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MODULO:
CIVIL II

CATEDRÁTICO:
Dr. AÑEZ BARBERY CARLOS RONNEY

PARTICIPANTES:
1. Américo Aramayo Urquieta
2. Eddy Justo Cusicanqui Flores

Trinidad – Beni – Bolivia

2018

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POSESIÓN
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TEMATICA

1. INTRODUCCION
2. LA POSESION EN EL CODIGO VIGENTE
3. CONCEPTO DE POSESION
4. NATURALEZA JURDICA
5. DIFERENCIA CON OTRAS INSTITUCIONES
6. LA DETENTACION – CONCEPTO Y UBICACIÓN
7. DIFERENCIAS CON LA POSESION
8. ELEMENTOS DE LA POSESION CORPUS Y ANIMUS
9. TEORIA SOBRE LA POSESION
10. VIOLENCIA CLANDESTINIDAD, EQUIVOCIDAD, Y
DISCONTINUIDAD
11. ADQUISICION
12. INTERRUPCION Y PERDIDA DE LA POSESION
13. EFECTOS DE LA POSESION, POSEEDOR DE BUENA FE Y
POSEEDOR DE MALA FE
14. CLASES DE CAPACIDAD

DESARROLLLO

I. INTRODUCCION
A nuestro grupo tres le ha tocado comentar y exponer la posesión que por
nuestra investigación, vemos que consiste en una situación o estado de hecho
de la cual derivan consecuencias jurídicas que, de ordinario, vienen a proteger
en mayor o menor medida esa situación o estado de hecho.
Hemos podido establecer que si se emplea la palabra posesión en su sentido
más amplio, puede decirse que posee aquél que de hecho actúa como titular de
un derecho o atributo en el sentido de que, sea o no sea el verdadero titular,
defacto, goza de las ventajas y soporta los deberes que normalmente
corresponde gozar y soportar al titular del respectivo derecho o atributo.
Siendo así entonces que es natural que el verdadero titular del derecho o atributo
de que se trate. Así se comprende que la afirmación de que "la posesión es
la imagen del derecho".
En ese amplio sentido se habla no sólo de la posesión de las cosas sino de la
posesión de diversos derechos reales, de la posesión de herencia, de la
posesión de estado, de la posesión de créditos, etc.
Pero, aun cuando en todas esas situaciones existen elementos comunes, los
mismos son bastante limitados y en cambio son muy diferentes sus
consecuencias jurídicas. Por lo tanto, si se quiere elaborar una teoría general de
la posesión de amplio contenido, es necesario restringir la noción de posesión.
Por ello hemos visto por conviene tomar como punto de partida el caso más
antiguo de protección posesoria, que encierra el núcleo original y fundamental
del concepto: la llamada posesión de cosas, que se da cuando
una persona ejerce un dominio de hecho sobre una cosa, independientemente
de que sea el propietario, o de que no lo sea. Así podemos tomar como punto de

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partida la idea de que la posesión es un señorío o dominio de hecho en el
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entendido de que si se la califica como una situación o estado de hecho es para
destacar que no presupone la existencia previa de un derecho del poseedor, aun
cuando una vez establecida esa situación o estado de hecho, de ordinario
produce consecuencias jurídicas que la protegen en diversa medida o grado.
Indudablemente, la titularidad de la propiedad y de algunos derechos reales
implica un derecho a la posesión ("ius possidendi"); pero no siempre el titular
ejerce efectivamente esa facultad. En cambio, la posesión no implica la
titularidad del derecho de propiedad ni de ninguno de esos derechos reales ni
tan siquiera la preexistencia de un derecho a poseer; pero, una vez que existe,
la posesión confiere al poseedor una serie de facultades o derechos ("ius
possessionis").
En consecuencia, las esferas de lo petitorio y de lo posesorio son, en principio,
completamente diferentes: ni la sola titularidad acredita posesión ni la sola
posesión acredita titularidad. La titularidad podrá implicar el "ius possidendi";
pero es la posesión la que confiere el "ius possessionis".
En la mayoría de los casos, quien de hecho ejerce el derecho es precisamente
su titular, de modo que, de ordinario, la condición de titular del derecho y de
poseedor se encuentra reunidas en la misma persona.
Pero existen casos en los cuales quien de hecho ejerce el derecho no es su
titular sino otra persona (que puede ser de buena o mala fe). Es precisamente
entonces cuando se manifiesta la autonomía de la protección posesoria ya que
en tal hipótesis es evidente que la tutela jurídica concedida al poseedor no deriva
de su condición de propietario o de titular de algún otro derecho real sino
exclusivamente de la posesión misma.
II. LA POSESION EN EL CODIGO VIGENTE

ARTÍCULO 87. (NOCIÓN).-


I. La posesión es el poder de hecho ejercido sobre una cosa mediante actos que
denotan la intención de tener sobre ella el derecho de propiedad u otro derecho
real.
II. Una persona posee por sí misma o por medio de otra que tiene la detentación
de la cosa.

SUJETOS DE LA POSESIÓN.
I. Cualquier persona natural o jurídica puede poseer. En el caso de las personas
jurídicas los actos posesorios son realizados por las personas físicas que son
sus órganos o representantes en condiciones tales que sus efectos se imputan
a la persona jurídica. Igual cosa ocurre con los incapaces. Es de observar que
para poseer por sí mismo las personas naturales no necesitan capacidad
negocial sino que les basta la capacidad natural de entender y querer.

II. Varías personas pueden ser simultáneamente sujetos de una misma posesión,
caso en el cual se dice que hay coposesión. Obsérvese que la hipótesis es
distinta del supuesto de la concurrencia de posesiones. En este último caso
existen simultáneamente diferentes posesiones sobre la misma cosa (por ej.: una
persona la posee en concepto de propietario y otra en concepto de
usufructuario). En cambio, en la coposesión no existen posesiones a diferente

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título sino una sola posesión (por ej.: dos personas poseen un mismo terreno
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como si cada una de ellas fuera propietaria del 50% del mismo).

En realidad, la posesión exclusiva y la coposesión corresponden al derecho


solitario y a la comunidad, respectivamente. Así, la teoría de la coposesión se
basa en la teoría de la comunidad, que hemos de estudiar más adelante; pero si
bien es posible decir —aunque sea discutible— que en la comunidad el derecho
de cada comunero recae sobre su cuota, es imposible considerar que lo que
posee el coposeedor es una cuota de la cosa o derecho ya que dado el carácter
ideal de la cuota, ésta no es susceptible de ser objeto del señorío de hecho
posesorio. Por lo tanto, en la coposesión, la posesión de cada coposeedor recae
sobre la cosa o derecho entero, aunque su actuación sobre esa cosa o derecho
se halle limitada por la coexistencia de los demás coposeedores.

El coposeedor es pues poseedor de toda la cosa o derecho, aunque no un


poseedor exclusivo. De lo expuesto no debe deducirse que no existan cuotas de
posesión. En realidad, cada poseedor tiene una cuota de participación en la
coposesión. Lo que ocurre es que esa cuota no es el objeto de su posesión sino
una limitación cuantitativa de los efectos que para él produce su posesión, o sea,
que constituye la medida en que la posesión produce efectos para él.

La determinación de la cuota de cada poseedor no es una cuestión de derecho


sino de hecho ya que depende de cómo posea a la par que sus demás
coposesores. Sin embargo, el título puede ayudar a determinar la cuantía de la
cuota cuando los hechos posesorios demuestren que los coposesores entienden
poseer conforme al título.

En principio la protección posesoria se brinda a los coposeedores como a otro


poseedor cualquiera.

OBJETO DE LA POSESIÓN.
I. Si se atiende sólo a la definición legal de posesión parecería que el objeto de
la misma son las cosas (rectius, la propiedad de las cosas) y los derechos sin
otra limitación que las cosas o derechos que por alguna circunstancia no puedan
ser objeto de una actuación posesoria. Se consagraría así una situación
completamente opuesta al Derecho Romano clásico que en sentido estricto sólo
admitía la posesión que recaía sobre las cosas y las abarcaba plenamente de tal
modo que la posesión correspondiera en el plano de los hechos a lo que supone
la propiedad en la esfera de los derechos. Al parecer pues, nuestro Derecho
habría concebido la posesión como el ejercicio de un derecho aun cuando no
implicara el señorío pleno sobre la cosa y en tal virtud todos los derechos serían
en principio susceptibles de posesión.
Pero en el deseo de que la noción de posesión sea el supuesto común de efectos
homogéneos, se reduce el objeto de la misma de manera que no puede hablarse
de posesión (en el sentido de que venimos tratando) cuando no se puedan
producir los efectos típicos de la usucapión y sobre todo de la protección
interdictal. Por ello se dice que entre los derechos sólo son susceptibles de
posesión, los derechos reales y se excluyen del campo de la posesión
propiamente dicha tanto la posesión de estado como la posesión de créditos
(aun cuando una y otra se asemejen a la posesión propiamente dicha en cuanto

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constituyen situaciones de hecho que son imagen de una situación de derecho
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y en que gozan de la protección jurídica).
II. Pero lo expuesto, tampoco significa que todas las cosas y derechos reales
sean susceptibles de posesión.
1° Por lo pronto, no son susceptibles de posesión, o si se quiere sólo son
susceptibles de una posesión irrelevante, las cosas cuya propiedad no puede
adquirirse, ya que la Ley dispone que: "No produce efecto la posesión de las
cosas cuya propiedad no puede adquirirse" (C.C., art. 778).

2° Por otra parte, como la posesión es un poder de hecho sólo puede recaer
sobre los derechos que tengan por objeto las cosas corporales. Las llamadas
posesiones de cosas incorporales no producen nunca los mismos efectos que la
posesión propiamente dicha y casi puede decirse que sólo se asemejan a ésta
en que constituyen la imagen de un derecho.

3° Dado el contenido del derecho de hipoteca, a pesar de ser éste un derecho


real, no es posible la existencia de un estado de hecho que se asemeje al
ejercicio del derecho de hipoteca, razón por la cual el derecho de hipoteca no es
susceptible de posesión.

III. Problemas especiales presenta la cuestión de si pueden ser objeto de


posesión las partes de una cosa. A este propósito obsérvese que:

1° No se reconoce posesión separada sobre cada una de las partes del todo a
quien posee ese todo. Consecuencia importante de este principio es que el
poseedor del todo no requiere ejercer su señorío efectivo sobre todas y cada una
de las partes para poder ser calificado de poseedor del todo.

2° Es posible hablar de posesión de sólo una parte de la cosa si puede ejercitarse


sobre ella un señorío de hecho "autónomo", en el sentido que pueda delimitarse
de tal manera que no implique una posesión de la cosa entera. Así es
perfectamente posible la posesión de una parte de un fundo (sin que se posea
el resto).

III. CONCEPTO DE POSESION

Del latín possessio, posesión es el acto de poseer ciertas cosas ya sean


materiales o incorpóreas. El verbo poseer, por su parte, refiere a tener o saber
algo. Por ejemplo: “Esta casa es la posesión más importante que tengo”, “El
hombre caminaba junto al arroyo cuando fue privado de todas sus posesiones
por un grupo de malvivientes”, “La única posesión que quiero dejarle a mi hijo es
el amor al prójimo”

DEFINICIÓN DE POSESIÓN

En el ámbito jurídico, la posesión es una situación de hecho, y no


un derecho (como sí lo es la propiedad). La propiedad, por lo tanto, es una
consecuencia de la posesión mediante una prescripción.

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La posesión requiere de la cosa en sí (el corpus) y de la intención de
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la persona de comportarse como su dueño (el animus rem sibi habendi). Se
trata, en definitiva, de un hecho con efectos jurídicos que es protegido por
la ley para que el poseedor no esté obligado de probar su título posesorio cada
vez que algún individuo pretenda interrumpir dicha posesión.

Dentro del ámbito jurídico y legal, tendríamos que establecer que existen
diversos tipos de posesión. No obstante, por ejemplo, en el caso de España es
frecuente hablar de dos modalidades de aquella:

• Posesión civil. Bajo esta denominación se encuentra lo que sería la tenencia


que una persona tiene sobre algo material o un derecho de titular legítimo, que
permite que aquella pueda llevar a cabo la adquisición de la propiedad o bien la
titularidad de la misma mediante lo que sería la conocida como usucapión. A su
vez, dentro de esta modalidad de posesión estaría la de en concepto de dueño
o la de en concepto distinto de dueño.

• Posesión natural, que es la posesión que tiene alguien así como el disfrute de
un derecho sin ánimo de dueño o de titular legítimo.
Además de todo lo expuesto, tendríamos que hablar también de que es habitual
hacer uso del término “tomar posesión”. Este es una locución de tipo verbal que
se emplea para referirse a que alguien se hace cargo de un puesto que va a
desempeñar o bien de unos bienes materiales en ejercicio de su derecho. Así,
un ejemplo, se puede decir “El joven tomó posesión de su nuevo cargo como
ministro” o “El heredero tomó posesión de su nuevo despacho”.

Para la religión, la posesión es el apoderamiento del espíritu de una


persona por otro espíritu que actúa como agente interno y unido a ella. Lo
habitual es asociar dicha posesión a la presencia del diablo, quien toma
el cuerpo del sujeto y trastorna su comportamiento.

Las convulsiones, el desarrollo de enfermedades sin causa, el acceso a


conocimientos hasta entonces ocultos (como un idioma ajeno), los cambios en
la voz, la fuerza sobrenatural y la aversión a lo sagrado son algunos de los
síntomas que se atribuyen a los poseídos. La posesión puede revertirse a través
de un ritual conocido como exorcismo.

Muchas son las películas que han abordado el tema de las posesiones de
personas por parte del Diablo. Así, entre ellas, destaca “El exorcista”, realizada
en 1973 por el cineasta William Friedkin, que se ha convertido en un clásico del
género de terror.

IV. NATURALEZA JURDICA

En el ámbito jurídico, la posesión es una situación de hecho, y no un derecho


(como si lo es la propiedad). La propiedad, por lo tanto, es una consecuencia de
la posesión mediante una prescripción.

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Naturaleza jurídica de la POSESION: posición de Arturo Valencia Zea, posición
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de Fernando Vélez y Jose J. Gómez y posición de la Corte Constitucional.
Posición del C.C. Explicar brevemente cada una de ellas.

Para Arturo Valencia Zea (la posesión es un derecho real auxiliar y provisional)
define la posesión como un “poder de hecho sobre cosas que normalmente
corresponde al ejercicio de un derecho patrimonial (derechos reales o derechos
personales). Ese poder de hecho adquiere sustantividad cuando se contemplan
a partir de él varios efectos, en el que al poseedor se le respeta su poder de
hecho aun sin que tenga un poder jurídico o derecho subjetivo, que se encuentra
traducido en la protección contra atentados que se den, y asimismo por medio
de las acciones posesorias de conservación y recuperación. Además de lo
anterior al poseedor se le otorga la facultad de “transmitir su poder de hecho a
otro, transmisibilidad que puede ir acompañada o no del respectivo poder jurídico
o titularidad”( agregar la cita del libro)

A lo anterior agrega Valencia Zea “La circunstancia de que los poderes de hecho
sobre las cosas puedan adquirir autonomía frente al respectivo poder jurídico y
de que, además dichos poderes estén en si dotados de efectos jurídicos, ha
llevado a los juristas a preguntarse qué figura jurídica es la relación posesoria
dentro de las figuras o categorías jurídicas que integran la técnica jurídica e un
sistema de derecho”

Para comprender dicho alcance es importante hacer una consideración acerca


de las relaciones jurídicas, que primero deben reunir una relación de hecho que
sea susceptible de predicarse de un sujeto o persona y segundo que a la
nombrada relación jurídica pueda atribuírsele consecuencias o efectos jurídicos
determinados por normas jurídicas, como consecuencia de lo anterior el derecho
moderno ha planteado: por un lado, que son posibles no solo las relaciones
jurídicas entre personas sino también entre ellas y las cosas; y por el otro que
“no toda relación jurídica constituye un derecho subjetivo, aunque todo derecho
subjetivo, por esencia implique una relación jurídica”. Respecto a la relación
entre las personas y las cosas surgen dos condiciones: un poder de hecho,
respecto a la relación de orden material entre una persona y una cosa; y que esa
relación se encuentra amparada por el ordenamiento jurídico.

A partir de lo anterior se entiende que la posesión no es solo una relación jurídica,


sino que también es un derecho real provisional. Deben tenerse en cuenta las
siguientes consideraciones: “en el derecho moderno es derecho subjetivo todo
poder de voluntad que se ejerza sobre cosas o en relación con otras personas;
poderes de voluntad protegidos por el orden jurídico con pretensiones o
acciones, a fin de hacerlos valer frente a los demás. Los derechos sobre las
cosas que pueden hacerse valer con acciones reales, son los derechos reales.
La posesión es un poder de hecho que se ejercer sobre cosas y que se encuentra
protegida con verdaderas acciones reales (las acciones posesorias). Desde tal
punto de vista, es un hecho cierto que la posesión es un derecho real.

Agrega que Valencia Zea, “existe una diferencia entre los derechos reales
propiamente tales y la posesión, ya que los primeros constituyen poderes
jurídicos definitivos, y la posesión, en cambio, es un poder de hecho provisional,

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en el sentido de que puede desaparecer frente a la acción que se deriva de la
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propiedad, de uno de los derechos reales desmembrados de ella o de un simple
derecho personal”. Dice el tratadista que la dificultad respecto a la noción de este
concepto deben clasificarse en derechos reales definitivos (la propiedad y sus
desmembraciones) y derechos reales provisionales (relaciones provisionales
con las cosas)

Finalmente en cuanto a la consideración hecha por el tratadista en sentencia de


casación de mayo de 1936 la corte acogiendo la posición de Valencia Zea
determinó que la posesión es un derecho auxiliar y provisional (sin embargo al
final del falo se termina calificando como un hecho). Así las cosas se advierte,
“la posesión y el dominio son instituciones jurídicas distintas, de imposible
confusión, no obstante lo cual aquella es susceptible de presentarse como el
reflejo de esta. En tal sentido la posesión es un derecho auxiliar para el dueño
de la cosa o es un derecho provisional para que el que no es dueño de ella pero
puede estar en vía de serlo.

De acuerdo a Fernando Velez la propiedad sola es entendida como un dominio


abstracto, un título, un derecho; agrega que para que sea real, es necesario que
este acompañada de la posesión, ya que esta hace manifiesto el derecho de
propiedad, conservandolo y volviendolo util por ser el ejercicio del derecho de
dominio. De lo anterior deduce que "apoyandose en el principio general de que
la aparición, o sea el hecho debe considerarse como la prueba externa de la
existencia del derecho hasta que se demuestre lo contrario; la ley presume que
el que está poseyendo una cosa es el dueño de ella. La posesión es pues un
estado de hecho que debe continuar hasta que se pruebe el derecho". Además
agrega Velez que la protección de la posesión es el complemento necesario de
la protección del dominio o propiedad en el que a falta de otras pruebas la
posesión es una presunción legal de dominio.

Jóse J. Gomez define la posesión como "la subordinación de hecho exclusiva,


total o parcial de los bienes al hombre". Es una subordinación porque así se
aprecia el vínculo entre quien posee y la cosa, es un subordinación de hecho,
para efectos de separar el derecho del hecho de la posesión, es decir que el
derecho es la subordinación jurídica y la posesión es la subordinación material.
Para explicar lo anterior: "el hecho está relacionado con el derecho"Es una
subordinación exclusiva porque en ese poder de hecho no se reconoce
intromisión de nadie. "La posesión es excluyente porque significa señorío y esta
noción implica inviolabilidad"

Es una subordinación total o parcial porque la posesión "debe condicionarse al


derecho que se tiene sobre la cosa, y en tal sentido la subordinación será total
si el derecho nos da el mayor número de prerrogativas posible, como acontece
con el dominio; o parcial si solo nos da algunas, como pasa en los derechos de
habitación, servidumbre, propiedad fiduciaria, etc", la anterior definición contiene
los dos elementos esenciales de la posesión ya que al hablar de subordinación
de hecho se contiene el corpus y al hablar de subordinación exclusiva se
consagra el animus pues sin la exclusividad del poder de hecho no podría
hallarse el ánimo de señor dueño en el poder o subordinación de hecho

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De acuerdo a la jurisprudencia de la corte constitucional, en la sentencia T 494
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de 1992 se retoma la definición de la posesión dada por la Corte Suprema de
Justicia en la que dice que la posesión es el “poder físico directo sobre las cosas,
en virtud del cual se ejecutan sobre ellas actos materiales de goce y
transformación , sea que se tenga el derecho o que no se tenga; por ella
obtenemos de los bienes patrimoniales el beneficio señalado por la naturaleza o
por el hombre; ella misma realiza en el tiempo los trascendentales efectos que
se le atribuyen, de crear y sanear el derecho, brindar la prueba óptima de la
propiedad y llevar a los asociados orden y bonanza; y es ella, no las inscripciones
en los libros del Registro, la que realiza la función social de la propiedad sobre
la tierra, asiento de la especie y cumbre de las aspiraciones de las masas
humanas” (Cfr. Corte Suprema de Justicia. Sentencia de 27 de Abril de 1955.
Gaceta Judicial. Tomo LXXX No. 2153, p. 87 y ss.). A partir de lo anterior la corte
hace un cambio trascendental en la concepción de la posesión en la que
concluye que “la posesión es un derecho fundamental. En efecto, tiene, como ya
se señaló, conexión intima con el derecho de propiedad, la cual constituye en
opinión de esta Corte uno de los criterios específicos para la determinación de
esa categoría jurídica abierta que es el derecho constitucional fundamental.
Además, la ontología y especificidad de la relación posesoria y sus
consecuencias económicas y sociales son de tal relevancia en el seno de la
comunidad y para el logro de sus altos fines, que esta Corte reconoce que la
posesión tiene, igualmente, entidad autónoma de tales características y
relevancia que ella es hoy, por sí sola, con todas sus consecuencias, un derecho
constitucional fundamental de carácter económico y social.”

Adicionalmente, en la sentencia T 078 de 1993 la corte admitió la procedencia


de la acción de tutela para proteger la posesión, al ser entendida como un
derecho fundamental, apoyándose en un pronunciamiento hecho por la Corte
Suprema de justicia en abril de 1955 en el que acogiendo a la posición de
Valencia Zea admite la viabilidad de la tutela al sostener que “los derechos son
poderes protegidos por el orden jurídico y la posesión es un poder de hecho o
físico protegido por acciones posesorias. Dice también la corte que la conexidad
con el derecho de propiedad también se encuentra en lo dictado en sus
providencias en las sentencias T 428 y T 406.

V. DIFERENCIA CON OTRAS INSTITUCIONES


POSESIÓN
a) La posesión es un derecho anterior a la propiedad.
b) La posesión tiene todos los atributos de la propiedad, excepto el derecho a
disponer el bien.
c) La prueba del derecho de posesión es en virtud de la visibilidad de los actos
posesorios.
d) Para defender la posesión, el poseedor tiene: Las acciones posesorias y los
interdictos.
e) Triunfa el que justifica la posesión actual.
f) La posesión es susceptible de obtenerse originalmente en los bienes
inmuebles mediante ocupación.

PROPIEDAD
a) La propiedad es posterior a la posesión.

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b) La propiedad está premunida de ciertos atributos: El derecho de usar, disfrutar
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y disponer.
c) La prueba de la existencia de la propiedad se realiza mediante un título.
d) Para defender el derecho de propiedad se tiene: La acción reivindicatoria y la
tercería excluyente de dominio.
e) Triunfa el derecho de propiedad respecto de quien presenta mejor título.
f) La propiedad de inmuebles es susceptible de adquirirse por prescripción
adquisitiva, mediante título traslativo de dominio.

VI. LA DETENTACION – CONCEPTO Y UBICACIÓN

1° La detentación o tenencia, llamada también posesión precaria, posesión


natural o posesión en nombre ajeno de acuerdo con lo expuesto viene a
enlazarse pues con la "possessio alieno nomine" mencionada en las fuentes
romanas y estudiada por Savigny. Según éste, posee en su propio nombre quien
tiene una cosa "animus domini" (sin reconocer que otra persona tenga mejor
derecho sobre dicha cosa), mientras que, quien tiene la cosa sin "animus domini"
posee en nombre de otro (precisamente, en nombre de la persona a quien
reconoce mejor derecho sobre la cosa). En esta última hipótesis, afirma Savigny,
el poder de hecho produce los efectos posesorios, no en favor de quien tiene la
cosa, puesto que éste carece de la intención de tenerla para sí, sino en favor de
la persona en cuyo nombre posee. Así pues, la detentación se distinguiría de la
posesión en que carece de "animus".

El detentador tiene el "corpus", pero no el "animus" de la posesión; no le falta la


intención de mantener una relación de hecho con la cosa; pero no tiene la
intención de tener la cosa para sí sino en nombre de otra a quien reconoce mejor
derecho.

2° Para evitar confusiones es necesario aclarar que la detentación no constituye


el ejercicio de un poder de representación. El campo más característico de la
representación es el negocio jurídico mientras que el campo de la detentación
es la posesión. Por ello, aun cuando se diga que el detentador actúa "en nombre
de otro", su actuación no consiste en una declaración de voluntad hecha en
ejercicio del poder de representación sino en el cumplimiento del "corpus"
posesorio, independientemente de que se tenga poder de representación o se
carezca de él.
Por ello es más exacto hablar de "mediación posesoria" que de "posesión en
nombre de otro". Cuando alguien posee en nombre de otro lo que ocurre es que
ese "otro" en vez de tener una posesión inmediata posee a través de un
mediador. Este mediador dentro de nuestro sistema, en principio, no es un
poseedor sino un detentador.

Si se dice que el detentador posee "en nombre de otro" y hasta se habla


impropiamente de "representación posesoria" es porque en la detentación se da
el fenómeno de que mientras una persona ejerce el poder de hecho de la
posesión, otra es la que aprovecha sus consecuencias jurídicas, a semejanza de
lo que ocurre en la representación propiamente dicha donde el acto realizado por
una persona produce sus efectos respecto de otra.

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3° Pero, como se ha dicho, dado que en nuestro Derecho existe tanto la llamada
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posesión de cosas como la de derechos, el detentador puede ser al mismo
tiempo poseedor, aunque bajo distintos conceptos. Así, repetimos, quien de
hecho mantiene con la cosa la relación propia de un usufructuario sin reconocer
que otro tenga mejor derecho a ese usufructo, pero reconociendo que otra
persona es la propietaria de la cosa, es detentador de la cosa ("rectius" de la
propiedad) y poseedor del usufructo, o si se quiere tiene la cosa en nombre de
otro y ejerce el derecho de usufructo en nombre propio.

CARACTERES.

1 ° La detentación se inicia en virtud de un título que por su naturaleza es apto


para autorizar el ejercicio de un poder de hecho sobre la cosa; pero que, al mismo
tiempo, impone el deber de restituirla a una persona determinada "nominatim" a
quien, por lo tanto, se le reconoce implícita o explícitamente "mejor derecho ".

A) El título puede ser de diversa naturaleza: un contrato como el comodato,


depósito o arrendamiento; una decisión judicial como la que pone la cosa
embargada en manos de un depositario; una norma legal como la que faculta al
representante legal de un menor para ejercer poderes de hecho sobre los bienes
de éste; etc.

B) No es necesario que en el caso concreto el título autorice realmente el


ejercicio del poder de hecho sobre la cosa; basta con que por su naturaleza sea
apto para ello.

C) En cambio es indispensable que el título imponga el deber de restituir a una


persona en particular, o sea a una persona determinada "nominatim" (por
ejemplo, a la contraparte que le entregó la cosa como comodante, a la persona
que le señale el Tribunal al depositario judicial, etc.).
No bastaría pues, que quien tuviera la cosa estuviera en el deber genérico de
devolvérsela a "su dueño", ya que ese deber también lo tiene el poseedor que
no sea propietario o titular del derecho de que se trate.

D) Es obvio que si el título impone el deber de restituir a alguien en particular,


expréselo o no se lo exprese, ello implica reconocer a esa persona "mejor
derecho" porque, si no fuera así, el título no impondría la restitución.

E) No es completamente exacto afirmar que la detentación constituye el ejercicio


de un "poder de derecho" porque si bien la detentación siempre se inicia en virtud
de un título que por su naturaleza legitima el ejercicio de un poder de hecho, no
sólo puede ocurrir que en el caso concreto el título adolezca de un vicio que le
impida producir ese efecto, sino también que el detentador, sin dejar de serlo,
ejerza el poder de hecho extralimitando las facultades que le confiere su título.
Tal sería el caso, por ejemplo, del comodatario que siguiera en el uso de la cosa
después de vencido el plazo del préstamo o para un fin distinto del señalado en
el contrato.

2° La detentación es una situación perpetua en el sentido de que por más que


se prolongue, el solo transcurso del tiempo no hará que la detentación deje de

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ser detentación. Dicho en otros términos, la detentación no lleva en sí una
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causa de extinción por razón del tiempo. En cambio, la detentación no es
perpetua en el sentido de que implique necesariamente el ejercicio perpetuo de
un poder de hecho. Quien ejerció el poder de hecho sobre la cosa durante los
seis meses por los cuales la arrendó y al cabo de los cuales la restituyó al
arrendador, fue detentador durante esos seis meses, aunque posteriormente
dejó de serlo.

Lo importante es que aún cuando prolongara el ejercicio de ese poder de hecho


(con el consentimiento del arrendador o sin él ), por larga que fuera esa
prolongación, nunca bastaría el solo transcurso del tiempo para que dejara de
ser detentador y menos aún para que llegara a convertirse en poseedor. Es más,
la detentación pasa a los causahabientes a título universal conservando su
carácter de detentación (argumento: C.C., art. 1961 en relación al artículo 1953
"eiusdem"). No obstante lo expuesto, es posible, como veremos, que un poder
de hecho que se inicie como detentación se transforme luego en posesión.

3° Como se acaba de señalar, la detentación puede transformarse en posesión;


pero para ello no basta ni el solo transcurso del tiempo ni tampoco la sola
voluntad del detentador sino que es necesario que ocurra la llamada conversión
de la posesión o la interversión del título.

A) La imposibilidad de que el detentador por su sola voluntad pueda convertirse


en poseedor resulta de la famosa regla —enunciada al regularse la usucapión—
de que "Nadie puede prescribir contra su título, en el sentido de que nadie puede
cambiarse a sí mismo la causa y el principio de su posesión" (C.C., art. 1963,
encab.). Así quien comenzó siendo detentador (poseedor en nombre de otro), no
puede por sí mismo cambiar la causa y el principio de su posesión para pretender
que ahora posee para sí.

B) La conversión ocurre cuando el poseedor y el detentador de mutuo acuerdo


convienen en que éste asuma la condición de poseedor. Así, por ejemplo, si el
arrendatario que tiene la cosa en su poder compra al arrendador la cosa
arrendada, ese contrato entre arrendador y arrendatario tiene la virtualidad de
cambiar la causa de la "posesión" del arrendatario y, por ende, de convertirlo en
poseedor propiamente dicho2.

C) La inversión o, como más comúnmente se la llama, la interversión del título


está legalmente prevista en los siguientes términos: "Quien tiene o posee la cosa
(o derecho) en nombre de otro, y sus herederos a título universal, no pueden
jamás prescribirla, a menos que se haya cambiado el título de su posesión por
causa procedente de un tercero, o por la oposición que ellos mismos hayan
hecho al derecho del propietario (o titular de otro derecho)" (C.C., art. 1961). En
efecto, quien comenzó detentando, o sea, teniendo la posesión en nombre de
otro no puede prescribirla fuera de los casos señalados porque es un mero
detentador y la usucapión requiere la posesión propiamente dicha y por cierto
calificada (la posesión legítima).

a) Pero como lo señala la Ley, el detentador puede cambiar el título a su


posesión, o sea, dejar de ser detentador para convertirse en poseedor por causa

12
procedente de un tercero. Así ocurriría, por ejemplo, si el arrendatario de una
13
cosa se la comprara a un tercero.
En efecto, la compra hecha al tercero cambia la "causa possessionis" en el
sentido que si bien del arrendamiento se deducía la intención de tener la cosa
para otro a quien se reconocía mejor derecho (el arrendador), de la compra se
deduce la intención de tener la cosa para sí. Dicho sea de paso, poco importa
que el título procedente del tercero sea inválido: de todos modos se invierte el
título del detentador. Pero, es necesario que junto con el cambio de título, ocurra
un cambio correlativo en la actuación respecto de la cosa. Por ejemplo, en el
caso del arrendatario que compra a un tercero, no habría interversión si siguiera
pagando cánones a su primitivo arrendador.

b) También produce la interversión del título la oposición del detentador "al


derecho del propietario (o titular de otro derecho)" o, mejor dicho, a los derechos
de la persona en nombre de quien posee. Esta oposición ha de consistir en actos
que inequívocamente revelen su voluntad de iniciar una nueva posesión para sí.
Así pues, es necesario que la conducta del detentador se exteriorice en términos
posesorios, en relación con la cosa. Precisamente porque no constituye la
indicada manifestación inequívoca, el abuso en la tenencia o el incumplimiento
de sus obligaciones por parte del detentador, no bastan para producir la
interversión del título, ya que ese abuso o incumplimiento pueden deberse a
razones distintas a la de querer iniciar una nueva posesión para sí.

Tampoco producen intervención del título la simple negación de los derechos del
poseedor (como sería el caso de que un arrendatario expresara, incluso en
público, que su arrendador no es el propietario de la cosa), ni tampoco la sola
notificación al poseedor de que el detentador pretende poseer en lo sucesivo
para sí. En efecto, en estos casos la conducta del detentador no se ha
exteriorizado en términos posesorios, en su actuación sobre la cosa. Así pues,
la interversión del título por la vía de oposición a los derechos del poseedor
requiere que el detentador manifieste su voluntad de poseer para sí ejecutando
sobre la cosa actos de propietario (o de titular de otro derecho).

III. CASOS DE DETENTACIÓN.


Se suelen señalar cuatro casos de detentación:
1° La detentación en interés ajeno a causa de una relación de dependencia,
como sería el caso del sirviente o dependiente que en el cumplimiento de sus
funciones usa cosas del patrono. La doctrina alemana llama servidores de la
posesión a esta clase de detentadores.

2° La detentación en interés ajeno por motivos de hospitalidad o amistad (por


ejemplo, cuando el invitado a un banquete utiliza copa, cubiertos o piezas de
vajilla de quien invita a la fiesta). y La detentación en interés ajeno para el
cumplimiento de una obligación como ocurre cuando se le ha entregado una
cosa al mandatario para el cumplimiento de su encargo (o cuando el jardinero de
una casa tiene en su poder herramientas que le ha entregado el propietario a fin
de que realice las labores para las cuales lo contrató).

3° La detentación en interés propio del detentador para ejercitar un derecho


personal sobre la cosa como es el caso de los arrendatarios o comodatarios que

13
tienen la cosa en su poder. Personalmente creemos que en los dos primeros
14
casos señalados no existe siquiera detentación porque los actos que la persona
realiza sobre la cosa no tienen entidad suficiente como para constituir el "corpus"
de una posesión (v. "infra", "Elementos de la posesión", 1,1°, C, a).

Por otra parte, consideramos que puede señalarse otra clase de detentadores
de la cosa ("rectius" de la propiedad de la cosa), constituida por quienes detentan
la cosa en interés propio para ejercitar un derecho real distinto de la propiedad.
Naturalmente dichas personas son al propio tiempo, poseedores respecto del
derecho en cuestión y detentadores respecto de la propiedad de la cosa.

LA POSESIÓN EN EL DERECHO VENEZOLANO: ASPECTOS GENERALES


ELEMENTOS: "CORPUS" Y "ANIMUS". SUJETOS. OBJETO. ADQUISICIÓN,
CONSERVACIÓN Y PÉRDIDA. SUCESIÓN: FORMAS, CONTINUACIÓN DE
LA POSESIÓN Y UNIÓN DE POSESIONES. ELEMENTOS DE LA POSESIÓN.

Conforme a la teoría subjetiva acogida por nuestro legislador, la posesión


propiamente dicha implica dos elementos, uno material y el otro psicológico: el
"corpus" y el "animus" respectivamente.

VII. DIFERENCIAS CON LA POSESION


A diario se escucha pronunciar las palabras "tenencia", "posesión" y "propiedad"
como si fueran sinónimos; sin embargo, desde un punto de vista técnico existen
numerosas e importantes diferencias.

Se trata de diferentes categorías de derechos que, a su vez, tienen distintos


efectos legales. Tenencia y posesión básicamente es "tener" una cosa; la
diferencia es que en la primera, quien tiene algo efectivamente sabe, reconoce
en otro la propiedad.

Un ejemplo de ello es el caso del arrendatario, que tiene la cosa pero reconoce
en otra persona la propiedad de la misma. El tenedor es pues un representante
de la posesión del propietario. La tenencia puede ser, además, interesada,
cuando quien detenta la cosa puede obtener el uso y goce (arrendatario) o al
menos el uso en el caso del comodatario.

También puede la tenencia ser desinteresada. La posesión, en cambio, además


de "tener" la cosa bajo su poder, tiene el ánimo de ser dueño de ella. Es un hecho
que debe traducir la voluntad e intención exteriorizada. Es decir; que se puede
ser poseedor aunque no se esté usando la cosa o aun cuando se autorice a otra
a hacer uso de la misma, por ejemplo cuando se cede la tenencia en un
arrendamiento.

El hecho posesorio es en ciertas circunstancias generador de derechos.


Asimismo, puede ser legítimo porque corresponde al ejercicio de un derecho
conforme a la ley, o no, como es el caso del usurpador. Podemos afirmar que la
propiedad -técnicamente el dominio pleno- es la categoría mayor; la más amplia
y comprensiva de aquéllos. Este derecho incluye la mayor cantidad de facultades
posibles que alguien pueda tener sobre una cosa.

14
El dueño tiene el derecho de poseer, usar, gozar (derecho de extraer los frutos),
15
disponer (derecho de vender, donar; constituir hipotecas, abandonar o consumir
la cosa), excluir a otros, cerrar y administrar la cosa. Cabe aclarar que todo ello
con las limitaciones legales que puedan estar dispuestas, pues ningún derecho
puede ser ejercido abusivamente o contrariando la buena fe, la moral y las
buenas costumbres.

Si la cosa de que se trata es un bien inmueble u otro bien registrable, tal el caso
de los vehículos, para ser propietario es necesario no sólo tenerla en todos los
sentidos expuestos, sino que además debe estar inscripta en el Registro de la
Propiedad Inmueble. Nuestra legislación exige para los casos expresados que la
persona que obtuvo la cosa porque la compró, la recibió en donación, la heredó
o porque la consiguió por prescripción adquisitiva (usucapión), deba llevar a cabo
la inscripción registral. De no hacerlo, el "dueño" estará impedido de ejercer con
plenitud todos los derechos y facultades que la ley le acuerda

VIII. ELEMENTOS DE LA POSESION CORPUS Y ANIMUS


Corpus y Animus
El poseedor ejerce un poder sobre la cosa es el elemento material de la
posesión: el corpus. Pero la posesión lleva consigo un segundo elemento,
elemento intencional: el animus;

EL CORPUS.- Definición.
El corpus es el ejercicio sobre una cosa de los actos que corresponden al
derecho del que se tiene la posesión. Considerada relativamente al derecho
propiedad, el corpus consiste en conducirse como propietario, o sea, en ejercer
las, atribuciones del derecho de propiedad: usus, fruc:tus, abusus. El corpus
constituye el elemento material de la posesión.

A falta de corpus, no puede haber posesión: así como el corpcorpus sin el animus
no constituye posesión, tampoco el animus sin el corpus podría otorgar la
cualidad de poseedor. Acerca de la cuestión de determinar si la posesión puede
proseguirse solo ánimo.

ADQUISICION DEL CORPUS:


El corpus se adquiere por una a' ',ehensión material de la cosa, sin que sea
necesario distinguir sí esa aprehensión tiene lugar con el consentimiento del
poseedor precedente o sin él.

Puesto que el poseedor puede poseer corpore alieno, puede adquirir totalmente
el corpus por medio de otra persona; por ejemplo, si se le da a una persona
mandato para posesión de un bien, se adquiere el corpus por mediación del
mandatario.
EL "ANIMUS"

Necesidad del "animus". - Para ser poseedor, no resulta suficiente con tener el
corpus; el dominio material lo confiere, por sí solo, la posesión. Un chofer no
tiene la posesión del automóvil que su dueño le confía; como tampoco el
paseante que atraviesa ocasionalmente un terreno o excursionista que planta en
él, por una noche, su tienda de campaña. ¿Qué les falta?; un elemento

15
intencional: el ": animus". Si existe acuerdo acerca de la necesidad de un
16
elemento intencional en la posesión, es más difícil concretar la intención que
debe animar al poseedor. En el transcurso de la segunda mitad del siglo XIX,
IHERING criticó con vigor la posición que había adoptado la doctrina alemana a
consecuencia de SAVIGNY. La controversia es célebre. La exposición de
las tesis permitirá concretar las nociones de animus y la posesión. Se indicará,
a continuación de las mismas, el estado del derecho positivo francés.

IX. TEORIA SOBRE LA POSESION


Al respeto existen dos teorías que nos hablan de la posesión, las que citamos a
continuación:

Teoría subjetiva de Savigny.-


Según ésta, lo que interesa fundamentalmente es la voluntad del titular e
comportarse como propietario, haciéndose de tal forma irrelevante para este
autor el elemento corporal, es decir es el Animus lo que otorga la posesión de la
cosa.

Teoría objetiva de Hiering.-


En cambio este autor nos dice que el Corpus es la base de la posesión, pero sin
excluir al Animus, porque este al ser elemento subjetivo se halla implícito en el
elemento objetivo que es el Corpus, porque el individuo al tener la cosa
tácitamente demuestra su intención de comportarse como propietario.

Ya en Roma se discutía si la posesión era un simple hecho, como sostenía Paulo,


o un derecho, como opinaba Papiniano. Con el tiempo ha continuado la polémica
y se han multiplicado las opiniones:

1° En su tiempo, Pothier y los antiguos romanistas, modernamente romanistas


como Ferrini y Bonfante junto con civilistas como Baudry-Lacantinerie, Aubry y
Rau, y Planiol y Ripert, coincidían en sostener que la posesión es un simple
hecho ya que consiste en situaciones materiales y es protegida
independientemente de la titularidad del derecho cuya apariencia crea. Así, se
insiste en contraponer la posesión como hecho frente a la propiedad y demás
derechos precisamente como derechos.

2° Otros autores como Puchta, Bekker y Ihering, Laurent, Ferrara, Chirorü,


Tartufari y Dusi, afirmaban que la posesión es una relación tutelada por el
ordenamiento jurídico y que, en consecuencia el poseedor tiene un derecho
subjetivo, aunque se trate de un derecho debilitado en el sentido de que el titular
de otro derecho puede vencerlo en juicio petitorio.

3° No faltan autores para quienes la detentación tiene carácter de mero hecho


mientras que la posesión propiamente dicha es un derecho. Esta teoría creada
por algunos glosadores tuvo sus partidarios en el antiguo derecho francés y los
tiene sobre todo entre algunos romanistas modernos.

4° Una importante corriente sostiene que la posesión tiene un doble carácter.

16
A) En este sentido Savigny destacaba que la posesión nacía de una situación de
17
hecho, pero que al propio tiempo era una situación de derecho porque producía
consecuencias jurídicas; porque, a veces esas consecuencias se producían sin
que existiera la mencionada situación de hecho y porque, otras veces, no se
producían a pesar de que se daba la suso dicha situación de hecho.

B) Wolff, por su parte, hace la distinción en los siguientes términos: a) la posesión


es situación de hecho cuando se la entiende como señorío de hecho sobre una
cosa o como otra situación que la ley asimila al señorío de hecho en cuanto que
le confiere la misma protección, mientras que b) la posesión es situación de
derecho cuando se entiende por posesión los derechos derivados de las
situaciones antes referidas.

C) Para Messineo la posesión nace en virtud de una situación de hecho que


inmediatamente se convierte en una relación a la cual debe reconocérsele el
carácter de relación de derecho porque produce consecuencias jurídicas. Afirma,
asimismo que la posesión es uno de los derechos subjetivos ya que si fuera un
simple hecho no conferiría a su titular ningún poder jurídico ni sería transferible
ni serviría de fundamento para intentar acciones. La particularidad de la
posesión, de acuerdo con Messineo, está pues, no en ser un simple hecho, sino
en ser un derecho subjetivo de naturaleza interina o provisional y que,
generalmente, subsiste o se extingue en función de su ejercicio actual (en el
sentido de que, de ordinario, subsiste mientras se la ejerza y se extingue cuando
se deja de ejercer).

X. VIOLENCIA CLANDESTINIDAD, EQUIVOCIDAD, Y


DISCONTINUIDAD

VICIOS DE LA POSESIÓN.-
Para que la posesión sea útil y produzca todos sus efectos jurídicos se hace
necesario que no esté viciada y así viabilizar la adquisición de la propiedad a
través de la usucapión. Por tanto los vicios que no deben existir en la posesión
son:

Discontinuidad.-
Es decir la posesión debe ser continuada, no deben existir vacíos en el tiempo,
es decir no pueden existir interrupciones de tiempo en la posesión, porque lo
contrario haría la usucapión inviable.

Violencia.-
La posesión debe ser pacifica, es decir la posesión debe ser consentida por el
propietario, que no haya existido oposición contra esa posesión, sea por medios
explícitos y/o legales, como ser procesos o peticiones instauradas contra el
poseedor solicitándole la entrega del inmueble.

Clandestinidad.-
La posesión debe ser pública, es decir conocida por todos y sobre todo por el
propietario.

17
18
Equivocidad.-
No debe existir error en la superficie que se está poseyendo, que generalmente
se produce en las propiedades en lo pro indiviso, donde unos de los
copropietarios posee erróneamente la parte que no le corresponde.

XI. ADQUISICION
Adquisición originaria
Cuándo tiene lugar sin la intervención de un titular anterior.

Adquisición derivativa
Es aquella que proviene de un titular anterior, es decir, hay una posesión que
es transferida a otro sujeto.

Adquisición hereditaria
Artículo 440 del Código Civil (la posesión civilísima). Posesión que se tiene
entre la muerte de una persona y la aceptación del heredero.

XII. INTERRUPCION Y PERDIDA DE LA POSESION

INTERRUPCIÓN DE LA PRESCRIPCIÓN

“Es la situación jurídica que impide al poseedor la realización de actos posesorios


generadores de prescripción y cuya ocurrencia hace desaparecer el tiempo
anterior de posesión”(Jaramillo, P. 47-48) .

El código civil hace la siguiente clasificación:

1. Interrupción natural: Según el artículo 2523 del Código Civil se da cuando:

- Sin haber pasado la posesión a otras manos, se ha hecho posible el ejercicio


de actos posesorios, como cuando una heredad ha sido permanentemente
inundada.

- Cuando se ha perdido la posesión por haber entrado en ella otra persona.

El mismo artículo establece que “la interrupción natural del primer tipo no
produce otro efecto que le descontarse su duración; pero la interrupción natural
del segundo tipo hace perder todo el tiempo de la posesión anterior; a menos
que se haya recobrado legalmente la posesión, pues en tal caso no se entenderá
haber habido interrupción para el entendido” (Artículo 2523 del Código Civil).

Ejemplo: Pedro lleva poseyendo en forma regular un bien inmueble de forma


irregular hace 12 años y juan le arrebata la posesión, aquel inicia un interdicto
posesorio, tras un año, por sentencia recupera la posesión. En este caso se
reputa no haber perdido la posesión, en ningún momento, pues la recupero por
las vías legales. Es distinto, a que pedro haya recuperado su posesión 6 meses
después, de forma violenta, en este caso por no haber recuperado la posesión
legalmente, se le descuenta los 6 meses en que no poseyó el bien, pero no se
puede decir que perdió los 12 años de posesión. Pedro podría perder los 12 años

18
en el caso en que nunca hubiera podido recuperar la posesión, sea por las vías
19
que sea. Eso es una verdadera perdida de la posesión.

2 Interrupción Civil: El artículo 94 del Código General del Proceso establece que
la interrupción se da y hace inoperante la caducidad el día en que se presente la
demanda siempre y cuando el auto emisario de la demanda o el auto de mandato
ejecutivo se notifique al demandado dentro del término de un años. De no ser
así se entenderá la interrupción en el momento en que se notifique al demandado
posterior al año dado (Art. 94, Código Civil).

SUSPENSIÓN DE LA PRESCRIPCIÓN

La suspensión implica dejar de computar el tiempo de prescripción mientras


estén vigentes las causas que la originan, “esta está encaminada a proteger los
intereses de ciertas personas que se hayan en circunstancias que no les
permiten afrontar cabalmente la defensa de sus bienes como los incapaces y, en
general quienes se encuentran bajo tutela o curaduría (Art. 2530, Código Civil)”
(Betancur, 2007, P. 211).

El artículo 2530 del Código Civil establece que “la prescripción ordinaria puede
suspenderse sin extinguirse: en este caso, cesando la causa de la suspensión
se le cuenta al poseedor el tiempo anterior a ella, si alguno hubo” (Art 2530,
Código Civil).

Ejemplo: Camilo lleva como poseedor de un predio durante 2 años, Linda el


verdadero propietario cae en demencia, recuperándose a los 3 años siguientes,
por efectos de suspensión, esos 3 años no se contarían para el término de la
prescripción, sin que esto implique la pérdida del tiempo ya poseído es decir 2
años.

PERDIDA DE LA POSESIÓN: EFECTOS JURÍDICOS

Según nuestro código civil en el artículo 787 “se deja de poseer una cosa desde
que otro se apodera de ella, con ánimo de hacerla suya; menos en los casos que
las leyes expresamente exceptúan” el Doctor Arturo Valencia Zea nos aclara
que deben distinguirse entre; las causales de la perdida, la perdida voluntaria y
la pérdida involuntaria de la posesión.

CAUSALES DE LA PÉRDIDA DE LA POSESIÓN

a) Causales de extinción absoluta; son aquellas en virtud de las cuales el


poseedor cesa definitivamente de de poseer y nadie le sucede en la posesión,
como por ejemplo cuando la cosa perece material o jurídicamente. Ejemplo: un
terremoto acaba con un apartamento (perece la posesión material), un faisán
salvaje recobra su libertad (perece la posesión jurídica)

b) Causales de extinción relativa; son las que implican la extinción de la posesión


por sucederle otra en el poder de hecho. Ejemplo: una simple transmisión por
acto entre vivos o mortis causa

19
Pérdida voluntaria de la posesión: se puede abandonar el poder de hecho de dos
20
maneras:

a) Mediante Acto Unilateral; abandona su poder de hecho sin importar quien lo


tome. Ejemplo: alguien deja un periódico sobre una mesa, para que lo haga suyo
el primer ocupante. (No produce sucesión jurídica en la posesión, y por lo tanto
quien toma la cosa empieza una posesión nueva).

b) Mediante Entrega Voluntaria; supone que el actual poseedor entrega a otro


la cosa, existiendo tanto la voluntad de entregar como la de adquirir. (La pérdida
de la posesión mediante entrega voluntaria no se cumple en los supuestos del
art. 786)

Pérdida involuntaria de la posesión: es en general las cosas robadas o sustraídas


al poseedor (art. 787C.C) y las cosas que se le extravían definitivamente y no
cuando es transitorio (art. 788 C.C) (Valencia, 1976, P. 103-104).

XIII. EFECTOS DE LA POSESION, POSEEDOR DE BUENA FE Y


POSEEDOR DE MALA FE

La posesión es un hecho jurídico que produce consecuencia jurídica y consiste


en que una persona tenga en su poder una cosa corporal como señor y dueño.

En las comunidades primitivas, posesión y propiedad se confundían, hasta que


el derecho romanocomenzó a regular la propiedad de forma separada marcando
sus diferencias. Según esta doctrina, la posesión era un estado protegible.

Es una situación de hecho, mas no de derecho como la propiedad, derecho real


por excelencia y consecuencia de la posesión a través de la prescripción.

La posesión requiere o necesita dos elementos para configurarse y ellos son


el corpus, que es la cosa en si y el animus rem sibi habendi que es la intención
de tener la cosa como propia, de comportarse respecto a ella como lo haría su
dueño. Es decir, la posesión requiere la intención y la conducta de un propietario.
Así se distingue de la mera tenencia, en la cual el tenedor reconoce en otra
persona la propiedad de la cosa en su poder.

La posesión se presume siempre de buena fe. Como establece el artículo 2363


del Código Civil argentino, el poseedor «posee porque posee».

COSAS SUSCEPTIBLES DE POSEER: La posesión supone cosas sobre la


cuales se pueda tener ánimo de señor y dueño, es decir, cosas susceptibles de
apropiación o de propiedad privada. En consecuencia no se puede tener
posesión respecto de las cosas comunes a todos los hombres; de los bienes de
usos público (calles, puentes, caminos, ríos); y en general de las cosas
incomerciables, esto es, las que o pueden formar parte del
patrimonio. (Alessandri, Arturo. Somarriva, Manuel)

La posesión consiste en el ejercicio de actos de señor y dueño, por lo anterior


solo pueden poseerse los bienes susceptibles de propiedad privada adquiribles

20
por la usucapión, vale decir, las cosas que están en el comercio (art 2518). No
21
pueden poseerse los bienes no apropiables por los particulares como los de uso
público (art 2518). El código civil en su artículo 762 dice que la posesión es la
tenencia de una cosa determinada con ánimo de señor y dueño, no significa esta
norma que sólo puede ejercerse posesión sobre cosas singulares, pues también
pueden poseerse cuotas-partes determinadas proindiviso en una cosa singular.

Tampoco se limita la posesión a cosas corporales, pues según el artículo 776,


las cosas incorporales también pueden poseerse. Sólo importa, entonces, para
poder poseer una cosa que, con respecto a ella, el poseedor pueda ejercer
hechos positivos de aquellos a que sólo da derecho el dominio en cualquier
forma imaginable, siempre que no esté prohibido por la ley ejercer tales actos
sobre el bien concreto que se pretende poseer. (Arteaga Jaime)

POSESIÓN REGULAR y POSESIÓN IRREGULAR? Explicar cada una.


POSESIÓN REGULAR:

La posesión se califica de regular cuando ha sido adquirida de buena fe y con


base en un justo título. (Barragán)

Se llama posesión regular la que procede de justo título y ha sido adquirida de


buena fe, aunque la buena fe no subsista después de adquirida la posesión. Si
el título es traslaticio de dominio, es también necesaria la tradición. (Art 764 C.C)

La posesión irregular, a contrario sensu, será la que ha sido adquirida sin justo
título o de mala fe, es decir, la posesión en cuya adquisición ha faltado uno de
los elementos cuya concurrencia configura la posesión regular, o ambos.
(Barragán. Pág. 290). Posesión irregular es la que carece de uno o más de los
requisitos señalados en el artículo 764: La posesión irregular es aquella que no
reúne todos los requisitos de la posesión regular, o sea, la que no proviene de
un justo título, o se inició sin buena fe, o cuando a pesar de haber justo título y
de haberse adquirido de buena fe, no se hizo la tradición legal si el título que le
dio origen era traslaticio de dominio.

En consecuencia, hay posesión irregular aunque haya justo título cuando la


posesión no se adquirió de buena fe; hay posesión irregular cuando se adquirió
de buena fe pero sin justo título; también hay posesión irregular aunque haya
buena fe y justo título, pero falta de tradición legal de la cosa, Siempre en la
posesión, aunque sea irregular, debe haber corpus y ánimus, pues ambos son
requisitos esenciales de la posesión (Jaime Arteaga Carvajal)

JUSTO TITULO- BUENA FE: Concepto. Determinar títulos INJUSTOS de


acuerdo a la ley

JUSTO TÍTULO: No ha sido definido por el legislador, que se limita en el artículo


765 a precisar los efectos del título justo cuando dice: “el justo título es
constitutivo o traslaticio de dominio”, y pasa a enunciar algunos de ellos. El
Código Civil ayuda a precisar el concepto de justo título cuando en el artículo
766 enuncia qué títulos no son justos. Es preciso entonces buscar una definición

21
en la doctrina y llegar luego a las consecuencias de los títulos justos o injustos
22
mencionados en el Código Civil.

Puede decirse que el justo título es el otorgado con arreglo a la ley y que por eso
es apto para constituir derechos y obligaciones. En el caso de la posesión es
justo el título otorgado de conformidad con la ley y apto para constituir o transferir
el derecho real de dominio. También se ha definido el justo título diciendo que
“es la causa en virtud de la cual poseemos alguna cosa de acuerdo con las leyes”
(Fernando Vélez) o también “el que da al poseedor un justo motivo para creerse
dueño de la cosa” (Alessandri Rodríguez). Por consiguiente, para que en la
posesión pueda alegarse, no basta la existencia de un justo título, sino que es
también necesario que él se haya otorgado con la plenitud de los requisitos
legales; así, si de la posesión de un inmueble se trata, se requiere la existencia
previa de una escritura debidamente registrada, porque la constitución de
derecho reales sobre inmuebles es solemne.

Se excluye de esta exigencia el inmueble que se adquiere por accesión, pues el


justo título para la posesión de ellos está en la ley y en la posesión de la cosa
principal. Si de muebles se trata, basta la existencia de un título consensual
válido, pues la ley no exige más para los muebles; pero si el título fue traslaticio,
también se requiere que se haya hecho entrega de la cosa, pues mientras no se
haga la tradición, aunque haya justo título, no hay posesión regular. Pero no
puede exigirse que ese título justo, otorgado conforme a la ley, transfiera
dominio, porque entonces se hablaría del derecho real de dominio, no de la
posesión; no se hablaría de la situación de hecho sino de la situación de
derecho.

Sobre el justo título ha dicho la Corte: “Por justo título se entiende todo hecho o
acto jurídico que, por su naturaleza y por su carácter de verdadero y válido, sería
apto atribuir en abstracto el dominio. Esto último porque se toma en cuenta el
título en sí, con prescindencia de circunstancias ajenas al mismo, que en
concreto, podrían determinar que, a pesar de su calidad de justo, no obrase la
adquisición del dominio” (Jaime Arteaga)

Por justo título se entiende todo hecho o acto jurídico que por su naturaleza y por
su carácter de verdadero y válido es apto para atribuir en abstracto el dominio
(Alessandri, Arturo. Somarriva, Manuel) BUENA FE: Es éste un principio que
campea en todas las instituciones del derecho; tuvo origen en ideas morales y
religiosas y su extensión al derecho privado ha sido y es innegablemente
valiosa.

Como elemento de la posesión regular, la ley toma el principio de buena fe en el


sentido de creencia profunda, de haber algo justo; así la define el artículo 768,
cuando dice: “La buena fe es la conciencia de haberse adquirido el dominio de
la cosa por medios legítimos, exentos de fraudes y de todo otro vicio.

Así en los títulos traslaticios de dominio, la buena fe supone la persuasión de


haberse recibido la cosa de quien tenía la facultad de enajenarla y de no haber
habido fraude ni otro vicio en el acto o contrato

22
Un justo error en materia de hecho, no se opone a la buena fe.
23
Pero el error en materia de derecho constituye una presunción de mala fe, que
no admite prueba en contrario”.

Por consiguiente ubica el legislador la buena de para el caso de la posesión en


el terreno de la conciencia recta del poseedor, cuyo justo convencimiento es
protegido. (Jaime Arteaga)

TÍTULOS INJUSTOS: Título injusto es aquel que carece de los requisitos de ley
y no es apto, por consiguiente, para constituir o transferir el derecho. El artículo
766 dice qué títulos no son justos; al estudiarse esta norma debe tenerse en
cuenta que ella contiene una parte en la que se enumeran taxativamente las
causas por las cuales un título puede no ser justo y otra parte en la que se
ejemplifica sobre tales causas. Dice el artículo 766 mencionado: “No es justo
título:

1. El falsificado, esto es, no otorgado realmente por la persona que se pretende;

2. El conferido por una persona en calidad de mandatario o representante legal


de otra, sin serlo;

3. El que adolece de un vicio de nulidad, como la enajenación, que debiendo ser


autorizada por un representante legal o por decreto judicial, no lo ha sido;

4. El meramente putativo, como el del heredero aparente que no es en realidad


heredero; el del legatario, cuyo legado ha sido revocado por un acto
testamentario posterior, etc.

Sin embargo, al heredero putativo a quien por derecho judicial se haya dado la
posesión efectiva, servirá de justo título el decreto; como al legatario putativo al
correspondiente acto testamentario, que haya sido judicialmente reconocido”.

La lectura de este artículo nos permite afirmar que hay cuatro factores que
cuando se presentan, hacen el título injusto. Ellos son: ser falso, ser otorgado sin
facultad para hacerlo, ser nulo y ser putativo el título.

a. Falsedad: Implica ésta la falta de conformidad entre las palabras, las ideas y
las cosas provocadas dolosamente. Hay falsedad cuando se hacen mutaciones
a la verdad o se oculta ésta, pues ello implica la limitación, suposición, alteración,
supresión u ocultación maliciosa de la realidad en perjuicio de alguien o en
beneficio injusto de quien la comete o de un tercero.

b. Toda persona capaz puede delegar su voluntad en un tercero mediante el


mandato. Por consiguiente, si alguien afirma representar a un tercero debe
acreditarlo para celebrar válidamente el acto jurídico; si la representación no
existe, ese acto no puede vincular al presunto representado ni puede servir como
causa justa para la adquisición de un derecho.

c. Nulidad: Hay nulidad cuando se desconocen los requisitos legales para el


otorgamiento del acto jurídico.

23
24
d. El título putativo es el otorgado por alguien que cree con algún fundamento
suficiente, tener un derecho que realmente no tiene. (Arteaga Carvajal)

XIV. CLASES DE POSESIÓN


Según la mayoría de la doctrina se puede diferenciar entre:

1. Posesión regular u ordinaria es aquella que aúna el justo título y la buena fe.
2. Posesión irregular es aquella donde faltan uno o los dos requisitos anteriores,
es decir, el justo título y la buena fe.
3. Posesión legal es la estipulada por la ley. Por ejemplo, la del heredero o la
especificada en materia de vivienda de interés social.
4. Posesión efectiva es la que declara el juez que lleva la sucesión para efectos
de una posesión por parte de uno de los delegatarios de la herencia.
5. Posesión definitiva es la que se deriva de una sentencia de adjudicación por
el proceso de repartición
6. Posesión de buena fe la buena fe de la que hablamos en la posesión es
calificada y se probará según las estipulaciones del código de derecho civil.
7. Posesión presunta es aquella que se tiene por imperio de la ley, con
independencia de la voluntad y el conocimiento del poseedor, pero solo se
aplica a la vivienda de interés social, cuando el arrendatario de un bien
inmueble deja de pagar el canon de arrendamiento por 1 año.

XV. BIBLIOGRAFIA

Decreto Ley Nº 12760 art. 87 a art. 104, artículos 135, 137, 149 152,
https://es.answers.yahoo.com/question/index;_ylt=AwrCwojp24VcowcAk8oPxQt
.;_ylu=X3oDMTByMHZ0NG9yBGNvbG8DYmYxBHBvcwM3BHZ0aWQDBHNlY
wNzcg--
?qid=20070407194313AA1KgdI&p=posesion%20diferencia%20con%20propied
ad
https://www.monografias.com/docs/Diferencia-entre-propiedad-y-posesion-
FKJEDKJZMY
http://www.wordreference.com/definicion/posesi%C3%B3n
https://derecho.laguia2000.com/parte-general/la-posesion
https://es.wikipedia.org/wiki/Posesi%C3%B3n

XVI. ANEXOS

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