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Hegel, G. W. F.; El concepto de religión, p. 85.
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Hegel, G. W. F.; Lecciones de filosofía de la religión, p. 255.
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Ibid., p. 255.
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Hegel. G. W. F.; Lecciones sobre filosofía de la religión, p. 298
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Véase Mueller, G.; “Hegel’s Absolute and the crisis of christianity”, p.107.
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En el primer sentido la proposición del silogismo se enuncia así. El ser de lo finito es
el ser del Absoluto; pero en el segundo sentido ella se enuncia así: el no-ser de lo finito
es el ser de lo Absoluto”. Hegel, G.W.F.; Lógica. Doctrina de la esencia, vol. II, p. 87.
(w. 6, p. 80).
10
Hegel, G.W.F.; Lecciones sobre filosofía de la religión, p. 300.
11
Hegel, G. W. F.; Fenomenología del Espíritu, p. 441. (w. 3, p. 554).
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Oeing- Hanhoff, L.; op. cit., p. 81.
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Por eso Hegel sostiene que “la base de la religión es lo racional y más aún, lo
especulativo”. El concepto de religión, p. 191.
15
Hegel, G.W.F.; El concepto de religión, p. 89.
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En la Fenomenología, después del fracaso de la conciencia finita aparece la
autoconciencia, la conciencia intersubjetiva para hacer justicia a la universalidad de la
objetividad. Pero entonces aparece una nueva disparidad porque la autoconciencia que
se universaliza ya no tiene enfrente más que unos objetos formalmente universales. Por
ello requiere de un objeto concretamente universal, un objeto absoluto, un objeto
divino.
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Hegel, G.W.F.; Lecciones sobre filosofía de la religión, p. 305.
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Oeing-Hanhoff, L.; op. cit., p. 89.
19
Hegel, G.W.F.; Lecciones sobre filosofía de la religión, p. 257.
20
Oeing-Hanhoff, L.; op. cit., p. 90.
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Hegel, G.W.F.; Lecciones sobre filosofía de la religión, p. 309.
22
Ibid., p. 309.
23
Ibid., p. 310.
24
Ibid., p. 308.
25
Ibid. p. 308.
26
Ibid., p. 309.
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“Si en el inicio el espíritu como tal está en la forma de la conciencia y en el segundo
momento en la forma de la autoconciencia, en el tercer momento el espíritu está
representado en la forma de la unidad de ambos... y puesto que el espíritu está
representado de la manera en que es en y por sí mismo, entonces esta es la religión de
la revelación”. Fenomenología del Espíritu, cit. en Lauer, Q: op. cit., 263.
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Lauer, Q.; op. cit., p. 275.
34
Hegel, G.W.F.; Fenomenología del Espíritu, p. 437. (w. 3, p. 550).
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Lauer, Q.; op cit., p. 284.
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Hegel, G.W.F.; Lecciones sobre filosofía de la religión, p. 263. “”Los misterios
tienen por naturaleza un contenido especulativo, secreto indudablemente, para el
entendimiento pero no para la Razón; lejos de ello, son precisamente lo racional, en el
sentido de lo especulativo”. Hegel, G.W.F.; Lecciones sobre la historia de la filosofía,
p. 78. (w. 18, p. 100).
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Ilting, K.-H.; “Le dieu hégélien”, p. 118.
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En la Fenomenología, la conciencia religiosa tiene una historia, como cualquier otra
“figura de la conciencia”. Aunque para Hegel todo inicia con la épica griega, es en la
tragedia griega donde se plantea la problemática relación del hombre con lo divino: los
sujetos actúan movidos por lo que son, sólo para que su acción lo lleve a la ruina a
través de un destino que parece preestablecido. La respuesta a esta situación trágica de
la condición humana fue el escepticismo de la comedia griega, es decir la actitud
distanciada e irónica que no encuentra ninguna razón que sustente lo que los hombres
dicen ser en sus roles tradicionales. Tras la máscara del cómico se adivina la
incertidumbre y la actitud distanciada del individuo reflexivo que no cree en lo que
vive y busca un nuevo fundamento para su acción. Se había creado una forma de
alienación, un distanciamiento de las normas que no podía ser resuelto sino por una
nueva concepción de lo divino. Esta fue la matriz que posibilitó la aparición del
cristianismo.
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“Dios es y nosotros somos también; he ahí la mala unificación, la unificación
sintética, la comparación hecha arbitrariamente. Cada uno de esos lados es tan
sustancial como el otro. Tal es el proceder de la Representación. Dios es glorioso y está
en las alturas –y las cosas finitas tienen un ser, del mismo modo que Él. Ahora bien. La
razón no podría permanecer en tal también, en tal indiferencia”. Hegel, citado en
Lebrun, G.; La patience du concept, p. 74.
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Esto es exactamente lo que sucedió en el concepto del saber de Dios.
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“Ajustarse a su propia convicción es, ciertamente, más que rendirse a la autoridad,
pero el trocar una opinión basada en la autoridad por una opinión basada en el propio
convencimiento no quiere decir necesariamente que cambie su contenido y que el error
deje su puesto a la verdad”. Hegel, G. W.F.; Fenomenología del Espíritu, p. 54. (w. 3,
p. 73).
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“Cuando pienso un objeto lo transformo en pensamiento y le quito lo sensible, lo
convierto en algo que es esencial e inmediatamente mío. En efecto, sólo en el
pensamiento estoy conmigo mismo, solo el concebir es la penetración del objeto, que
ya no está más frente a mí y al que le he quitado lo propio, lo que tenía opuesto a mí...”
Hegel, G.W.F.; Principios de la Filosofía del Derecho, § 4, anexo (w. 7, p. 47).
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BIBLIOGRAFÍA
Las obras de Hegel en lengua alemana son citadas de acuerdo con la
edición Werke in Zwanzig Bänden a cargo de Eva Moldenhauer y
Markus Michel, Suhrkamp Verlag, Farnkfurt am Main, 1972. Las
referencias aparecen de la siguiente manera: W., número de volumen,
número de página.
Las obras de Hegel en traducción son citadas de acuerdo a las
siguientes ediciones:
BIBLIOGRAFÍA SECUNDARIA
DÍAZ, Jorge Aurelio; “Hegel y la superación de la religión”, Ideas y
Valores, núm. 133, Bogotá, pp. 23-37
ILTING, K.-H.; “Le dieu hégélien”, contenido en Planty-Bonjour, G. (ed);
Hegel et la religion, Presses Universitaires de France, Paris, 1982.
INWOOD, Michael; A Hegel dictionary, Balckwell Publishers, Oxford,
1998.
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