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Es de suprema y casi constitutiva importancia entender que el espacio público

es un tema que se debate en ambientes públicos - por llamarlos de alguna


forma aunque en su esencia han perdido paulatinamente su soberanía, tanto
es así que en esta época se habla de un estado suplantado por las lógicas y
dinámicas económicas- pero que tiene connotaciones y muchas veces
argumentos a favor de la lógica privada en detrimento de lo verdaderamente
relevante y sustancialmente esencial y sustancial de lo público.

Es por eso que este análisis a partir de los medios masivos de comunicación
que son privados, pero de transmisión publica- paradójico, al encontrarse casi
en contradicción con el postulado inicial- es de suprema importancia y debe dar
unos matices y argumentos o interpretaciones (ya que no hay hechos, solo
interpretaciones, tomando a Nietzsche), en torno a como se ha informado sobre
el espacio público, quien ha influido en la transmisión de esa información y
como se han hecho propios discursos que llevan una carga ideológica
tremenda pero que pasan inadvertidos a los ojos de la población.

Remitir a la cultura ciudadana como un factor del conflicto por el espacio


público en Ibagué es hacer creer al sujeto que mediante su accionar individual
puede llevar a cabo luchas colectivas o comunales en pro de mejorar la “mala”
cultura ciudadana es decir no se da una verdadera politización en palabras de
Tapia, con la cual se remite a un problema grandísimo y más de fondo y
estructural a lo cual el pequeño municipio de Ibagué no es ajeno y es que,

El problema es, sin embargo, que poco ha quedado hoy de los antiguos espacios
privados-públicos, y no hay tampoco otros nuevos que puedan reemplazarlos. De los
antiguos ágoras se han apropiado emprendedores entusiastas y han sido reciclados
en parques temáticos, mientras poderosas fuerzas conspiran con la apatía política
para negar el permiso de construcción de otros nuevos. (Bauman)

Esto conlleva a que no pueda haber una articulación plena o al menos


democrática entre la traducción de las “preocupaciones privadas en temas
públicos e, inversamente, de discernir en las preocupaciones privadas temas
de preocupación pública”.

Esto conlleva de suyo a una polarización de la población entre lo público y lo


privado- con prelación en esta época de lo privado- disputa o contienda que
lleva en muchos a casos a privados a exigir a estamentos públicos por
exigencias hechas desde el sector privado hacia decisiones que deben ser
netamente públicos, como lo demuestra una de las noticias analizadas, ya que
muestra que la cámara de comercio exige resultados en torno al espacio
público a la alcaldía municipal.

Reclamos que de suyo está obviando el papel que debe tener el ciudadano en
sentido activo en torno a cuál debe ser el papel del espacio público en torno al
desarrollo del mismo como sujeto político inserto en una lógica donde, “las
únicas reivindicaciones ventiladas en público son manojos de angustias y
sufrimientos privados que sin embargo, no se convierten en temas públicos por
el solo hecho de su enunciación pública”, y esto es lo que sucede en la
actualidad con el rastreo de diferentes noticias en los diferentes medios
mientras haya una precaria traducción por parte del sujeto en reconocer que es
lo público y en donde se dan las luchas por lo público las acciones colectivas
van a estar articuladas por procesos autónomos, por lo tanto privados del
sujeto y no heterónomos por lo tanto colectivos del sujeto.

Esta cuestión de la autonomía y la heteronomía no son meras enunciaciones


sin un sentido tácito y contundente en lo que debería ser el accionar colectivo
de los ciudadanos en pro de una mejora en la lucha por el espacio público, ya
que como se vive y se siente el accionar de los sujetos en este mundo
globalizado y anteriormente con el proyecto de la modernidad trastocado, ya
que en un principio buscaba que la razón fuera el motivante para la
emancipación de los seres humanos, por el contrario se traslada a los sujetos
las inseguridades que deberían ser cubiertas por el Estado soberano, se le
trasladan pues porque del Estado soberano ya no queda sino solo su
enunciación.

Y es aquí en la debilidad estatal donde las luchas colectivas no tienen lugar y


se dispersan en procesos de unión temporaria por procesos casi viscerales y
que a los ojos de casi todos está bien reclamar y protestar por ellos aunque
estos procesos en su estructura reclamante por así decirlo tienen solo unión
temporaria, ya que es solo el sentir de cada sujeto el que lo mantiene unido, y
Bauman lo muestra de una manera contundente,
El problema es que las únicas comunidades que pueden construir los solitarios, y que
los administradores del espacio público pueden ofrecer si son serios y responsables,
son aquellas construidas a partir del miedo, la sospecha y el odio. En algún momento,
la amistad y la solidaridad, que eran antes los principales materiales de construcción
comunitaria, se volvieron muy frágiles, muy ruinosas o muy débiles (Bauman).

Y es a partir del miedo, la sospecha y el odio-lo visceral del sujeto-, en donde


se hace notorio y distintivo otro factor común que se evidencia en las noticias
rastradas y es que como conclusión final se habla de que hace falta mayor
autoridad por parte de la fuerza pública en torno a problemas sociales que
deben ser debatidos en los ágoras -inexistentes- y que tienen como principio
corrector y articulador proteger al empresario que está haciendo las cosas bien
según la norma, es aquí donde la afirmación de Bauman cobra mayor sentido y
preponderancia en la cual afirma que es necesario “devolver el poder al
espacio público gobernado por la política”.

Esta expresión toma aun mayor más fuerza en donde las luchas temporarias
por “colectividades” están unidas por odios, miedos e ira, más que por
reivindicaciones sociales de mayor calado y que ahonden y tengan influencia
sobre el resto de la población y no sobre pequeñas facciones, al este espacio
público no estar gobernado por la política se atiende

A desplazar todos los asuntos públicos al terreno de la justicia penal”, a criminalizar


todos los problemas sociales y, particularmente, aquellos problemas que, según se
supone o se imagina, pueden poner en peligro la protección de una persona, de su
cuerpo y de sus pertenencias (Bauman)

Es por eso que es casi evidente y lógico que en el análisis de estos medios de
comunicación se evidencie esta corriente de interpretación, pero ellos sin ni
siquiera imaginar que sea lo que verdaderamente estén diciendo (¿o sí?), caen
en el error de no comprender que “la libertad individual solo puede ser producto
del trabajo colectivo”, y esto es una constante en los conflictos por el tema del
espacio público, conflicto de hondo calado en las urbes hoy en día llenos de
“bordes” en palabras del profesor Orlando, que lo que hacen es marginaliza al
sujeto de las lógicas económicas en unas cuantas calzadas de terreno,
fenómeno muy interesante y complejo hoy en día en Ibagué.

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