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Es necesario contar con un Plan Estratégico que nos convierta en un país desarrollado,
democrático y socialmente firme. En este caso opte por El Plan Bicentenario: El Perú hacia el
2021” recoge dos años de trabajo participativo. Se ha elegido el año 2021, bicentenario de la
Independencia, como horizonte temporal de este primer Plan Estratégico de Desarrollo Nacional;
fecha que propicia una reflexión sobre la situación en la que nos encontraremos. Los criterios
empleados en el Plan se sustentan en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el
desarrollo concebido como libertad y en las Políticas de Estado del Acuerdo Nacional.
Con este esquema se ha efectuado un diagnóstico de todos los aspectos de la vida nacional y su
relación con la globalización, tales como la reducción de la pobreza, la creciente participación de
los sectores de menores ingresos en la distribución de la renta y la reciente salida del Perú del
grupo de países con mayor desigualdad en el planeta para pasar a ser un país de renta media alta,
en donde la descentralización aparece como la reforma del Estado.
Por ello, puesto que nuestra realidad en ningún modo se halla estancada, sino, por contra, “en
continuo devenir”, se hace necesaria una enseñanza inmersa en la sociedad, integrada en las
exigencias y demandas socio-culturales, flexible y con posibilidad de adaptación a aquello que
vaya sucediéndose.
Se hace preciso construir una nueva escuela, que aún aceptando la importancia de la cultura
tradicional como base y solidez intelectual para el ser humano, sea capaz de reconocer la
importancia de plantear una enseñanza centrada en intereses y necesidades vigentes en
momentos concretos.
De esta forma, podrá calificarse de abierta y flexible, adaptada a la realidad cotidiana del
alumnado, y facilitadora de la consecución de aprendizajes significativos y funcionales,
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contribuyentes a generar un desarrollo integral en las facultades humanas y una positiva
estructuración de la personalidad.
Su presencia se justifica, entre otros aspectos, ante el hecho de orientarse a satisfacer plenamente
las exigencias culturales que la sociedad presenta en periodos concretos, subrayando, por encima
de contenidos de índole conceptual, los de dimensión actitudinal.
Varias son las características que pueden ayudarnos a conocer en profundidad estas materias.