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Marité Colovini
1- El psicoanálisis y la ciencia
Por lo tanto, Lacan sitúa: "Lo que un psicoanálisis se propone es transmutar la impotencia
neurótica en una imposibilidad lógica"; enunciado éste equivalente al enunciado freudiano.
En el Seminario de la Ética del Psicoanálisis, Lacan dice: "Cuán lejos estamos de una
formulación de una disciplina de la felicidad". Y con respecto al concepto de unidad: "La
idea de la unidad de la vida humana, siempre me ha producido los efectos de una mentira
escandalosa".
El Psicoanálisis es una práctica, es una posición en relación al saber, es una teoría sobre
la falta en ser del sujeto humano y que da cuenta de la singularidad de cada sujeto en
relación a su deseo inconsciente.
3- Causalidad y sobredeterminación
Los términos de causa - efecto naturalizan la historia que deja de ser producción de
aconteceres y de complejas relaciones subjetivas y pasa a ser una objetividad en la que se
estudia el pasado suponiendo que los hechos ya son objetivos, cuando lo objetivo es el
dato histórico del archivo, es decir, aquello pasible de una explicación no causal, de una
interpretación histórico social.
Se hace casi inevitable frente a un efecto, buscar su causa, sin embargo, si hablamos de
efectuación, en ella confluyen los procesos significantes y el trabajo de construcción.
Precisamente lo que se nos muestra en las formaciones del inconciente es una capacidad
de efectuación que se realiza por fuera del par causa – efecto, que siempre supone una
motivación que nos coloca de lleno en el campo del preconsciente, par donde la causa
precede al efecto, lo genera y establece la universalidad de esta relación en medio de la
tiránica vigencia del tiempo cronológico y, además, indica con toda solemnidad que la
novedad o cierta independencia productiva del efecto son imposibles.
Sin embargo, frente a los efectos especiales en el cine, no nos planteamos cual es su
causa, nos quedamos en esa superficie de efectuación, en esa ligazón compleja y
articulada de puros efectos.
Lo que determina está sobredeterminado y ahí está el trabajo de interpretación que no
busca ningún contenido en ninguna profundidad, sino la producción del inconciente en su
despliegue; lo pensado, lo impensado y lo impensable en la misma frase. No hay nada
detrás de la frase, todo está, como dice Freud “en la superficie del idioma”, tramado en el
“equívoco predestinado de la palabra”. Si busco detrás de la frase del analizante,
persiguiendo una causa y la encuentro, debo saber que la causa de su frase es mi
ideología.
Si en psicoanálisis hablamos de efecto, éste lo será sólo de una causa perdida, jamás de
una motivación, por lo tanto mal se puede atribuir a un efecto, una causa. La causalidad es
una noción que vuelve a meter por la ventana lo que habíamos sacado por la puerta: la
sustancia, el reinado unificante del tiempo cronológico, el trauma, el motivo. La causalidad
vuelve a sumergir al hombre en un estado de naturaleza, de ingenuidad, de transparencia,
que hace innecesario el trabajo de interpretación, porque las cosas son como las vemos.
En cambio, la determinación debe ser trabajada en el acontecimiento de su formación, de
su aparición, no preexiste.
Cuando hablamos de “lugares de constitución del sujeto”, queda claro que el sujeto se
hace, mientras que el hombre nace. El sujeto no es el hombre, sino lo que del hombre
pueda determinarse teóricamente como singularidad de una ciencia particular, esa
relatividad, teniendo en cuenta que el sujeto psíquico es sujeto de la ciencia, en tanto es
una articulación teórica producida como deseo inconciente la que sobredetermina sus
formaciones. Quiere decir que no sobredetermina el desarrollo de ningún deseo sobre
ningún objeto, sino sólo el desarrollo del deseo.
4- Psicoanálisis y neurociencias
Freud no vaciló en predecir una época en la que el efecto social de la indiscreción sería al
mismo tiempo la imposibilidad del disimulo: "los enfermos, sabiendo que todas sus
manifestaciones mórbidas son interpretadas inmediatamente por los otros, las
disimularán".
En esta época las coordenadas son otras y la pregunta por el porvenir del síntoma nos
concierne, cito: "entiendan que la pregunta que aquí indico es la de saber si el
psicoanálisis existe. Es eso precisamente lo que está en juego. Pero, por otra parte, hay
algo por lo cual él se afirma indiscutiblemente. El es síntoma del punto del tiempo al cual
hemos arribado, digamos con esa palabra provisoria, que yo llamaría la civilización..."
Esta es la desviación de la que participa la Ego Psichology, sin embargo, nada impide que
se lo utilice también al psicoanálisis.
"El hombre ha llegado a ser, por así decirlo, un dios con prótesis, -dice Freud en Más allá
del principio de placer-, bastante magnífico cuando se coloca todos sus artefactos, pero
éstos no crecen de su cuerpo...". "Tiene derecho a consolarse con la reflexión de que
tiempos futuros traerán nuevos y quizás inconcebibles progresos en este terreno de la
cultura, exaltando aún más la deificación del hombre".
En la actualidad la ciencia promete encontrar el porqué y así curar lo incurable, las
psicoterapias parasitan en esa proliferación de los porqué, la alienación que a veces llega
a los estragos, son los saldos verificables de estos instrumentos de goce.
"Allí donde el profano le pide a la ciencia un sustitutivo del abandonado catecismo, instala
el fantasma en todas partes, la realidad transformada en fantasma, que es lo contrario al
movimiento de su atravesamiento."
Sabemos a partir de Lacan, de una diferencia fundamental entre el ser inducido por el yo y
el ser producido como sujeto del inconsciente, esta experiencia se instala con otro
instrumento que hace de envés, el dispositivo analítico no tiene como horizonte la
promesa, sino lo Real. De allí que es una operación a producir cada vez por vía de una
función, vaciada de la persona, que sirviéndose de la pura combinatoria del lenguaje,
sustrae por obra y gracia del equívoco, la consistencia de sentido, abriéndose así un
nuevo horizonte exterior al lenguaje, el de un vacío; elidido y eludido como tal por las
psicoterapias.