0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
7 vistas8 páginas
En este ensayo trato de hacer una reflexión sobre la economía política y los autores que dan base científica a toda la disciplina económica, con el fin de exponer debilidades en las premisas base de la teoría ortodoxa neoclásica existente.
En este ensayo trato de hacer una reflexión sobre la economía política y los autores que dan base científica a toda la disciplina económica, con el fin de exponer debilidades en las premisas base de la teoría ortodoxa neoclásica existente.
En este ensayo trato de hacer una reflexión sobre la economía política y los autores que dan base científica a toda la disciplina económica, con el fin de exponer debilidades en las premisas base de la teoría ortodoxa neoclásica existente.
En el siguiente ensayo se hará una crítica a la economía moderna como disciplina
de las ciencias sociales, discutiendo así su metodología y rigurosidad científica, demostrando así como la economía olvido su verdadero objeto de estudio, fracasando como ciencia social, a su vez se tratara de igual forma desmontar algunos argumentos erróneos de teóricos clásicos y neoclásicos a partir de una interdisciplinariedad en economía con algunas otras ciencias que nos sirven de ayuda científica y específicamente en base con la historia del pensamiento económico. Empezaremos entonces desmintiendo el hecho de que los economistas son científicos tan parecidos incluso iguales con cualquier ciencia dura como afirma León walras.
“Algunos historiadores del pensamiento moderno han venido criticando
la profesión de los economistas por su fallida rigurosidad científica, señalando que ella disfraza su ignorancia sobre los complejos procesos sociales bajo una jerga técnica y matemática, la cual les permite posar de científicos duros”. (McCloskey, 1986; Stettler, 1995)
Esta crítica se debe principalmente a que los economistas modernos basados en
la teoría ortodoxa neoclásica se alejaron tanto de la realidad que tal como lo afirma Manfred Max-Neef, elaboran modelos económicos los cuales la realidad debe adaptarse al modelo y no el modelo a la realidad, pues muchos economistas han abandonado la idea de conseguir un mejor conocimiento del mundo real, con el fin de transformarlo y, por el contrario, decidieron que su laboratorio es un cuarto con una calculadora haciendo problemas matemáticos y asumiendo supuestos los cuales son contradictorios a la realidad para facilitar así su estudio olvidando el verdadero sentido del estudio, tan solo importando aparentar ser científicos, sin ningún poder de pronosticación ni solución a los problemas sociales complejos que vive el mundo real. Pues estos supuestos restringen y excluyen factores importantes en el estudio del mundo real. Así cada vez más se cita el fracaso de los economistas por haber olvidado que es el propio comportamiento humano-económico su objeto de estudio. Esto podría decirse, la economía y los economistas se excluyeron tanto de las ciencias sociales pero ¿a qué se debe esta separación ilógica del economista de su propio objeto de estudio? La respuesta se encuentra inmediatamente en su teoría predominante ortodoxa Neoclásica llamada así por los mismos teóricos del siglo XIX como economía pura. Inequívocamente podría decirse que esta pureza de la que ellos hablan consiste en una concepción del homo-economicus (hombre- económico) separado de su contexto social y, más explicablemente, en una renuncia al intento de convertir la economía en una parte de una teoría general de la sociedad como pretenden estos neoclásicos. Es decir, el economista trata de estudiar un ser humano separado de todo su contexto social llamándolo externalidades del modelo pensando así que no es pertinente incluir otras ciencias humanas para comprender el hombre-económico, afirmando así que su comportamiento económico no es influido por factores sociales e individuales separándolo y despojándolo de su propia naturaleza humana. Error grave, pues así el economista pretende creer que no hace parte del estudio del hombre como ser social si no que estudia un ideal hombre que se emancipa de todo el mundo para tomar decisiones económicas como si fuera una ciencia aparte y apática a la ciencia social. Estos fracasos en la economía nos llevan inmediatamente a preguntarnos ¿Por qué los economistas aún no se percatan de su equivocada teoría? Esta pregunta nos lleva necesariamente al lugar donde se construye el conocimiento universal de la economía y toda la ciencia. La universidad, es este lugar al que cae todo el peso de la academia de la humanidad, por tanto solo esperaríamos que el súper héroe de la economía venga de dicho lugar, ese súper héroe que reviva la economía. Pero esta teoría nace en el siglo XIX y aun en el siglo XXI no se ha derrumbado. En las últimas décadas se ha visto como en las universidades elites del mundo se ha eliminado del plan de estudios en economía a la Historia del pensamiento económico argumentando así que solo sirve para contar anécdotas y perder el tiempo viendo así cosas que ya otros antes hablaron y resolvieron, de esta manera se omite teorías diferentes a la ortodoxia de forma dogmática y nula al debate, pues ya todo está dicho y dado. Pero ¿Cuál es la importancia de la historia del pensamiento económico realmente? Joseph Schumpeter, autor de la Historia del Análisis Económico (1954), invoca tres razones que, a su entender justificarían el estudio de las teorías económicas del pasado. En primer lugar, las ventajas pedagógicas derivadas del conocimiento de la historia de la economía actual; en segundo lugar, su papel como fuente de inspiración para nuevas ideas y por último, una vaga y genérica referencia al afán por “comprender el espíritu humano”. En contraposición a esta, Karl Popper con su escuela “falsacionista” hablaba que el desarrollo del conocimiento científico, es el repetido derrocamiento de teorías cientistas y su reemplazo por otras mejores. Es claro decir que esta escuela solo habla de las ciencias duras. Entonces ¿Es lógico eliminar la historia del pensamiento de las aulas de economía en el mundo? Para los ortodoxos si lo es, pues se identifican con la postura de Popper, y es claro que es una viva imagen de la separación de la economía con las demás ciencias sociales; es esa arrogancia de pretender y parecer una ciencia dura, donde el progreso del conocimiento justifica el olvido de la historia y consigo las teorías anteriores. No se puede olvidar ni negar que la economía a diferencia de las ciencias duras a lo largo de la historia ha producido teorías no por el afán al conocimiento si no por resolver las necesidades de cada época histórica, Entonces existen otras teorías que han dicho todo lo contrario a los neoclásicos pero durante los últimos 300 años, siempre y no equivocadamente Keynes afirma que los de la mainstream (neoclásicos) proporcionaron cierta justificación a la libertad de acción de los capitalistas. Por tanto tuvieron el apoyo de la fuerza social dominante que se hallaba tras la autoridad. (1935). Ya asumiendo la verdadera importancia de la historia del pensamiento económico, analizaremos errores fundamentales en la teoría económica partiendo así del llamado padre de la economía Adam Smith, quien tuvo que lidiar en una sociedad la cual argumentaba el derecho y toda su estructura social en base a las leyes divinas, es decir, leyes dictadas por Dios. “La contribución de Smith puede inscribirse dentro de la gran corriente de pensamiento denominada ilustración europea; que era liberar a los hombres del miedo y construirlos en señores; era el desencantamiento del mundo. Pretendía disolver los mitos y derrocar la imaginación mediante la ciencia”. (Horkheimer y Adorno, 1966). Siguiendo su contexto social, el adversario de Smith fue el oscurantismo medieval, pues estas estaban en contra a los cambios económicos expansivos en el comercio, industria y crédito, por el contrario Smith quiso justificar este cambio como natural de la evolución del hombre y es aquí donde entraremos a analizar este autor, pues Smith dicta que existen unas leyes económicas en la sociedad pero que a su vez no son leyes divinas. Pero ¿si estas leyes no las da Dios, entonces quién? Smith afirma que no son divinas, pero tampoco naturales, como las que rigen la física, la biología, la química, etc. Son leyes del hombre, leyes de la sociedad en su conjunto, desde el individuo hasta la sociedad. Asumiendo así que no fue una autoridad quien las impuso. ¿Y cuál es el origen de estas leyes económicas? Las leyes económicas no se fundan en un pacto colectivo, es decir, no fue un trato entre todos los seres humanos para dictar cuales iban a ser esas leyes, puesto que esto contradice la afirmación que no fue una autoridad quien las impuso al hombre, de esta forma quedan dos explicaciones del origen de estas leyes económicas. Según Aristóteles y la filosofía griega el hombre está conformado por algo a lo que llamaron dualismo, pues el hombre está compuesto por cuerpo y alma, donde el cuerpo es su estado natural apetitivo, y su alma entendida como su razón. Partiendo de este hombre como hombre en su totalidad, podría ser la razón individual, es decir, la voluntad consiente de cada hombre. Pues si una acción o modo de actuar resulta satisfactorio individualmente y esta conducta ocurre con cada uno de los individuos entonces esta conducta se impondrá como una ley económica. Por lo tanto las leyes económicas son esencialmente racionales, ya que provienen de la voluntad consiente de cada individuo. La segunda explicación podría ser asociada con la naturaleza humana, la otra parte del dualismo, es decir, inclinaciones innatas del ser humano. Entendiéndose así como un instinto natural del hombre. Necesariamente, para poder aprobar alguna de estas dos opciones como explicación de su origen tendría que estudiarse cada una de ellas, esto produce una dificultad metodológica, pues ¿existe un método para estudiar la conciencia y el instinto de un solo individuo? O ¿Cuáles son las cualidades e impulsos del hombre natural? Sócrates en su afán e interés por comprender el ser humano en su totalidad propone con una frase célebre “conócete a ti mismo” estudiar el ser, es decir, como bien dice Hobbes y otros pensadores, que el método de conócete a ti mismo, que no es más que una introspección, es el método para descubrir la naturaleza pura del ser, pues esta introspección es despojarse de todas las costumbres, históricas, psicológicas y sociales para poder adentrarse así mismo en un hombre netamente natural. Por otro lado, existe el método empírico, que sería algo como estudiar una sociedad primitiva aun existente para determinar que característica de ese hombre en aquel estado aún subsiste en la sociedad capitalista, pues ese algo seria innato del ser humano. Aun así, es claro que ninguno de estos recursos es demasiado convincente, pues que tan posible es una introspección de tal magnitud, o concluir de una sociedad primitiva algo tan universal. Estos intentos de derivar dichas leyes de la naturaleza humana, conllevan necesariamente a que Smith naturalice al régimen cambiario en su época, es decir el capitalismo, es decir, el capitalismo es un paso evolutivo del hombre. Pero ¿Cómo es posible que la sociedad capitalista, tratándose de una época histórica, está presidida por leyes que no hacen más que reflejar la razón o las características innatas de la especie? Para resolver esta pregunta se verá el contexto económico, es decir, lo que sucede en la sociedad en la cual vivió Smith y como el justifico la naturalidad de este cambio, entonces se hablara de la división del trabajo y el intercambio. Para Smith la división del trabajo fue un fenómeno novedoso en la transformación a una sociedad capitalista, puesto que en su sociedad aun no existía el desarrollo tecnológico en maquinaria, Smith justifico el aumento en producción por un incremento en las facultades productivas del trabajo. 1. Figura. Tasa de crecimiento económico en la época de Smith.
Fuente: Harkley (1992)
En la Figura 1, se muestra que antes de la publicación de la riqueza de Smith
había un leve crecimiento, pero luego con el aparecer de desarrollo tecnológico, este incremento se fue a las nubes. ¿Pero cuál es la causa del incremento de la productividad del trabajo? Smith establece una conexión entre la división del trabajo y el intercambio. Para Smith la división del trabajo no fue un dictamen divino ni tampoco una resolución consiente de la sociedad entonces ¿Cuál fue la fuerza que la causo? Smith dice que fue un instinto natural del hombre, y dicho instinto fue la propensión natural al cambio, es decir, un acto voluntario de intercambio de una cosa por otra. Ese intercambio de mercancías como se ve actualmente se originó por un instinto natural del hombre. Volvemos a una pregunta siempre existente en este ensayo. ¿Cómo puede explicarse que solo en un momento ya avanzado en la historia del hombre se alcance el pleno desarrollo de la productividad del trabajo, si, Smith dijo que fue por el intercambio, es decir un instinto natural del hombre? Smith afirma que se atribuye a un despliegue gradual aunque muy lento del desarrollo humano, cabe decir que este proceso fue bastante lento entonces. Para justificar el intercambio como un principio innato del hombre, dice que este hecho o acción, solo es aplicado por los hombres, es decir, no hay ningún animal que haga intercambio. Esto no es satisfactorio puesto que no es una propensión natural del hombre si no un producto de su desarrollo histórico el que permitió llegar al hombre a un intercambio de mercancías. Otra conclusión errónea de Smith es que afirma que “La propensión natural al cambio se debe a que en casi todas las otras especies, el individuo, cuando ha alcanzado la madurez, se vuelve independiente, no necesita el concurso de otro ser viviente. Pero el hombre reclama en la mayor parte de las circunstancias la ayuda de sus semejantes”. (Smith, 1776)
La etología desmiente rotundamente este pasaje de la riqueza de Smith, aun así
ya en su época se sabía que existen numerosas especies que no son capaces de valerse por sí mismos como individuos, y por el contrario organizan su reproducción de forma gregaria. Tal parece para Smith no era importante como economista leer un poco de etología por ejemplo. Estos errores siguen en el mismo campo, pues Smith sostiene que los animales no producen en conjunto como lo hace el hombre, por lo tanto intercambia el producto de su trabajo. Esta aseveración de Smith tiene su primera parte falsa, puesto que negar que los animales producen colectivamente debido a que no son capaces de intercambiar sus productos es falso. Por ejemplo las hormigas son insectos sociales, porque viven en colonias conformadas por muchos individuos y cada colonia está organizada de manera estricta por lo tanto cada individuo desempeña un papel especifico, a tal punto que ningún individuo puede sobrevivir solo. Esta argumentación de Smith necesariamente deriva que el hombre no produce sin la necesidad de intercambiar, lo cual es falso, ya que existen personas y comunidades de hecho que no lo hacen, por poner un ejemplo, en las veredas existen aun y existieron antes muchas más, las cuales cada dueño de finca producía de sus tierras su alimento para poder sobrevivir con su familia, sin la necesidad de intercambiar. Por tanto el intercambio no es una propensión natural de la especie humana. A manera de conclusión se podría decir, que la economía aun ignora mucho del ser humano como ser social e individual, aun así, su arrogancia le ha permitido escalonar en las ciencias y presentarse como un científico duro, siendo el más preparado para administrar la sociedad moderna, de esta manera se propone que en la academia no se quite materias tan importantes para el debate y critica de la teoría económica, formulándose así posibles verdaderas soluciones a los complejos problemas sociales existentes. Viendo ya la importancia de acercarse y ayudarse con otras ciencias quienes aportan bastantes argumentos que los economistas no deberíamos ignorar, a manera de anexo se podría decir que la antropología, la física, la biología deben estar en una argumentación de cualquier libro de economía, así como todas las ciencias sociales, es una interdisciplinariedad necesaria, ya que según Rodolfo llinas, partir el conocimiento, es decir, separar cada disciplina está mal, se debe mostrar como todo el conocimiento en una sola formando así la conciencia humana para poder resolver los problemas de la realidad. Así que olvidémonos de los modelos económicos matemáticos, y pensemos de una vez por todas quienes somos, y aún más importante administrar los recursos limitados de la tierra, para poder sobrevivir como especie y que la tierra se cure del cáncer que se detectó cuando el homo sapiens sapiens piso África. Referencias
Clavijo, S. (2001). Economia: entre la ciencia y el poder.
Hollis, F. H. (1986). Filosofia y teoria economica.
Kicillof, A. (s.f.). De Smith a Keynes, Siete lecciones de historia del pensamiento economico. Buenos Aires: Universitaria Buenos Aires.