye la primera necesidad de los tiempos modernos.
La burguesía dueña del capitalismo industrial desde hace dos siglos, así como
la actual burguesía del capitalismo financiero y monopólico siguen abrigando
temores acerca del control estatal y cifran totalmente sus esperanzas en el imperio
de la competencia ilimitada. Por esto temen la influencia política de las masas, la
fiscalización de sus adquisiciones patrimoniales y de poder restringir la libertad de
explotación capitalista. En esencia, el liberalismo remozado de neoliberalismo es
profundamente antidemocrático, en esta etapa de mayor miseria nunca antes vista
en el planeta adquiere características fascistas, como ya ha ocurrido en la segunda
guerra mundial con el hitlerismo y ahora ocurre con el dominio unilateral del
imperialismo y sus agresiones a distintos países del mundo como en Vietnam,
Bosnia, Chile y recientemente Irak, para citar algunos. Esta es la esencia de la
filosofía y política del neoliberalismo.
También consideraba que este principio de utilidad no sólo debe llegar a ser
orientador en la vida de los individuos aislados, sino que debe también orientar la
actividad del legislador; no sin antes precisar que el legislador debe tener presente
que la propia promulgación de la ley ocasionará siempre cierto mal, ya que toda
ley, restringe en alguna medida la libertad del individuo.
Cerrando los ojos ante las calamidades de los trabajadores provocados por la
explotación capitalista, Humbolt defendía el régimen social del capitalismo,
basado en la libre concurrencia de los propietarios, como el régimen ideal que
asegura la “libertad” y la “felicidad” de los ciudadanos. “La felicidad referida a un
hombre, puede ser conquistada solamente por sus propias fuerzas. Es la libertad
sin restricciones, de desarrollarse por sí mismo con todas las peculiaridades
propias del individuo”(5).
Así, ahí donde se dice que imperan la voluntad personal y los deseos
subjetivos del hombre se le ha llamado libertad. El principio que rige está basado
en que, si soy libre “yo hago lo que quiero, mi conducta es fruto de mi libre
voluntad”, y por esto acotan que al hombre le pertenece el libre albedrío como
facultad distintiva. Es una concepción del idealismo.
Como se puede comprender los hechos son más elocuentes que las
predicciones teóricas, y ya se ven las consecuencias inmediatas que despiertan más
alarmas y se encuentran, sin lugar a dudas, en la crónica inestabilidad de los
mercados, el desplazamiento persistente de los capitales desde el ámbito de las
inversiones productivas al ámbito de la inversión especulativa, la marquetización
de la educación, la reconcentración mundial de la riqueza y el empobrecimiento
acelerado de las grandes mayorías, el imparable crecimiento de la sub-ocupación y
el desempleo y el deterioro de la calidad de vida de millones de personas.
Nos enfrentamos ahora, por primera vez, con una ideología y un sistema que
parecen haber alcanzado ese dominio y si los críticos de esta ideología aciertan en
la caracterización de su sistema de valores, este dominio y ésta ideología
representan, entre todas las demás, la más subversiva y corrosiva de las fuerzas
que en el último curso de los últimos cien años se haya venido disputando el poder
total.
Colofón
No les falta razón a mucha gente que afirma empíricamente que “los pueblos
tienen los gobiernos que se merecen”. Y es obvio que esta afirmación tiene su
fundamento filosófico en algo que le antecede, hay gobiernos que exprofesamente
luchan por mantener al pueblo en la ignorancia y la alineación, porque saben que
cuanto más ignorante sea, sólo así podrán manipularlo a su antojo; en tanto que un
pueblo culto, ante las injusticias que se cometen, no le quedará otro camino que
luchar por sus derechos y contra la alineación, es lo que ahora entendemos el por
qué de la lucha por la justicia social. Para luchar contra la alineación existe la
filosofía de la educación, la misma que sustenta los fundamentos científicos de una
educación Nacional, Científica y Democrática.
NOTAS:
(1) Constant, B., Principios de Política, París, 1872, Cap. VI, Curso de Política Constitucional,
pág. 54.
(2) Ibíd.
(3) Bentham, J., Deontología, tomo II, Cap. III.
(4) Bentham, J., Obras, Londres, 1867, tomo I.
(5) Ideas sobre el experimento de fijar los límites de la actividad del Estado, Cap. III.
(6) Marx, C. Y Engels, F., Obras Completas, tomo III, pág. 555, Edit. Cartago, Argentina.
(7) Real Academia Española, Diccionario ideológico de la lengua española, Edit. Gustavo Gili,
Barcelona, 1979.
* Manuel Góngora Prado
Doctor en Filosofía y Psicología; Periodista Colegiado; Miembro de la Asociación de Periodistas del
Perú; Miembro del Colegio de Periodistas del Perú, Miembro Ilustre del Colegio de Doctores en
Educación del Perú; Socio Horario de la Sociedad Peruana de Educación Intercultural; Profesor
Principal de la UNMSM; ex Director del Instituto de Investigaciones del Pensamiento Peruano y
Latinoamericano (IIPPLA); ex Director de la Unidad de Investigación de la Facultad de Letras y
Ciencias Humanas; ex Presidente del Consejo Superior de Investigaciones del Vice Rectorado de
Investigación de la UNMSM. Profesor visitante del Doctorado y Maestrías de la Universidad
Nacional Federico Villarreal de Lima, Hermilio Valdizán de Huánuco, San Cristóbal de Huamanga,
Pedro Ruiz Gallo de Chiclayo, San Antonio Abad del Cusco, Nacional de Piura, UPLA de
Huancayo, San Luis Gonzaga de Ica, Particular de Tacna, Particular de Chiclayo, Universidad
Nacional de Trujillo, Pontificia Universidad Católica del Perú y Central de las Villas-Santa Clara de
Cuba. Autor de obras: Democracia y Poder en el Perú; el Reformismo en el Perú; Bases Filosóficas
para el estudio de la historia económica del Perú; Políticas Globales de la Educación Superior;
Corrientes Contemporáneas de la Educación; Filosofía de la Globalización, Neoliberalismo y
Postmodernidad; compilador del libro Pensamiento Filosófico en el Perú.