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Juan Gabriel Arrieta Zambrano, O.

Carm
Control 8.
Informe de lectura tomado de: Johann Baptist Metz, Por una mística de ojos
abiertos (Barcelona: Herder, 2013), 52-85.

En primer lugar, Baptist Metz menciona que el cristianismo debe unir su deseo de misión
universal con una cultura de la empatía, del reconocimiento de los demás en su condición
de ser otro. Seguidamente se destaca el tema de la ética de la convivialidad intercultural,
el asunto de estar despiertos, alertas, con los ojos abiertos, y la idea de no hacernos
esculturas ni imagen. En el elemento de la pasión se destaca que no se debe disminuir el
peso del pecado y de la culpa en el mensaje de Jesús, hay que resaltar la importancia
salvadora de la cruz, y tener en cuenta que Jesús se dirigió principalmente al dolor de los
demás y no a sus pecados. Otro argumento es el de la compasión, la cual designa la
percepción compasiva que comparte el dolor ajeno. Metz, expresa que la Iglesia debe
abrir los oídos a la compasión para una Iglesia de la empatía. Finalmente, hay que decir
que la espiritualidad cristiana es completamente política, y la mística cristiana es una
mística política que procura de alguna forma el amor al enemigo.

El aspecto positivo es sobre la pasión. Realmente uno de los elementos que conforma el
hecho de la encarnación de Jesucristo es la pasión. Cuando se actúa con pasión quiere
decir que se está respondiendo con la vida, con las entrañas, con el mayor deseo y entrega.
Cada acto de Jesucristo es muestra de su total entrega por la humanidad, por el
conocimiento del reino, por la salvación. Lo significativo de la pasión es que asume con
amor todas las consecuencias de sus actos, porque está convencido que lo hace también
con amor. No se puede separar la pasión del amor, porque es el amor que permite al ser
humano darlo todo sin medir las consecuencias, hasta tal punto de tener una práctica de
compasión.

La crítica es sobre la compasión. Hay que entender la compasión, no solamente en el caso


de compadecerse, compartir el dolor, sentir el dolor, sino, ayudar a salir a la otra persona
del dolor, porque la otra persona no necesita más dolor, precisa que le ayuden a buscar
formas de vivir. Por tal motivo, no se puede concebir la compasión como algo estático,
en una manera masoquista del dolor, sino, en una verdadera contemplación de la realidad
de la otra persona, ya que la contemplación implica el actuar de la persona, una vez
experimentado la realidad del otro. Ciertamente, Jesucristo tuvo un gesto verdadero de
compasión, es más, me atrevo a decir que Jesucristo llevó a plenitud el significado de la
compasión, su entrega completa por el dolor de la humanidad conllevó a que el ser
humano encontrara el verdadero sentido de su creación.

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