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Completar el puzzle de la evolución humana es una complejísima labor que resulta aún más difícil
cuanto más nos remontamos en el tiempo. La reconstrucción de las primeras fases de la evolución
de los primates, orden al que pertenecemos los humanos, se ha visto obstaculizada por las lagunas
en el registro fósil, por lo que hoy en día persiste el desacuerdo sobre la paleobiología y las
relaciones filogenéticas de los primeros primates. Los recientes fósiles encontrados pueden arrojan
cierta luz sobre la ubicación de algunas de las piezas de este apasionante rompecabezas.
PALEOCENO (65.5 Ma)
- PROTOPRIMATES
Purgatorius, un género extinto de mamíferos que vivió hace aproximadamente 65 millones de años
podría ser una de las primeras piezas de este enorme puzzle. Para algunos autores, este pequeño
mamífero de entre 10 y 20 cm y con aspecto similar a una ardilla podría ser el primate (o proto-
primate) más antiguo conocido. Sin embargo, no todos los autores consideran a Purgatorius como
precursor del orden de los Primates y en su lugar lo incluyen en el de los Plesiadapiformes. Un
debate que aún no está completamente cerrado ya que recientemente se han hallado nuevos fósiles
que completan los escasos fragmentos de dientes y mandíbulas de los que se disponía y que fueron
encontrados en EE.UU.
Antiguamente se clasificaba los Plesiadapiformes, un grupo de mamíferos extintos, dentro del orden
de los Primates, pero actualmente se consideran un orden propio. En todo caso, los
Plesiadapiformes son el grupo que está evolutivamente más próximo a los primates.
Las superfamilias Adapoidea y Omomyoidea representan a los primeros primates mejor conocidos.
Cada una de ellas se asigna a uno de los dos clados principales en que se dividen los primates
actuales: estrepsirrinos y haplorrinos.
Adapoidea son un grupo muy diversificado y cuyo hábitat se extendía por gran parte del
hemisferio Norte, el Norte de África y Asia tropical. Surgieron a comienzos del Eoceno (55 Ma) y
la mayoría de ellos se parecían a los lémures actuales. Se suele clasificar a este grupo como
estrepsirrinos (primates de nariz húmeda) que hoy en día incluyen a lémures y loris. El registro
fósil incluye a tres famlias y más de 80 especies dentro de los Adapiformes.
En 2009 se anunció el descubrimiento de Darwinius masillae, una nueva especie clasificada dentro
de este grupo y que constituía el fósil mejor conservado de primate nunca encontrado. Se trataba de
un esqueleto completo en más del 95% y excelentemente conservado con una edad de 47 millones
de años. El fósil fue hallado en 1983 por un aficionado en el sitio fosilífero de Messel, Alemania,
pero no fue hasta 25 años después que el paleontólogo noruego Jorn Hurum lo descubrió en la Feria
de fósiles y minerales de Hamburgo.
El fósil, apodado Ida por la hija de Hurum, pertenecía a una hembra joven aun en desarrollo y
medía algo menos de un metro. Se trata de un primate arbóreo y nocturno que se alimentaba de
frutas, hojas y semillas. Aunque Ida poseía rasgos propios de los lémures, otros caracteres como la
ausencia de una garra de aseo y un peine dental (característico de los lémures) y disponer de
pulgares completamente oponibles supuso que los autores lo ubicaran en un lugar intermedio entre
estrepsirrinos y haplorrinos. De esta forma, aunque clasificaron a Darwinius como adapiforme
consideraron que este grupo sería en realidad más amplio, representando la divergencia entre
estrepsirrinos y haplorrinos. Sin embargo, análisis posteriores del fósil realizados por otros autores
refutaron esta teoría, manteniendo la clasificación de Darwinius (y los Adapiformes) dentro de los
estripsirrinos.
La superfamilia Omomyoidea se diversificó durante el Eoceno, hace entre 55 y 34 millones de
años. Sus fósiles se han hallado en América del Norte, Europa, Asia y posiblemente África.
También se trata de un grupo muy diversificado que cuenta con más de 90 especies que incluyen
primates nocturnos y diurnos. Al igual que los primates modernos, los omomíidos tenían manos
prensiles y pies con dedos dotados de uñas en lugar de garras. Se los clasifica como haplorrinos
(primates de nariz seca) que es el que incluye a los tarseros, catarrinos y platirrinos y en el que nos
encontramos los humanos
Hace tan solo unos días se ha hecho público el descubrimiento de una nueva especie perteneciente a
este grupo: Archicebus achilles. Se trata de un fósil muy completo que lo convierte en el esqueleto
más antiguo encontrado, estando datado en unos 55 millones de años (7 Ma. más que
Darwinius).Archicebus achilles ha sido hallado en China y recibe su nombre “achilles” en alusión al
talón de Aquiles por presentar un interesante y característico hueso calcáneo.
Archicebus era un pequeño primate arbóreo del tamaño de un lémur ratón (el primate actual más
pequeño que existe) con unos 71 milímetros de largo y 20 a 30 gramos de peso. Era principalmente
insectívoro y dados sus glóbulos oculares tendría buena visión para la caza, con actividad
seguramente diurna más que nocturna. En los tarseros existentes hoy en día, nocturnos, se da una
hipertrofia orbital que no está presente en este fósil.
Según los autores Archicebus achilles es un singular mosaico de características haplorrinas,
algunas de las cuales se asemejan a los monos antropoides (catarrinos y platirrinos), mientras que
otras se encuentran más cerca de los tarseros. Debido a esta combinación de características los
autores lo sitúan como el miembro más basal conocido de los tarseros, indicando que estaría
cercano a la divergencia entre estos y los monos antropoides (catarrinos y platirrinos).