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DISEÑO:
Estudio prospectivo.
ANIMALES:
25 perros con historias y signos cutáneos consistentes con dermatitis alérgica alimentaria.
PROCEDIMIENTO:
Los perros fueron alimentados con una dieta de eliminación de alimentos hasta la resolución
de los signos clínicos y luego desafiados con su dieta original. Se hizo un diagnóstico de
alergia a los alimentos si hubo un retorno completo del prurito dentro de los 14 días de la
exposición al desafío. Después del diagnóstico, los perros fueron alimentados con la dieta de
eliminación de alimentos hasta que los signos relacionados con el desafío dietético
disminuyeron. Luego, los perros fueron alimentados con carne de res, pollo, huevos de gallina,
leche de vaca, trigo, soja y maíz en ensayos de provocación de un solo ingrediente durante 1
semana. Cualquier reacción cutánea a estos ingredientes alimenticios fue registrada por sus
dueños.
RESULTADOS:
La carne de res y la soja causaron con frecuencia reacciones cutáneas adversas, aunque
todos los ingredientes indujeron signos clínicos en al menos 1 perro. El número medio de
alérgenos por perro fue de 2,4, con 80% de reacción a 1 o 2 proteínas y 64% de reacción a 2
o más de las proteínas analizadas. Se encontró una diferencia significativa entre los perros
que reaccionan a la carne de vaca frente a la leche de vaca y entre los perros que reaccionan
a la soja frente al trigo; por lo tanto, la hipótesis de reactividad cruzada a ingredientes
derivados de una sola fuente animal o a diferentes productos vegetales no fue apoyada. No se
identificaron diferencias similares entre la carne de pollo y los huevos.
IMPLICACIONES CLÍNICAS:
El manejo a largo plazo de los perros con alergias alimentarias se facilita mediante la
identificación de los alérgenos alimentarios más comunes. Debido a que la reactividad cruzada
no se puede verificar, cada fuente de proteína debe incluirse por separado en los ensayos de
provocación de alimentos.