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Aguas subterráneas
Condicionantes
Soluciones a adoptar
Confinamiento
Barreras
Vitrificación in situ
Técnicas in situ
Biológicas
Biorremediación
Fitorremediación
Físico-químicas
Atenuación natural controlada
Barreras reactivas permeables
Extracción de vapores del suelo e inyección de
aire
Flushing in situ
Tratamientos térmicos
Oxidación química
Electrodescontaminación
Fracturación
Técnicas ex situ
Desorción térmica
Lavado del suelo
Extracción con solventes
Dehalogenación química
Bibliografía
10.- Restauración y remediación II: Suelos y
Aguas subterráneas
Los suelos y las aguas subterráneas tienen problemáticas específicas,
diferentes a las de las aguas superficiales, aunque con muchos puntos en
común entre ambos: a menudo la contaminación presente en los suelos está
precisamente asociada al agua que éstos contienen, o muestran determinadas
relaciones con el mismo que hacen que haya que considerar el problema de la
descontaminación como un todo. Por otra parte, no hay que olvidar que a
menudo las aguas subterráneas, contaminadas o no, no están en el suelo, sino
en el subsuelo, afectando a acuíferos contenidos en rocas completamente
diferentes a lo que llamamos suelo, y por tanto, con problemáticas distintas.
Condicionantes
Cuando se define un suelo como contaminado, lo primero a decidir es si
resulta necesaria su descontaminación. Esta decisión dependerá
fundamentalmente de varios factores:
- Uso del suelo. El uso actual y futuro del suelo, y sobre todo, la
evaluación de la posibilidad de transmitir la contaminación a la
cadena trófica humana, a través de la transmisión de la
contaminación a pastos o aguas superficiales será siempre el
primer factor a considerar para esta toma de decisiones.
- Situación. La proximidad del suelo contaminado a poblaciones
o industrias será también un factor importante a valorar.
Soluciones a adoptar
A la vista de la diversidad de problemas que plantea la contaminación
de aguas subterráneas y suelos, las alternativas para su solución o mitigación
son muy variadas, y en la actualidad prosigue el desarrollo de nuevas
posibilidades basadas en diversas tecnologías. En términos generales, las
técnicas concretas aplicables se pueden clasificar en tres grandes grupos:
técnicas de confinamiento, técnicas de tratamiento in situ y técnicas de
tratamiento ex situ.
Técnicas de confinamiento
Figura 3.- Esquema del proceso de inyección de lechada de cemento bajo una
mancha de contaminación.
Barreras químicas.- Como en al caso anterior, de inyecta bajo el área
afectada un producto que impida la dispersión del contaminante, en este
caso un agente químico, que en unos casos se emplea para reducir la
permeabilidad del sustrato, y en otros para producir algún efecto sobre
el contaminante: reducir su toxicidad o movilidad (figura 4).
Las técnicas de tratamiento in situ son las que se aplican sin necesidad
de trasladar el suelo o el agua subterránea afectados por el problema. Suelen
ser de utilidad cuando el problema afecta a un volumen muy importante del
suelo, que haga inviable su aislamiento y su tratamiento ex situ, o cuando éste
supone un coste económico que lo hace inviable, ya que el tratamiento in
situ suele implicar un menor coste económico. El tratamiento in situ puede ser
de dos tipos: biológico o físico-químico.
Ventajas Limitaciones
Fitoextracción
Fitoestabilización
Fitovolatilización
Consiste en la extracción del contaminante del suelo por la planta y su emisión a la atmósfera a
través de su sistema metabólico.
El contaminante o un derivado tóxico pueden
Transforma los contaminantes en formas
acumularse en la vegetación, pasando a frutos
menos tóxicas.
o partes comestibles.
Fitofiltración / rizofiltración
La atenuación natural
controlada (MNA, monitored natural attenuation) se basa en el
aprovechamiento y potenciación los procesos naturales para eliminar o reducir
la contaminación en los suelos y las aguas subterráneas. La atenuación natural
tiene lugar en la mayoría de las áreas contaminadas, pero para que se produzca
a ritmo suficiente como para que se pueda considerar un mecanismo efectivo
de descontaminación deben darse las condiciones adecuadas en el subsuelo
para que se produzca la descontaminación de forma efectiva. De no ser así, la
eliminación de la contaminación no será ni lo suficientemente rápida ni
completa. Los científicos supervisan o verifican la existencia de esas
condiciones para asegurarse de que funciona la atenuación natural. A eso se le
denomina atenuación natural controlada o MNA (por sus siglas en inglés).
Según el área, la MNA puede dar los mismos resultados, con casi la
misma rapidez, que otros métodos. Dado que la MNA se realiza bajo tierra, no
es necesario excavar ni construir. Por ende, no hay que eliminar desechos
soterrándolos, afectando menos al medio ambiente. Asimismo, permite a los
trabajadores evitar el contacto con la contaminación. La MNA requiere menos
equipamiento y trabajo que la mayoría de los otros métodos y por lo tanto
resulta más económica. Puede que la supervisión durante años sea costosa,
pero el costo sigue siendo menor que el de otros métodos. La MNA es el
único método de descontaminación que se usa en algunos sitios Superfund
(USA) donde hay contaminación de las aguas subterráneas. En más de 60
sitios donde las aguas subterráneas están contaminadas, la MNA es sólo un
método más entre los que se usan. La MNA también se emplea en derrames
de petróleo y gasolina de los tanques.
Figura 14.- Sistema de “funnel and gate” en una barrera reactiva permeable (verde en
la figura). Las flechas mayores indican el sentido general de flujo del acuífero en el que
se localiza la pluma de aguas contaminadas (en marrón).
La Tabla adjunta muestra los agentes que pueden emplearse en este tipo
de barreras, y los contaminantes sobre los que se aplican.
Figura 15.- Combinación de las técnicas de extracción de vapor del suelo y aireación
del
suelo: la primera actúa por encima del nivel freático, y la segunda por debajo.
Es una técnica mucho más problemática que las anteriores, dado que
implica el manejo e infiltración en el terreno de sustancias químicas (con
cierta toxicidad y coste económico a considerar). Sin embargo, resulta
efectivo en muchas ocasiones, y es la alternativa a métodos ex situ,
normalmente de mayor coste.
Por otra parte, la oxidación puede crear el suficiente calor como para
hacer hervir el agua subterránea, lo que favorece la movilidad de los
contaminantes que no resulten oxidados. En resumen, se trata de una técnica
muy adecuada para actuar frente a determinados contaminantes, sobre todo
cuando se encuentran a profundidades considerables, a las que otros métodos
no pueden llegar.
Técnicas ex situ
Bibliografía
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