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Jacques Verger GENTES DEL SABER EN LA EUROPA 1B FINALES DE 1A EDAD MORBEA, Capitulo séptimo i : iombres nuevos o herederos? de la Edad Media parece, a primera vista, bastante sencillo, ‘en el que las principales dificultades serian consecuencia principalmente de la falta de documentacién. En realidad, también entrafia algunas dificultades tedricas, que habrfa que abordar inme- diatamente. & problema del origen social de las gentes del saber del final 1. Cuestiones de fuentes y de método Si se plantea el problema del origen de las gentes del saber es por- que se trataba a todas luces de un grupo nuevo en plena expansién durante los tiltimos afios de la Edad Media, que cumplia unas funcio- nes nacidas de la modernizacién del Estado, la centralizacién de la Iglesia, de los progresos de la cultura y, mas ampliamente, de la com- plejidad creciente de la sociedad y de la economia. Por lo tanto, era inevitable que los hombres encargados de estas nuevas funciones sur- gieran de alguna parte 0, lo que es lo mismo, emergicran a partir de grupos més antiguos. A decir verdad, como ya hemos visto, es imposible medir de manera precisa el ritmo y la amplitud del crecimiento del grupo de ® 203 Realidades sociales ¢ imagen de si mismes los hombres del saber, que, por otra parte, debié de variar considera- blemente segiin los momentos y lugares. Sus propios contempord- neos tuvieron conciencia de este crecimiento, pero probablemente tendieron a la exageracién. En el caso de los oficiales reales en Fran- cia, por cefiirnos a uno de los casos que dentro del panorama general se conoce algo mejor, las investigaciones hist6ricas parecen indicar que al final de la Edad Media tuvieron dos fases de crecimiento soste- nido: la primera entre 1250 y 1314 (los afios del nacimiento del Estado moderno, desde san Luis a Felipe el Hermoso) y, post mente, en la segunda mitad del siglo XV, época de la «reconstruccién» y del reforzamiento del poder real al término de la guerra de los Cien ‘Afios; ahora bien, a pesar de la repetida denuncia, en cada crisis poli- tica, de la «mulkitud infinitay de oficiales, entre estas dos fases hubo probablemente un estancamiento casi total, al menos en cifras abso- lucas (aunque este estancamiento no impidié un alza relativa, ya que en el mismo periodo la poblacién global del reino estaba disminu- yendo en més de la mitad a causa de las epidemias)""'. Otro factor que obliga a interrogarse sobre las distintas formas de incorporacién social a las gentes del saber es que éstas, como ya hemos visto, eran en su mayorfa hombres de la Iglesia, lo que exclufa la mera reproduccién hereditaria del grupo. {De dénde provienen, entonces, las dificultades? En realidad, son las propias de cualquier investigacién de historia demografica o social de la Edad Media. Ciertamente, no faltan documentos que faciliten Ia identificacién de los parientes de clérigos y letrados que estamos estudiando aqui. En los paises mediterréneos, los miiltiples contactos, inventarios v testamentos contenidos en las fuentes notariales dan abundante informacién sobre todos estos lazos familiares. En otros paises, las cartas y stiplicas pontificias, funciones fiscales, archivos judiciales, recopilaciones de titulos y rentas, etc., pueden cumplir un papel andlogo. Pero, aparte de la recogida de todos estos datos con el jor- 2 Vid. F. Autrand, «L’apparition d'un nouveau groupe socials, en Histoire de la fonction publique en France, dit. por M. Pinet,t. 1, Des origines au XV stele, Paris, 1993, igs. 311-443, 204

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